06 enero 2022

In memoriam: Antonio Jorge Serra Mallol: El hombre bueno, marido y padre ejemplar, jurista preclaro, amigo entrañable

Siempre es un motivo de tristeza que un querido amigo y colega se marche de este mundo para quedársenos Allí donde la Verdad y la Bondad es eterna.

Hace unos días dejó estos lares Antonio Jorge, y, cual su viuda, la querida y ejemplar Natalia, me pregunté entre sorprendido y compungido: ¿Por qué? ¿Por qué ahora?

Cierto es que me resultó arduo aceptar desde una simple visión humana que el bueno de Antonio Jorge ya había a pasado a ejercer su Fe (con mayúsculas y con minúsculas) donde la Verdad es lo eterno, y donde ya está para ayudarnos y esperarnos.

Muchos años ya conociendo a Antonio, primero como eficiente profesional del notariado, dotado de paciencia infinita, de humanidad y comprensión completa hacia los problemas de los demás, de estudio eficiente y meticuloso, de ejemplo de vida profesional y personal y familiar.

Recordaba yo cuando asistía a sus exequias “corpore insepulto”, acompañando a su esposa, Natalia, y a sus adorables hijos, Natalia y Antón, y demás familia, aquellos tiempos pasados en los que nos reunimos mi esposa y yo mismo con él y con su futura cónyuge en la bella ciudad ucraniana de Kiev, precisamente en la antesala de la venida de la pareja a España, para contraer matrimonio en la iglesia de San Juan y San Vicente, sencilla y emotiva ceremonia en la que tuve el privilegio de ser partícipe.

Más tarde, en sus primeros años de vida común como casado en Valencia, compartimos excursiones dominicales por diversos lugares de la Comunidad Valenciana, hasta en Cocentaina y en el Alcoy de sus amores, y pude dar uno de los primeros besos a sus hijos recién nacidos (hoy, Natalia, la mayor, convertida en una bella mujercita; y Antonio, un chico rezumando sencillez y bondad).

Nuestras vidas profesionales fueron de intensa relación. Antonio Jorge, como eficiente y meticuloso Notario que compartió tantos y tantos momentos y otorgamientos jurídicos, en los que fue un ejemplo de ponderación, estudio y preclaros conocimientos.

Y ahora, casi de súbito, cuando esperábamos que una jubilación bien merecida le hiciera disfrutar de la ejemplar familia por él fundada, y cuando esperábamos todos poder compartir algo más de la vida, se nos ha ido.

Pero no ha desaparecido. Se nos ha quedado para siempre, como ejemplo  imborrable,y hasta glorificante, para servirnos de guía.

A su viuda, a la querida Natalia, le enviamos con todo afecto y respeto el abrazo fraterno de consuelo y de estímulo a su valentía y buen hacer para seguir luchando en la vida por esas dos joyas de hijos que Antonio Jorge le ha regalado.

A los hijos, ¿Qué más decir sobre la ejemplaridad de su padre?

Y a quienes, como quien esto escribe,  tenemos la certeza de que esta vida terrena es el preámbulo de otra perfecta y gloriosa, nos queda el consuelo de que ya está por siempre Allá (donde la Bondad y la Verdad son el Reino) un valedor por siempre.

Parece como si las palabras en el Evangelio de san Juan (1,45-51) hubieran anticipado, al referirse a un discípulo  de Jesús, lo que sin duda sirve para el inolvidable Antonio Jorge, en quien todo fue entrega y verdad:

“Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño” (Juan 1, 45-51)”

¡Que descanse en paz el inolvidable amigo y colega!

La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos” Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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