04 enero 2022

Año Nuevo, ¿vida nueva?: Inflación galopante, pero “”la economía va bien”; las energías esenciales encarecen, pero “se arreglará todo”; “la isla de La Palma recibirá mucha ayuda”, pero apenas un 15 por 100 ha llegado… etc., etc…


El tópico de cada año nuevo vuelve a repetirse, pero en nuestra amada España está cerca de ser un mero espejismo.

El problema es que si nos fiamos de todas las falacias que derrocha Pedro I “el Sánchez trilero mentiroso”, parece que nos hallamos y nos encaminamos a un nuevo paraíso, cuando la verdad es que casi todo va deteriorándose, por mor de una clase política (e incluyo a la derecha, claro que sí) que cada vez se aparta más de la realidad social, y que “cacarea” mucho y promete más, pero que no sabe, no puede y especialmente no quiere “ponerle el cascabel al gato”

Es una auténtica pena que los que estamos en el pueblo llano estemos sujetos a tanta ineptitud y a tanta avaricia derrochadora, cuando importan más las ideologías que las realidades de concreta eficacia, y estemos llegando a una “beatífica” resignación ante tanta promesa imposible y por tanto incumplida, deseando solamente aquello de “que me quede como estoy”

Sea como fuere, hemos entrado en un nuevo año y pese a todo nos queda la esperanza de que se cambien las tendencias, de que muden los personajes ambiciosos e ineptos, de que se vaya instaurando la concordia.

Releyendo estos días la obra de Pedro Laín Entralgo, el ilustre médico, escritor, filósofo e historiador (director que fue de la Real Academia Española de la Lengua Española, y prolífico autor), que tanto y tan bien ha estudiado y glosado mi querido amigo, el filósofo valenciano, doctor Francisco Roger Garzón, he vuelto a sorprenderme de aquel criterio de Laín, quien, después de analizar “España como problema”,

lanzaba sus sugerencias para una “España como solución”, mediante la concordia, el diálogo, el concierto, el pacto social, la supeditación de las ideologías al bien común.

En verdad, he soñado despierto con que lo que el ínclito Laín Entralgo preconizaba pudiera llegar a cuajar en realidad, por aquello de que “soñar no cuesta dinero”, aunque no me olvido de que el Averno está plagado de buenas intenciones.

En fin, que el Año Nuevo ha venido, y no percibimos demasiado bien que haya arribado la “vida nueva”, excepto porque seguimos “pululando” por este valle de lágrimas o de despropósitos, y por ello es de condigno que haga mis votos para que la humanidad, nuestra España, los lectores, y uno mismo, podamos ir alcanzando metas de prosperidad, bienestar y progreso que desde luego bien merecidas son.

¡Año nuevo, abrazo nuevo a todos!

"La esperanza es el sueño del hombre despierto"

 SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

1 comentario:

  1. Raúl Francisco Sebastián Solanes7 de enero de 2022, 13:16

    Magnífica reflexión, con visión real de un problema que nos afecta a todos.
    Gracias

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