Los años van pasando y la vida de las personas va urdiéndose junto a la propia identidad
Hoy, una vez más,
debo y quiero glosar a esta persona singular, que muchos lustros ha se incardinó en mi vida, y que fue, ha sido, y sin
duda será, una de las razones y uno de los gozos de mi existencia.
Me refiero a
Tamara, mi querida esposa, esa delicada flor que desde su Ucrania natal pasó a
lucir en Valencia, regalo de inigualable belleza, no solo a la vista de las
gentes, sino de los corazones de quienes
le conocen.
Tamara, siempre
honrando su nombre, Tsaritsa (la zarina, la reina), y rememorando a
aquella monarca de Georgia que allá por el siglo XIII rigió con sabiduría y
clarividencia los destinos de su país, elevándolo a cotas de desarrollo y
prosperidad inusuales.
Esa Tamara (ahora también
española) viene ornando mi existencia desde que me obsequió compartiéndola, y
cada año un espontáneo e inagotable impulso desde mi amor hacia ella me suscita
los más bellos sentimientos, para agradecerle su entrega y ser.
Una vez más, en
el día de hoy, cuando los retoños respectivos ya han crecido y nos han alegrado
la vida con muchos y adorables nietos, en nuestra deliciosa y amorosa unión, es
de condigno que proclame a los cuatro vientos la dicha que me ha brindado Tamara, la flor, el dátil delicioso, y
que espero seguir disfrutando, cuando ya la huella de los tiempos
vaya dejandonos sus huellas, aunque no en nuestros espíritus.
Eso es lo que
fluye en mí y eso es lo que quiero proclamar a los cuatro vientos, para que el
mundo sepa que esa Tamara, cual el fecundo fruto de la palmera, cual delicioso
dátil, cual la orquidea bella, adorna la vida mía y la de los que nos rodean, la del mundo en una
palabra, cumpliendo los años que envuelve en su bella sonrisa y en su delicado
y clarividente espíritu; que las palabras resultan limitadas y escasas para
evocar su presencia entre nosotros y en el mundo.
¡Que cumplas
muchos años más, Tamara amada!
¡Que sigas siendo
el bello regalo del buen Dios en mi vida y en la de los nuestros!
Y que. por los
años que nos restan aquí, en la tierra. sigas siendo la luz, el faro, la guía de
todos cuantos, como yo, te adoran.
SALVADOR DE PEDRO
BUENDÍA
(Publicado el 22/12/20222 en el blog LOS AFANES DE CADA DIA (HABLANDO DE COSAS...) (cadadiatienesuafan.blogspot.com)
Una compañera así es un tesoro envidiable. Te doy la más sincera enhorabuena. Saber elegir, por otra parte, es un don y una muestra de inteligencia.
ResponderEliminarQué maravillosas palabras, qué maravillosa dedicación a tu bella esposa, tú eres el poeta Peter y sabes amar, así como tu bella Tamara sabe amar.
ResponderEliminarFelicidad a tu familia