05 junio 2020

Esta España nuestra: De cómo un ministro incompetente y falaz (Grande-Marlaska) lleva a Pedro I “el Sánchez” hacia el cadalso político.- La ambición suele hacer traidores y se contagia

Un zurdo de las dos manos

“Marlaska ya es solo un muerto político a las puertas de un tribunal

(Publicado en “El Independiente” el 3 de junio de 2020
Victoria Prego victoria.prego@elindependiente.com @VictoriaPrego)
El ministro del Interior ha perdido definitivamente la partida. La ha perdido aun cuando él y su presidente decidan que se quede amarrado al cargo como un marinero atado al palo mayor de su barco para sobrevivir a la tormenta y no morir ahogado en el mar. Es igual, ya puede el señor Grande- Marlaska aguantar en el banco azul lo que quiera que está políticamente muerto y profesionalmente desacreditado de una manera radical y sin remedio posible.
No se puede comprender cómo un antiguo magistrado de la Audiencia Nacional ha estado dispuesto a cometer una flagrante ilegalidad como la perpetrada el domingo de la semana pasada. Pero el hecho es que la cometió consciente de lo que hacía y probablemente creyendo que el cargo de ministro le otorgaba una impunidad que era a todas luces inexistente. Pero ni aun así se puede entender que haya destrozado de esa manera tan torpe su antigua reputación.
Y, por si fuera eso poco, además el ministro ha mentido. Lo ha hecho reiteradamente ante el Congreso y ante el Senado intentando colar una trapisonda detrás de la otra que no aguantaban un examen de cinco minutos. Todo lo que Grande-Marlaska ha contado como justificación del cese de coronel no se mantenía de pie y por eso él se refugiaba una y otra vez en las trolas que traía preparadas y las repetía obcecadamente porque sabía que no podía salirse de ahí a menos de caerse de bruces ante los hechos a la vista de todos los españoles.
Ha sido un atropello esto que han hecho al alimón el ministro, el secretario de Seguridad y la Directora de la Guardia Civil. Pero además de un atropello es un delito del que uno de los tres, o los tres, tendrán que dar cuentas ante la Justicia.
Ni calladito acierta
Es igual; ya puede el señor Grande-Marlaska aguantar en el banco azul lo que quiera que está políticamente muerto y profesionalmente desacreditado de una manera radical y sin remedio posible
La señora María Gámez ha cometido la torpeza, desde el punto de vista de sus intereses, de explicar por escrito con pelos y señales la razón por la que el domingo 24 de mayo a las 22,30 de la noche comunica al jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid que está cesado. Ella se lo cuenta por teléfono sin el menor recato pero el documento «reservado» que ayer publicó El Confidencial no permite ya ninguna nueva versión de lo sucedido: es de una crudeza estremecedora.
Los depuradores
Todas estas historias de que la razón por la que el ministro cesó al coronel fue porque «se incumplió el procedimiento de comunicación de actuaciones, a los solos efectos de conocimiento» se cae al suelo con un tétrico estruendo cuando se acude al escrito firmado por la señora Gámez en el que se explicita con todas las letras que el mando fue relevado por “no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento”.
Repetimos: «Por no informar del desarrollo de las investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil», no por no informar de la «existencia de las investigaciones» encargadas a la Policía Judicial por la juez del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, que es lo que el ministro ha pretendido balbucear cuando sabía ya que estaba con el agua al cuello
La señora Gámez es de una torpeza y de una grosería política y jurídica asombrosas. Seguramente su comportamiento de sal gorda y de trazo grueso es lo que trae aprendido de sus años como funcionaria y después como cargo político en Andalucía. Después de más de 30 años gobernando esa comunidad
Con los/las de su calaña...
autónoma como si fuera su finca particular, el PSOE andaluz se había acostumbrado a comportarse como si cada uno de los cargos -altos, intermedios y bajos- fueran los beneficiarios de una herencia que les correspondía por derecho propio y por cuyo uso y abuso no tenían que dar cuentas a nadie.
Por eso el cumplimiento de la legalidad les parecía a muchos un requisito excesivo, superfluo y en definitiva inútil. Allí lo importante era el mando que proporcionaba el poder. Y se podía uno estirar en hacer afirmaciones que en condiciones de normal control político e institucional resultarían escandalosas o directamente ilegales sin que allí se le moviera a nadie un pelo.
En esa cultura se ha hecho mayor la señora María Gámez y con ella ha llegado a ocupar nada menos que la Dirección General de la Guardia Civil. Desde ese puesto de la máxima relevancia y responsabilidad hay que decir que no ha cumplido con las obligaciones de su cargo. Entre otras cosas porque no se le ha
Trio de aceitosos
visto el pelo ni en público ni en los contactos con las distintas asociaciones profesionales del Cuerpo. Se ve que en todos estos meses convulsos, inquietantes y trágicos no se ha visto en la necesidad de involucrarse ni siquiera para dar la cara en defensa de los altos mandos del Cuerpo cuando han tenido que comparecer una y otra vez para dar cuenta en rueda de prensa de las actuaciones de los agentes del Instituto Armado.
La señora Gámez es de una torpeza y de una grosería política y jurídica asombrosas
Se sabe que los altos mandos de la Guardia Civil han tenido encuentros muy tensos con ella, que ha hecho gala de una actitud nada conciliadora sino todo lo contrario, retadora, sin comprender -porque ese tipo de sutilezas no debe de formar parte de la educación política en la que ha crecido y construido su carrera profesional- que un miembro del Gobierno, sea éste o sea otro, no se puede permitir el lujo de enfrentarse y retar y amenazar a los mandos de un Cuerpo que tiene una impecable y heroica historia de cumplimiento y defensa de los valores constitucionales, muchas veces a costa de sus vidas, y que siempre ha estado y estará al servicio de la ley, gobierno el partido que gobierne. Gámez no sabe con quiénes está tratando. O lo sabe pero no lo ha entendido.
Sólo ha hecho su aparición -estelar, eso sí- cuando ha marcado el número del coronel Pérez de los Cobos para anunciarle que quedaba cesado y, además, y sin cortarse un pelo, explicarle por qué. Y para remate, expone de nuevo las razones de la destitución en el escrito con sello de «Reservado» que envía al Secretario de Estado de Seguridad que ha sido quien ha firmado el cese del coronel.
Rafael Pérez era desde 2018 director del gabinete del ministro Marlaska y desde enero de este año ocupa el puesto desde el que ha estampado su firma en esa destitución que le va a traer, seguro, unos cuantos y graves problemas. Pero lo inexplicable es que él, como su ministro, son jueces de carrera, de modo que ninguno de los dos ignora la dimensión legal de lo que han cometido.
El escrito de María Gámez convierte en inútiles todos los intentos que a partir de ahora se hagan desde el ministerio del Interior y quizá también desde el Gobierno para tratar de darle la vuelta al asunto y que la opinión pública acabe por comulgar con una nueva gigantesca rueda de molino. Yo de ellos ni lo intentaría porque ya no tienen escapatoria.
Es evidente que estamos ante un intento de invasión del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial. Y eso es un delito
Ya advirtió la semana pasada la juez del Juzgado de Instrucción 51 de Madrid que, si se demostraba que la salida del coronel había sido una intromisión del ministro del Interior en sus pesquisas sobre la Delegación del Gobierno, abriría una investigación para depurar posibles responsabilidades penales. Y que a nadie le quepa la menor duda de que lo va a hacer porque es evidente que estamos ante un intento de invasión del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial. 
¿Qué significa?
eso es un delito.
Gámez, Pérez y Marlaska componen un trío desastroso que es probable que tengan que vérselas con la Justicia. Y eso es así porque serán probablemente imputados y tendrán que declarar ante la magistrada Carmen Rodríguez-Medel. Pero si también afectaran las investigaciones de la juez al propio ministro Marlaska, entonces el caso pasaría a ser instruido por el Tribunal Supremo.
Este escándalo va a tener un largo recorrido. Pedro Sánchez podrá mantener al responsable de Interior todo el tiempo que quiera pero será porque no quiera dar su brazo a torcer. Aunque debe saber, lo sabe ya con seguridad, que la presencia de Fernando Grande-Marlaska en el seno del Gobierno no le aporta ya nada más que descrédito y presunción de ilegalidad. Y que con ese peso va a tener que cargar hasta que el asunto se dirima ante los tribunales.”
Salimos a empastre y escándalo, no ya por día, sino por minutos.
Tan es así, que una cuestión tan de actualidad en su momento, como las falacias y mentiras y las falsedades de un ministro del gobierno, que era juez (por mí, desde luego, no volvería a serlo), han quedado ya trasnochadas para el comentario después otras mil tropelías del “coletas” y sus esbirros, alarmando a los ciudadanos inocentes con que las fuerzas políticas claman por las arbitrariedades cometidas con la Guardia Civil, y diciendo que lo ocurrido es el germen de un golpe de estado, además de tildar de “algo” golpistas a los integrantes de la Benemérita.  
El escándalo, con un montón de mentiras del ministro y de su directora general (escondida tras el lío), ha sido incrementado por el supertrolero Pedro I “el Sánchez”, que no ha tenido más remedio que salir en ayuda de su niño bonito (y no se vea connotación amorosa, que no se sabe si la hay) el ministro de apellido vasco, titubeante, de voz insinuante, cabellos grisáceos y blancos y ademanes de figura bonita que ahora puede lucir más que en el estrado de un tribunal.
Buen repaso se da a los falaces en el artículo de Victoria Prego que recojo en la entrada, y  es mejor dejar que él mismo sirva de altavoz ante tantas tropelías.
Pero, como decía, parafraseando el título de este blog (Los afanes de cada día, Hablando de cosas), yo diría que esta vergüenza de gobierno de incapaces y ambiciosos que preside el “rey de las homilías de la alarma", daría pie a un titular bien significativo: “Las mentiras y los empastres de cada día (Hablando de errores autoprovechosos)”.
Ahí es nada que “el Sánchez” ha desdoblado una dirección general en el Ministerio de Transportes para darle una de las partes a su íntimo amigo Iñaki, el arquitecto, desdeñando aquello de que “la mujer del César no solamente debe ser honrada sino parecerlo”.
Ahí es nada, además, que un tercio del gobierno sea una facción extremista y revolucionaria que no pierde ocasión de tomar decisiones por su cuenta y alentar los más espureos alientos iconoclastas, con aromas fétidos de comunismo rompedor.
Ahí es nada, item más, que se proclame ayudas por los Erte, parte de las cuales aun no se han pagado, y las que se satisfacen merman derechos a pagas extraordinarias y vacaciones.
Ahí es nada, querido lector, que se presuma de ayuda mínima vital a los necesitados, que en sí está bien, pero que entraña la trampa (una mentira más) de que solamente se beneficia casi en exclusiva a los inmigrantes y a los que poco o nada contribuyeron a la economía patria, en detrimento de quienes más lo necesitaban. Se ha quitado el dinero a 1 asalariado que vivía algo, para repartirlo a 4 personas de dudosos merecimientos y que nada habían aportado; pero claro, se ha cambiado un voto por cuatro.
Y ahí es nada, también, cómo por el “plato de lentejas” de unos votos para prorrogar el estado de alarma, se ha dado y regalado todo lo que han pedido a los siempre “intereseros” gobernantes en el País Vasco.
Y no vale la pena enumerar mas tropelías, porque bien a la vista han estado y seguirán, aunque el caradura de “el Sánchez” seguirá disimulando su frustración
cuando comprueba que ni con el “coleta” ni sin él se remedia su incapacidad para contar con un gobierno eficaz, y que su giro a la izquierda ha dejado a todos como “zurdos de las dos manos”., comenzando por sí mismo.
Yo creo en milagros, pero solamente en aquellos que se deben a la especial intervención de Dios. Que los hombres propicien alguno, ni lo creo, ni lo espero. Y si son por acciones de tipejos como los mencionados, echemos a correr…
En fin, que todo lo antes escrito, niego que lo haya sido, y menos de mi autoría; se trata simplemente de unas reflexiones íntimas (como un borrador) que se han difundido mientras me extasiaba con la obra y aciertos de algunos que dicen gobernar.
¡Ah! Y desde luego, ni pienso dimitir ni pienso rectificar. Que el monopolio de abroquelamientos en el cargo es de quienes dicen gobernar y lo que hacen es “estropiciar”.
Luzbel político
¡Faltaría más!
Y un día de estos habrá que escribir sobre la doblez del partido Ciudadanos, los errores en la oposición del PP, y la pirotecnia irreflexiva de Vox. ¡Otros que tal!

“La ambición suele llevar a las personas a ejecutar los menesteres más viles. Por eso, para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse” Jonathan Swift (1667-1745) Político y escritor irlandés
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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