06 abril 2020

Esta España nuestra: El COVID-19 devora la sociedad mientras un gobierno de incompetentes y egoístas doctrinarios siembra para sus intereses

El triste acontecer de la pandemia de Coronavirus da para tanto que se atenúan las ganas de escribir al respecto, porque ya los medios de comunicación se encargan de poner de manifiesto no solamente la grave y casi imparable evolución de la pandemia, sino también, y especialmente, la incompetencia de un gobierno hecho a retales, con dos o tres diferentes facciones ideológicas, y con miembros avariciosos, incapaces, incompetentes y de formas absolutistas, mal que les pese.
Con Pedro I “el Sánchez” ha pasado lo que estaba previsto y nos temíamos: se ha sentado en la poltrona del poder y, cada vez peor, deja que sus ministros alternen entre ellos luchas revestidas de ambiciones ideológicas desde su incompetencia.
A todo esto, lo principal ha sido que el gobierno ha hecho de todo menos gobernar, ya que ni se enteró de que venía la tremenda pandemia que estamos sufriendo, bien que esta lenidad la han tenido prácticamente todos los ejecutivos del mundo.
Pero cuando el pseudo-gobierno de “el Sánchez” comprobó que había que gobernar, optó no solamente por declarar el estado de alarma, sino por lanzarse a la improvisación de dictar Decretos-leyes a troche y moche, regulando mal que bien las consecuencias sociales y económicas de sus decisiones de apariencia autoritaria y de realidad destructiva.
Ya se presumía que la pandemia iba a romperlo todo, pero con lo que no se contaba era con un poder ejecutivo tan egoísta, tan ignorante y tan poco preparado, que se lanzó a dictar decisiones nada estudiadas, que después ha tenido que ir parcheando como ha podido, mientras unos días dice que 
se apoya en la oposición y otros días alega que lo hace en quienes le brindaron de manera infumable una investidura que va camino de convertir nuestra España en un caos.
No es que estemos hartos, que lo estamos; es que estamos también acobardados, ante la vorágine de decisiones bien de incapacidad bien de tinte neo comunista, que no reparan en esquilmar todo lo que se puede de la sociedad normal para hacer como que se repartirá entre las clases menos pudientes, mejor dicho entre los “parias” que el marxismo sentó como la esencia de sus desmanes.
La verdad es que el cúmulo de despropósitos en las medidas paliativas para la economía destrozada y el montón de incapacidades en la compra, venta, rechazo y gestión de materiales protectores frente al virus pandémico, solamente conducen al hartazgo social que ya se ha producido y que hace desear que “el Sánchez” se vaya con su virus a otra parte, probablemente a otro chalet minúsculo en
Galapagar, como la choza que se ha montado alguien tan rabiosamente doctrinario de izquierdas como ese tipo que se apellida “Iglesias” y que mejor sería que se llamase materialismo destructor.
Son estas las reflexiones que, en medio de la “cárcel” pandémica, se me ocurren, y que probablemente darán pie a otras más nuevas y más jugosas. Y de lo que se puede discrepar, que al menos yo no impongo preguntas en ruedas de prensa censuradas.
¡Ah! Y por si acaso, lavémonos no solamente las manos, sino también las mentes, para que el virus instaurado desde la
manipulación no atrofie los pocos sentimientos ortodoxos que nos queden.

“El egoísta se ama a sí mismo sin rivales”.- Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

3 comentarios:

  1. El dedo en la llaga. Ahora ese caos lo gestiona el pueblo, last empresas y los particulares como hizo el dos de mayo y otras tantas ocasiones, pero e
    La preocupación vendrá el día después, cuando se salga del letargo, del coma inducido y nos demos de bruces con la realidad producto de la mala gestión, pues si tenían que demostrar que sabían torear al virus, el miura vendrá luego...
    Pero repito, la secular maldición de España, un pueblo que cuando toca se arremanga la camisa blanca y se entrega, y unos gobiernos ineptos enfrente.
    Dios que buen vasallo si tuviera buen señor.

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    1. ANGEL PEREZ BONMATI7 de abril de 2020, 11:36

      Lo peor de todo es que todavía hay leninistas ortodoxos que se creen lo que dicen, o sea, que por las teorías marxistas se llegará al poder, que no al bienestar. Algo así como aquella frase de "por el imperio hacia Dios".

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