Corrían las nueve horas de la mañana del día 8 de junio de
2013, cuando en la estación de autobuses de Ronda una cincuentena de personas,
la mayoría de ya alguna edad, se arracimó junto a un autobús, saludándose
con efusión y presentando a los que les acompañaban.
Podía comprobarse que predominaban los “sesentones” y quizá algunos de más edad, y todos parecían desplegar con mayor entusiasmo el contacto cordial,
hasta que llegó alguien muy allegado a quien esto escribe, y, tras
cumplimentarles, comenzó a repartir un a modo de galletas o plaquitas de
color siena o más bien marrón claro, en las que se especificaba esa fecha y el
motivo de la reunión: “50 Aniversario de la XXI Promoción de Milicias
Universitarias, IPS.- Compañías 4º y 1ª de la 1ª Agrupación.- Montejaque,8
Junio 2013”.- Aquí arriba se reproduce.
Y mientras el grupo iba acomodándose en el autobús y se
ultimaban los saludos y los reconocimientos recíprocos, se colocó en el frontis
del autocar un cartel que denotaba quiénes eran los ocupantes y el motivo de
su marcha hacia el campamento que en su día fue denominado de Montejaque, de
las Milicias Universitarias IPS.
Comenzaba a desparramarse sobre los cristales del autobús
una fina llovizna, que hizo exclamar a más de uno, y especialmente a las mujeres,
que no había derecho a que el líquido elemento atentara contra sus arreglos
faciales y sus peinados, y especialmente contra los lucidos atuendos que habían
dispuesto para la ocasión.
En llegando a la entrada campamental (el actualmente
denominado “Acuartelamiento General José Gabeiras, del Tercio IV Alejandro
Farnesio de la Legión”), bastó enseñar a los legionarios que custodiaban el
acceso la especial autorización concedida previamente a la expedición para
poder llegar hasta las inmediaciones de la plaza de armas.
Allí, al momento, unos suboficiales acudieron con listados
de los concurrentes que iban a participar en la celebración de la Re-Jura de
Bandera, y casi al instante, el Coronel José Manuel Sánchez-Gey Venegas, mando
que fue del acuartelamiento en tiempos recientes y valedor imprescindible en la organización del acto
para la Promoción, además de un cordialísimo saludo, incorporó a los miembros
de su familia, hijos del “Capitán General” de la XXI Promoción, su padre; como
la doctora Juana Sánchez-Gey, la profesora Mª Dolores Sánchez-Gey, el profesor Ernesto Sánchez-Gey, el ingeniero
Antonio Giráldez y su hijo, Antonio Giráldez; el doctor Guillermo Boto (un gaditano de orígenes
alicantinos que había pertenecido a la XXII Promoción en el
mismo campamento); el nieto mayor, Licenciado en Humanidades, Juan Sebastián; la nieta Mª Luz y su esposo, Lorenzo (ambos Ingenieros de Montes); los bisnietos Lorenzo y Marina; la doctora pediatra Noñi Quiñones, gaditana muy allegada a la familia; y
algunos más allegados de la persona y
militar que motivaba el encuentro: Don José Manuel Sánchez Gey, quien con su
gorro isabelino de legionario, lucía en su pecho la “rosa” de la enseñanza”,
además de la divisa de su graduación
como capitán, ya que, en sus palabras, cuando había sido capitán y profesor había conocido, convivido y liderado a aquellos universitarios que habían sido sus alumnos y que habían alcanzado más tarde las graduaciones de oficiales y suboficiales de la escala de complemento del Ejército Español.
como capitán, ya que, en sus palabras, cuando había sido capitán y profesor había conocido, convivido y liderado a aquellos universitarios que habían sido sus alumnos y que habían alcanzado más tarde las graduaciones de oficiales y suboficiales de la escala de complemento del Ejército Español.
No voy a repetir en este recuerdo y esta conmemoración
cuanto aconteció en el acto, porque ya en este mismo blog aparece una amplia
crónica (el link o enlace es http://cadadiatienesuafan.blogspot.com.es/2013/06/volver-y-desde-montejaque-un-entranable.html),
pero sí, al menos hacer un a modo de miscelánea, de pequeño relato, de aquellos
detalles en apariencia nimios, que acompañaron tan magnífica celebración.
Al poco de llegar a la plaza de armas, la fina llovizna tornóse
en lluvia abundante, y motivó la apertura de los pocos paraguas que había
dispuestos, mientras que la parada militar del tercio de la Legión iba
disponiéndose.
Suerte hubo de que la llegada del General Leza, Jefe de la
Brigada de la Legión, fuera acogida por una ya tímida llovizna, que casi
desapareció con la presencia de la bandera nacional, y que permitió recibir al
Secretario de Estado de Defensa bajo un sol incipiente.
El desarrollo – marcial y emocionante por demás— del acto ya
ha sido narrado, pero no está de más recordar los efluvios que reportó a los
integrantes de nuestra Promoción, y a sus familiares y allegados, el nuevo
juramento a la bandera, el recuerdo a los militares y compañeros fallecidos, ni más ni menos
que cincuenta años después de la que se efectuó cuando pocos de los presentes
contaban con una veintena de años.
La conclusión del acto militar propició la nueva
reunión en torno al “Capitán General” y sus familiares, inmortalizándose en multitud de fotografías aquellos emotivos e inolvidables momentos, que se prolongaron cuando todo el grupo se desplazó a la ciudad de Ronda, en la que en su centro, junto a la plaza de toros de tan rancia tradición y sobre el magnificente “Tajo”, la aparición o entrada en la sala del restaurante “El Mirador de la Espinela” por parte del “Capitán General”, junto con su hijo e ilustre militar Sánchez-Gey Venegas, fue acogida cin una prolongadísima salva de aplausos y ¡vivas!.
reunión en torno al “Capitán General” y sus familiares, inmortalizándose en multitud de fotografías aquellos emotivos e inolvidables momentos, que se prolongaron cuando todo el grupo se desplazó a la ciudad de Ronda, en la que en su centro, junto a la plaza de toros de tan rancia tradición y sobre el magnificente “Tajo”, la aparición o entrada en la sala del restaurante “El Mirador de la Espinela” por parte del “Capitán General”, junto con su hijo e ilustre militar Sánchez-Gey Venegas, fue acogida cin una prolongadísima salva de aplausos y ¡vivas!.
En la amplia sala del primer piso del restaurante habíanse
dispuesto mesas circulares que ocupaban simétricamente el espacio y desde
cualquiera de ellas se permitía no solamente la visión de la mesa presidencial,
sino también de la bellísima panorámica
que se podía visionar desde las alturas del “Tajo”.
que se podía visionar desde las alturas del “Tajo”.
De cuanto aconteció en aquella inolvidable reunión y comida
hay sobrada constancia en este blog, en el link o enlace que previamente se ha
incluido, y en la crónica/novela “Agostiembre (El retorno a Montejaque)”,
escrita por quien esto firma.
Mas, pese a todo, cuando ya tres años han transcurrido desde
aquella efemérides inolvidable, al llegar estas fechas, es oportuno y
necesario un recuerdo de aquellos mágicos momentos que siguen manteniendo viva
la llama del compañerismo y contacto entre los miembros del “grupo
Agostiembre”, que siguen denotando su vivencia y
realidad en la página que existe en Facebook, y en las periódicas reuniones de varios de sus integrantes.
realidad en la página que existe en Facebook, y en las periódicas reuniones de varios de sus integrantes.
No se trata de que la memoria de aquel Montejaque de 2013 se
renueve.
La memoria está, es, viva.
Los recuerdos son casi vivencias actuales.
La memoria está, es, viva.
Los recuerdos son casi vivencias actuales.
Los protagonistas siguen, seguimos, ahí.
Hasta el tiempo, tan raudo, sigue siendo aliado de unas
vivencias que por y para siempre han marcado las vidas de quienes las protagonizaron.
¡Un gran abrazo a todos!
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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