“Europa arranca un frágil alto el fuego en Ucrania.
Merkel y Hollande
logran que Kiev y Moscú pacten para resolver el conflicto.
El plan prevé un corredor desmilitarizado y ofrece más autonomía a los separatistas.
(Pilar Bonet, Minsk)
Los dirigentes
de Alemania, Francia, Ucrania y Rusia avalaron este jueves con una
declaración política un conjunto de medidas para relanzar el proceso de paz en
el este de Ucrania. El primer punto es un alto el fuego que entrará en vigor a
las cero horas del 15 de febrero.
La ofensiva diplomática emprendida
por la canciller Angela Merkel,
el presidente François
Hollande y sus colegas Petró Poroshenko
y Vladímir Putin, y que
culminó en una cumbre en Minsk (Bielorrusia), discurrió en paralelo a las
discusiones de un grupo de contacto, formado por representantes de las
autodenominadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, además de Ucrania y
Rusia bajo la égida de la OSCE.
“No todo se ha conseguido, pero hay una
esperanza”, dijo Merkel, según la cual los resultados de Minsk suponen un
“alivio para Europa”
y un “ejemplo de lo que puede hacer la cooperación franco-alemana”. El cara a cara de los cuatro líderes se había considerado como la última oportunidad de enderezar una grave situación bélica en plena degradación que ha causado más de 5.000 muertos.
y un “ejemplo de lo que puede hacer la cooperación franco-alemana”. El cara a cara de los cuatro líderes se había considerado como la última oportunidad de enderezar una grave situación bélica en plena degradación que ha causado más de 5.000 muertos.
La declaración política y las
medidas para recuperar el protocolo y el memorando de Minsk se complementan
entre sí. Los líderes dieron su espaldarazo a una lista de 13 puntos, que
deberán ser profundizados y desarrollados, para renovar los compromisos
incumplidos, que muchos daban ya por enterrados. Con objeto de verificar y
encauzar el proceso los miembros del cuarteto prevén organizar encuentros
regulares a nivel de altos funcionarios de exteriores.
Para llegar a una posición conjunta,
Merkel, Hollande, Putin y Poroshenko necesitaron de 16 horas de arduas
negociaciones a puerta cerrada que concluyeron con las breves declaraciones
ante la prensa del tándem Merkel y Hollande, y, por separado, de los presidentes
Putin y Poroshenko, a mediodía de este jueves. Todos ellos acusaban las huellas
de la fatiga.
Poco
antes de las diez de la mañana, la sesión parecía concluida y los dirigentes
dispuestos a firmar la declaración política. Sin embargo, algo se torció cuando
Poroshenko anunció que Rusia planteaba “condiciones inadmisibles”. La
declaración generó confusión y alarma. Los líderes volvieron a la sala de
negociaciones. A ellos se unió la embajadora Heidi Tagliavini, la representante
de la OSCE en el grupo de contacto que
reunió en Minsk a los máximos líderes separatistas,
Alexandr Zajárchenko en
nombre de la RPD y Igor Plotnitski, de la RPL. El grupo de contacto también
negoció durante toda la noche, pero en otra parte de la ciudad, y finalmente
acabó por firmar la lista de medidas.
El acuerdo contempla, además del
alto el fuego, el restablecimiento del control total de la frontera con Rusia
por parte del Gobierno de Ucrania para fines de 2015, si para entonces se
regula políticamente el problema del Este y los líderes electos de las zonas
hoy rebeldes dan su consentimiento. Para la futura regulación se prevén cambios
constitucionales descentralizadores, que deben ser planteados en el Parlamento
de Ucrania, elecciones locales con observadores internacionales, régimen
especial con prerrogativas tales como el nombramiento de fiscales y la
formación de una policía popular así como autodeterminación lingüística, lo
que, aparentemente, supone que podrán usar el ruso en los trámites oficiales si
lo desean.
Claves del acuerdo
El alto el fuego arranca a las 00.00 del
15 de febrero (una hora menos en la Península).
Retirada de la artillería pesada y
creación de una zona
de seguridad de al menos 50 kilómetros de ancho. Las fuerzas
leales a Kiev deben retirarse de la línea de contacto actual. Los separatistas
deben retroceder de la línea de contacto pactada el pasado septiembre en
Minsk.
Negociaciones inmediatas para la
organización de elecciones
en las provincias orientales.
Entrega de los prisioneros y amnistía para los
que han participado en los combates en las regiones del Este.
Retirada de todas las tropas y armas
extranjeras del territorio ucranio. Desarme
de todos los grupos armados ilegales.
Reforma Constitucional que entre en vigor antes de finales
de este
año, y definición de un estatuto
especial para las regiones de Donetsk y Lugansk.
Si se cumplen las otras condiciones
del acuerdo, el Gobierno de Kiev retomará
el pleno control de la frontera con Rusia a finales de 2015.
Fue necesario que Putin presionara a
los líderes separatistas para que estos firmaran las medidas para aplicar los
acuerdos de Minsk, según reconoció Merkel ante la prensa. Si Kiev transgrede lo
acordado ahora, toda la responsabilidad será de Poroshenko y no habrá nuevos
acuerdos, advirtió el secesionista Zajárchenko. Según este “las garantías”
dadas por Putin, Hollande y Merkel fueron clave para aceptar el trato.
En su conferencia de prensa, Putin
reprochó a Poroshenko que se negara a negociar directamente con los insurgentes
del este de Ucrania. La entrada en vigor del alto el fuego requerirá desactivar
focos
de violencia como el de Debáltsevo, un importante nudo ferroviario en la
ruta entre Donetsk y Lugansk. Putin dijo que iba a pedir a los expertos
militares que le informaran sobre lo que está sucediendo en Debáltsevo, donde,
según dijo, puede haber hasta 8.000 personas sitiadas.
A diferencia del pasado septiembre,
los líderes europeos se involucran ahora personalmente en el proceso de paz e
involucran a Poroshenko y Putin en el empeño. Ambas partes se han comprometido
a retirar sus armas pesadas para crear una zona desmilitarizada de un mínimo 50
kilómetros de anchura. Los acuerdos de septiembre contemplaban una franja de 30
kilómetros. Los ucranios deberán retirarse tomando como referencia la línea de
contacto actual y los separatistas —que en estos cinco meses han ampliado en
500 kilómetros cuadrados el territorio bajo su control— se regirán por la línea
de contacto acordada en septiembre.
La OSCE contribuirá a la
verificación del régimen de alto el fuego y la retirada de las armas pesadas
con ayuda de drones y radares.
Además, serán amnistiados todos los
implicados en los sucesos y liberados todos los rehenes, lo que, según
Poroshenko, incluye a la aviadora ucrania Nadezhda Sávchenko, que asegura haber
sido trasladada de forma ilegal desde su país a Rusia, donde se la acusa de
complicidad en la muerte de dos periodistas. En la zona de conflicto se
restablecerán la infraestructura económica y social y el sistema bancario, este
último con ayuda europea.
En la declaración política los
cuatro líderes “reafirman su pleno respecto por la soberanía territorial de
Ucrania”, se manifiestan convencidos de que no existe una alternativa a la
solución pacífica y se comprometen a usar su influencia para impulsar el
proceso de paz. Los firmantes apoyaron las conversaciones trilaterales entre
Rusia, Ucrania y la UE sobre las cuestiones energéticas y reabrieron también la
perspectiva de “un espacio humanitario y económico común desde el Atlántico
hasta el Pacífico fundado sobre el pleno respeto del derecho internacional y de
los principios de la OSCE”.
Los
bombardeos fijan las últimas posiciones
RODRIGO FERNÁNDEZ, Moscú
Los combates y bombardeos en el este
de Ucrania continuaron este jueves a pesar de los acuerdos firmados en Minsk,
que contemplan un alto el fuego en la medianoche del sábado al domingo
próximos. Muchos piensan que tanto el Ejército ucranio como los separatistas
tratarán de aprovechar las últimas horas para tratar de mejorar y fijar sus
posiciones en el frente.
Los rebeldes afirman que las tropas
de Kiev lanzaron 55 ataques de artillería contra localidades de la
autoproclamada República Popular de Donetsk y, según el ministro de Situaciones
de Emergencia local, un proyectil cayó en el hospital número 20, causando al
menos un muerto y siete heridos.
Además, al menos 11 civiles
perecieron durante la noche del miércoles al jueves por fuego de artillería. El
Ayuntamiento de Donetsk informó de la muerte de siete civiles —otros 14
resultaron heridos— debido a los bombardeos nocturnos contra esa ciudad,
mientras que las autoridades de zonas de Lugansk controladas por Kiev
aseguraron que cuatro civiles murieron por ataques de los rebeldes.
En la estratégica zona de Debáltsevo,
las tropas ucranias, que según los separatistas se encuentran rodeadas,
trataron de romper el cerco en varias oportunidades, pero no lo lograron.
“Acabamos de rechazar un tercer intento de romper el cerco”, declaró Denís
Sinenkov, jefe de una brigada de combatientes rebeldes, a una televisión rusa.
Sinenkov, que dice controlar un sector de la única carretera por la que las
fuerzas de Kiev pueden retirarse, afirma que los ucranios sufrieron numerosas
bajas.
El Gobierno de Kiev, por su parte,
niega el bloqueo a sus tropas en Debáltsevo. En la capital ucrania, un portavoz
militar afirmó este jueves que los separatistas recibieron de Rusia en las 24
horas
anteriores 130 unidades de armamento pesado. Según el portavoz, Andréi
Lisenko, la columna rusa estaba formada por 50 carros de combate, 40 lanzaderas
de misiles y 40 transportes blindados.
Los nuevos acuerdos de Minsk han
sido recibidos con esperanza en Ucrania, sobre todo en las bombardeadas
ciudades rebeldes, donde la situación humanitaria es catastrófica. Pero muchos
temen que los ataques artilleros no cesen, igual que ocurrió tras la firma del
alto el fuego de septiembre pasado.”
(De “El País”, 13/02/2015)
…
No
puedo negar que me alegro de que, al parecer, se haya decidido (que no
realmente efectuado) el cese de las luchas en el este de Ucrania.
Siempre
es de celebrar que las armas queden en silencio y sucedan los encuentros y
negociaciones.
Pero
no nos engañemos.
El
acuerdo alcanzado es tan precario, tan prendido con alfileres, que es más fácil
romperlo que cumplirlo, cual aconteció con el anterior pacto de Minsk.
Las
crónica y comentarios que preceden son buena muestra de la endeblez de la solución obtenida.
Todo
ello me mueve a reflexionar (y comentarlo, claro está) que una vez más la Unión
Europea (por boca de Hollande y Merkel) y la OSCE han sido “toreadas” por
Putin.
En
efecto, el líder ruso, desde su cinismo calculado, se ampara en que Rusia no
interviene en el conflicto y tiene bastantes dificultades para inspirar
decisiones pacíficas a los rebeldes pro independentistas; y por otro lado sugiere,
casi imponiendo, que se establezca un calendario de negociaciones y decisiones
para una práctica independencia de las zonas afectadas. Además de ni entrar en
el tema clave: el restablecimiento de una auténtica frontera entre Rusia y Ucrania en las regiones de Donbass y Lugansk.
El
taimado Putin insinúa, y al final lo dice, que es el Presidente de
Ucrania, Poroshenko, quien no admite tratar de posibilidades de independencia de
las zonas sublevadas, y que no ofrece propuestas positivas, además de ser
reticente a mermar la integridad territorial de Ucrania.
¡Faltaría
más! Es claro que Poroshenko (un magnate metido a dirigente político, con más
buena voluntad que picardía política) nunca podrá admitir la escisión efectiva
de las regiones de Lugansk y Donetsk, y deberá exigir, hasta por la fuerza de
las armas, el cese del movimiento separatista.
¿Podemos
pensar los europeos que se tratara de “cortar” por la fuerza un trozo de nuestro
territorio y que debiéramos aceptarlo sin más?
Tengo
la impresión de que el alto el fuego, si es que efectivamente se produce, va a
ser un débil e inseguro comienzo de una más que dudosa paz, que pienso,
parafraseando la obra de Gironella, ha “estallado”.
Sí, ha estallado para seguir generando problemas mil, no para iniciar tiempos de prosperidad y bienestar.
Sí, ha estallado para seguir generando problemas mil, no para iniciar tiempos de prosperidad y bienestar.
El
entusiasmo y la felicitación entre Hollande y Merkel después de anunciarse el
feble acuerdo alcanzado no son sino una muestra de su impotencia ante la
compleja cuestión que se ha planteado con Rusia, que mientras no se actúe con toda
la energía –toda, digo, no con blandenguerías de sanciones a veces
inexplicables – seguirá latente, ya que se olvida que Putin lleva en su esencia
como dirigente de la actual Rusia, restaurar el “imperio” de la URSS y del
zarismo, y para ello no puede ni va
tolerar que Ucrania se le vaya de su órbita y quede en manos de
Occidente.
Frente
a ello, el Fondo Monetario Internacional anuncia el propósito de inyectar más
de quince mil millones de euros en Ucrania, pero lo que no se dice es que las
condiciones impuestas para ello son tan gravosas (como necesarias) que tal vez
se necesite más de una generación para alcanzar sus resultados. Pues ahí es
nada exigir, entre otros extremos, que se supere la corrupción.
Si
la sufrimos en los países de la Unión Europea, con una democracia y legalidad
que se dice estable ¿cómo no va a permanecer enquistada la corrupción en países como Ucrania,
convulsa, dividida, empobrecida, necesitada y que bebe en las aguas fétidas de la antigua
corrupción comunista?
Ojalá
me equivoque, pero con la paz ahora anunciada y aun no comenzada va a acontecer
como en la fábula de la rana y el escorpión.
Cierto
es que el escorpión necesitaba de la rana para cruzar el río, y ello confió al batracio, pero era seguro
que cuando estuvieran a mitad de la travesía el escorpión le clavaría el aguijón. Que
es lo que le demandaba su naturaleza. Y no pudo sustraerse a ello.
¿Alguien
concibe a Putin sin ansias imperialistas?
En
fin, que en Donetsk y Lugansk “ha estallado” la paz…
“Incluso la paz se puede
comprar a un precio demasiado alto”.- Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
SALVADOR
DE PEDRO BUENDÍA
muy bueno su articulo, como siempre!
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