“La lengua no es la envoltura del
pensamiento sino el pensamiento mismo”.- Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo
y escritor español.
La lengua rusa desata una crisis política en Ucrania
(Paco
Soto, en “El Correo Diplomático.com”, 10/07/2012)
La lengua rusa, que es hablada por
un parte importante de la población de Ucrania, vuelve a ser polémica en este
país de la antigua URSS. Esta vez, la decisión del Parlamento ucraniano de
aprobar una nueva ley de idiomas que concede estatus de lengua oficial regional
al ruso provocó la reacción de la oposición y los movimientos nacionalistas
ucranianos que se enfrentan al presidente Viktor Yanukovich. Las protestas han
desatado una nueva crisis política en Ucrania. La polémica ley fue aprobada el
pasado 3 de julio en la Rada Suprema (Parlamento) a espaldas del presidente de
la Cámara, Vladimir Litvin, quien denunció la existencia de una maniobra
política de los promotores de la citada normativa para apartarle del proceso de
votación. Litvin dimitió de su cargo y denunció las “males artes” de la
votación. “Me parece que, en primer lugar, me habéis engañado a mí, al pueblo
ucraniano. Los resultados de esa votación tendrán graves consecuencias”,
aseguró Litvin.
Miles de personas protestaron en las
principales ciudades ucranianas en contra de una ley que da naturaleza oficial
al ruso en regiones donde es hablado por al menos el 10%. de la población. Los
nacionalistas ucranianos, que defiende la existencia de una sóla lengua oficial
para consolidar la identidad nacional, son los más radicales en esta polémica,
que ha llegado a tal extremo que ha dividido a la fuerzas que en la actualidad
apoyan al régimen de Yanukovich. Un total de 19 diputados del partido de Litvin
votaron, en ausencia de su líder, a favor de la ley de idiomas. La oposición
sostiene que la ley de ‘idiomas oficiales regionales’ promovida por el Partido
de la Regiones de Yanukovich se contradice con la Constitución de Ucrania que
estipula que la única lengua oficial del Estado es el ucraniano. En Kiev, la
capital de Ucrania, los manifestantes se enfrentaron a policías antidisturbios
en lugares como la Casa Ucrania. Los agentes tuvieron que usar gases
lacrimógenos para calmar los ánimos de algunos contestatarios muy
exaltados.
Extender la protesta
Verkhovna Rada |
Varios líderes opositores, como el
también dimisionario vicepresidente de la Rada, Nikolai Tomenko, que es miembro
de Batkivschina, el partido presidido por la encarcelada ex primera ministra
Yulia Timoshenko, pidieron a los manifestantes en Kiev que sigan con sus
protestas hasta que el Parlamento retire la polémica ley. En dos de las
regiones más occidentales del país -Lviv e Ivano-Frankivsk-, donde el
sentimiento antirruso está más extendido, la protesta tomó un carácter masivo y
muchas instituciones locales se unieron al movimiento. En este sentido, los
diputados de la asamblea municipal de Ivano-Frankivsk iniciaron una campaña de
‘Movilización nacional en defensa del ucraniano”, que se ha fijado el objetivo
de organizar viajes de ciudadanos a Kiev para sumarse a las protestas.
“Nuestro objetivo es crear un
sistema capaz de presionar a las autoridades con todos los medios legales”,
dijo el portavoz local del partido Libertad, Román Onufriiv. En Lviv, la
asamblea regional impulsó una protesta indefinida que también pretende enviar
manifestantes a Kiev y montar una acampada frente a la sede del Gobierno central
de la ciudad. Yanukóvich accedió al poder en 2010 con el compromiso de
convertir el ruso en el segundo idioma oficial de Ucrania, aunque para ello sea
necesaria la reforma de la Constitución y el presidente no cuente con la
mayoría parlamentaria suficiente para hacerlo. Según diversas encuentras, entre
el 33% y el 55% de los ciudadanos de Ucrania consideran el ruso como lengua
materna.
Sentencia de la Corte Europea
Litvin |
En otro orden de cosas, La Corte
Europea de Derechos Humanos condenó como arbitraria la detención de un
destacado aliado de la ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko, el
antiguo ministro del Interior en el ejecutivo de la líder opositora, Yuri
Lutsenko. Este cargo público fue detenido en diciembre de 2010 bajo cargos de
desfalco y abuso de autoridad por supuestamente entregarle bonificaciones
ilegales a su chófer. Lutsenko fue condenado el pasado mes de febrero a cuatro
años de cárcel. El veredicto contra Lutsenko sucedió a la condena de
Timoshenko, que se enfrenta a siete años de prisión por abuso de autoridad
mientras negociaba un contrato de gas natural con Rusia en 2009.
“La Corte Europea -explicó Sergiy
Vlasenko, abogado de Yulia Timoshenko-, por primera vez considera que hay una
motivación política tras las persecuciones criminales” en Ucrania. En el caso
de Timoshenko, “tiene derecho a recurrir al Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, está en su derecho”, manifestó José Manuel Pinto Teixeira, embajador
de la Unión Europea (UE) en Ucrania, “y como miembro del Consejo de Europa –añadió-,
Ucrania tiene que respetar la decisión de la Corte Europea de Derechos
Humanos”.
…
La lengua rusa frente a la ucraniana (Iryna Bulgákova, en “El Imparcial”, 09-07-2012 )
Pancarta bilingüe |
El idioma es un fundamento que
consolida la peculiaridad y singularidad de cada pueblo. En efecto, un idioma
de un país no es sólo una herramienta de comunicación, sino también el alma y
el núcleo de la vida cultural y espiritual de una nación. Pero desgraciadamente
a veces las cuestiones sobre el idioma pueden ser utilizadas como un
instrumento en las luchas políticas.
El idioma ruso y el ucraniano
provienen del mismo grupo lingüístico, basado en el idioma antiguo eslavo que
se habló entre los siglos IX y XV por los eslavos orientales en la Rusia de
Kiev. La nación rusa tradicionalmente se formaba alrededor de Moscú. La
formación del Principado de Moscú ha ido acompañado de la subyugación y
asimilación de los pueblos y las tribus vecinas, principalmente los
ugro-finlandeses y los túrquicos. Por eso, en el idioma ruso tenemos la
variedad de las palabras de procedencia no eslava. La nación ucraniana se
formaba de manera distinta: mediante la unificación de los diferentes grupos
étnicos rusos eslavos del sur. Por tanto, la lengua ucraniana es más ancestral,
ya que las prestaciones lingüísticas venían, en su mayoría, de los idiomas
vecinos, principalmente eslavos. Así pues, la lengua ucraniana conservó la base
y estructura del ruso antiguo, y es curioso, pero la podemos considerar el
idioma “más ruso” y primitivo que el propio ruso moderno.
Bajo la gobernación del poder
soviético se desempeñaba la política de supresión y del nacionalismo extremo.
Como consecuencia lógica, a partir de los años 90, una vez se desintegró la
Unión Soviética, las nuevas autoridades ucranianas decidieron romper
drásticamente con todo lo ruso (más bien soviético) y, principalmente, hacer
que se dejara de usar el ruso en todos los ámbitos sociales. Se puso en marcha
un plan de aniquilación de la lengua rusa, que fue sustituida por el ucraniano,
tanto a nivel político y oficial como en los colegios y universidades, y en la
prensa y televisión de Ucrania. Dicho de otra manera, la lengua rusa
prácticamente estaba prohibida en el país, distanciando las relaciones de
amistad. Sin embargo, con el paso del tiempo (cambio del régimen político) y,
dados sus lazos históricos y afinidades culturales, el ruso ha sido y sigue
siendo la lengua básica de comunicación en las regiones centrales y orientales de
Ucrania y del sur, sobre todo, en la península de Crimea. Aún más, es el
segundo idioma por la difusión en sus regiones centrales y occidentales, y,
después del ucraniano, la lengua más difundida entre la población no
rusoparlante.
No obstante, hasta el día de hoy las
cuestiones sobre el idioma siguen teniendo una tensión bien elevada y causan la
escisión de la sociedad. El 4 de julio siete diputados de la Rada, el
parlamento ucraniano, comenzaron una huelga de hambre, mientras que los otros
miembros de la oposición llegaron a la “Casa Ucraniana”, centro de las
relaciones internacionales en Kiev, con manifestaciones que protestaban contra
la Ley de Idioma Regional. Según esta ley la lengua rusa obtiene el status del
segundo idioma oficial en la gran parte del país, incluso en la provincia de
Kíev. Por otro lado, si la ley está aprobada, la lengua rusa no adquirirá
ninguna de las preferencias especiales, pues el ucraniano seguirá siendo el
único y principal idioma del estado. No obstante, los que hacen las protestas
creen que si dicha ley entra en vigor, el país caerá con el riesgo de perder
su identidad nacional y romperá con sus orígenes.
Al mismo tiempo, si nos alejamos de
la gran política y nos fijamos en el pueblo y lo que nos dice la estadística,
veremos que a pesar de todo, el idioma ruso tiene mucha relevancia en la
sociedad ucraniana (el 60 por ciento de la población habla ruso). Y no menos de
la mitad de los propios ucranianos preferirían seguir usando el ruso como el
segundo o, a veces, el primer idioma. Aún más, en Ucrania en algunos círculos
de la sociedad se cree que si uno habla los dos idiomas es un rasgo de buen
gusto y de pertenencia a una cierta clase social.
No obstante, no deberíamos olvidar
que cada idioma aparte de ser una joya de un pueblo, es una herramienta
muy valiosa de comunicación y no sirve para distanciarnos, sino al contrario
para que hablemos y nos comprendamos los unos a los otros.”
…
Ya
he comentado varias veces en este blog que la situación política en Ucrania,
pese al control parlamentario por el partido del gobierno (el Partido para las
Regiones) dista mucho de ser sosegada y apta para impulsar el crecimiento
económico y social del país.
Como
se trata de una nación absolutamente inmadura en sus estructuras sociales,
políticas y económicas, con demasiada asiduidad, por desgracia, se producen
convulsiones como la que se halla latente en la actualidad con motivo del
intento de introducción oficial de la lengua rusa como idioma autorizado en
Ucrania.
La
realidad es que en Ucrania se pueden distinguir dos mitades: la del Este, que
llega hasta Kiev, y que ocupa toda la zona del oriente, como si se trazara una
ideal línea vertical que pasando por Kiev llegara del norte a sur; y la
occidental, situada como es lógico al oeste.
La
primera, además de lindar con Rusia por todo el norte, excepto en las zonas en
que la limita el mar Negro, ha sido siempre y es ruso parlante y de costumbres
muy similares a las de la cercana Rusia. La otra es de lengua ucraniana, que en
el oeste predomina absolutamente sobre el ruso (aunque éste no se ha olvidado,
por los muchos años de dominación soviética, en los que era casi la única
lengua), y en una zona que es de costumbres mucho más pro-occidentales, no
solamente porque su territorio ha sido objeto de civilización por lituanos,
polacos, austro-húngaros y otros pueblos centro-europeos, sino también por su
proximidad a naciones integradas actualmente en la Unión Europea, como Polonia,
Hungría y Rumanía.
Taras Shevchenko, poeta ucraniano, con la boca silenciada |
Ahora
bien, según la constitución ucraniana, la lengua oficial ha venido siendo y es
todavía el ucraniano, aunque en la práctica la mitad de la población más o
menos hablaba ruso.
El
partido en el poder, integrado por ruso parlantes en su mayoría, con hondas
raíces en las oligarquías (y corruptas mafias) de las zonas de Donetsk y
Lugansk, más Crimea (que es república autonómica), viene tratando de imponer el ruso como lengua
oficial, pero solamente ha realizado hasta hace poco tímidos intentos, porque
aún no puede sustraerse a la reacción popular de tinte nacionalista ucraniano
que lideró la ex premier Yulia Tymoshenko –principal opositora, y probablemente
por ello en prisión--, que implicó una reafirmación pro-europeista y anti rusa
en todo el país. Y también por no contar con recursos parlamentarios bastantes
para modificar la Constitución.
El
actual presidente, Yanukóvich, es a su vez rusohablante y a veces se le nota la
dificultad que experimenta para expresarse en ucraniano, y ha liderado un
sibilino intento de introducir el ruso como otro idioma oficial (lo prometió
durante la campaña electoral), y ello ha motivado que su partido en el parlamento,
utilizando sibilinas tácticas, para sorprender al presidente de la cámara,
Litvin -- partidario del ucraniano, aunque aliado de Yanukóvich que lidera un
partido bisagra y que siempre está cerca del poder--, hay conseguido encender
el detonante de la confrontación.
La
argucia ha consistido en reconocer el ruso como lengua hablada en determinadas
regiones, de manera que, aunque no declarado oficialmente, pueda utilizarse de
manera regular y habitual.
Ello
ha provocado reacciones como la del “sorprendido” presidente de la Verkhovna Rada (Asamblea Suprema o Parlamento), que ha dicho dimitía pero ha seguido
en el cargo. No así el vicepresidente, del partido de Yulia Tymoshenko, que ha
abandonado el cargo sin más.
Es
decir, lo de siempre. Las disputas lingüísticas elevadas a motivo de
confrontación política, entre partidos que ya de por sí se hallan en pugna
permanente.
Al
final, cuando las aguas se serenen (que pronto o tarde ocurrirá) acontecerá que
todo quedará como hasta ahora, es decir, una parte de la población hablando
ruso y otra parte hablando ucraniano; y en las escuelas se enseñará ambos
idiomas (actualmente el ruso está ausente de la educación).
Y
los ucranianos contarán con la riqueza de hablar dos idiomas…
Mientras
estas líneas esbozo voy pensando en que en nuestra amada y bien vapuleada
España (estamos mal de dinero y peor de espíritu social) la lucha lingüística
ha sido especialmente virulenta en Euskadi y en Cataluña, autonomías o regiones
en las que los gobiernos de signo nacionalista han impuesto el uso de su lengua
de forma casi exclusiva, sin respetar en modo alguno el mandato constitucional
del biligüismo.
Peor
ha sido el tema del catalán/valenciano, que unos más academicistas dicen que es
catalán todo; otros más analistas distinguen como dos lenguas hermanas pero
distintas; y que Cataluña se ha afanado en subvencionar para su mayor
instauración en la Comunidad valenciana,
a la que muchas veces se incluye en los Países Catalanes, sin venir a cuento en
modo alguno, porque la historia conduce precisamente a la conclusión contraria.
Protestas |
Al
fin y a la postre, en España, como ahora en Ucrania, las lenguas que se hablan
seguirán hablándose, muy por encima de decisiones parlamentarias o
gubernamentales, y andando el tiempo este motivo diferenciador de militancias
políticas quedará como algo residual.
Porque
en estos tiempos de carencias económicas y de convulsiones sociales, lo menos
importante es cómo nos comuniquemos los unos con los otros, sino que en definitiva
nos comuniquemos y, más aún, que lleguemos a entendernos en las expresiones y
en las convivencias.
En
otro caso, el rico refranero español ya nos advierte de que “unos por otros y la casa por
barrer”; que los problemas se acumulan (“éramos
pocos y parió la abuela”); que las
discusiones baldías merman eficacia de vida (“si son galgos o si son
podencos”);porque “la gran victoria
es la que sin sangre se toma”…
“Siempre
lamento la desaparición de cualquier lengua, puesto que las lenguas son el
pedigrí de las naciones”.- Samuel Johnson (1709-1784) Escritor
inglés.
SALVADOR DE
PEDRO BUENDÍA
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