Este verbo transitivo, que ocupa casi media columna, escrita en letra muy pequeña, del “Diccionario ideológico de la lengua española” de Julio Casares, tiene, de entre sus significados principales, el de “regresar”, o el de “devolver”; y de entre las muchas otras acepciones que es posible admitirle, la de “repetir o reiterar lo que antes se ha hecho”.
Viene a cuento la anterior disquisición sobre el significado del vocablo que titula esta carta, porque hoy, en mi diaria revisión de las webs que tengo marcadas como “Favoritos” en Internet, he abierto el de “Conoces Ucrania?” (o denominación similar) y he comprobado que en una de sus secciones aparece interviniendo, por tanto ya en activo, el creador del site, es decir, el buen amigo Igor Barrios.
Resulta lógico, yo diría más, casi obligado, congratularse del retorno, del regreso, de la vuelta, del bueno de Igor, porque ello genera en los lectores algo así como la satisfacción por el reencuentro con el amigo.
Y esta vuelta inspira la esperanza de que Igor retome el pulso o presencia que le caracterizó, poniendo fin a los tiempos vacíos, ausentes, que precedieron a su regreso.
Así lo espero y deseo, y por ello con el título de “Volver”, no solamente quiero referirme y glosar el retorno, la “devolución” de Igor a su site, sino también que nuestro amigo “repita o reitere lo que antes ha hecho”.
Entiendo que sobran palabras, y no serían apropiadas en este momento, para glosar el valor que mantiene el web site lanzado por Igor Barrios, ya que incluso en su ausencia, las visitas han seguido, y hoy puede presentarse un resumen de más de veinte mil entradas, que no es poco.
No voy, por otra parte, a permitirme consejos sobre posibles cambios o nuevas secciones, porque pienso que ello compete al “titular”, con su personal visión de su propia obra, y porque ya bastante hace aquél si permite un link hasta el blog en que esta Carta se publica.
Hoy prefiero evitar pensamientos de aparente transcendencia o adornados de tópicos o grandilocuencia.
Lo único que deseo es congratularme en público de que Igor Barrios parece que ha vuelto, y con él, se devuelve a su site el propio espíritu de su progenitor, se podrá “repetir” lo anterior, y (¿por qué no?) incrementar la convivencia y relación entre personas de toda clase, edad, cultura, residencia, procedencia, lenguaje, ideología, como las que acoge Igor en su sitio.
He recordado del poeta español S. de P. B.:
En el camino interminable del regreso
que lleva de tu amor hasta mi olvido,
te he visto, viajera de la tarde,
avanzar a encontrarte conmigo.
Yo te dejé pasar por lo que eras:
relevo inútil de un amor perdido;
yo te dejé pasar, aunque tú estabas
esperándome al borde del camino.
Todo pesó en mi melancolía
con recuerdos de un ayer, resucitado
en imágenes de primeros días.
¡Ay, la tornadiza voluntad de las cosas
y la experiencia prematura y dolorosa!
Te he visto, viajera de la tarde,
avanzar a encontrarte conmigo;
yo te dejé pasar, aunque tú estabas
esperándome al borde del camino.
Lo he leído y me ha servido para concluir que ni Igor es esa sombra que avanza, viajera de la tarde, ni él ha dejado pasar la oportunidad que en su vida se le presentó, y por eso, en vez de ser él quien ha esperado al borde del camino, hemos sido nosotros, sus lectores, los partícipes de su web site, quienes estábamos esperándole allí.
Y le hemos visto llegar, ha vuelto, y no solo, sino con la Musa, discreta, secreta y siempre presente, que desde hace algún tiempo es dueña de su corazón…
Y a la que –también porque vuelve a estar furtivamente cerca de nosotros— rindo mi mayor pleitesía.
Pero que quede claro: ellos vuelven; nosotros les estábamos esperando al borde del camino; pero no les dejamos pasar. Volvemos, regresamos, repetimos con ellos..
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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