Hace más de tres años, con motivo de la visita a España de una delegación del gobierno del oblast o provincia de Ivano-Frankivsk, por iniciativa personal del entonces gobernador (mi muy querido amigo Roman Tkach), del también entonces jefe del departamento de cooperación internacional (muy apreciado por mi, Pavlo Andrusyak), y del Presidente del Centro de Integración Europea de Ucrania (mi alter ego, entrañable amigo y socio, Gennadiy Mikitka), surgió la idea de fundar la “Casa de España en Ucrania”, en paralelo a la “Casa de Ucrania en España”
Por mi parte, como Presidente de una organización para la integración entre España y Ucrania (CIESPU, http://www.ciespu.apblawspain.com/) acogí la idea con todo entusiasmo y me lancé a trabajar en ella, movilizando contactos y recursos, buscando personas interesadas en España y en Ucrania.
La idea tuvo una especial buena acogida en las provincias del Oeste de Ucrania, precisamente las que tenían y tienen mayor contingente de inmigrantes a España, y así, Universidades y organismos oficiales ofrecieron locales y dotaciones, inclusive bibliotecas, a quien se hiciera cargo de establecer y poner en marcha el proyecto.
Como era obligado, personalmente informé de ello al Embajador de España en Ucrania, y después organicé un encuentro con el mismo por parte de las tres personas ucranianas a quienes me he referido al principio, quienes inclusive le invitaron a visitar durante unos días la región, para que conociera su realidad y pudiera tomar contacto con las fuerzas vivas que estaban dispuestas a participar.
La respuesta del Embajador fue diplomática, es decir, con un “bueno, pues un poco más adelante, cuando haga mejor tiempo (era invierno)”.
Y llegó la primavera y le dirigí una carta adjuntando otra del gobernador, reiterando la invitación. No hubo respuesta, aunque la secretaria me dijo que el Embajador lo difería para más adelante.
Volvimos a reiterarlo. No ha habido contestación.
Y en eso, se nombró nuevo Segundo Jefe de la Embajada y encargado de asuntos culturales. Pedí cita con el mismo, por escrito, por teléfono, a su secretaria. Nunca pudo atenderme, porque estaba muy ocupado.
Así, los ucranianos oferentes me han preguntado muchas veces qué es lo que pasa y por qué no hay noticias.
He tenido que decirles la verdad: La Embajada de España no presta la más mínima atención al proyecto.
Más tarde, autoridades de Kiev y del centro de Ucrania se me han dirigido con ofertas similares. Les he contado lo acontecido. No lo creían.
Por todo ello, en Ucrania no existe todavía la Casa de España, ya que quienes podían dar al menos un pequeño apoyo al respecto no lo han querido.
Y hemos decidido seguir adelante sin los estamentos diplomáticos, a quienes no me recato en calificar de ineptos y negligentes.
Tal vez ahora, la iniciativa privada de españoles y ucranianos, junto con el apoyo de gobiernos regionales, instituciones y universidades de algunas provincias, podamos concluir lo pretendido.
Y mientras tanto, bueno es que se mantenga ese web site que lidera Igor Barrios, y en el que, pese a todo, se estrechan relaciones y conocimientos entre España y Ucrania. Esta gente de esta página, sí que podrá ser convocada algún día para que apoye y se integre en la Casa deseada, que ojalá exista pronto, y que será la “Casa de España”, para todos los españoles y todos los ucranianos, excepto para los actuales diplomáticos que solamente se representan a ellos mismos.
Como decía Mariano José de Larra: “Miquelarena, qué país”
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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