“Putin reconoce a los territorios separatistas y despliega allí sus tropas (XAVIER COLÁS, Lunes, 21 febrero 2022 - 23:18)
El presidente ruso consigue con esta decisión dejar a
Occidente descolocado y a Kiev ante el abismo de otro posible estallido del
conflicto
Los acuerdos de Minsk, firmados en 2015 cuando Ucrania
estaba acorralada por los combatientes separatistas y las tropas rusas,
concedían un mayor poder a los territorios sublevados, donde Rusia tiene más
capacidad de influencia. Lo firmado entonces no se ha cumplido y Rusia ha dado
una patada al tablero que deja a Occidente descolocado y a Kiev ante el
abismo de otro posible estallido del conflicto.
En un amargo mensaje nocturno a la nación, Putin se
quejó ante las cámaras del comportamiento hacia Rusia de la Ucrania
postsoviética. Acusó a los ucranianos de haber robado el gas ruso en el pasado
y de usar la energía para chantajear a Moscú, acusando a los sucesivos líderes
de Ucrania de querer "toda las cosas buenas de Rusia sin ninguna
obligación".
Durante una larga charla en un despacho con varias
pantallas, dos banderas de Rusia y un enjambre de teléfonos analógicos, Putin
volvió sobre uno de sus traumas recurrentes, afirmando que el colapso
de la URSS fue un "robo" para Rusia.
"La seguridad de Ucrania puede amenazar la seguridad de Rusia", denunció Putin en un salto al presente al calibrar las posibilidades de Kiev de acceder a la OTAN: "Es una cuestión de tiempo, y los riesgos para Rusia surgirán de una manera decisiva, ataques relámpago y ataques preventivos". Putin calcula que los misiles tomahawk "podrían alcanzar Moscú en 35 minutos, y los hipersónicos en tres minutos". "Nos engañaron diciendo que no iban a ampliar la OTAN", denunció Putin.
La medida puede trastocar los esfuerzos diplomáticos.
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo por la mañana que planeaba
reunirse con su homólogo norteamericano Antony Blinken en Ginebra el jueves y
mencionó que hubo algunos avances en las conversaciones con Occidente sobre
seguridad. Pero Blinken avisó de que cualquier reunión sería cancelada si Rusia
invade. La tensión es máxima en esa zona gris donde rusos, ucranianos y
separatistas se tocan.
El reconocimiento de estas repúblicas supone una
anexión 'de facto' de los separatistas armados de Donetsk y Lugansk,
cuya subsistencia queda ligada a Rusia. La pregunta es ahora qué otro resorte
puede buscar Putin para seguir condicionando la política de Kiev, que para bien
o para mal pierde esos territorios definitivamente. En realidad, Moscú lleva
años succionando estos dos estados fallidos: circula el rublo y Rusia ya ofrece
pasaportes a los residentes de las dos regiones. Moscú asegura que ahora hay
800.000 ciudadanos rusos allí. Si son atacados los defenderá con las armas.
La decisión de Putin culmina una jornada de tensión
directa entre Moscú y Kiev. Rusia dijo que los saboteadores militares
ucranianos intentaron ingresar al territorio ruso en vehículos armados y
provocaron cinco muertos, una acusación que Kiev catalogó como "noticias
falsas". Al caer la noche, una potente explosión sacudió el centro de
Lugansk, una de las dos capitales separatistas.
DRAMA EN EL
CONSEJO DE SEGURIDAD
Horas antes de firmar el decreto junto a los líderes
separatistas, Putin había preparado a los rusos para una decisión que aparta
más a Rusia de Occidente y de su vecina Ucrania. En una reunión televisada de
su Consejo de Seguridad, que normalmente se celebra a puerta cerrada, Putin
volvió sobre sus habituales demandas sobre Europa central, e insistió
en que no es suficiente que Occidente diga que Ucrania no estaba lista para
unirse a la OTAN en este momento. Uno a uno, fueron desfilando por delante
de Putin sus principales colaboradores: jefes de los servicios de inteligencia,
ministros y otros cargos ligados a los servicios de seguridad.
Como en una coreografía, cada uno fueron poniendo
sobre la mesa los miedos, argumentos, teorías y reclamaciones que Putin y su
entorno llevan supurando durante las últimas semanas de tensión con Occidente.
Todos empujaron al presidente a dar este paso sin vuelta atrás. Y cuando uno de
ellos dudó, fue reprendido por el propio Putin ante las cámaras. Fue el
director del servicio de inteligencia exterior (SVR) de Rusia, Serguei
Naryshkin, el el único que tropezó al decir su papel cuando dijo que Rusia
debería dar a los socios la oportunidad de dialogar y luego, si se daba el
caso, reconocer su independencia. Putin lo interrumpió y pidió que hablase
claro, reclamando todo su apoyo. Naryshkin, confundido y tartamudeando,
rectificó pasándose de frenada: apoyó la anexión de los territorios a Rusia.
Putin le tuvo que regañar de nuevo: "No estamos hablando de eso":
El primer ministro, Mijail Mishustin, habló con su habitual llana sinceridad: "Llevamos muchos meses preparándonos para la posible adopción de la República Popular de Lugansk y la República Popular de Donetsk". Nikolai Patrushev, el secretario del Consejo de Seguridad agitó los miedos contra Occidente "su objetivo es la destrucción de Rusia" y clamó que "no es el pueblo de Ucrania el que organizó
esto. Están siendo atemorizados y obligados a tomar este camino". El Gobierno ruso lleva semanas tratando de apartar a la UE de la negociación y Patrushev corroboró: "El único país con el que necesitamos tener negociaciones es Estados Unidos".El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, fue más allá
diciendo que Ucrania, que renunció a las armas nucleares después de la
independencia de la Unión Soviética, tenía un "potencial nuclear"
mayor que Irán o Corea del Norte, en clara referencia a las recientes
peticiones del presidente ucraniano de revisar su estatus nuclear.
Tanto la UE como EEUU han
anunciado sanciones. Biden firmará "pronto" una orden ejecutiva con
sanciones económicas para las autoproclamadas repúblicas separatistas de
Donetsk y Lugansk.
(“El Mundo”, 22/02/2022)
…
Tiempo ha, desde que la Rusia de Putin invadió sin obstáculos la península de Crimea ante la impotencia del gobierno de Ucrania y la falsa reacción (ineptitud) de Occidente, tiempo ha, repito, en que he venido pensando y diciendo que, tal como actuaba el sátrapa ruso y como (no) actuaban los países democráticos de Occidente, pronto o tarde Rusia seguiría expandiéndose hasta ir, poco a poco, adueñándose de territorios de Ucrania, probablemente con el ánimo de hacer propia la nación del Dniéper, que tanto dolor les causa desde que salió de la órbita de Moscú.
Bien cierto que Putin es chiquito, pero bien matón, y cual
avezado jefe de espías soviético, ha ido planificando ante la incalificable
lenidad de la NATO y la timorata observación de la Unión Europea, con más miedo
que un ratón a un gato.
La gran verdad es que la nación ucraniana viene siendo
una realidad prendida con alfileres, con dos partes bien diferenciadas cultural
y económicamente, y en la que las semillas de la oligarquía rusa se han ido
adueñando poco a poco de la realidad social y económica, protegiéndose con una
galopante corrupción de todo orden, que ha generado el rechazo de Occidente y
la indefensión de las clases ucranianas emergentes.
Los países occidentales no han querido saber casi nada
de Ucrania, amparándose (es verdad en parte) en que las ayudas económicas se
diluyen en manos de los remanentes jerarcas pro rusos, sembrantes de mafias
poderosas, pero también es cierto que el monstruo de la Unión Europea (ella
misma cuarteada) bastante está teniendo con sobrevivir.
Y mientras tanto, la faceta defensiva, que debería corresponder a la NATO, ha quedado abandonada en Ucrania, porque los dirigentes estadounidenses bastante tenían con escaparse de las guerras de
Afganistán y otros países, amén del miedo a pringarse en nuevos conflictos, máxime cuando algunos dirigentes (Trump el más señalado) han montado histéricos planteamientos de “América lo primero” (“América the first”).Como además después de la cuasi pacífica invasión de
Crimea, quedó sembrada la lucha en la zona oriental, sobre parte de las regiones
u oblast de Donbass y Lugansk, los sucios negocios de los magnates de la venta
de armas seguían prosperando y el país se sumergió en una lucha absurda de
desgaste, que lo único que generó y ha generado ha sido miles de muertos.
En ese ambiente, comprobada por Putin la indudable
debilidad de Occidente y la NATO para proteger a Ucrania, no le ha sido demasiado
difícil planificar lo que ya está comenzando a ejecutar, cual es “recobrar”,
como mínimo, las zonas de influencia rusa, en las que la lengua y las
costumbres son menos occidentales.
Podría decirse que todo el territorio situado al norte
del río Dniéper (y algo más) sigue estando en riesgo de que, paso a paso, año
tras año, Rusia, con el zar Putin al frente, vaya quedándose lo que le
interesa.
Causa pena, mucha pena; y causa irritación, mucha
irritación, comprobar que Rusia hace lo que le da la gana porque le conviene;
que Occidente amenaza con represalias que muchas veces dan risa; que el
gobierno ucraniano quiere, pero no puede; y que en ese río revuelto los
mafiosos oligarcas rusos y ucranianos consolidan su enorme negocio y amasan sus
grandes fortunas, que expanden por todo el mundo.
El pueblo ucraniano pareció reaccionar cuando el
desalmado y sinvergüenza de Víktor Yanukovich tuvo que salir huyendo cuando las
manifestaciones del año 1994 le cercaron y le obligaron a escapar con los
bolsillos bien forrados.
Pero quienes con el tinte de demócratas
pro-occidentalista asumieron el control del país sucumbieron víctimas de sus
propias ineptitudes y del poder de facto de las mafias oligárquicas, ya se vió
que poco futuro podía tener Ucrania sin una real y efectiva incardinación en
Occidente, que se solicitaba por el gobierno, pero que lastraban los magnates
para que no mermara su control y poder.
Así ha llegado al momento presente y los augurios no
pueden ser más sombríos, ya que Putin solamente se Alea jacta es
No tengo la menor confianza en que la actual crisis
evolucione para bien, sino todo lo contrario, porque, conociendo al pacífico,
culto y sacrificado pueblo llano de Ucrania, se seguirá soportando, como
durante tantos años de la URSS, la opresión social y económica.
En fin, que lo que tenía que pasar, pasó.
Mucho decir “¡Que viene el lobo!”, hasta que llegó de veras
y todos quienes debieron tomar medidas se quedaron cacareando. Y los ucranianos
sin plumas.
¡Que Dios bendiga a Ucrania!
¡Porque otras ayudas parecen inalcanzables!
“Preferiría
la paz más injusta a la más justa de las guerras” Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario