La hegemonía
de la ineptocracia es la causa de que nadie, absolutamente nadie de este
Gobierno, haya dimitido, haya presentado su dimisión o haya sido cesado
(Adriana
Lastra. Europa Press, en Voz Populi, PUBLICADO 21/07/2020)
Nos gobierna
una banda de mediocres. Tenemos un ejecutivo que no solo demuestra ineptitud en
el desempeño de sus funciones, sino que además la fomenta, alardea de ella y
hasta la recompensa. Quienes no han producido ni van a producir nada porque
solo conocen la política como modus vivendi han convertido las
instituciones españolas en su particular chiringuito, en el que, además, está
reservado el derecho de admisión. El mérito está vedado y para justificar el
nepotismo y el enchufe se degrada y ridiculiza el emprendimiento.
Mientras que
las políticas igualitaristas han demostrado ser un arma generadora de pobreza
masiva, las políticas de igualdad son las que han permitido prosperar
a las sociedades occidentales
a las sociedades occidentales
Se me cae el
alma a los pies cuando escucho argumentar, desde postulados supuestamente
liberales, que el mérito es una barrera en el camino hacia la igualdad y que la
meritocracia es generadora de brechas varias, ya sean de género o de clase. No,
señores, eso es una burda mentira: el mérito no es el origen de la desigualdad,
sino la consecuencia del triunfo de la igualdad ante la ley. Y es que el
igualitarismo y la igualdad no son la misma cosa. El primero aboga por anular
cualquier diferencia material, ya sea económica o social, mientras que el
segundo propugna suprimir la diferencia legal. Y no se trata de una mera
sutileza o matiz, pues mientras que las políticas igualitaristas han demostrado
ser un arma generadora de pobreza masiva, las políticas de igualdad son las que
han permitido prosperar a las sociedades occidentales mediante el
reconocimiento de la singularidad de sus individuos.
Que nadie me
venga con eso de que la igualdad tiene una vertiente material, que ya lo
sé. Pero ésta lo que pretende evitar es que los ciudadanos no puedan alcanzar
metas formativas o laborales por falta de medios, no el crear puestos para que
sean ocupados por personas que carecen de las aptitudes necesarias primando la
visibilidad de no se qué colectivo por encima de la capacidad y el mérito.
Bufones y
juglares
Usar las
políticas igualitarias como pretexto para colocar a los afines y asentar redes
clientelares ha llevado a que nos gobierne un señor cuyo currículum
laboral es una broma de mal gusto y cuyo único mérito es aferrarse al
poder sin
apartar la mirada del espejo que le devuelve su propio reflejo. Un
presidente que se refiere a sí mismo como “Mi Persona” y ha convertido la
Moncloa y la red institucional creada en torno a ella, incluida la televisión
publica, en un
conglomerado de bufones leales y juglares que glosan sus andanzas. En fin.
conglomerado de bufones leales y juglares que glosan sus andanzas. En fin.
Como se
podrán imaginar, nadie con este perfil puede rodearse de personas de valía o,
al menos, que hagan ostentación de la misma. Nadie puede destacar ni sobresalir
so pena de ser condenado al ostracismo. Sólo gozan de minutos ante las cámaras
y micrófonos aquellos que, con su inanidad, confieren a Sánchez un perfil
cuasi churchilliano. Por eso Su Persona está encantado con sus ministros
podemitas o con aupar a gente como Lastra. Aunque justo
es decir que ni de Iglesias ni de Montero se puede predicar precisamente la
virtud de la lealtad, su falta de juicio y su tendencia al chabacanismo pueril
compensan el cuasi analfabetismo funcional de Sánchez. Y el de muchos de sus
ministros y ministras.
La
ineptocracia en la que estamos inmersos es la que explica que los estudios
sitúen a España como el país occidental que peor ha gestionado la pandemia.
Que las cifras oficiales de fallecidos por covid-19 no se las crea nadie y
disten muchísimo de las reales. Que la inseguridad jurídica y económica forme
parte del día a día de los españoles. Que España bata récord de parados. Que el
responsable epidemiológico del Gobierno recomiende a sus compatriotas no veranear fuera de su comunidad autónoma mientras él se va a surfear a las playas portuguesas. Pero, sobre todo la hegemonía de la ineptocracia es la causa de que a pesar de todo esto nadie, absolutamente nadie de este Gobierno, haya dimitido, haya presentado su dimisión o haya sido cesado. Y que sus votantes y adláteres, lejos de recriminárselo, busquen ahora responsabilidades en el norte de Europa. Qué buenos vasallos, si tuvieran buen señor.”
responsable epidemiológico del Gobierno recomiende a sus compatriotas no veranear fuera de su comunidad autónoma mientras él se va a surfear a las playas portuguesas. Pero, sobre todo la hegemonía de la ineptocracia es la causa de que a pesar de todo esto nadie, absolutamente nadie de este Gobierno, haya dimitido, haya presentado su dimisión o haya sido cesado. Y que sus votantes y adláteres, lejos de recriminárselo, busquen ahora responsabilidades en el norte de Europa. Qué buenos vasallos, si tuvieran buen señor.”
…
Después de
comprobar con bastante frustración cómo Pedro I “el Sánchez” ha deambulado cual pollo sin cabeza por los espacios de la reunión de la Comisión Europea, en Bruselas,
mientras los llamados “países frugales” se plantaban e imponían su exigencia
inamovible frente a “países pedigüeños” como Italia y España, uno llega a la
conclusión de que este caballerete con vocación frustrada de curita homiliético
y con dotes de truhan y trilero, que dice lo que le conviene y cuando le
conviene aunque sea mentira o se desdiga de la palabra dada, este pillastrón
que por desgracia vive y desgobierna en el palacio de la Moncloa, nos ha llevado, ya sin
remedio, al descrédito de la ineptitud en el gobierno y de la incapacidad de
España como nación para rehacer su vida social y su economía.
Ha regresado
vendiendo como un triunfo que se nos vaya a prestar una mil millonada, cuando
realmente es el amargo fruto de la imposición bastante cabal de unos países que
han hecho de la austeridad y del equilibrio en el gobierno su pauta europea.
Y es que,
aunque el pueblo español parezca que se caracteriza por su ineptitud para
remontar situaciones conflictivas, en lo económico y también en lo social, la
gran verdad es que el las gentes españolas, si alguna ineptitud tienen es que no saben o no pueden librarse de la ambición corrosiva de un presidente que solamente quiere
fumar aires de poder y de un vicepresidente, el “coleta”, que se aprovecha de
la tibieza de aquél para ir poco a poco sembrando su dogmatismo iconoclasta y antisistema,
siempre atacando, él y los suyos (¡casi nada dice la “cajera”, hoy ministra,
Montero, la del chalet de Galapagar!)
Por eso, lo
del Coronavirus ha venido como anillo al dedo a los de la vituperable coalición de gobierno,
porque han inundado al pueblo de cifras de contagios, muertes y
temores; de confinamientos y restricciones, bajo los pánicos de la enfermedad y
la ruina, y así lo han mantenido atado a las restricciones mientras ellos han
maquinado tanto y cómo les ha convenido para alcanzar su plan preconcebido:
destrozar la España de la democracia y del bienestar.
Súmese a lo
anterior la permisividad delictiva con el independentismo catalán, que libera
presos sediciosos sin apenas cumplir condenas, y con el “beato” nacionalismo
vasco, que no se priva de apoyarse en los terroristas etarras hoy llamados EH
Bildu, para lograr sus objetivos de cada vez más independencia y dinero.
Y mientras todo
esto ocurre, el Rey Felipe VI trata, como puede, de hacerse presente en los
distintos territorios de España, pese a las zancadillas y falta de lealtad de quienes
dicen estar para ejercer de “gobierno de la monarquía”. Misión imposible,
cuando Pedro I”el Sánchez” y el “coleta de Galapagar” se han abroquelado en la ineptocracia
para, a su socaire hacer lo que les conviene y les viene en gana, para provecho
propio.
¿Y aún se
critica que haya países en Europa que no entiendan ni ui poquito este desastre al
que nos conduce el gobierno que quiere recibir miles de millones, el que sufrimos en España?
“Nada hay en el mundo tan común como la
ignorancia y los charlatanes” Cleóbulo
de Lindos (s. VI a. C.-s. VI a. C.) Filósofo griego.
SALVADOR DE
PEDRO BUENDÍA
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