12 febrero 2020

Llegó el reinado de Pedro I "el Sánchez"

Desde que tuve la desgracia de asistir a todo el cúmulo de maniobras, tejemanejes, falsas actuaciones, aparentes intentos de resolución de crisis gubernamental que instrumentó durante unos interminables meses ese zascandil y desvergonzado que sufrimos como presidente del gobierno, al que yo llamo Pedro I el Sánchez (poco le falta para proclamarse rey y crear estirpe), he desistido cada día de escribir mi opinión y mis sensaciones sobre los desafueros, tropelías y desmanes que él y los suyos (incluidos los podemitas que tan bien se han agarrado con él a la "teta" del poder.), han organizado.
En primer lugar, porque los medios de comunicación, mediante firmas mucho más ilustres y prestigiosas que la de este humilde "escribidor", ya se han encargado de difundir los desmanes del "chico" que pretende reinar, y se ha "puesto por montera" (utilizando el símil taurino) al rey, la constitución, las leyes, la moral, en una palabra, la ética política. 
No voy a salir a estas alturas de tanto despropósito,
rasgándome las vestiduras por las inacabadas tentativas de deshacer nuestro orden cívico y nuestra convivencia, con tal de obtener y perpetuarse en el poder, pero al menos (y aunque sea para mí mismo y para aquellos que todavía tienen la generosidad de leerme) he de proclamar que lo que tenemos en España no es gobierno, sino auténtico caos organizativo; que está permitiendo que ese individuo y sus secuaces, ahora llamándose "progresistas" y tildándonos al resto de "ultra derechistas"; que no es que nos lleve al abismo, sino que nos empuja cada vez más a lo profundo de él.
Sí; porque es más que dudoso que esto que parece España siga siendo una nación; ya que lo importante es instaurar poco a poco la mentira, la falsedad, la ligereza, el pacto a cualquier precio con tal de
alcanzar el dominio social. Hay quien dice que eso es la táctica de los comunistas, pero yo creo que es la sinrazón como bandera, a cambio de logros materiales.
Queda dicho; antes de entrar en detalles, porque no hacen  falta tantos para que nos convirtamos en ciudadanos sin  principios ni escrúpulos. 
Y yo, lo digo, me niego a ello, y aunque sea por vía de "pataleta", escribo y quiero publicar que ni la Iglesia (los "iglesias" entonan ahora el "de profundis") está con Sánchez, ni las "esquerras" traen nada útil sino rompedor, ni los que mandan nos traen progresismo sino sibilina infección del tejido social, hasta el punto de no admitir nada y quererlo todo. 
¡Qué pena!
¡Pero habrá que reaccionar!
Y lo primordial es decir lo que pensamos, ahora que muy pocos, y menos aún la clase política, dicen lo que piensan...
Porque, de momento, la eutanasia quedará legalizada, Cataluña se independizará de manera "light" pero efectiva, los ministros deberán jurar que serán muy mentirosos, y el rey estará en la guillotina de ser sucedido por ese mentecato: "Pedro I el Sánchez"
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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