“Acabar con el ‘procés’
El programa de
Puigdemont ha sido utilizar la autonomía para acabar con la autonomía
José Ignacio Torreblanca ,26 OCT 2017 en “El País”
Tal nivel de perversión ha
introducido el procés en nuestra vida democrática que los analistas especulan
con toda naturalidad sobre lo que pasaría si
Puigdemont convocara elecciones legales. Sí, legales.
Lo que implica que nos creemos la posibilidad de que convoque elecciones ilegales,
esto es, plebiscitarias, referendarias, de desconexión, de transitoriedad o de
algún nuevo tipo que alumbre el arsenal surrealista del procés.
En los países normales no es preciso
añadir legales a elecciones: se da por hecho. En España, hasta
hace unos años, tampoco lo era. Pero ahora, como hablamos de alguien que ya
convocó un referéndum
ilegal y que se ha instalado en la ilegalidad y la desobediencia estructural a la Constitución, la aclaración es obligada.
ilegal y que se ha instalado en la ilegalidad y la desobediencia estructural a la Constitución, la aclaración es obligada.
No sabemos qué dirán los
historiadores del procés. Pero para los politólogos solo se puede
definir como “la utilización fraudulenta de las instituciones del autogobierno
para lograr la independencia”. El programa político de Puigdemont, Junqueras,
Forcadell y compañía ha sido y es utilizar la autonomía para acabar con la
autonomía. Así de simple. Por eso está justificada la aplicación del 155. Al fin y al cabo, ¿qué otra cosa puede significar
restaurar la legalidad constitucional que no sea impedir que nadie se sirva de
la Constitución para acabar con ella?
No se trata, entiéndase bien, de
acabar con el independentismo. Como idea, como proyecto político,
como aspiración, sentimiento o lo que se quiera, el independentismo es legal y legítimo, y los partidos que defienden la independencia, también. Lo que no lo es es utilizar el Govern, el Parlament, los Mossos, los medios públicos, los funcionarios y los impuestos de los catalanes para, ilegalmente, acabar con el autogobierno.
como aspiración, sentimiento o lo que se quiera, el independentismo es legal y legítimo, y los partidos que defienden la independencia, también. Lo que no lo es es utilizar el Govern, el Parlament, los Mossos, los medios públicos, los funcionarios y los impuestos de los catalanes para, ilegalmente, acabar con el autogobierno.
En una democracia, todas las
elecciones son, por definición, legales. Sirven para elegir un Gobierno que
gestione el autogobierno —con sus carreteras, escuelas y hospitales—, no una
manera de ganar tiempo, salvar los muebles y seguir alimentando el procés.
Desde el inicio, el procés ha
sido un gigantesco fraude de ley. Además de acabar con el Estado de derecho en
Cataluña, ha roto la convivencia, dividido a la sociedad, acabado con el
catalanismo, puesto en fuga a las empresas y cosechado el rechazo de toda Europa. ¿Alguna razón para dejarlo continuar? @jitorreblanca"
…
Mientras
escribo este comentario hemos podido asistir esta misma tarde al espectáculo
grotesco-histriónico-falsario del “trilero mayor de la nonnata república catalana”,
ese caballerete que, con su cebollón de pelo tipo escoba, se ha convertido en
la marioneta de sí mismo y de varios grupos ácratas, antisistema y radicales
que moran en Cataluña, mal consentidos por el “seny” y la bondad ciudadana intrínseca
de las gentes de bien, que son mayoría. Los estafados.
Lo
acontecido ha semejado ser como en “La Parrala”: Ahora convoco elecciones; ahora espero que el gobierno de la nación me asegure lo que me da a cambio ("garantía
de que me liberará de la prisión por capitanear la rebelión independentista y me
permitirá seguir mangoneando"). Y al final, después de demostrar la variabilidad e indecisión, hacer lo menos aconsejable...
Y a punto,
casi, casi, ha estado el gobierno de Rajoy de caer en el fraude ese trilero,
especialmente porque los del Psoe (“como no eres ni frío ni caliente te vomitaré
de mi boca”, dice el Apocalipsis), ya han comenzado a introducir matices y pegas, aunque parece que el gobierno de España -malo o bueno, según las gentes-- ya se ha percatado del
veneno que entraña cualquier propuesta o
petición del caballero del cepellón en la cabeza, con el de los ojos “vizcondes”
al lado (¡vaya falso!), Junqueras arriba, Junqueras abajo.
¿Solución?
Como no se ha caído en la trampa el “bondadoso” Puig y mont” ha vuelto a las
andadas del absolutismo, la represión, el atropello del estado central, con
el cinismo de proclamar sus “mandatos" absolutamente ilegales y revestidos de
falacias
(Lo más curioso, a la vez que indignante, es que niega al Tribunal Constitucional, al que desobedece, pero sin embargo recurre ante él, tratando de anularlos, los acuerdos sobre aplicación del artículo 155 de la Constitución)
(Lo más curioso, a la vez que indignante, es que niega al Tribunal Constitucional, al que desobedece, pero sin embargo recurre ante él, tratando de anularlos, los acuerdos sobre aplicación del artículo 155 de la Constitución)
Aún no se
ha proclamado, pero, lo vaticino, en unos minutos u horas, como máximo: Se declarará la independencia
de Cataluña, pero por el Parlament, y el del cebollón de pelo dirá que él no ha
sido, sino que lo ha hecho el citado “parlament”. Además de falso e inútil, cobardón...
Ante ello,
bienvenida sea la aplicación del artículo 155 de la Constitución
Española, para que por fin se neutralice e ingresen en prisión los trileros de la rebelión, y
se levanten las alfombras de la autonomía catalana, para depurar los
despilfarros, los sobornos, las corrupciones, de los últimos cuarenta años.
Y si hay
que emplear la fuerza pública, los jueces sabrán moderar su uso, en defensa de la
legalidad constitucional.
Valgan
estas reflexiones a vuela pluma, que no hacen sino confirmar lo que todos los
ciudadanos con sentido común conocen: En Cataluña gobierna una pandilla de
tramposos y bandoleros.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
Muy bueno el artículo de TORREBLANCA
ResponderEliminarY muy buenas tus reflexiones.