Se suceden los acontecimientos, las celebraciones,
los aniversarios y los desencuentros y las desapariciones de muchas gentes que
nos han acompañado en la vida.
Y por eso, cuando es el aniversario o cumpleaños de
algún famoso, conocido o allegado, nos congratulamos de que siga entre y con
nosotros, un poco como agradeciendo a la vida que respete a esa persona a quien
valoramos, apreciamos o queremos.
Cada Aniversario es, quiérase o no, un “Viaje a la
Memoria”, porque en esa data, al alegrarnos de la efemérides, conscientemente
repasamos la biografía de la persona que protagoniza el evento.
En ese retorno a los recuerdos, el día 17 de
Septiembre es una fecha especial para los que fuimos integrantes de un grupo de
mozalbetes que allá en los años 1963 y 1964 acudimos a Montejaque-Ronda, en las
estribaciones de la serranía, valle de La Indiana, frente a los riscos de la
sierra de Grazalema, para cumplir lo que entonces era un deber (a la sazón apenas
socialmente contestado) para todos los españoles: el servicio militar.
Servicio militar que era obligatorio y que se
permitía a los estudiantes universitarios prestar mediante su integración en
las llamadas “Milicias Universitarias”, en el marco de la “Instrucción
Premilitar Superior” (más tarde “Instrucción Militar de la Escala de Complemento”).
Y en el “Viaje a la Memoria”, más de un centenar de
estudiantes de las regiones de Valencia, Murcia y Andalucía que integramos las compañías 4ª y 1ª, hoy recordamos que
nos reunimos en ese campamento de Montejaque, en torno a una figura, a un
personaje, a quien los tiempos y nuestro afecto y respeto han elevado a la singular condición de “capitán,
profesor y líder”.
Era, y es felizmente, Don José Manuel Sánchez Gey, entonces
capitán de Infantería, ya maduro, quien arrostró el reto de conducir a aquellos espabilados muchachos desde su algo hedonista vida de estudiantes universitarios
a la efectiva realidad de la vida militar, para que alcanzaran más tarde puestos de
mando como oficiales del Ejército.
De esta manera, en los trimestres de los veranos de
1963 y 1964, el capitán Sánchez Gey forjó con su buen hacer, inteligente mando
y sabia enseñanza a más de un centenar de oficiales y suboficiales del Ejército
español, quienes más tarde, coincidiendo con el inicio de sus actividades
profesionales, ejercieron como mandos militares a lo largo y ancho de la
geografía española.
Cuando habían transcurrido cincuenta años de aquellos ya
lejanos tiempos de instrucción y estudios militares en Montejaque, los supervivientes
de aquella XXI Promoción de Milicias Universitarias del campamento rondeño,
volvimos a congregarnos en torno al otrora capitán, elevado por nosotros al
grado supremo de “Capitán General”, para celebrar el cincuentenario de la
despedida campamental y graduación como oficiales y suboficiales y rendir al
propio tiempo tributo a la patria y a su bandera y homenajear de afecto a nuestro maestro y
líder.
Todo esto que la memoria suscita se torna hoy más
presente, porque el “Capitán General”, Don José Manuel Sánchez Gey,
alcanza la gloriosa edad de ¡noventa y cinco años!, con la mente lúcida, el
recuerdo patente y el ejercicio permanente de su sapiencia en el mando y en la
vida, no ya solamente con todo el mundo de su Cádiz “casi” natal (él había
nacido en la misma provincia, en Villamartín), con su vasta familia que alcanza
ya hasta la cuarta generación, sino con los que fuimos sus alumnos y
subordinados --ya septuagenarios nosotros-- y que al conmemorar el 95
Aniversario de nuestro líder nos sentimos retornar a aquellos irrepetibles años
de nuestra mocedad en las entrañables tierras rondeñas de Montejaque.
¡Gracias, pues, nuestro “Capitán General”, por
hacernos volver, con motivo de tu Aniversario, a tiempos tan “nuestros”, tan sufridos y a la vez tan queridos, como aquellos en los que nos enseñabas a
sacar provecho del “polvo, sudor y hierro” de nuestra experiencia militar!
Por encargo de todos, de los que ya se fueron para permanecer siempre en el recuerdo, y de los que seguimos por aquí, recibe, querido José Manuel, un gran abrazo,
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
"Nuestra adhesión a un jefe natural no es una pérdida de
libertad, es el reconocimiento de que nuestras ideas tienen un ejecutor y
un intérprete".- Jorge Santayana (1863-1952) Filósofo y escritor español.
Mi enhorabuena a D Jose Manuel y tambien a vosotros por ser tan caballeros como vuestro Capitán.Conozco a parte de la familia y son como vosotros decis¡¡¡
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.