“Ucrania fortalece su ejército.
Los prorrusos 'celebran' los 23 años de independencia de Kiev con desfiles de prisioneros
Los rebeldes avanzan en
Mariupol hacia el mar de Azov a pesar de la artillería ucraniana
XAVIER COLÁS, Especial para EL MUNDO, Kiev 20:37 horas
Ucrania celebró sus 23 años de
independencia
con un desfile militar en medio
de la mayor crisis armada de su historia. Kiev combate a los
separatistas pro-rusos en el este del país y a Rusia tras la anexión de la
península de Crimea. La guerra civil está en su
momento más delicado: el gobierno ucraniano habla de
diálogo por la paz pero sus hechos apuntan a que quiere llevar su ofensiva
hasta el final.
El presidente de Ucrania, Petro
Poroshenko, que presidió el desfile, anunció que de 2015 a 2017 se asignarán una partida extra para el rearme de las Fuerzas Armadas. Ucrania debe garantizar la
disposición de combate para defender su independencia. De 2015 a 2017 asignará
para el rearme más de 2.200 millones de euros. Una cantidad necesaria para modernizar y adquirir aviones, helicópteros,
buques y lanchas de combate. Y eso es solamente el
comienzo", señaló.
Según datos de la ONU, desde el
arranque de esa operación y hasta el 10 de agosto murieron más de 2.000 civiles
y unos 5.000 resultaron heridos. En el este de Ucrania continúa la operación
que Kiev lanzó a mediados de abril contra las milicias de Lugansk y Donetsk,
regiones que se rebelaron contra el Gobierno central formado en febrero pasado.
Aunque Kiev ha logrado hacer
retroceder a los rebeldes durante el último mes, medios ucranianos alertaban
ayer del avance de combatientes prorrusos hacia el
sur, en dirección a la ciudad costera de Mariupol.
A su vez,
la agencia de noticias rusa RIA Novosti informaba a mediodía de que las
milicias habían comenzado a luchar por el acceso al mar de
Azov cerca
Novoazovsk, situada también en la costa junto a Mariupol, pero más cerca de la
frontera rusa. Desde la la separatista República Popular de Donetsk se anunció
que efectivamente
habían pasado a la ofensiva
sitiando a las tropas ucranianas.
"El frente se rompió en
Yelenovka [cerca de Donetsk], vamos hacia el sur y aunque es pronto para
encarar Mariupol, Telmanovo ya ha sido tomado y el camino hacia Novoazovsk está
despejado", escribían en las redes sociales los jefes milicianos.
Controlando Mariupol los insurgentes tendrían acceso al mar de Azov y dominarían hasta cinco puestos
fronterizos clave con la Federación de Rusia. Algunos observadores advierten
además de que si se expandiese el bando rebelde a Mariupol podría haber
revueltas populares en las regiones de Zaporiyia y Jerson, que de momento se han mantenido leales a Kiev. Y también amenazaría la
estabilidad en Odessa, otra ciudad que también intentaron tomar sin éxito los
prorrusos el pasado mes de mayo.
Donetsk
sufrió ayer fuerte fuego de artillería ucraniana, al igual que la ciudad
cercana de Makeyevka, donde los habitantes corrieron a esconderse a los
refugios y una escuela resultó completamente destruida. Los separatistas
celebraron allí a su manera el día de la independencia haciendo desfilar a docenas de prisioneros de guerra del bando leal a la
república ucraniana. Discurrieron por el centro de la
ciudad en respuesta a los fastos desplegados por Ucrania en conmemoración del
aniversario de la independencia de URSS.
Según testigos presenciales, los
soldados capturados les hicieron caminar en fila y con las manos a la espalda
ante cientos de habitantes de la ciudad, opuestos a la autoridad de Kiev, a la
que reprochan que lance su ejército contra su propio pueblo. Los prisioneros fueron recibidos al grito de "¡Fascistas!" en
la plaza de Lenin. La tensión fue tal que, según
informan algunos medios locales, algunos de los asistentes a la masiva
concentración de respuesta organizada en la plaza trataron de asaltar las
furgonetas blindadas en las que han eran trasladados los prisioneros. Desde Kiev y desde colectivos de derechos humanos se criticó este
espectáculo por ser contrario a la Convención de Ginebra.
El desfile militar de Kiev también
fue criticado por parte de la población ucraniana, que consideran el desfile como una innecesaria exhibición de fuerza en medio de la llamada por
el Gobierno como "operación antiterrorista" contra los rebeldes pro-rusos.”
…
Ciertamente el conflicto bélico en
el este de Ucrania no presenta visos de
mejoría.
Rusia sigue haciendo lo que le da la
gana, y envía cientos de camiones de aparenta y supuesta ayuda humanitaria,
violando impunemente las fronteras de Ucrania, y anuncia que lo seguirá
haciendo, burlándose con sarcasmo de la Unión Europea y USA, que solamente
muestran débiles y quebradizas posiciones y no se atreven a reacciones
adecuadas a los desmanes que Putin tiene diseñados y ejecuta en Ucrania.
Hace unos días he tenido el placer de albergar
en mi casa a unos muy buenos amigos de mi esposa y míos, de habla rusa,
residiendo en Kiev casi toda la vida, ella dignísima y afamada catedrática de Universidad
y maestra de muchos biólogos y médicos, y él, su hijo, un muy activo agente
inmobiliario.
He tenido por tanto impresiones en
versión directa de lo que acontece en Ucrania y lo que piensan los ucranianos
normales y de bien.
En principio, el conflicto está
localizado en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, donde la guerra es
abierta entre el ejército regular ucraniano y muchos mercenarios no ucranianos,
subvencionados, apoyados y guarnecidos por Rusia, que entra en territorio
ucraniano sin traba alguna.
Esos mercenarios son en su mayoría provinientes
de otros conflictos locales alimentados también por Rusia, como los de Abjasia,
Osetia y Trandsnitria (en Moldavia), y son auténticos terroristas desalmados y
que encuentran toda su rezón de ser en la guerra.
Sin embargo, ha empezado a
proliferar en otras regiones del centro y del oeste del país, el terrorismo
soterrado, pues días atrás fue asesinado a las puertas de su casa el alcalde de
Kremenchug, y al alcalde de Lviv, en el oeste, muy cerca de Polonia, le tirotearon
su casa. No se sabe quiénes, pero desde luego indeseables que se aprovechan del
clima de incertidumbre para sembrar el pánico.
La población de las regiones
ocupadas por los llamados pro-rusos ha sido, por una parte, espantada por la
guerra, de manera que unos 800.000 se han refugiado en Rusia, país que les ha dispersado,
enviando inclusive bastante gente a Murmansk, al norte de Karelia, en el Mar
Blanco, a tiro de piedra del Ártico. Otros se han marchado a las zonas no
ocupadas por los separatistas, y muchos de ellos han sido acogidos por
ciudadanos de bien en las regiones de Kiev y en el oeste, aunque esos “huidos”
han sacado pronto a relucir, no su agradecimiento a quien les ha brindado
morada y alimento, sino su resabio contra lo que llaman “fascismo”
pro-occidental, un término acuñado por Rusia, con base en que las
manifestaciones en la plaza Maidan Mezalechsnosti fueron iniciadas por
elementos extremistas de ultraderecha, con cierto apoyo extranjero. Y esos
refugiados en el centro y en el oeste, no paran mientes en manifestar, en
cuanto pueden, que la culpa de todo la tienen los fascistas del gobierno de
Kiev, que será lo que se quiera, pero desde luego no es de esa calaña.
Mientras tanto, la propaganda a las
buenas gentes de los territorios ocupados por los rusos, gentes más bien con
poca cultura y de zonas campesinas, se basa en el “feroz enemigo capitalista
europeo y americano”, y además quien no secunda la rebelión puede ser pasado
por las armas.
Si a ello se une que en esas
acciones bélicas la ciudad de Lugansk prácticamente ha sido asolada; que las
casas de campo han sido destruidas; que hay muertos por doquier… La semilla del
odio ha quedado bien sembrada y no es de extrañar que, por ejemplo, el día
de la Independencia de Ucrania, ayer, los terroristas pro rusos organicen un desfile de los prisioneros ucranianos, en la más abierta violación de todas las convenciones sobre derechos humanos y guerras.
de la Independencia de Ucrania, ayer, los terroristas pro rusos organicen un desfile de los prisioneros ucranianos, en la más abierta violación de todas las convenciones sobre derechos humanos y guerras.
Mal van las cosas en Ucrania.
Y peor aún pueden ir si la Unión
Europea sigue teniendo ese miedo atroz a a involucrarse en el conflicto bélico; si la NATO dice que no está preparada para intervenir (¿para qué sirve tanto
gasto multimillonario en su mantenimiento?) y si USA ni entra ni sale, que bastantes líos de armas
tiene ya en el mundo.
La población no ocupada por Rusia
sigue aparentando tranquilidad, pese a que sus jóvenes siguen yendo al frente
de guerra, a morir, con armas caducas, si es que las hay, y sin equipamientos
adecuados, y a veces hasta sin alimentos.
Si la Unión Europea quiere y espera
algo de Ucrania, o se espabila y comienza a invertir muy en serio en la
rehabilitación del país, al tiempo que frena de veras y no con palabras a
Putin, o Ucrania será una zona de conflicto por muchos años.
Casi todos los veranos, el día 24 de
agosto, he gozado con mi esposa y con mis amigos ucranianos, en Kiev, de la
celebración de la Independencia, que era una explosión de alegría y libertad de
ruso-hablantes y ucraniano-hablantes, sin discriminación alguna. Ahora, los
unos y los otros se miran de reojo y recelan alguna barbarie de la otra parte.
Y mientras tanto, la “mamaíta” Rusia
envía cientos de blancos camiones con lo que llama “ayuda humanitaria”, que,
eso sí, no deja controlar, y que a saber en qué consiste, porque de la hiena
solamente puede esperarse que alimente la carroña para engullírsela.
Ucrania tiene una úlcera sangrante,
que Rusia abre y abre cada vez más, queriendo sin duda ampliar su dominio “post-zarista” de un líder ambicioso y paranoico tan peligroso como Putin.
Un día de estos, cuando Centroeuropa
se muera de frío por falta del gas ruso, un convoy humanitario por tierra mar y
aire, enviado por Rusia, “ayudará” a Polonia; y más tarde a Estonia, Letonia y Lituania; y a
Moldavia…et sic de caeteris…
Ojalá esa úlcera pueda cerrarse sin
la necesidad de cirugía bélica más extendida, pero me parece que aquí habría
que aplicar aquel dicho popular de que “tranquilidad viene de tranca…”
“La independencia, igual que
el honor, es una isla rocosa sin playas” Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte.
Emperador francés.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
Pues es un buen articulo como no podia ser menos de Xavier Colás y de primera mano e in situ,
ResponderEliminarHay dos factores que creo coinciden con mis analisis en la distancia.Uno sería que el odio está sembrado y no se cura con tiritas ni mercromina y otro que el ejercito ucraniano no tiene nada de nada y que como no le ayuden y no creo que puedan hacerlo por muchas razones que se escapan a un comentario, esto va para muy largo...sin contar con la llegada del General Invierno....que derrotó a Napoleon y a Hitler...que pena de mundo...
Tienes mucha razón en tu comentario, y analizas las causas y situación real con mucho acierto y ponderación.
EliminarPor cierto he puesto tu enlace en mi blog.Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias. Estaré a la recíproca
ResponderEliminar