El caso Berlusconi ya es asunto de interés nacional. De
hecho, le ha servido al presidente Rajoy
para presumir de estabilidad política en España. Se ha visto también cómo el
órdago del ex primer ministro italiano al Gobierno de Enricco Letta
repercutía inmediatamente en el latido bursátil y nuestra prima de riesgo. Para
mal en los primeros momentos, cuando Berlusconi decretó la retirada de sus
cinco ministros. Y para bien (ayer, máximo anual del Ibex) al conocer el plante
de Angelo Alfano,
su número dos en el partido (PDL) y vicepresidente del Gobierno de coalición
que preside Letta.
En España vamos a estar hoy
pendientes del debate parlamentario (en las dos Cámaras) y, sobre todo, de la
votación a la moción de confianza presentada por Letta. Si este no logra sumar
el voto de los senadores del PDL
desobedientes a la consigna de Berlusconi, que quiere provocar una nueva
convocatoria electoral antes de ser inhabilitado como senador, el virus de la
inestabilidad italiana puede afectar a las tímidas señales de recuperación
económica que aparecen en el horizonte español.
El
virus de la inestabilidad italiana puede afectar a las tímidas señales de
recuperación económica que aparecen en el horizonte español. Moncloa celebra la sensatez de
Alfano, número dos del derechista partido berlusconiano, que ayer creía contar
con más de los veinte votos rebeldes que Letta necesita para seguir con su
política reformista y evitar un nuevo caos político en la tercera potencia
económica de la Eurozona, sólo cinco meses después de haberse
formado un Gobierno de coalición (socialdemócratas y conservadores). Pero también saludan la rebeldía de Alfano el resto de las fuerzas políticas y las líneas editoriales de nuestros medios de comunicación. Lógico. La estabilidad italiana forma parte de la recuperación española.
formado un Gobierno de coalición (socialdemócratas y conservadores). Pero también saludan la rebeldía de Alfano el resto de las fuerzas políticas y las líneas editoriales de nuestros medios de comunicación. Lógico. La estabilidad italiana forma parte de la recuperación española.
Cuando el otro día en Astaná
(Kazajistán) Mariano Rajoy presumió de estabilidad política mirando por encima
del hombro a la Italia de Berlusconi, creo que debió haber dicho estabilidad
parlamentaria. No es lo mismo. Lo que juega a favor del partido en el poder es
el argumento inapelable de la matemática. O sea, la llamada mayoría absoluta,
forjada en una ley electoral que deja al parlamentario en deuda con su partido
y no con el ciudadano. Pero me parece que no procede hablar de estabilidad
política con la Monarquía en horas bajas, la pertinaz crisis económica y sus
seis millones de parados, un Gobierno y su partido bajo sospecha por el caso Bárcenas, la tensión
territorial de incierto desenlace creada por los nacionalistas catalanes, el
desprestigio de la clase política y una ciudadanía desalentada.
Mirando a Italia, hay comparaciones
en las que salimos ganando, sin necesidad de tomar la mayoría
absoluta como garantía de estabilidad política. Difícilmente podría darse en España un caso como el
del magnate televisivo Silvio Berlusconi, ése que hace dos o tres años, ya empapelado por delitos como soborno, corrupción de menores, abuso de poder, fraude fiscal, etc., se lamentaba: “Me tratan como a un delincuente”. Y entonces, ¿cómo esperaba que le tratasen?
absoluta como garantía de estabilidad política. Difícilmente podría darse en España un caso como el
del magnate televisivo Silvio Berlusconi, ése que hace dos o tres años, ya empapelado por delitos como soborno, corrupción de menores, abuso de poder, fraude fiscal, etc., se lamentaba: “Me tratan como a un delincuente”. Y entonces, ¿cómo esperaba que le tratasen?
Espero que la insumisión de Alfano
tenga ese doble efecto terapéutico: garantizar la continuidad del Gobierno y
echar de las instituciones, de una vez por todas, a quien ya cumple la
condición para ser inhabilitado: condena en sentencia firme a más de dos años
de cárcel.
…
La degradación
de los políticos españoles
( De Francisco Rubiales, en “El Periodista Digital”,
02.10.13 |
“El sometimiento humillante al jefe, el autoritarismo,
la ausencia de debate interno, la represión de la conciencia, la renuncia a la
crítica, la alteración de la escala de valores y, en definitiva, la falta de
libertad, convierte a los partidos políticos españoles en fábricas de ineptos,
de propensos a la corrupción y de gente escasamente demócrata y poco preparada
para gobernar en democracia.
Pocos ignoran que la política y los políticos
españoles están seriamente degradados. Los fracasos acumulados al gobernar y
los datos que arrojan las encuestas, donde queda reflejado el rechazo y el
desprecio de los ciudadanos a la "casta" política, así lo confirman,
pero pocos conocen las verdaderas razones que han provocado esa profunda
degradación. Sin embargo, descubrir la causa es sencillo porque la Historia ha
demostrado hasta la saciedad que la falta de libertad y sobre todo el
sometimiento esclavo a otros humanos siempre empobrece y degrada.
La falta de libertad en la vida interna de los
partidos ha convertido a esas formaciones en fábricas de ineptos, de corruptos
y a veces también de enfermos mentales engreídos e incapaces de discernir entre
el bien y el mal.
Un reciente estudio de la Universidad de Michigan
revela que "Si todos fuéramos egoístas y malos, el ser humano se
extinguiría", una conclusión reveladora que contradice el consejo
"progre" de pensar siempre en uno mismo y que explica la enorme
influencia que están teniendo los partidos políticos en el deterioro de la
sociedad y hasta de la civilización humana.
Contemplar como un imbécil con poder se equivoca,,
miente y mete la pata sin poder decirlo y, además, estar obligado a felicitar
al inepto y al idiota es un ejercicio capaz de degradar y hasta de envilecer a
cualquier ser humano. Si, además, uno está obligado, dentro de los partidos,
regidos por el autoritarismo vertical, a repetir hasta la saciedad esa alabanza
al torpe y esas lisonjas a los que mandan, aunque sean idiotas, la degradación
se hace endémica e irreversible.
Cocinados en ese sometimiento al jefe, en la renuncia
al libre albedrío, a la conciencia y a la crítica, sin libertad suficiente para
crecer en responsabilidad y criterio propio, aquellos que se lo deben
todo al partido y que desconocen otro mundo que el de la militancia se convierten en monstruos.
todo al partido y que desconocen otro mundo que el de la militancia se convierten en monstruos.
Para hacer carrera dentro de un partido político
español hay que renunciar a la libertad individual, al libre pensamiento, a la
conciencia propia, al análisis independiente, al debate y al discernimiento. El
sometimiento al líder y al pensamiento oficial priva sobre cualquier otro
valor, lo que implica un proceso implacable y profundo de empobrecimiento moral
e intelectual que, al operar durante años, convierte a los militantes y cuadros
en gente mediocre y mal preparada para gobernar.
Hay demasiados vicios internos en los partidos que
conducen a la degradación y el envilecimiento, pero el mas grave de todos
quizás sea el de la "omertá" (la obligación de guardar silencio sobre
las suciedades y abusos), en aras de una lealtad mal entendida y transformada
en complicidad. La ley dice que es obligación del ciudadano denunciar un delito
cuando lo conoce, pero esa ley no rige en los partidos, donde la denuncia de
los abusos, corrupciones y arbitrariedades está prohibida porque se confunde
con la deslealtad y la traición. Es el mismo código de conducta que tienen las
mafias, desde la de Chicago a la rusa, incluyendo a la yakuza japonesa y a la
calabresa.
Dentro de los partidos se conocen casi todos los
secretos y suciedades, pero muy raramente esos secretos salen del grupo,
siempre por miedo a ser represaliado. Los cuadros del PP sabían de la
existencia de sobres de dinero complementario en los altos niveles, así como
del pago de "tributos" en negro por parte de empresas que aspiran a
recibir contratos públicos, subvenciones o concesiones, pero nadie los denuncia
ante el juez, como es el deber de todo demócrata. Ese silencio envilece y convierte
a los partidos políticos en aglomeraciones de cómplices activos. Del mismo
modo, todos los altos cargos de la Junta de Andalucía conocen las malas
prácticas y delitos que comete el PSOE andaluz con los dineros públicos,
utilizado para pagar campañas y "ayudas" a jefes, militantes y amigos
del poder, pero nadie ha denunciado esos delitos porque pertenecer al partido
implica comulgar con las canalladas y delitos.
Con esos comportamientos, España ha llegado a
convertirse en una cloaca, impulsada y liderada desde la clase política,
protagonista de una corrupción intensa y profunda que ha trascendido los
ámbitos de los partidos políticos y ha anidado en el Estado y sus
instituciones.
Frente a esa infección no hay mas receta que "mas
democracia", una democracia auténtica que imponga la libertad en el seno
de los partidos y que respete y haga cumplir una ley que debe reformarse
para que los canallas y corruptos sean castigados y para que los ladrones políticos se pudran en la cárcel mientras no devuelvan el botín. La única salida para partidos políticos que hoy están "tocados" y en profundo declive sería la implantación de la libertad de debate, de conciencia y de pensamiento en sus filas, pero esos valores son imposibles en partidos verticales y autoritarios que incumplen el mandato constitucional de funcionamiento democrático en la vida interna”
para que los canallas y corruptos sean castigados y para que los ladrones políticos se pudran en la cárcel mientras no devuelvan el botín. La única salida para partidos políticos que hoy están "tocados" y en profundo declive sería la implantación de la libertad de debate, de conciencia y de pensamiento en sus filas, pero esos valores son imposibles en partidos verticales y autoritarios que incumplen el mandato constitucional de funcionamiento democrático en la vida interna”
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ITALIA | El primer ministro italiano supera el voto de confianza
Berlusconi
apoya a Letta después de querer hacer caer su Gobierno
(Irene Hdez. Velasco (corresponsal) | Roma, en
“El Mundo”, 02/010/2013)
Silvio Berlusconi acaba de
protagonizar una nueva
y dramática opereta italiana (una más). Acorralado y rehén de
sí mismo tras su decisión de hacer caer al Gobierno a causa de sus problemas
judiciales, con su
partido al borde de la escisión y a punto de sufrir una
humillante derrota pública en el Senado en la moción de censura contra Letta que él
mismo ha provocado, 'Il Cavaliere' ha decidido
desmentirse a sí mismo y cambiar de paso como si tal cosa.
desmentirse a sí mismo y cambiar de paso como si tal cosa.
Con pasmosa insolencia Berlusconi,
el mismo Silvio Berlusconi que el sábado forzaba a los cinco ministros de su
partido a dimitir, el mismo que hace solo unas horas decretaba que el Gobierno
de Letta estaba acabado y que había que ir a elecciones anticipadas en nombre
de la estabilidad de Italia,
ha decidido en el último momento que había que votar a favor de Letta. Y encima tratando de hacer creer que
lo hacía por su alto sentido de Estado y en nombre de la pacificación
política...
"Teníamos esperanzas de poder cambiar
el clima de este país que alguno ha calificado de guerra civil fría. Y ese esperanza la mantenemos aún
ahora", ha asegurado Berlusconi desde su escaño en el Senado, el mismo del
que según todo apunta en breve será expulsado tras su reciente condena por
fraude fiscal y por cuya defensa ha desencadenado esta crisis. "Italia necesita un Gobierno
que haga las reformas estructurales necesarias. Es por eso por
lo que hemos decidido dar nuestro apoyo al Gobierno", ha soltado,
provocando una carcajada en el primer ministro Enrico Letta.
La risa irónica de Letta estaba
plenamente justificada. No es sólo que Berlusconi haya comenzado esta crisis.
O que lleve una semana proclamando que el Ejecutivo de Letta estaba acabado y
que había que convocar elecciones anticipadas. Es que esta misma mañana, poco
después del discurso de Letta, Berlusconi se había reunido con los
parlamentarios de su formación. Y por unanimidad, según indicaba Renato Bruneta, el portavoz del partido de 'Il
Cavaliere' en la Cámara de los Diputados, se había tomado la decisión de votar
en contra de Letta. Y no sólo eso: posteriormente el senador Sandro Bondi, fiel a
Berlusconi hasta el punto de dedicarle sentidos poemas, tomaba la palabra en el Senado para atacar con dureza a Letta, dejando claro sus palabras que el centro-derecha iba a votar en contra del Gobierno.
Berlusconi hasta el punto de dedicarle sentidos poemas, tomaba la palabra en el Senado para atacar con dureza a Letta, dejando claro sus palabras que el centro-derecha iba a votar en contra del Gobierno.
Pero en estas salió Berlusconi y
tomó la palabra. Y, sin pestañear (el periodista Indro Montanelli decía que
Berlusconi es tan bueno mintiendo porque tiene la capacidad de creerse sus
propias mentiras) indicó que su partido apoyaría la supervivencia del Gobierno
de Letta.
Con esa jugada desesperada y surrealista Berlusconi
trata de mantener en sus manos la llave del Gobierno y, sobre todo, frenar la
escisión de su partido. Ya antes de ser llamados a votar 23 senadores del
centro-derecha habían decidido apoyar a Letta y estaban decididos a abandonar
el partido de 'Il Cavaliere' para fundar su propio grupo parlamentario. Incluso
Angelino Alfano, su delfín, había pedido a sus compañeros de filas que
desoyeran las órdenes de Berlusconi y votaran a favor de Letta.
Finalmente, Letta superó holgadamente la
votación, recibiendo el apoyo de 235 senadores (necesitaba 135).
En su discurso de antes de la
votación, Letta se ha referido explícitamente a Silvio Berlusconi, quien hace
una semana, en pleno proceso de ser expulsado del Parlamento tras su reciente
condena por evasión fiscal, comenzó a amenazar con hacer caer al Ejecutivo si
no se le permitía mantener su escaño. La situación precipitó hasta abrir una
grave crisis no sólo en el Gobierno, sino también dentro de las filas del
partido de Berlusconi. El propio Angelino Alfano, delfín de 'Il Cavaliere',
hizo un llamamiento a sus compañeros de fila para
apoyar a Letta.
apoyar a Letta.
Letta ha dejado claro esta mañana
que hay que distinguir
"la vida del Gobierno de los asuntos de Berlusconi" y que los problemas judiciales del ex
primer ministro y la suerte del Ejecutivo son cosas que "no pueden ni
podrán ser superponer", insistiendo en la separación del poder judicial
del poder legislativo. Y por si no estuviera lo suficientemente claro ha
insistido en que "en
un Estado democrático las sentencias se respetan y se aplican" y que "todos los italianos son
iguales ante la ley",
sin que ninguno pueda ser favorecido o perjudicado. De los escaños del
centro derecha se han escuchado en ese momento algunas protestas y abucheos.
Letta ha destacado el grave peligro
para la economía del país supondría la caída en este momento del Gobierno y ha
insistido en la imagen catastrófica que se daría de Italia como un país en el
que no se puede confiar y que no aprende de sus errores. También ha insistido
en que la caída del
Gobierno supondría renunciar a las reformas que están en marcha. Y no ha querido dejar de resaltar que
si se va a votar con la actual ley electoral, conocida popularmente como La
Porcata (la cerdada), lo más posible es que se vuelva a desembocar en una
situación de ingobernabilidad como la que se vivió tras las elecciones de
febrero.”
…
Remedando la canción de nuestra infancia que se indica
en el título, uno llega a la conclusión de que el patio de cualquier casa es
tan especial, tan especial, que “cuando llueve se moja…como los demás”.
En Italia no cabe duda que está liada una buena desde
que hace años el sinvergüenza de Berlusconi se enquistó en el poder y consideró
que el “país de la bota” era su casa, y comenzó por abusos de toda índole,
estragos a la moralidad, corrupciones galopantes…consentidas y toleradas por
las clases dirigentes y hasta por el pueblo, que, manipulado o no, siguió
votándole.
Y han tenido que ser algunos de los pocos jueces
incorruptibles que quedan en el país (otros ya pagaron con su vida asesinados
por las mafias), quienes hayan llamado al pan, pan y al vino, vino y le hayan
condenado por fin a suaves penas de prisión, a las que el magnate viperino se
viene resistiendo al amparo de sus prebendas como parlamentario, y chantajeando
a la nación de forma repugnante, con la caída de un gobierno mantenido “con
alfileres” –como casi todos los italianos— y la posibilidad de unas elecciones
generales que sumirían al país en un mayor caos político y económico.
Ya veremos cómo acaba esta crónica de los
despropósitos y abusos”, aunque siendo un tema italiano, entre pasteleos y espaguetis,
habrá componendas por todas partes, y ya veremos si “Il Cavaliere” no se libra
de la inhabilitación y prisión…que es lo que me temo.
Ahora bien, que “se moje” el patio italiano no
significa que acá no acontezca algo similar, con corrupciones por arriba, por
abajo,
por enmedio, y por los lados, con sindicatos que cobran de gobiernos autónomos sus cenas y fiestas, con políticos que roban el dinero al socaire de supuestas legalidades, con partidos cuyas financiaciones dejan algo más que sombras, con líderes autonómicos tan paranoicos como que, por ejemplo, proclaman que Cataluña fue independiente hace mil años.
por enmedio, y por los lados, con sindicatos que cobran de gobiernos autónomos sus cenas y fiestas, con políticos que roban el dinero al socaire de supuestas legalidades, con partidos cuyas financiaciones dejan algo más que sombras, con líderes autonómicos tan paranoicos como que, por ejemplo, proclaman que Cataluña fue independiente hace mil años.
Dio mio!, que exclamarían los italianos, quienes
creyentes o no, se apoyan en la religión cuando les conviene, que para algo obtienen
buenos ingresos de que la sede de la Iglesia Católica esté anclada en Roma.
Y sin salir de Europa, en Francia el ministro del
Interior, de origen español, quiere expulsar a los gitanos provinientes de
Ruimanía y Bulgaria; y en Grecia se trata de inhabilitar un partido más nazi
que si lo hubiera fundado el propio Hitler no sería más homófobo; y en Portugal, la ciudadanía no ha
sabido o podido asimilar la austeridad impuesta por su gobierno a las órdenes
de Europa, y ha castigado al centro derecha en las elecciones municipales.
Casi peor está la cosa si se da el salto al Atlántico,
porque en la todopoderosa y ultrademocrática USA, el gobierno está en
semi-colapso pues los unos van en contra de los otros, sin contar para nada
con la ciudadanía.
Y si nos volvemos hacia el sur, en Venezuela, Maduro la
está “madurando” hacia el caos total de una dictadura bananera, aunque claro
está no tan nepotista y escandalosa como la corrupta administración de Cristina
de Kirchner en Argentina.
En fin, que como los patios de todas las casas se
mojan cuando
llueve, y está lloviendo en todos ellos, me planteo si no valdrá la pena irse a Siria, que allí llueve poco agua y en cambio llueven “pepinos” armamentísticos, o te gasean por misericordia islámica; o a Afganistán que está tan talibanizada que son capaces de condenar a muerte a quien anuncie la lluvia.
llueve, y está lloviendo en todos ellos, me planteo si no valdrá la pena irse a Siria, que allí llueve poco agua y en cambio llueven “pepinos” armamentísticos, o te gasean por misericordia islámica; o a Afganistán que está tan talibanizada que son capaces de condenar a muerte a quien anuncie la lluvia.
De todas maneras, permítame el lector que repita
que el patio de esta nuestra casa española es mucho más particular, porque además de que
se moja cuando llueve, permite que muchos “mojen” de lo que procuran que les “llueva”
desde el estado y las administraciones.
El otro día uno de mis nietos, cuando yo visionaba el
telediario, me dijo: “Abuelo, ¿y por qué nosotros no nos vamos a Andalucía para
que también nos inviten a comer esos del sindicato ése…?
que también nos inviten a comer esos del sindicato ése…?
Hube de responderle que, no es que me diera vergüenza,
sino que aunque lo intentáramos, ya llegábamos tarde. ¡El patio y ellos ya se
habían “mojado” y el agua se había agotado!
“Un hombre de Estado es el que se pasa la mitad de su
vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas”.- Noel Clarasó
(1905-1985) Escritor español.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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