03 octubre 2013

“El patio de mi casa es particular…cuando llueve se moja como los demás”.- Italia, convulsionada por un cacique inmoral, alerta a España

“Italia, en la distancia corta
(Por Antonio Casado, el “El Confidencial”, 02.10.2013)
El caso Berlusconi ya es asunto de interés nacional. De hecho, le ha servido al presidente Rajoy para presumir de estabilidad política en España. Se ha visto también cómo el órdago del ex primer ministro italiano al Gobierno de Enricco Letta repercutía inmediatamente en el latido bursátil y nuestra prima de riesgo. Para mal en los primeros momentos, cuando Berlusconi decretó la retirada de sus cinco ministros. Y para bien (ayer, máximo anual del Ibex) al conocer el plante de Angelo Alfano, su número dos en el partido (PDL) y vicepresidente del Gobierno de coalición que preside Letta.

En España vamos a estar hoy pendientes del debate parlamentario (en las dos Cámaras) y, sobre todo, de la votación a la moción de confianza presentada por Letta. Si este no logra sumar el voto de los senadores del PDL desobedientes a la consigna de Berlusconi, que quiere provocar una nueva convocatoria electoral antes de ser inhabilitado como senador, el virus de la inestabilidad italiana puede afectar a las tímidas señales de recuperación económica que aparecen en el horizonte español.

El virus de la inestabilidad italiana puede afectar a las tímidas señales de recuperación económica que aparecen en el horizonte español. Moncloa celebra la sensatez de Alfano, número dos del derechista partido berlusconiano, que ayer creía contar con más de los veinte votos rebeldes que Letta necesita para seguir con su política reformista y evitar un nuevo caos político en la tercera potencia económica de la Eurozona, sólo cinco meses después de haberse
formado un Gobierno de coalición (socialdemócratas y conservadores). Pero también saludan la rebeldía de Alfano el resto de las fuerzas políticas y las líneas editoriales de nuestros medios de comunicación. Lógico. La estabilidad italiana forma parte de la recuperación española.

Cuando el otro día en Astaná (Kazajistán) Mariano Rajoy presumió de estabilidad política mirando por encima del hombro a la Italia de Berlusconi, creo que debió haber dicho estabilidad parlamentaria. No es lo mismo. Lo que juega a favor del partido en el poder es el argumento inapelable de la matemática. O sea, la llamada mayoría absoluta, forjada en una ley electoral que deja al parlamentario en deuda con su partido y no con el ciudadano. Pero me parece que no procede hablar de estabilidad política con la Monarquía en horas bajas, la pertinaz crisis económica y sus seis millones de parados, un Gobierno y su partido bajo sospecha por el caso Bárcenas, la tensión territorial de incierto desenlace creada por los nacionalistas catalanes, el desprestigio de la clase política y una ciudadanía desalentada.

Mirando a Italia, hay comparaciones en las que salimos ganando, sin necesidad de tomar la mayoría
absoluta como garantía de estabilidad política. Difícilmente podría darse en España un caso como el
del magnate televisivo Silvio Berlusconi, ése que hace dos o tres años, ya empapelado por delitos como soborno, corrupción de menores, abuso de poder, fraude fiscal, etc., se lamentaba: “Me tratan como a un delincuente”. Y entonces, ¿cómo esperaba que le tratasen?

Espero que la insumisión de Alfano tenga ese doble efecto terapéutico: garantizar la continuidad del Gobierno y echar de las instituciones, de una vez por todas, a quien ya cumple la condición para ser inhabilitado: condena en sentencia firme a más de dos años de cárcel. 


La degradación de los políticos españoles

( De Francisco Rubiales, en “El Periodista Digital”, 02.10.13 |

“El sometimiento humillante al jefe, el autoritarismo, la ausencia de debate interno, la represión de la conciencia, la renuncia a la crítica, la alteración de la escala de valores y, en definitiva, la falta de libertad, convierte a los partidos políticos españoles en fábricas de ineptos, de propensos a la corrupción y de gente escasamente demócrata y poco preparada para gobernar en democracia.

Pocos ignoran que la política y los políticos españoles están seriamente degradados. Los fracasos acumulados al gobernar y los datos que arrojan las encuestas, donde queda reflejado el rechazo y el desprecio de los ciudadanos a la "casta" política, así lo confirman, pero pocos conocen las verdaderas razones que han provocado esa profunda degradación. Sin embargo, descubrir la causa es sencillo porque la Historia ha demostrado hasta la saciedad que la falta de libertad y sobre todo el sometimiento esclavo a otros humanos siempre empobrece y degrada.

La falta de libertad en la vida interna de los partidos ha convertido a esas formaciones en fábricas de ineptos, de corruptos y a veces también de enfermos mentales engreídos e incapaces de discernir entre el bien y el mal.

Un reciente estudio de la Universidad de Michigan revela que "Si todos fuéramos egoístas y malos, el ser humano se extinguiría", una conclusión reveladora que contradice el consejo "progre" de pensar siempre en uno mismo y que explica la enorme influencia que están teniendo los partidos políticos en el deterioro de la sociedad y hasta de la civilización humana.

Contemplar como un imbécil con poder se equivoca,, miente y mete la pata sin poder decirlo y, además, estar obligado a felicitar al inepto y al idiota es un ejercicio capaz de degradar y hasta de envilecer a cualquier ser humano. Si, además, uno está obligado, dentro de los partidos, regidos por el autoritarismo vertical, a repetir hasta la saciedad esa alabanza al torpe y esas lisonjas a los que mandan, aunque sean idiotas, la degradación se hace endémica e irreversible.

Cocinados en ese sometimiento al jefe, en la renuncia al libre albedrío, a la conciencia y a la crítica, sin libertad suficiente para crecer en responsabilidad y criterio propio, aquellos que se lo deben
todo al partido y que desconocen otro mundo que el de la militancia se convierten en monstruos.

Para hacer carrera dentro de un partido político español hay que renunciar a la libertad individual, al libre pensamiento, a la conciencia propia, al análisis independiente, al debate y al discernimiento. El sometimiento al líder y al pensamiento oficial priva sobre cualquier otro valor, lo que implica un proceso implacable y profundo de empobrecimiento moral e intelectual que, al operar durante años, convierte a los militantes y cuadros en gente mediocre y mal preparada para gobernar.

Hay demasiados vicios internos en los partidos que conducen a la degradación y el envilecimiento, pero el mas grave de todos quizás sea el de la "omertá" (la obligación de guardar silencio sobre las suciedades y abusos), en aras de una lealtad mal entendida y transformada en complicidad. La ley dice que es obligación del ciudadano denunciar un delito cuando lo conoce, pero esa ley no rige en los partidos, donde la denuncia de los abusos, corrupciones y arbitrariedades está prohibida porque se confunde con la deslealtad y la traición. Es el mismo código de conducta que tienen las mafias, desde la de Chicago a la rusa, incluyendo a la yakuza japonesa y a la calabresa.

Dentro de los partidos se conocen casi todos los secretos y suciedades, pero muy raramente esos secretos salen del grupo, siempre por miedo a ser represaliado. Los cuadros del PP sabían de la existencia de sobres de dinero complementario en los altos niveles, así como del pago de "tributos" en negro por parte de empresas que aspiran a recibir contratos públicos, subvenciones o concesiones, pero nadie los denuncia ante el juez, como es el deber de todo demócrata. Ese silencio envilece y convierte a los partidos políticos en aglomeraciones de cómplices activos. Del mismo modo, todos los altos cargos de la Junta de Andalucía conocen las malas prácticas y delitos que comete el PSOE andaluz con los dineros públicos, utilizado para pagar campañas y "ayudas" a jefes, militantes y amigos del poder, pero nadie ha denunciado esos delitos porque pertenecer al partido implica comulgar con las canalladas y delitos.

Con esos comportamientos, España ha llegado a convertirse en una cloaca, impulsada y liderada desde la clase política, protagonista de una corrupción intensa y profunda que ha trascendido los ámbitos de los partidos políticos y ha anidado en el Estado y sus instituciones.

Frente a esa infección no hay mas receta que "mas democracia", una democracia auténtica que imponga la libertad en el seno de los partidos y que respete y haga cumplir una ley que debe reformarse
para que los canallas y corruptos sean castigados y para que los ladrones políticos se pudran en la cárcel mientras no devuelvan el botín. La única salida para partidos políticos que hoy están "tocados" y en profundo declive sería la implantación de la libertad de debate, de conciencia y de pensamiento en sus filas, pero esos valores son imposibles en partidos verticales y autoritarios que incumplen el mandato constitucional de funcionamiento democrático en la vida interna”


ITALIA | El primer ministro italiano supera el voto de confianza

Berlusconi apoya a Letta después de querer hacer caer su Gobierno

(Irene Hdez. Velasco (corresponsal) | Roma, en “El Mundo”, 02/010/2013)

Silvio Berlusconi acaba de protagonizar una nueva y dramática opereta italiana (una más). Acorralado y rehén de sí mismo tras su decisión de hacer caer al Gobierno a causa de sus problemas judiciales, con su partido al borde de la escisión y a punto de sufrir una humillante derrota pública en el Senado en la moción de censura contra Letta que él mismo ha provocado, 'Il Cavaliere' ha decidido
desmentirse a sí mismo y cambiar de paso como si tal cosa.

Con pasmosa insolencia Berlusconi, el mismo Silvio Berlusconi que el sábado forzaba a los cinco ministros de su partido a dimitir, el mismo que hace solo unas horas decretaba que el Gobierno de Letta estaba acabado y que había que ir a elecciones anticipadas en nombre de la estabilidad de Italia, ha decidido en el último momento que había que votar a favor de Letta. Y encima tratando de hacer creer que lo hacía por su alto sentido de Estado y en nombre de la pacificación política...

"Teníamos esperanzas de poder cambiar el clima de este país que alguno ha calificado de guerra civil fría. Y ese esperanza la mantenemos aún ahora", ha asegurado Berlusconi desde su escaño en el Senado, el mismo del que según todo apunta en breve será expulsado tras su reciente condena por fraude fiscal y por cuya defensa ha desencadenado esta crisis. "Italia necesita un Gobierno que haga las reformas estructurales necesarias. Es por eso por lo que hemos decidido dar nuestro apoyo al Gobierno", ha soltado, provocando una carcajada en el primer ministro Enrico Letta.

La risa irónica de Letta estaba plenamente justificada. No es sólo que Berlusconi haya comenzado esta crisis. O que lleve una semana proclamando que el Ejecutivo de Letta estaba acabado y que había que convocar elecciones anticipadas. Es que esta misma mañana, poco después del discurso de Letta, Berlusconi se había reunido con los parlamentarios de su formación. Y por unanimidad, según indicaba Renato Bruneta, el portavoz del partido de 'Il Cavaliere' en la Cámara de los Diputados, se había tomado la decisión de votar en contra de Letta. Y no sólo eso: posteriormente el senador Sandro Bondi, fiel a
Berlusconi hasta el punto de dedicarle sentidos poemas, tomaba la palabra en el Senado para atacar con dureza a Letta, dejando claro sus palabras que el centro-derecha iba a votar en contra del Gobierno.

Pero en estas salió Berlusconi y tomó la palabra. Y, sin pestañear (el periodista Indro Montanelli decía que Berlusconi es tan bueno mintiendo porque tiene la capacidad de creerse sus propias mentiras) indicó que su partido apoyaría la supervivencia del Gobierno de Letta.

Con esa jugada desesperada y surrealista Berlusconi trata de mantener en sus manos la llave del Gobierno y, sobre todo, frenar la escisión de su partido. Ya antes de ser llamados a votar 23 senadores del centro-derecha habían decidido apoyar a Letta y estaban decididos a abandonar el partido de 'Il Cavaliere' para fundar su propio grupo parlamentario. Incluso Angelino Alfano, su delfín, había pedido a sus compañeros de filas que desoyeran las órdenes de Berlusconi y votaran a favor de Letta.

Finalmente, Letta superó holgadamente la votación, recibiendo el apoyo de 235 senadores (necesitaba 135).

En su discurso de antes de la votación, Letta se ha referido explícitamente a Silvio Berlusconi, quien hace una semana, en pleno proceso de ser expulsado del Parlamento tras su reciente condena por evasión fiscal, comenzó a amenazar con hacer caer al Ejecutivo si no se le permitía mantener su escaño. La situación precipitó hasta abrir una grave crisis no sólo en el Gobierno, sino también dentro de las filas del partido de Berlusconi. El propio Angelino Alfano, delfín de 'Il Cavaliere', hizo un llamamiento a sus compañeros de fila para
apoyar a Letta.

Letta ha dejado claro esta mañana que hay que distinguir "la vida del Gobierno de los asuntos de Berlusconi" y que los problemas judiciales del ex primer ministro y la suerte del Ejecutivo son cosas que "no pueden ni podrán ser superponer", insistiendo en la separación del poder judicial del poder legislativo. Y por si no estuviera lo suficientemente claro ha insistido en que "en un Estado democrático las sentencias se respetan y se aplican" y que "todos los italianos son iguales ante la ley", sin que ninguno pueda ser favorecido o perjudicado. De los escaños del centro derecha se han escuchado en ese momento algunas protestas y abucheos.

Letta ha destacado el grave peligro para la economía del país supondría la caída en este momento del Gobierno y ha insistido en la imagen catastrófica que se daría de Italia como un país en el que no se puede confiar y que no aprende de sus errores. También ha insistido en que la caída del Gobierno supondría renunciar a las reformas que están en marcha. Y no ha querido dejar de resaltar que si se va a votar con la actual ley electoral, conocida popularmente como La Porcata (la cerdada), lo más posible es que se vuelva a desembocar en una situación de ingobernabilidad como la que se vivió tras las elecciones de febrero.”


Remedando la canción de nuestra infancia que se indica en el título, uno llega a la conclusión de que el patio de cualquier casa es tan especial, tan especial, que “cuando llueve se moja…como los demás”.

En Italia no cabe duda que está liada una buena desde que hace años el sinvergüenza de Berlusconi se enquistó en el poder y consideró que el “país de la bota” era su casa, y comenzó por abusos de toda índole, estragos a la moralidad, corrupciones galopantes…consentidas y toleradas por las clases dirigentes y hasta por el pueblo, que, manipulado o no, siguió votándole.

Y han tenido que ser algunos de los pocos jueces incorruptibles que quedan en el país (otros ya pagaron con su vida asesinados por las mafias), quienes hayan llamado al pan, pan y al vino, vino y le hayan condenado por fin a suaves penas de prisión, a las que el magnate viperino se viene resistiendo al amparo de sus prebendas como parlamentario, y chantajeando a la nación de forma repugnante, con la caída de un gobierno mantenido “con alfileres” –como casi todos los italianos— y la posibilidad de unas elecciones generales que sumirían al país en un mayor caos político y económico.

Ya veremos cómo acaba esta crónica de los despropósitos y abusos”, aunque siendo un tema italiano, entre pasteleos y espaguetis, habrá componendas por todas partes, y ya veremos si “Il Cavaliere” no se libra de la inhabilitación y prisión…que es lo que me temo.

Ahora bien, que “se moje” el patio italiano no significa que acá no acontezca algo similar, con corrupciones por arriba, por abajo, 
por enmedio, y por los lados, con sindicatos que cobran de gobiernos autónomos sus cenas y fiestas, con políticos que roban el dinero al socaire de supuestas legalidades, con partidos cuyas financiaciones dejan algo más que sombras, con líderes autonómicos tan paranoicos como que, por ejemplo, proclaman que Cataluña fue independiente hace mil años.

Dio mio!, que exclamarían los italianos, quienes creyentes o no, se apoyan en la religión cuando les conviene, que para algo obtienen buenos ingresos de que la sede de la Iglesia Católica esté anclada en Roma.

Y sin salir de Europa, en Francia el ministro del Interior, de origen español, quiere expulsar a los gitanos provinientes de Ruimanía y Bulgaria; y en Grecia se trata de inhabilitar un partido más nazi que si lo hubiera fundado el propio Hitler no sería más homófobo; y en Portugal, la ciudadanía no ha sabido o podido asimilar la austeridad impuesta por su gobierno a las órdenes de Europa, y ha castigado al centro derecha en las elecciones municipales.

Casi peor está la cosa si se da el salto al Atlántico, porque en la todopoderosa y ultrademocrática USA, el gobierno está en semi-colapso pues los unos van en contra de los otros, sin contar para nada con la ciudadanía.

Y si nos volvemos hacia el sur, en Venezuela, Maduro la está “madurando” hacia el caos total de una dictadura bananera, aunque claro está no tan nepotista y escandalosa como la corrupta administración de Cristina de Kirchner en Argentina.

En fin, que como los patios de todas las casas se mojan cuando
llueve, y está lloviendo en todos ellos, me planteo si no valdrá la pena irse a Siria, que allí llueve poco agua y en cambio llueven “pepinos” armamentísticos, o te gasean por misericordia islámica; o a Afganistán que está tan talibanizada que son capaces de condenar a muerte a quien anuncie la lluvia.

De todas maneras, permítame el lector que repita que el patio de esta nuestra casa española es mucho más particular, porque además de que se moja cuando llueve, permite que muchos “mojen” de lo que procuran que les “llueva” desde el estado y las administraciones.

El otro día uno de mis nietos, cuando yo visionaba el telediario, me dijo: “Abuelo, ¿y por qué nosotros no nos vamos a Andalucía para
que también nos inviten a comer esos del sindicato ése…?

Hube de responderle que, no es que me diera vergüenza, sino que aunque lo intentáramos, ya llegábamos tarde. ¡El patio y ellos ya se habían “mojado” y el agua se había agotado!

“Un hombre de Estado es el que se pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas”.- Noel Clarasó (1905-1985) Escritor español.



SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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