Con especial dedicación y recuerdo
a mis buenos amigos Alejandro y Layla
y a su hija Laura, promesa del periodismo,
con el deseo de que “su” Venezuela
alcance por fin la paz, la armonía y el desarrollo
que sus buenas gentes merecen, lejos de dictadores.
Maduro y una victoria con tufo a fraude
(De “El Imparcial”, 15-04-2013)
Venezuela libra una batalla épica por su democracia tras conocerse que el presidente encargado, Nicolás Maduro, ganó las generales de este domingo con un margen del 1%, contra el líder de la oposición, Henrique Capriles. Una proporción de 50,66% versus el 49,07%, que en algunas democracias supondría obligatoriamente una segunda vuelta.
En medio de denuncias de fraude y ventajismo y con un Consejo Nacional Electoral (CNE) absolutamente entregado a la “revolución”, Maduro celebró una “victoria” (arbitrariamente entrecomillada) que resulta ser el resultado más vergonzoso del chavismo en los 14 años que lleva en el poder, el cual bajo la batuta de su líder, siempre triunfó con un cómodo margen.
El “ungido” de Hugo Chávez, en una mala imitación de su mentor, fue fríamente recibido por sus seguidores, que esta vez no fueron tan eufóricos y mucho menos entusiastas hacia el “heredero”, y dio su discurso "triunfal" absolutamente solo, ya que ningún alto cargo del gobierno le acompañó sobre la tarima. Ante unos resultados que resultan más que dudosos, pero
sobre todo ante la réplica de Capriles, que señala que posee datos que no coinciden con los aportados con los del CNE, así como que tiene pruebas de 3.200 irregularidades en los centros de votación venezolanos, la comunidad internacional no puede permitirse el lujo, por cuestiones de ética, moral y respeto a la Democracia, reconocer los resultados de este domingo hasta que no se demuestre su grado de transparencia.
Desde este diario, hacemos un
llamamiento a las autoridades venezolanas a sumarse a la demanda opositora a
una auditoría manual del cien por ciento
de los votos y contrastar las actas
electorales con los dudosos resultados dados por la rectora y amiga del régimen
Tibisay Lucena. Es hora que el mundo comience a tomarse más enserio a un país,
que pese a su política pintoresca, se encuentra ante el abismo de la dictadura.
…
Maduro ¿madurará?
(De “El
Imparcial”, 15-04-2013)
Hemos visto este 14 de abril de 2013 las elecciones venezolanas que no
hubiera querido enfrentar el chavismo, tal y como se negó a que Chávez cediera
el poder imposibilitado en fase terminal e impedido de reasumirlo desde una
cama de hospital en La Habana. Fueron ganadas apretadamente por Nicolás Maduro,
nombrado sucesor por dedazo de Chávez, antes que ser designado por el voto
popular. Ha sido una
victoria pírrica y ya cuestionada.
Ya las elecciones de octubre de 2012 habían mostrado el despliegue de
pobredumbre y atropello del chavismo contra su opositor Capriles (criminalizado
de entrada, solo por serlo). Hemos visto otra vez un triste espectáculo
repetido en una figura por demás grotesca: Nicolás Maduro. “In-maduro”, como
bien se ha ganado el preciso mote entre opositores, hizo alarde de recursos
públicos e histriónicos que ponen a dudar de sus capacidades, incluso mentales.
Más pronto que tarde propios y extraños verificaremos de qué madera está hecho
Maduro.
Metido a difamar a su contrincante mientras echaba mano de artimañas y
ejecutaba ridículas bufonadas en el nombre de Chávez, que mucho dan qué pensar
sobre su estabilidad emocional —cosa no menor y si muy grave si pretende ser un
jefe de estado— asistimos a una campaña como pocas, que cada día nos ponía
expectantes sobre la nueva anécdota de ilusionismo y fanfarronería de alguien
que sin ser
Chávez, de forma caricaturesca pretende actuar como si fuera
Chávez. Flaco favor le hace al comandante.
Mientras oía a Maduro en directo desde Caracas a través de las redes
sociales, me preguntaba si de verdad tiene los arrestos para sacar adelante a
su país. Venezuela está partida. Ya en su mensaje postelectoral a la nación
venezolana ha ofrecido más socialismo y alcanzar la pobreza cero en 2019. Pide
madurez y máxima responsabilidad. Suena fantástico cuando las cifras económicas
acusan severos problemas producidos por los excesos chavistas a los que
responde él mismo. Reclama contra la intolerancia y el saboteo, que practicó
campante. Es un discurso que bien hemos conocido en México en voz de
antidemócratas, ilegítimos, incongruentes y crédulos dueños de la verdad.
Capriles en cambio, ha dado una batalla formidable que ya en octubre de
2012 se acercó a Chávez, el invencible, el imbatible y el amado por el cien por
cien de los venezolanos, decían sus corifeos, demostrando Capriles que ninguna
de las tres cosas lo era más. Ha sido prudente y ha sabido responderle mejor a
Maduro desde el instante mismo en que falleció Hugo Chávez. Guste o no
reconocerse, Capriles ha dado una elección de ciudadanía y de clase
inversamente proporcional a
la mostrada por Maduro, el “in-maduro” que ya cada
vez más conocemos mejor. Maduro no ha podido aceptar que no es Chávez y como no
lo es, aún deberá demostrar que cuenta con la astucia de aquel y no la tiene
nada fácil.
Cuando el Consejo Nacional Electoral de Venezuela anunció un resultado
tremendamente cerrado para Maduro de un 50, 66 % y que Capriles se llevó el
49,07 % de votos, comunicándolo en medio de un sintomático
llamado a la calma,
alentando a mantener el orden, es que uno no puede sino reconocer que el
llamado efectuado ya alerta un escenario candente y lleno de incidencias. Con
cerradísimos 232,985 votos de diferencia en primera instancia, Capriles ha
pedido un reconteo de votos antes de reconocer un resultado final. Si Maduro se
llevó 7 millones y fracción de votos, medio millón menos que los obtenidos por
Chávez en 2012, ahora más que nunca hay un país altamente polarizado. Con mayor
abstencionismo, los chavistas ganan recibiendo menos votos. La necesaria y
elemental equidad me lleva a plantear lo siguiente: si la derrota chavista a la
reforma constitucional propuesta por Chávez en 2007, se produjo con el triunfo
opositor frente a Chávez con el 50,07 % de los votos en su contra, siendo
calificada por el derrotado Chávez como “victoria de mierda”, es inevitable
preguntarnos ¿cómo se llamará la presunta victoria obtenida por Maduro
correspondiente a un 50, 66% de votos cercano a ese 50,07 %? A Maduro puede
salirle el tiro por la culata.
Se lleva Maduro la mitad de los votos con el apoyo de toda la fuerza del
estado. La otra mitad de los votantes se lo ha negado. Eso habla bastante de la
mala percepción que se tiene de Maduro. Un estado sumido en escasez, con
severos pasivos en libertades y una economía cada vez más precaria y al que por
lo tanto, no le servirán ni pajaritos ni señales divinas para salir adelante,
asiste a ver a Maduro agarrándose de Chávez, pues carece de un discurso propio,
lo que nos muestra a un Maduro que pone en alerta a la izquierda en la región,
pues lo reitero por muy obvio que parezca: Maduro no es Chávez y por lo tanto,
la izquierda regional, diversa como lo es, tomará nota, pues está acéfala de un
liderazgo como el que pretendió ejercer Chávez y esa carencia no parece que
vaya a cambiar si gana en definitiva Maduro.
Y algo se mueve en el Cono Sur desde el momento en que la izquierda no
vence contundente en Venezuela o la izquierda chilena requiere echar mano de
Bachelet, llamada como de emergencia desde la UNIFEM (ONU MUJERES) para
conseguir ganar. Hay carencia de liderazgos y lo saben.
Termino: en su discurso postelectoral a su país, Maduro hablaba de que no
reconocer resultados a su favor era burlarse de un país al mantenerlo en vilo.
Y es evidente que ese vilo sería similar al que construyó el chavismo alrededor
de la enfermedad del comandante. Otra vez la ley del embudo: “vale en mí lo que
califico mal en otros”. Craso error de Maduro. El chavismo arrollador ya ha
pasado y Maduro, lejos de la imparcialidad necesaria, con leyes a modo acogidas
al modelo autoritario chavista, ahora tendrá una gran labor y no sabemos si
logrará cumplirla: ser y hablar por él para componer Venezuela. El inmaduro de
Maduro lo tiene difícil, pues hacerlo será como escupir al cielo. Venezuela lo
tiene complicado y eso me despierta una gran pena.
…
“EL CID CAMPEADOR GANADOR DE BATALLAS TRAS HABER MUERTO
La leyenda atribuye este hecho al temor que a tan gran guerrero le tenían. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, gobernaba la ciudad de Valencia, cuando ésta fue sitiada por tropas
conducidos por el caudillo árabe Ben Yussuf.
Dícese que una mañana cuando subido a las almenas
desde ellas estudiaba el campo del enemigo que le
sitiaba, una flecha perdida
le atravesó y El Cid cayó herido de muerte, sabiendo de su tragedia, tuvo valor
para indicar una estrategia, “El Cid” ordenó que embalsamaran su cuerpo y que muerto cabalgara sobre
su caballo Babieca en la siguiente batalla.
Toda la noche sonaron los tambores moros, para animar a los combatientes,
seguros de ganar sabiendo que el Cid había sido abatido. En el interior de las
murallas solo sus allegados conocían lo sucedido y se preguntaban qué podían
hacer sin su señor.
Cuando amaneció se abrieron las puertas de Valencia y por ellas salieron al
galope todos los caballeros que había en la ciudad, con el Cid a la cabeza,
pues sus hombres le habían vestido, ceñido sus armas, y montado sobre su
caballo, sus hombres recobraron el vigor y la esperanza de vencer.
Las tropas árabes, quedaron sorprendidas viendo al Cid montado en Babieca,
cabalgando dispuesto a luchar cuando le creían muerto. El pánico cundió entre
ellos, que huyeron. Así fue como el Cid Campeador había ganado su última batalla. Este hecho ocurrió en Valencia en julio de
1099 cuando el Cid, aún no había cumplido los 56 años.
Su esposa doña Ximena, prosiguió gobernando la
ciudad, contando con el apoyo del rey de Castilla, mas sólo pudo mantener la
ciudad del Turia hasta tres años más tarde ante el acoso constante de los
continuos ataques almorávides. Los castellanos optaron por incendiarla
totalmente y abandonarla, llevándose consigo hacía Castilla el cadáver
embalsamado del Cid. Dicen las crónicas que era sobrecogedor el
espectáculo de las mesnadas del Cid atravesando Castilla por los anchurosos
campos, aldeas, castillos y fortalezas, transportando consigo el cadáver del
temido guerrero.
“Cuando
iba Mío Cid el castillo a dejar
los
moros se empiezan a quejar;
¿Te vas
Mío Cid? Contigo nuestras plegarias van,
pagados
quedamos, señor, de tu bondad.
Cuándo
dejó Alcocer, Mío Cid, el de Vivar
los
moros y las moras pusiéronse a llorar”.
Unos cuarenta años después
de su muerte aparece el “Cantar del Mío Cid”, no dejando de ser significativo
que al mismo tiempo sea el primer monumento literario de la época en lengua
castellana aparecido hasta la fecha. Pese a contener numerosos hechos
relativos
a Rodrigo Díaz producto de la fantasía de juglares y trovadores, el autor –o
autores- del bellísimo cantar de gesta transparentaran la fidelidad del
Campeador hacia su rey, ya anunciada por los castellanos cuando al verle
marchar hacia el destierro exclaman:
“Dios,
que buen vasallo, si hubiera buen señor…”
También se pone de
manifiesto en el poema el profundo espíritu religioso del Cid, su amor hacia su
esposa e hijos y su magnanimidad con los moros vencidos, cosa inusitada en
aquél tiempo de crueldad donde la vida tenia escaso valor, por lo que fue Señor
muy querido y que le granjeó el respeto de estos, tanto que los moros
cuando le veían pasar son sus guerreros, se acercaban a rendirle pleitesía
queriendo
besar su mano bienhechora.
En las fuentes árabes contra las que lucho el Cid, como enemigo se le
impreca generalmente al Cid con los apelativos de ‘perro enemigo’; sin embargo,
se admira su fuerza bélica, como en el testimonio del siglo XII del andalusí Ibn Bassam : Tesoro de las hermosas
cualidades de la gente de la Península …era este infortunio Rodrigo, por
la práctica de la destreza, por la suma de su resolución y por el extremo de su
intrepidez, uno de los grandes prodigios de Dios.
"En este lugar se acaba esta
razón
Estas son las nuevas de Mío Cid
Campeador,
que yace en Burgos
A todos alcanza honra por el que
en buena hora nacio
Pasado es deste siglo el día de
Cuaresma
¡¡De Cristo tenga perdón!!
Así hagamos nos todos, justos y
pecadores
(De Wikipedia y otras fuentes)
…
La verdad es que
cuando desgrano estas líneas aún no se ha empezado, si es que al fin se realiza, el
recuento manual de los votos en las elecciones presidenciales de Venezuela. Y
me temo que el “inmaduro” dictador Maduro, fiel al sátrapa filo-cubano que le
precedió en el abuso del poder, habrá manipulado lo posible y lo imposible para
resultar ganador por un resultado tan pírrico (menos de 300.000 votos) que todo
el mundo sospecha encubre un fraude notable.
El tiempo, si es
que puede, lo dirá, porque las pasadas elecciones, pese a haberse convocado
desde el poder, pese a haberse inspirado en el “fumus” de un dictador colorista pero egocéntrico como él solo, han
puesto de manifiesto que ni siquiera los estómagos agradecidos de las clases
proletarias de Venezuela, que sobrevivían gracias a la compra de sus voluntades
por el pinturero Hugo, el del “Aló, Presidente”, han sido capaces de facilitar
una victoria clara a quien fue designado sucesor
“por si acaso”.
Probablemente
Hugo Chavez, que tanto invocaba a Dios con desvergüenza cuando atisbaba (ni él
mismo se lo esperaba ni se lo creía) que podía tener problemas de salud), debió
pensar que colocando de sucesor a un “armario” (por lo grandote) que repitiera
las mismas infumables expresiones de su predecesor, aseguraría la supervivencia
de lo que dio en llamar la “revolución bolivariana”, que no ha sido otra cosa
que una dictadura colorista para honor y gloria de su líder, aprovechando la
riqueza petrolífera.
Por eso, se
comenzó por nombrar al Maduro como presidente “en ejercicio”, y se le permitió
usar y abusar de todos los medios a disposición de un gobierno absolutamente
autoritario, frente a un candidato aparentemente débil y desprovisto de maquinaria
propagandística adecuada.
Pero el pueblo
venezolano, que ha idolatrado menos al Chávez ese que se apareció a Maduro,
según éste dijo, en forma de pajarito, sabía que lo de Chávez era una pesadilla
que más valía no repetir, y dio la espalda al “designado”, quien ya veremos si
sigue, o si es capaz de seguir, los modos y formas de ese militar con
apariencia de demócrata y actos dictatoriales paternalistas que fue su
predecesor.
Y es que Hugo Chávez debió de haber leído la historia de Doña Inés de Castro, aquella noble que “reinó después de morir”, por imposición absoluta del monarca de la época, o, más bien trató de ser ese Cid Campeador de la leyenda, que seguía inspirando temor y respeto después de muerto a los moros de Ben Yussuf que cercaban Valencia.


Y es que Hugo Chávez debió de haber leído la historia de Doña Inés de Castro, aquella noble que “reinó después de morir”, por imposición absoluta del monarca de la época, o, más bien trató de ser ese Cid Campeador de la leyenda, que seguía inspirando temor y respeto después de muerto a los moros de Ben Yussuf que cercaban Valencia.
Pero no. Ni Doña
Inés de Castro reinó después de morir, que muerta y bien muerta estaba cuando
se ordenó a los vasallos rendirle reverencia; Ni Don Rodrigo Díaz de Vivar, el
buen Cid Campeador, triunfó, que bien muerto estaba, cuando según la leyenda se
le sacó de las murallas de Valencia a lomos de su caballo Babieca, y espantó a
los morillos acobardados.
Y por tanto,
imposible será que este Maduro que más bien triunfaría de estibador de muelle
portuario que de presidente bolivariano, reconduzca a su Venezuela a un país
chavista.
Hugo Chávez
murió, y que descanse en paz.
Como espero que
descansen y hayan paz los venezolanos, especialmente si el Maduro, cae como tal
del árbol por su propio peso y en el país se instaura una democracia que tan
lejana se antoja.
“De tal palo,
tal astilla.” Refrán español
SALVADOR DE
PEDRO BUENDÍA

El ministro español de Exteriores Garcia Margallo no reconoce la victoria electoral de Maduro y claro lo hemos cabreado y nos amenaza con tomar medidas ejemplares en todos los ordenes:diplomaticas, economicas y politicas para quien mancille la dignidad y soberania de Venezuela !por que no te callas?. Cuidado, que a las empresas españolas les va muy bien por esas tierras ¿verdad Repsol?ya nos quita bastante Rajoy como para dejar que la ùnica empresa que nos da pingües beneficios en los dividendos de acciones, eso sí previo pago del 21%, nos cierre el grifo y nos quedemos sin agua o petróleo, como gusten. R.M.M.
ResponderEliminarHi i am kavіn, itѕ my first time to commenting
ResponderEliminaranуplacе, when i reaԁ this рost і thought і cοulԁ also maκe commеnt due to this good
paragraph.
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