“Las críticas son cartas al público que ningún autor tiene que abrir ni leer”.- Rainer María Rilke (1875-1926) Escritor austríaco.
“Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio”: Resulta siempre mucho más fácil ver los defectos en los demás que en nosotros mismos.
Variantes:
• Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio
• Vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro
• Ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio
• Ninguno ve en su ojo la paja, sino en el ajeno
• En el ojo del vecino ven la paja, y en el suyo no ven la tranca
Sinónimos:
• Dijo el asno al mulo: 'Anda para allá, orejudo'
• Dijo el cuervo a la graja: 'Quítate allá, negra'
• Dijo la sartén a la caldera: 'Quítate allá, ojinegra'
• Espantóse la muerta de la degollada, cuando la vio tan desgreñada
Antónimos:
• Mete la mano en tu seno, no dirás de hado ajeno
Hiperónimos:
• Quien a otro quiere juzgar, en sí debe comenzar
…
“Un mes de cara y cruz”
(Por RAMÓN GORRIARÁN en “El Diario Vasco”, 29.01.12 )
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
“Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio”: Resulta siempre mucho más fácil ver los defectos en los demás que en nosotros mismos.
Variantes:
• Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio
• Vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro
• Ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio
• Ninguno ve en su ojo la paja, sino en el ajeno
• En el ojo del vecino ven la paja, y en el suyo no ven la tranca
Sinónimos:
• Dijo el asno al mulo: 'Anda para allá, orejudo'
• Dijo el cuervo a la graja: 'Quítate allá, negra'
• Dijo la sartén a la caldera: 'Quítate allá, ojinegra'
• Espantóse la muerta de la degollada, cuando la vio tan desgreñada
Antónimos:
• Mete la mano en tu seno, no dirás de hado ajeno
Hiperónimos:
• Quien a otro quiere juzgar, en sí debe comenzar
…
“Un mes de cara y cruz”
(Por RAMÓN GORRIARÁN en “El Diario Vasco”, 29.01.12 )
“Apenas superado el primer mes de gestión, el Gobierno ha dado muestras de que su actividad se desarrolla entre luces y sombras. Sus intenciones políticas se han ajustado como un guante al programa electoral con el que el PP ganó las elecciones generales. No puede decir lo mismo en el ámbito económico, donde en solo cuatro semanas han aflorado las contradicciones entre los ministros del ramo y el Ejecutivo ha adoptado drásticas decisiones muy alejadas del ideario popular.
Mariano Rajoy ha tenido un estreno fácil en lo que a ausencia de la oposición se refiere, no así en el terreno de la toma de decisiones porque el aumento de impuestos es siempre un trago difícil para cualquier gobernante. La tarea opositora del PSOE no existe, apenas alguna queja por "las mentiras", medio centenar de preguntas parlamentarias y, sobre todo, un "ya lo decíamos nosotros" en relación a la subida fiscal. Los socialistas andan enredados en su debate precongresual y casi se puede decir que solo tienen ojos y oídos para el duelo entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. En ese sentido, Rajoy ha tenido por delante una autopista para adoptar decisiones sin ningún tipo de peaje opositor.
Pero la cruda realidad de las cifras trastocó sus planes, al menos ese es el argumento utilizado por él mismo, Soraya Sáenz de Santamaría y los ministros del área económica. Un planteamiento mentiroso, a juicio de los socialistas, porque lo que ha hecho Rajoy no es más que sacar del cajón su "programa oculto", que desde antes de las elecciones incluía las subidas de impuestos y unos drásticos ajustes del gasto que "escondió" durante la campaña.
Lo que había sido un traspaso de poderes "ejemplar", en palabras de la vicepresidenta, no fue tal a la luz de los hechos. La ejemplaridad se quedó en cordialidad y con acusaciones a los anteriores gobernantes de haber proporcionado una información incompleta que impidió hacer un diagnóstico correcto. Asimismo, el compromiso asumido por el presidente del Gobierno en su discurso de investidura de no justificar la crudeza de las medidas por la herencia recibida enseguida se ha convertido en papel mojado. Las alusiones, tanto de Rajoy como de Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos, al legado socialista para explicar la dureza de sus decisiones están a la orden del día.
En pie de igualdad Con todo, lo más notorio han sido las contradicciones entre el equipo económico que han dejado una imagen de descoordinación inquietante.
La decisión de Rajoy de no designar un vicepresidente económico y situar en pie de igualdad a Montoro y De Guindos, que por cierto se profesan una antipatía mutua, ha alimentado la sensación de desbarajuste por las diferentes posturas que mantienen ambos en asuntos de alto calado y ante las que Sáenz de Santamaría ha tenido que apagar alguna hoguera. Una falta de sintonía que se explica en buena medida por el hecho de que el ministro de Hacienda es un hombre de partido, fue portavoz de Economía del PP en la pasada legislatura, y no olvida que en Andalucía, su tierra, se celebran elecciones el 25 de marzo. Unas circunstancias que motivan ciertos ejercicios de cintura política por parte de Montoro que no están al alcance de De Guindos, un experto con gran cartel en el mundo de las finanzas mundiales, no en vano fue presidente del banco de inversión Lehman Brothers en España, y un valedor de la ortodoxia del ajuste.
El caso es que el ministro de Economía se descolgó hace dos semanas con la idea de que las autonomías tendrían que recibir el visto bueno para la aprobación de sus presupuestos y desató un amago de revuelta en Andalucía y el País Vasco, las únicas comunidades gobernadas por los socialistas, y torció el gesto a los gobernantes del PP en el resto de territorios. Tanto la vicepresidenta como el titular de Hacienda tuvieron que matizar, e incluso corregir, el anuncio hecho por De Guindos. Con todo, la controversia más sonada, y aún no subsanada, es la del déficit para este año. Montoro es de la opinión de que España no podrá cumplir el objetivo de 4,4% del PIB y aboga por una flexibilización del calendario pactado con Bruselas. De Guindos, encastillado en la ortodoxia, pero también Sáenz de Santamaría salieron al quite para mantener el compromiso de 4,4%.
Para enredar más el embrollo, el titular de Hacienda se permitió anticipar un día las cifras de paro, en contra de lo que tasa la ley, ante el silencio de la ministra de Empleo. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, a su vez, se lanzó a organizar esta semana una reunión con las grandes empresas para relanzar en el mundo la marca España. Una iniciativa que no tuvo que hacer la menor gracia al titular de Industria, José Manuel Soria, depositario de las competencias de comercio.
Rajoy, entretanto, nada una vez más entre dos aguas. Unos días se muestra firme en el empeño de alcanzar el objetivo de déficit y otros apunta que esa meta puede ser revisada. Su intención de ser el vicepresidente económico 'in pectore' al hacerse cargo de la comisión delegada de asuntos económicos, parece lejos de consolidarse. Solo ha convocado y presidido una vez, el 19 de enero, ese organismo, una economía de reuniones de coordinación que llama la atención en estos tiempos de crisis y despiste ministerial.
Paso firme En el ámbito político, en cambio, el Gobierno de Rajoy avanza con paso firme. Capitaneados por la vicepresidenta, los ministros 'políticos' exhiben un discurso sin fisuras. Sáenz de Santamaría desgranó el martes en el Congreso los proyectos gubernamentales de "regeneración democrática" con un notable vuelco en el modelo institucional, léase la despolitización del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, y al día siguiente y en el mismo marco, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, corroboró punto por punto sus propuestas.
Una coordinación que es mucho más sencilla que en el área económica porque se trata de aplicar el programa electoral del PP, y Sáenz de Santamaría lo hace a rajatabla. La reforma de la ley del aborto, instaurar la cadena perpetua revisable o la modificación de la ley del menor han pasado de ser promesas de campaña a compromisos gubernamentales.
Lo mismo puede decirse en la lucha antiterrorista. Rajoy sostiene que ETA, como no se ha disuelto, sigue en activo y, en consecuencia, no cabe el menor gesto ni concesión hacia los presos terroristas ni su entorno político. Una tesis que suscribe de la cruz a la raya el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, incluso con algún exceso de celo.
En esta placidez política tiene mucha culpa la situación de un PSOE sin líder de referencia y embebido en sus cuitas internas hasta el congreso del próximo fin de semana en Sevilla. Todas las iniciativas políticas que ha planteado el Gobierno en estas semanas serían, en una situación normal, motivo de una férrea oposición de los socialistas, pero ahora apenas ocasionan algún que otro enarcamiento de ceja.”
…Ya ha transcurrido más de un mes desde que, ganadas ampliamente las elecciones generales, el gobierno del Partido Popular se hizo cargo del ejecutivo en España.
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En ese tiempo, una vorágine de cambios personales ha llenado el día a día de nuestra nación, con alternancia y sustitución no solamente de ministros, sino de toda esa “tropa” política que cada nuevo gobierno arrastra, con secretarios de estado, subsecretarios, directores generales, jefes de gabinete, secretarios de los secretarios, jefes del gabinete de los jefes de gabinete… directores de empresas estatales y paraestatales, y un interminable etcétera.
Dícese que es necesario todo ello para conformar un nuevo equipo de gobierno, y prefiero por el momento no opinar si efectivamente eso es lo más oportuno y procedente, ya que, después de tres meses de espera a las elecciones y de un mes para la designación de nuevo presidente del gobierno, otro mes largo está siendo necesario para el cambio de las estructuras y de los políticos dirigentes, y mientras tanto “la casa está por barrer”, o al menos eso es lo que parece.
Séase porque es insana tradición, séase porque es necesario, ha pasado –he escrito al principio— más de un mes, y todavía se respira una sensación de provisionalidad y “aterrizaje”, en medio de una situación económica y social inadmisible e insostenible, que es fruto de una crisis económica y financiera europea y mundial, pero más especialmente de un hundimiento industrial, organizativo, social y laboral en nuestro país.
Durante ese tiempo, también el ex partido gobernante, los socialistas, ha caminado entre extrañas controversias de “si son galgos o son podencos” para dilucidar en un próximo congreso la persona que ocupe su secretaría general, de manera que ha estado prácticamente ido de la oposición política, porque tenía “su casa sin barrer”.
Sala del Tribunal Supremo |
Y mientras tanto, el gobierno y el partido que le sustenta con amplia mayoría absoluta parlamentaria, ha tenido que afrontar situaciones tan incómodas como el juicio a dos de sus destacados dirigentes (uno de ellos líder que fue de una importante comunidad autónoma), por el insólito delito de haber supuestamente recibido unos trajes –parece que tres o cuatro— como regalo de unos sinvergüenzas especuladores (procesados y sus cabecillas en prisión); y el partido saliente, en la oposición, ha sufrido también por tres procesos de índole penal contra el juez más “estrellita” de todos los jueces, nada más ni nada menos que también por cohecho impropio (regalitos recibidos) y por prevaricación (adoptar a sabiendas resoluciones injustas), cuyo juez lucero, izquierdista indisimulado, se creyó mejor que los socialistas y se convirtió en peculiar “martillo” de sus “herejes” particulares; y en el entorno aparece otro mayúsculo escándalo, esta vez en el seno del virreinato socialista casi eterno en el sur de España, región en la que los chicos de la rosa en el puño llevan años tratando de sustituir la rosa por los billetes de euro…
En fin, situaciones muy complejas y nada edificantes, aprovechadas por unos y por otros para conectar el “ventilador” de la “porquería” y corrupción, que de una u otra manera han convulsionado el ya zozobrante espíritu de muchos millones de habitantes que ven cómo día a día van desapareciendo los empleos y se van agotando las prestaciones sociales mientras unos y otros se han trajeado, o se han buscado dineritos millonarios para cursos en el extranjero, o se han dedicado a jubilar de mentirijillas a todos los amigos y conocidos, para así después quedarse con el dinero…
En ese ambiente cada vez más irrespirable, han comenzado a surgir los primeros comentarios, en ocasiones ya transformados en críticas, hacia el nuevo gobierno, acusándole de que ha subido el impuesto sobre la renta de las personas físicas (cuando había prometido genéricamente en la campaña electoral no subir los impuestos), de que se preocupa de los recortes en la economía nacional para “rendirse” a los pies de los gobernantes franco-germanos, en fin criticando su hasta ahora no demostrada eficacia.
Me ha hecho gracia que las gentes que así han opinado y criticado –bastantes de ellos recién saliditos del anterior gobierno y otros acérrimos simpatizantes— han olvidado muy pronto el cúmulo de desatinos y abusos que “los suyos” produjeron en la anterior legislatura, y que desembocaron en tal desencanto y hartazgo nacional, que los socialistas en el poder fueron barridos con la mayor derrota electoral de su historia reciente.
Están viendo, sí, la paja en el ojo ajeno, y no atienden a que ellos mismos, o los suyos aún conservan la viga en el propio ojo.
Y que quede claro que no pretendo ni mucho menos justificar al actual gobierno, acerca de cuyos errores y aciertos ya escribe, atinadamente en mi opinión, Ramón Gorriarán, en el artículo que precede. Porque ya ha incurrido en yerros importantes.
Sin embargo, esos agoreros de tres al cuarto que en mes y medio ya se han lanzado a especular que “ya lo decía yo…”, con base en que la crisis era general y su extinto líder gubernamental era víctima del hado fatalista de aquella, están todavía muy fuera de lugar. Pidieron paciencia con “sus” ideas y proyectos y no son capaces de aguantar ni un mes y medio en el inicio de otra forma de gobernar.
Por eso me atrevo a lucubrar sobre ese “ojo crítico” tan al uso, y trato de subrayar que todos los grupos políticos han tenido y tienen “vergüenzas” que tapar, aunque los más deslenguados se han lanzado antes que los otros a destacar los supuestos fallos ajenos.
Tal vez esté aconteciendo que, como reza el refrán popular español, se trata “de los mismos perros con diferentes collares”, o sea de los mismos defectos en la clase política.
Quien esto escribe, por si acaso, ha decidido guardarse los tickets de compra de todas las cosas que adquiera (hasta de los folios para la impresora) y a no dejarse regalar por quien no sea familia directa ni un frasco de colonia, además de adoptar sesudas decisiones muy repensadas sobre los asuntos familiares y profesionales, evitando soluciones incorrectas, no sea que resulten injustas y, desde luego, no dejándose jubilar sin motivo, porque en otro caso, o tendrá que someterse a un juicio por cohecho impropio, o a un juicio por prevaricación, o a otros por fraude, que es lo que se lleva ahora.
Mientras tanto, eso sí, si un jurado ha decidido blanco, es porque estaba “comprado” por los azules; si unos jueces han resuelto “negro”, es porque quieren frenar el progreso en el castigo de crímenes contra la humanidad (de un color, porque los del otro parece no existieron); y si se jubiló a mucho andaluz, fue por el desborde de inquietud social que inspiraba a quienes así lo orquestaron.
¡De pena!
Todas estas “vigas”, enormes “vigas”, veo en los ojos propios de esta España nuestra, ya que las “pajas” y las otras vigas en los ojos ajenos en nada nos beneficia denunciarlas…
“Todos los gobiernos mueren por la exageración de su principio”.- Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego. SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
"Quius vis homini est errare, nulius nisi insipientis errore perseverare" (cualquier hombre puede cometer un error pero sólo el estúpido persevera en el mismo error)
ResponderEliminarY el eror actual es el de pensar que cambiando el color de la política, cambian las cosas y no es así porque lo que fallan no son los partidos (dos caras de una misma moneda... falsa), lo que falla es el sistema y sólo cuando los políticos superpongan el interés comun al interes de partido, cuando hagan politica de estado y no de partido, entonces se podrá decir que las cosas pueden cambiar a mejor.
Y es que España se ha convertido en un circo de tres pistas. En la pista central están los políticos en el gobierno, haciendo malabares sobre la cuerda floja para no caerse de sus poltronas, mientras que la pista de la derecha, los políticos de la oposición, se tiran tartas a la cara unos a otros como payasos que causarían risa si fueran eso, payasos que se tiran tartas y no representantes de un sector de la población que se endiñan casos de corrupción, de ambiciones de poder etc., como poseídos y que de vez en cuando, más de vez que de en cuando, dirigen también sus proyectiles a los de la cuerda floja para hacerse con sus poltronas y simplemente cambiar a esa pista central, pero continuando con el mismo espectáculo esperpéntico.
Y en la pista restante hay un batíburrillo de domadores de leones económicos que imprudentemente meten la cabeza en las fauces y se quedan sin ella. De explotadores de la crisis, aquellos de “ a rio revuelto …” que llenan su saca a base de vaciar los bolsillos desfondados de los demás.
Y alrededor de estas pistas un público apabullado, por no decir acojonado ante tal representación de despropósitos y sinsentidos. Un público al que en su mayoría le han regalado la entrada, promesas y demagogia, y por eso no protesta. “Como es gratis”
¿Gratis?. Eso decían de las duchas en Auswich. Y luego …
De gratis nada. El precio que se paga por tal espectáculo es la dignidad de una nación, el sometimiento de un pueblo, la perdida de valores éticos y la esclavitud económica y social.
Estos días los carteles anunciadores de tan grandioso y empompado circo se regocijaba chorreando engrudo, al anunciar el espectáculo ( suspiros …de España) del “Más difícil todavía” … (redoble … silencio …. Redoble de pandereta)
En la pista unos y otros y los del gobierno mirando desde su cuerda floja y los de las tartas a tartazos y el público anonadado u acongojado . ¡Más madera!
Y ahora … ¿Qué pase el siguiente …! Se ha abierto la veda. Bueno, pero mientras haya dinero para chanchullos, comida en la mesa (del restaurante de cinco tenedores, fútbol, mucho futbol, promesas y más promesas, escaños para dormir la siesta despues de una agotadora jornada de trabajo en el parlamento (¡Qué sudores!). Pues aquí paz y después gloria. Perdón aquí vergüenza y después miseria.
Hay quien entre tanta fanfarria -por favor la orquesta que no toque tan alto-, entre tanto oropel, lentejuela y luces de colores, quien entusiasmado por el espectáculo aun no se ha dado cuenta de que los auténticos secuestrados somos todo el pueblo español. Secuestrada la voluntad, secuestrado el trabajo, secuestrada la seguridad, secuestrado el futuro, secuestrados por quienes se mantienen a fuerza de lo que sea aferrados a su poder de republica bananera y por quienes les siguen el juego al compás de tres por cuatro o de ocho por seis, que mas da.
Por favor que apaguen las luces de la carpa para que podamos ver bien las sombras y los que se ocultan en ellas.
Y los que hasta ahora hemos creído en que el bien siempre gana al mal, en que es necesario luchar por lo que crees, a nosotros, nos quitan lo más importante, la ilusión, la ilusión del niño que va al circo por primera vez y se asombra de ver aparecer un conejo de una chistera, hasta que crece y se da cuenta de que el conejo es él.
En fin señores que para circo el Price, Conmigo que no cuente, que yo esta entrada no la quiero … ni regalada.
Tito del Muro
Escritor
Gracias, querido Tito, por tu nuevo comentario, que viene a enriquecer el blog de forma muy significada, porque es bien de agradecer tu pluma y tu opinión.
ResponderEliminarMe resulta person almente atractiva tu metáfora de las tres pistas, que evidencia tu creatividad.
En fin, ojalá tu contribución sirva para animar a más gentes para perder el recato o la falsa modestia y lanzarse a escribir y a opinar, se esté de acuerdo o no, con cuanto expongo.
En definitiva, el pluralismo de opiniones siempre es fructífero.