06 mayo 2009

A otro perro con ese hueso...(Tell that to the marines!)

A OTRO PERRO CON ESE HUESO (Tell that to the marines!) :
“La expresión se usa como una forma de desanimar a quien quiere hacernos creer una mentira o bien nos ofrece algo cuya calidad es inferior, invitándolo a que lo intente con otra persona, aludiendo de esta forma a la ingenuidad del perro, que corre detrás de cualquier cosa que se parezca a un hueso, sea una piedra o un hueso de plástico”
Respecto de la versión en inglés -
tell that to the marines!, en Argentina algo así como "andá a contárselo a los "marines"-, está basada en la proverbial integridad que caracterizaba a los integrantes de ese Cuerpo de la marina de los EE.UU., soldados célebres por su fama de incorruptibles, particularmente, durante la guerra fría, a partir de los años 50. En esa época, era poco probable que los "marines" aceptaran la imposición de una orden, sobre todo si ésta vulneraba su integridad moral.
Con el tiempo, y en la misma medida en que decayó la popularidad de los "marines", esa interpretación dejó de ser corriente en los Estados Unidos y entonces comenzó a usarse -con idéntico valor- la expresión I am from Missouri (yo soy de Missouri), en alusión a la característica seriedad y poca credulidad de los habitantes de ese estado.”
(De “Citas y refranes”)

No sé si nos ha invadido ya o estamos camino de que nos infecte esa extraña gripe “mutante”, que primero se llamaba “porcina”, luego “Influenza”, más tarde ”nueva” y ahora “tipo A”.
Ignoro asimismo si esa gripe, además de los efectos propios de la infección vírica, acarrea en la realidad otros efectos secundarios.
Sin embargo tengo la sensación de que o esa u otra “gripe” o “infección vírica” ha invadido la sociedad, no solamente en España, sino en todo el mundo.
Dicen –casi todos lo hemos experimentado alguna vez en nosotros mismos— que la gripe produce embotamientos, malestar general, dolores, sensación de frío, “tiritonas” y fiebre alta.
Si así es, todos tenemos actualmente, de una u otra manera, la gripe en nosotros y entre nosotros.
Para embotamiento, el del gobierno español, que “no da palo al agua”, o mejor, “da palos de ciego”, tratando de aparentar que toma grandes medidas para evitar la crisis, cuando realmente vive en medio de tan gran despiste que ni siquiera sabe qué hacer. (Y me refiero a España, por no mencionar otros gobiernos de Europa y resto del mundo que están "en la luna")
El malestar general se encuentra por doquier, ya que hay crisis financiera, comercial, laboral, que no parece vaya a remitir pronto.
Para dolores, los de los ciudadanos desvalidos, desprovistos de empleo, habituados (especialmente en España) a un estado de “super-bienestar” que se ha esfumado de repente, y que ahora apenas si tienen para sobrevivir, porque han de pagar hipoteca de la casa, crédito del coche, la cuota d ela tarjeta de crédito, y mil créditos "rápidos" más que amortizar, ya que todo se ofrecía, casi se regalaba...
La sensación de frío, el aterimiento con “tiritonas” ha alcanzado hasta las clases pudientes con bancarrotas sonadas en América y Gran Bretaña, y algún que otro “tambaleo” de Cajas de Ahorros en España.
Así que todos tenemos “fiebre alta”, que no es otra cosa que la reacción de nuestros cuerpos ante la invasión de tantos virus extraños.
Corren tiempos, en verdad, de “apretarse el cinturón”, pero también corren tiempos de ser veraces, de adoptar medidas prudentes y eficaces, de abandonar manipulaciones y devaneos.
Lo que tristemente no ocurre en España, país en el que el gobierno nos repite que la información desde la Unión Europea es una simple opinión; que el paro “va a mejor”; porque en vez de multiplicarse geométricamente se ha multiplicado matemáticamente (pero se ha multiplicado, caramba); porque el dinero público, el que sale de nuestros impuestos, el que sirve para ahorrar y prever nuestro futuro, está siendo usado –malamente— por un gobierno gastador como el que más, para presumir que es él, el gobierno, no nosotros con nuestro dinero, quien salvará la economía nacional.
Viene por tanto a cuento el refrán comentado al principio: “A otro perro con ese hueso”.
Y a modo de saludo a la Doctora Cristina Serediak, médico ucraniana residente en la Patagonia argentina que viene distinguiendo este blog con su lectura, lo repito en lenguaje más propio de aquellas queridas tierras: "andá a contárselo a los "marines".
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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