Antiguamente, en los interrogatorios judiciales, era de fórmula realizar cuatro preguntas al imputado: ¿tenemos salud?, ¿tenemos ingenio?, ¿tenemos amores? y la temida cuarta pregunta: ¿tenemos dinero?
Los novatos iban contestando afirmativamente a todo, salvo cuando oían la cuarta pregunta.
Cuando la indagación concernía a persona desheredada o indigente, ésta, naturalmente, respondía siempre de forma negativa, declarándose pobre de solemnidad, y si el juez, deseoso de aclarar la situación, insistía por ese lado, el interesado podía abstenerse o, mejor dicho, "estar a la cuarta pregunta".
La expresión, con el tiempo, ha venido a hacerse homóloga del estado de suma pobreza o indigencia de determinada persona.
…
En estos tiempos en los que, después de haberse negado por todos los gobiernos del mundo (encabezados, cómo no, por el español) la inminencia de una crisis económica, todos los mismos gobiernos se han lanzado presos de pánico a proclamar que han controlado esa crisis mediante miles de millones de milagrosos dólares o euros, yo mismo he de reconocer que también estoy en crisis.
Si no, que repare el lector cuánto tiempo llevo sin escribir en este blog, pese a la multitud de argumentos brindados cada día por la rabiosa actualidad.
Sí; yo he preferido no "estar a la cuarta pregunta" y declarar que también estoy en crisis y he comenzado mi personal recesión, no por mimetismo hacia los que por el mundo se hallan inmersos en bancarrotas o en problemas económicos, sino especialmente porque me he quedado seco, vacío de argumentos, de motivos, de razones que me permitan mantener la más mínima confianza ni en el sistema capitalista, ni en la seguridad bancaria, ni en la prudencia de los gobiernos en administrar, ni en la contención de los magnates en cuanto a los gastos, ni en el control del gasto, ni….. en tantas y tantas cosas.
Vaya por delante que además de en crisis, me declaro sorprendido y desmoralizado, porque si los gobiernos –el español el primero— tenían tanto dinero para reflotar la situación, ¿por qué no sacaron antes ese dinero para ayudar al sufrido ciudadano?
Y sigo en crisis, porque veo que el gobierno de España ha dado, está dando, o va a dar no sé cuantísimos millones a la banca, pero esta banca no quiere que se divulgue quién los recibe, lo que equivaldría --digo yo-- a saber quién no tiene hechos los deberes; y porque esta banca, que acoge tal barbaridad de dinero, no solamente no sigue facilitando créditos, sino que los restringe todavía más, porque, de veras, solamente da el paraguas cuando hace sol y lo quita cuando llueve.
Y me aumenta la crisis cuando compruebo que el precio del petróleo ha bajado al de hace dos años y sin embargo la reducción de precios en las gasolineras es tan solo de un 30% de lo que procedería, sin duda porque el gobierno “moja” impuestos, que son “a porcentaje” del precio de venta.
Se me incrementa el mareo producto de la crisis cuando veo que ahora los promotores inmobiliarios están dispuestos a vender hasta un 40% más barato que antes, y que sin embargo desde el gobierno no se intentó ni controlar previamente el desatino de unos precios desbocados, porque también los impuestos dependían de esos precios locos.
Alcanzo situaciones de vértigo en la crisis cuando compruebo que el mentiroso que dice gobernar, solamente se preocupa de aupar a los suyos y no ha tenido el menor gesto de reducción de gasto o de austeridad, y menos de adaptar los presupuestos para el año 2009 a la realidad, llegando a reconocer que "están desactualizados" (entrecomillo la palabreja, porque dudo que sea correcta).
Y ya llego a la paranoia crítica (de crisis) cuando me percato que, mucha crisis, mucha crisis, pero en el pasado “puente” de la Constitución, la ocupación hotelera solamente se ha reducido un 10% respecto la del mismo período en el año anterior. Es decir, que en España seguimos instalados en la vida muelle y sin la menor voluntad de autocontrol y ahorro.
Y si me pongo a mirar hacia el exterior, veo que la Unión Europea es incapaz de coordinar una política de ayuda y protección para evitar el enorme genocidio que se está realizando en el Congo, y que no sabe armonizar posturas sobre las relaciones con Rusia, y que ni siquiera sabe articular unos criterios económicos frente a la tremolina que nos viene invadiendo.
Y en cuanto a mi querida Ucrania, pues ahora resulta que el partido del Presidente Yúshchenko, que había jurado “odio eterno” al de la desvergonzada Yúlia Tymoshenko, pues… ya se entiende con ella, para continuar sin nuevas elecciones, gracias al apoyo de ese otro buitre de la política, que se vende al mejor postor, llamado Litvin.
Los novatos iban contestando afirmativamente a todo, salvo cuando oían la cuarta pregunta.
Cuando la indagación concernía a persona desheredada o indigente, ésta, naturalmente, respondía siempre de forma negativa, declarándose pobre de solemnidad, y si el juez, deseoso de aclarar la situación, insistía por ese lado, el interesado podía abstenerse o, mejor dicho, "estar a la cuarta pregunta".
La expresión, con el tiempo, ha venido a hacerse homóloga del estado de suma pobreza o indigencia de determinada persona.
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En estos tiempos en los que, después de haberse negado por todos los gobiernos del mundo (encabezados, cómo no, por el español) la inminencia de una crisis económica, todos los mismos gobiernos se han lanzado presos de pánico a proclamar que han controlado esa crisis mediante miles de millones de milagrosos dólares o euros, yo mismo he de reconocer que también estoy en crisis.
Si no, que repare el lector cuánto tiempo llevo sin escribir en este blog, pese a la multitud de argumentos brindados cada día por la rabiosa actualidad.
Sí; yo he preferido no "estar a la cuarta pregunta" y declarar que también estoy en crisis y he comenzado mi personal recesión, no por mimetismo hacia los que por el mundo se hallan inmersos en bancarrotas o en problemas económicos, sino especialmente porque me he quedado seco, vacío de argumentos, de motivos, de razones que me permitan mantener la más mínima confianza ni en el sistema capitalista, ni en la seguridad bancaria, ni en la prudencia de los gobiernos en administrar, ni en la contención de los magnates en cuanto a los gastos, ni en el control del gasto, ni….. en tantas y tantas cosas.
Vaya por delante que además de en crisis, me declaro sorprendido y desmoralizado, porque si los gobiernos –el español el primero— tenían tanto dinero para reflotar la situación, ¿por qué no sacaron antes ese dinero para ayudar al sufrido ciudadano?
Y sigo en crisis, porque veo que el gobierno de España ha dado, está dando, o va a dar no sé cuantísimos millones a la banca, pero esta banca no quiere que se divulgue quién los recibe, lo que equivaldría --digo yo-- a saber quién no tiene hechos los deberes; y porque esta banca, que acoge tal barbaridad de dinero, no solamente no sigue facilitando créditos, sino que los restringe todavía más, porque, de veras, solamente da el paraguas cuando hace sol y lo quita cuando llueve.
Y me aumenta la crisis cuando compruebo que el precio del petróleo ha bajado al de hace dos años y sin embargo la reducción de precios en las gasolineras es tan solo de un 30% de lo que procedería, sin duda porque el gobierno “moja” impuestos, que son “a porcentaje” del precio de venta.
Se me incrementa el mareo producto de la crisis cuando veo que ahora los promotores inmobiliarios están dispuestos a vender hasta un 40% más barato que antes, y que sin embargo desde el gobierno no se intentó ni controlar previamente el desatino de unos precios desbocados, porque también los impuestos dependían de esos precios locos.
Alcanzo situaciones de vértigo en la crisis cuando compruebo que el mentiroso que dice gobernar, solamente se preocupa de aupar a los suyos y no ha tenido el menor gesto de reducción de gasto o de austeridad, y menos de adaptar los presupuestos para el año 2009 a la realidad, llegando a reconocer que "están desactualizados" (entrecomillo la palabreja, porque dudo que sea correcta).
Y ya llego a la paranoia crítica (de crisis) cuando me percato que, mucha crisis, mucha crisis, pero en el pasado “puente” de la Constitución, la ocupación hotelera solamente se ha reducido un 10% respecto la del mismo período en el año anterior. Es decir, que en España seguimos instalados en la vida muelle y sin la menor voluntad de autocontrol y ahorro.
Y si me pongo a mirar hacia el exterior, veo que la Unión Europea es incapaz de coordinar una política de ayuda y protección para evitar el enorme genocidio que se está realizando en el Congo, y que no sabe armonizar posturas sobre las relaciones con Rusia, y que ni siquiera sabe articular unos criterios económicos frente a la tremolina que nos viene invadiendo.
Y en cuanto a mi querida Ucrania, pues ahora resulta que el partido del Presidente Yúshchenko, que había jurado “odio eterno” al de la desvergonzada Yúlia Tymoshenko, pues… ya se entiende con ella, para continuar sin nuevas elecciones, gracias al apoyo de ese otro buitre de la política, que se vende al mejor postor, llamado Litvin.
Y no nos olvidemos de Rusia, que pretende volver a dominar el mundo, ahora gracias al montón de millones obtenidos por la oligarquía (¿dijo usted mafia?) con la complacencia y colaboración (?) del actual primer ministro y ex-presidente. (Me veo pidiendo servicio de gasolina en lengua rusa...)
¡Madre mía, que tufo más maloliente desprende nuestra nación y desprende Europa y suelta el mundo!
Menos mal que si me declaro en crisis, y no me quedo a la cuarta pregunta, como iré al compás que marque el gobierno de Zapatero, bajo la experta dirección de “ni-sé-ni-sabré” Solbes, no me pasará nada, excepto que el día menos pensado estaré como Carpanta: Comiendo solamente con la mirada o la imaginación…
¡Pero quiero estar a la moda! ¡Quiero estar en crisis… de bolsillo! En vez de ERE (expediente de regulación de empleo) voy a adoptar un ENP (Expediente de no pago).Cobraré de todos y no pagaré a nadie...
¡Madre mía, que tufo más maloliente desprende nuestra nación y desprende Europa y suelta el mundo!
Menos mal que si me declaro en crisis, y no me quedo a la cuarta pregunta, como iré al compás que marque el gobierno de Zapatero, bajo la experta dirección de “ni-sé-ni-sabré” Solbes, no me pasará nada, excepto que el día menos pensado estaré como Carpanta: Comiendo solamente con la mirada o la imaginación…
¡Pero quiero estar a la moda! ¡Quiero estar en crisis… de bolsillo! En vez de ERE (expediente de regulación de empleo) voy a adoptar un ENP (Expediente de no pago).Cobraré de todos y no pagaré a nadie...
Aunque me temo que más de uno "estará a la cuarta pregunta"...
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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