30 octubre 2008

DE LA AMISTAD Y LOS PROBLEMAS ACTUALES

“El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene.”
Sócrates
(470 AC-399 AC) Filósofo griego.
...
En medio de los afanes y avatares diarios, en el día de ayer tuve la sorpresa y la satisfacción de recibir un mail de un viejo amigo.
Le atribuyo la cualidad de viejo no por su edad, porque todavía goza de una espléndida madurez en la vida y de un vigor que para mí bien quisiera yo a estas alturas, sino porque son ya muchos años, creo recordar que casi treinta, los que, con más o menos contacto y relación, hemos venido ejercitando siempre nuestra amistad, y comprobando lo que ya Sócrates dijo –véase la sentencia transcrita al inicio--, o sea, sabiendo cada uno el valor que para él tiene el otro.
Viejo amigo, por el mucho tiempo de la amistad; y entrañable amigo, porque a lo largo de nuestro conocimiento y relación hemos compartido situaciones personales incómodas, situaciones límite, situaciones gratas, estados de preocupación o de alegría, momentos de agobio y momentos de relajación.
Siempre que ha sido necesario, y a veces sin serlo, nos hemos comunicado, y ayudado en lo necesario, y por encima de todo, por encima de la problemática personal, compartiendo cuando hemos podido los "afanes de cada día", ha perdurado nuestra amistad.
Decía, pues, que tuve la satisfacción de recibir ese e-mail de mi amigo Rafa (perdóname por citar tu nombre), en el que, con motivo de comentarme un tema personal, después de bastante tiempo de silencio entre uno y otro, me resumía con elogiable precisión sus vivencias y sentimientos actuales.
Obvio resulta que le respondí casi inmediatamente, por la necesidad que realmente era placer de hacerlo, y me extendí en comentarios sobre él y sobre mí, sobre su familia y la mía, aceptando, como él me sugería, encontrarnos “un día de estos” para “tomar un café”, ya que, aunque vivimos en distintas capitales, no hay una distancia kilométrica incómoda.
Y bien. Hoy me ha apetecido, más bien he creído necesario, escribir unas letras sobre esta amistad (pido perdón al lector por si acaso personalicé el tema en exceso), porque he pensado que en estos tiempos tan ajetreados, tan inciertos, de tanta manipulación, tan contradictorios, es una perla, una “rara avis”, seguir contando con amigos de veras.
Y ello me lleva a comentar otros temas de actualidad, que se ponen de manifiesto al abrir cualquier periódico, al ver cualquier telediario, o al buscar cualquier cosa por Internet.
Lo más sorprendente a nivel de nuestra española nación es el empecinamiento casi obsesivo de Zapatero (omito su primer apellido porque él mismo lo evita muchas veces, tal vez para aparecer solo cuando le conviene) de aparecer en USA, en una reunión de uno de los muchos grupos denominados G (no sé si 8 o 15 ó 27 ó 3-14-24), para “impartir doctrina” sobre la solución a la crisis económica mundial. ¡Si no ha sido capaz ni de reconocer que se nos echaba encima en España el problema económico actual! ¡Si se ha limitado a copiar para nuestra economía las fórmulas de otros países!
Admito que no está nada bien que el vaquero Bush haya prescindido de invitar a la delegación española a esa reunión de los que (según se ha dicho) son representantes de importantes sectores de la economía mundial. Bush ha demostrado una vez más que es tan primario cow boy como mal gobernante, porque sigue obstinado en desdeñar a Zapatero, olvidando su cargo, sin duda ofendido por la forma en que nuestro zascandil premier retiró las tropas españolas de Irak sin aviso ni comentario.
Pero también tengo presente que en materia de relaciones internacionales, hay que practicar un a modo de “amistad”, muy superior a la diplomacia, siendo cada dirigente de cada país coherente con sus ideas y respetuoso con las de los demás, propiciando la “amistad” entre países.
En el caso de España, entre que Zapatero se cree que permaneciendo al viento que más sopla (o al sol que más calienta) en cada momento –si el lector piensa que le estoy llamando veleta ¿acierta?-- puede estar siempre en el eje de la influencia, y que Moratinos (¡qué bien le sienta el apodo de Desatinos que se le ha atribuido popularmente!) recuerda en su incompetencia como director de la política exterior, que solamente somos capaces de mantener efímeras e inestables amistades con todos aquellos que aparentan ser "progres" y que simplemente son vacíos o faltos de credibilidad, como el democrático régimen cubano, el bolivariano (¡qué esperpento!) régimen de Chavez en Venezuela, los revolucionarios pobres de Latinoamérica (Ecuador, Bolivia), el “mangante” –por ladronzuelo e inmoral—de Daniel Ortega, los “moritos”, que son tan amigos que no impiden un aluvión de ilegales…
Sí, como decía un refrán antiguo, un amigo es un tesoro; y practicar la sana amistad es una buena máxima en la vida.
Pero, claro, ha de ser una amistad sincera, no como algunas a las que me he venido refiriendo en este blog, como las de Yúshchenko y Tymoshenko en Ucrania (perrito y gatita siempre en gresca) o como las de los “peperos” españoles, que cuando tienen Esperanza les falta Gallardía (que diga Gallardón) y si no, se les rompe el calcetín por Navarra, y que son muy acordes con el apellido de su presidente, ya que “rajan” más que avienen…
¡Ah, la amistad de veras!
Inclusive entre nosotros mismos cada vez está más ausente, porque el materialismo y el consumismo nos ha tornado, en ocasiones comprensiblemente, egoístas, incomunicados, insinceros…
Acabo este “sofrito” de pensamientos personales y comentarios de temas actuales, haciendo votos para que, en medio de los afanes de cada día, todos hallemos o mantengamos esa amistad de la que conocemos su valor, de manera que cuando la necesitemos, esté, como mi querido amigo Rafa, “al otro lado” de la pantalla del ordenador, que es lo mismo que estar con nosotros.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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