26 septiembre 2008

A BUENAS HORAS MANGAS VERDES

"A buenas horas mangas verdes" es una expresión que se aplica a aquel que toma una determinación a destiempo, tarde, fuera de plazo.
Su origen se sitúa en el cuerpo de policía rural creada por los Reyes Católicos a finales del siglo X, llamado la Santa Hermandad. La Santa Hermandad perseguía todo tipo de delitos, pero principalmente los relacionados con la fe en relación directa con la Inquisición. Sus miembros vestían unas casacas con mangas verdes y no se caracterizaban precisamente por su puntualidad.
También se dice que este dicho proviene de la Guardia Urbana creada en el siglo XIX por el Conde de Romanones y llamados los componentes de la misma por extensión "Romanones", que llevaban un uniforme compuesto de guerrera cruzada y pantalón en color azul marino con las bocamangas de la guerrera en verde, tocados de gorro colonial igual al que aún usan los policías ingleses, y armados con un gran sable a la cintura. Aun en las representaciones de la zarzuela " La Verbena de la Paloma " se ve a dos guardias como los descritos. Era típico que en los momentos de alteraciones del orden público tardaran mucho más de lo normal en acudir a los requerimientos de la autoridad.
Se cree también que pudo iniciarse este dicho en una antigua policía inglesa que vestía también casaca verde y era famosa por acudir tarde al auxilio. Quizá debido a la ferocidad de las bandas locales en aquella época”
(Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/A_buenas_horas%2C_mangas_verdes")

Viene que ni a propósito esta expresión coloquial a raíz de varios acontecimientos y situaciones que no puedo resistirme a comentar.
Comenzaré por referirme a “nuestro” (mío tan solo porque tengo la desgracia de soportar su ineptitud) ínclito primer ministro, al que no llamo “presidente del gobierno”, porque ni preside ni se encuentra su gobierno por ninguna parte, excepto en los temas anti-terroristas.
Pues bien, el inefable “presi” se dedica ahora a irse por ahí, probablemente para evitar estar aquí, donde la crisis que para él nunca existió va invadiéndolo todo.
Y este caballero se ha ido a USA, porque a todos nos ha gustado “de mayores” ir allí. Y se ha reunido con “sesudos” (¿?) inversores estadounidenses y les ha dicho, como si nada, que el sistema financiero español es el mejor del mundo.
Y se ha quedado tan fresco.
¿Qué habrán pensado quienes conocen bien nuestro país?
Un buen amigo de allí, que conoce bien España y lo español, me envía un mail adjuntándome las declaraciones de este mozo de León, y preguntándome: ¿De dónde habéis sacado a éste?
No es que me parezca mal que nuestro presidente vaya por ahí proclamando las bondades –que efectivamente las hay— de nuestro sistema financiero, sino que se atreva, en su “prudencia” a aventurar que es el más sólido.
¡Caramba! ¡Y nosotros sin saberlo!
¡Y nosotros sin darnos cuenta que cuando nos han “perseguido” en tiempos pasados para “financiarnos” hasta las ideas, en un claro y excesivo despilfarro generador en parte de la actual crisis, estábamos siendo cortejados por el más sólido sistema financiero!
No quiero adentrarme ahora en mayores críticas o análisis, no sea que alguno de los acólitos de nuestro “propagandista mayor” se fije en mí y me “financie” algún dolor de cabeza, pero sí al menos quiero dejar patente que un poquito de prudencia y humildad nunca hace daño.
¡A buenas horas mangas verdes! ¡A buenas horas sale nuestro presidente defendiendo a nuestros bancos!
¿Y cuándo defenderá al ciudadano de a pie?
¿Cuándo procurará que se paguen a tiempo, si es que se pagan, las ayudas por atención a personas dependientes?
¿Cuándo conseguirá que el gobierno atienda sus obligaciones económicas ya contraídas?
¿Cuándo reconocerá que nuestra economía está en crisis, y adoptará alguna medida que no sea “soltar” promesas y opiniones vacuas, mostrando un optimismo infundado?

Cambio de tema.
He leído también que en Ucrania, después de la ruptura de la coalición de gobierno entre los partidos de Julia Tymoshenko y el pro-presidencial, la citada Yúlia ha iniciado nuevas conversaciones con su partido ex socio –el de Yúshchenko, con el que acaba de romper-- y con un tercer “partidito”, el bloque de Litvin (un mercenario de la política que llegó a ser no hace mucho presidente del parlamento), para mantener la “normalidad democrática”.
Me vuelve la exclamación: ¡A buenas horas mangas verdes!
Si así es, si tan “pura” y ortodoxa es la intención de esta “miembra” de la política ucraniana, ¿Por qué no lo pensó antes?
¿Por qué no impuso cordura a los parlamentarios de su grupo cuando bloquearon por dos veces e impidieron que el presidente de la nación se dirigiera a la cámara en el tradicional mensaje anual sobre el estado del país?
¿Por qué no se mostró la misma diligencia cuando se dedicó a pactar con la oposición pro-rusa el recorte a los poderes presidenciales?
La razón es clara.
Porque quiere aparentar una diligencia y una bondad de la que carece (¿Será discípula de Zapatero?)
Los guardias de las “mangas verdes” llegaban casi siempre tarde, pero llegaban.
Esta “premier” no es que llegue tarde, es que “no quiere llegar”, que es peor.
Y mientras tanto, los demás políticos, como atontolinados (ja, ja) esperando a ver si se revuelve el río y puede haber “ganancia de pescadores”

Prefiero terminar aquí, porque hasta los lectores podrán aplicarme lo de las mangas verdes, aunque prefiero eso a que me llamen “mangante”, que es lo algo muy diferente…
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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