10 junio 2008

LA MIEMBRA…

AGENCIAS.- MADRID.- La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha explicado que la palabra 'miembra', que utilizó el lunes en el transcurso de su primera comparecencia en la Comisión de Igualdad en el Congreso de los Diputados, se utiliza en Iberoamérica y planteó incluir en el diccionario este registro. Sin embargo, este término es incorrecto y no puede tener cabida en el diccionario, según ha declarado el académico de la Lengua Gregorio Salvador. (El Mundo, 10/06/2008)

No; no me he vuelto loco; ni me ha acometido una furiosa e insaciable ansia de innovación lingüística; ni quiero usar los esnobismos de otros.
He titulado esta entrada con “la miembra”, aún a sabiendas de que la ministra de Igualdad, esa “individua” (ojo, que esta palabra es correcta en su género femenino) que proviene del folklore gaditano, que hablando más bien masculla caló mezclado con gaditano, y exponiendo sobre su cometido de igualdad, fomenta el ansia de desigualdad todavía más; bien, esa “dama” que el innovador presidente del gobierno nos dotó como ministra para “ahorrar” dinero al erario público, pretende, ella que es tan igualitaria, “igualarse” a los académicos de la lengua, promoviendo nuevas palabras en el español, vengan o no a cuento.
Ya estábamos todos un poco “moscas” con aquello de la innovación que pudiera suponer un teléfono para contener a los hombres violentos y agresivos, pues no sabemos si el teléfono será para recibir llamadas o más especialmente para utilizarlo “croqueando” en la cabeza a los hombres tan malos que agraden e insultan.
Y ahora, se nos descuelga la “Aído”, que—para igualarla con algo debería decirse que está “ida”-- con que debe introducirse la palabra “miembra”, para establecer el género femenino respecto de la persona que forme parte o pertenezca a una organización.
He añadido eso de “persona que forma parte”, porque no está nada claro si la ministra de la igualdad está tan “ida” que pretende que la palabrita “miembra” se aplique también a la variante femenina del masculino “miembro” como órgano de la generación en el hombre y en algunos animales; porque si así fuera, habría que plantearse si lo de "miembra" es aplicable también a algún órgano de de los homosexuales, o a alguna extremidad de las mujeres (si “miembro” es una extremidad del hombre o de los animales).
En fin, que la ministrilla nos ha dejado a todos “igualados” cual aplanados por rodillo, o anonadados, y ha evidenciado una serie de cosas, que vienen a ser iguales a un todo: Su falta de cultura.
Sobre la posible (aunque ya empezada a demostrar) incompetencia como ministra, mejor opinar más adelante, porque a base de ir “igualando”, el día menos pensado, la propia ministra quedará “igualada” como “miembra” a los integrantes de la cohorte de ineptos que cada vez más pululan entre las filas de los integrantes del gobierno de la nación.
Esperemos que las otras “miembras” de ese gobierno, que ni siquiera “igualan” en número a los hombres del gabinete, no hagan uso de sus “miembras” de las extremidades superiores para seguir firmando más tonterías.
La verdad es que gracias a esta “miembra” del gobierno estoy aproximándome a la “igualdad” de pensamiento con la ex premier británica Margaret Thatcher, en su famosa frase: “En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior a él.”
Porque ya dijo Abraham Lincoln que “todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son”.
¡Cuánta razón tenía Don Santiago Ramón y Cajal!: “Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia”
Que todas las “miembras” que tengan la amabilidad de leer esta entrada de mi blog les asalte el ansia de “igualdad” con las preclaras y cultas mujeres que han preconizado la igualdad entre los géneros humanos de una manera inteligente y no con tanto “petardo” cultural como esta “miembra” del gobierno, que ha sido capaz de hasta “desigualar” mi raciocinio.
¡Viva Aído, la ministra!
Que viva todo lo que quiera, pero por favor que no “invente” más estupideces…
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA



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