“SÁNCHEZ, EN LA PICOTA
El racista Joaquín Torra, presidente marioneta de la
Generalidad, se frota las manos. Escribió: “Los
españoles son bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN”.
Ahora, el representante de esos españoles, el famoso doctor Sánchez, presidente
del Gobierno según afirma él veinte veces al día, ha hincado la rodilla ante el
títere catalán y en actitud genuflexa ha aceptado que para hablar con él se
nombre a un relator, con el fin de que deje constancia de lo parlamentado entre
ambos Gobiernos: el de España y el de una región española. Al relator, al
facilitador, al mediador, se le presenta como árbitro entre dos Gobiernos
soberanos que se relacionan de tú a tú, con agresiva violación de la Constitución
que los ampara.
Se
comprende la reacción indignada de la opinión pública. También la de los
líderes de los partidos nacionales. Y la de Alfonso Guerra, que ha demostrado
estar en plena forma. Y la de varios barones socialistas, que se han jugado no
salir en la
foto pero que han abofeteado sin piedad a Pedro Sánchez, al que
casi todo el mundo califica ya de “traidor a España”. Gravísima acusación,
reiterada desde hace meses por Pablo Casado, sin que el ofendido ampare su
honor en los tribunales de Justicia, tal vez porque teme que los magistrados
den la razón al líder del Partido Popular.
¿Adónde,
adónde, está llegando el cinismo de un dirigente político que enmerda día tras día la dignidad de
España y que está dispuesto a la más abyecta humillación y a concederlo todo
con tal de permanecer unas semanas más en la silla curul monclovita?
(Luis María
ANSON, de la Real
Academia Española, en “El Imparcial”,
07/02/2019)…
No voy a ser ni
uno más, ni uno menos, de los ciudadanos españoles hartos e irritados de que
ese sinvergüenza llamado Pedro Sánchez, abroquelado en la Presidencia del
Gobierno Español, vaya haciendo de sátrapa con nuestra nación y con nuestra
sociedad, practicando el cultivo muelle a su placer, bienestar y ego y considerándose
salvador de una patria en la que solamente él cree, para alcanzar la meta de
perpetuarse en el poder que tanto ama y por el que tanto luchó y sigue
luchando, mediante el empleo de cualesquiera medios.
Bueno, lo de “cualesquiera”
aplicado a los
medios que usa Pedro I “el viajero”, no es exacto. Porque este
Sánchez desde luego no es de la estirpe de los nobles y leales “Sanchos” (su
apellido deriva de la descendencia de estos reyes y nobles castellanos), sino
de la clase de los que rozan la felonía, la doblez, la traición, de los que
merecen ser “arrojados a las tinieblas exteriores de la política”.
Se me dirá, y con
bastante razón, que he arrancado con exceso de crítica y dureza mi comentario
sobre las “hazañas” de Pedro I “el desvergonzado”. Tal vez.
Pero es lo que se
merece el personaje.
Ahí es nada; con
una debilísima fracción parlamentaria apoyándole, basarse en los iconoclastas
de Podemos, más los “rompe-patria” de los
independentistas/secesionistas catalanes, para obtener la presidencia de un
gobierno por vía de una moción de censura en la que, con cinismo total,
prometió “regeneración democrática” y “convocatoria de elecciones generales”.
Lo primero lo ha
hecho, pero al revés. Se ha dedicado a viajar “de acá para acullá” (algún día
en mi blog del mismo nombre publicaré un análisis), no intentando realizar su
cometido, sino buscando sentir el placer de viajar aunque sea a festivales de
música moderna (siempre que es posible con su esposa, bien colocada por
“enchufe”
marital), y sentir los placeres del poder, y mientras la inútil de la vicepresidenta
Carmen Calvo se dedicaba a ir empastrando la gobernanza diaria, plegándose cada
vez más a los secesionistas y a los de extrema izquierda, el ínclito Pedro I “el
convenenciero”, se dedicaba a cruzar el Atlántico y a pontificar (hoy mismo lo
ha hecho en el Tribunal Europeo de Justicia), sobre las excelencias de la
democracia y la vida política, que ni conoce, ni permite ni práctica.
Ese peligrosísimo
líder que es Pedro I “el falsario” está siendo rechazado hasta por los miembros
de su propio partido, mientras la
“muñequita” Calvo se deja arrebatar por las
falsas promesas de los de Valencia del Norte (mejor ni llamarles catalanes)
para brindar a su jefecillo la ofrenda de unos presupuestos generales tan
rechazables, como que solo suben impuestos y prometen ampliar el desempleo.
Es una pena que
los partidos que por su
fragmentación y deterioro propiciaron el arribo de Pedro
I “el masterizado”, no hayan importado, trayéndolo del pasado, al irrepetible Cicerón, para que volviera a proclamar
aquello que legó a los anales de la Historia cuando se dirigió en el Senado de
Roma a Catilina:
Pero al menos le parafraseamos:
¿Hasta cuándo
abusarás Pedro Sánchez, de nuestra paciencia?
¿Cuándo te veremos caer de la poltrona del poder y dejar libre de falacias y felonías a
la democracia española?
¡No seas Iscariote
Judas; que por las
treinta monedas de plata de los presupuestos generales y la
continuidad en el sillón (avión incluido) eres capaz de vender a la nación española!
Recuerda, Pedro I
“el resistente”: La Historia no te perdonará nunca…
Claro, que a ti eso
te importa un bledo…
Y queridos
lectores: Perdonad si el tono de
estos comentarios es más ácido de lo habitual.
El personaje que
lo provoca también es más peligroso de lo usual.
“En el análisis psicológico de las grandes
traiciones encontraréis siempre la mentecatez de Judas Iscariote”
Antonio Machado (1875-1939) Poeta y prosista español.
SALVADOR DE PEDRO
BUENDÍA
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