El Rey ha abdicado. Esta mañana se lo ha comunicado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y este lo ha anunciado a la nación. Don Juan Carlos -que se dirigirá a los españoles en torno a las 13.00 (la hora se ha modificado dos veces) a través de la radio y la televisión- ha escrito una carta al presidente que reza: "A los efectos constitucionales procedentes, adjunto el escrito que leo, firmo y entrego al señor presidente del Gobierno en este acto, mediante el cual le comunico mi decisión de abdicar la corona de España". Ahora se activan los mecanismos de la sucesión en el heredero, don Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias.
(De “El País”)
Abdicación
Abdicación (del latín abdicatio, renegar, renunciar; de ab de, y dicare, declarar, proclamar como no perteneciente a uno), el acto según el cual una persona renuncia y cede por sí misma su cargo antes de que expire el tiempo para el cual se tomó el mismo. En el derecho romano, el término se aplicaba especialmente para desposeer a un miembro de una familia, como al desheredar a un hijo, pero en tiempos más recientes, esta palabra se usa raramente excepto en el sentido de renunciar al poder supremo de un estado. Un término similar para un electo o un funcionario es renuncia (al cargo).
Abdicaciones en la antigüedad clásica
Entre las abdicaciones más
memorables de la antigüedad se puede mencionar la del dictador Sila, 79 a. C., y la del emperador
romano
Diocleciano (305).
La Corona Británica
Probablemente la abdicación más
famosa en la historia
contemporánea sea la del rey Eduardo
VIII del Reino Unido
en 1936, quien abdicó del trono británico
para poder casarse con la divorciada Wallis Simpson, pasando por alto las
objeciones del establishment británico, los gobiernos de
la Mancomunidad
de Naciones,
la familia real y la Iglesia
de Inglaterra.
Esta fue también la primera vez en la historia que un rey renunció a la corona
británica de manera enteramente voluntaria. Ricardo
II de Inglaterra,
por ejemplo, fue forzado a abdicar después de que fuera despojado del trono por
su primo, Enrique Bolingbroke, mientras Ricardo se encontraba fuera del país.
Cuando Jacobo
II de Inglaterra,
después de lanzar el Gran
Sello del Reino
al Támesis, huyó a Francia en 1688, no renunció a la corona formalmente, y se discutió en
el Parlamento la cuestión de si había perdido su derecho al trono o si había abdicado.
Se acordó lo último, pues en una asamblea general de Lores y Comunes,
convinieron que estaba depuesto, a pesar de la protesta de Jacobo, y declararon
que «habiéndose esforzado el rey Jacobo II en revocar la constitución del
reino, rompiendo el contrato original entre el rey y el pueblo, y, aconsejado
por los Jesuitas y otras personas corruptas,
habiendo violado las leyes fundamentales, y habiéndose él mismo retirado fuera
del reino, abdicó del gobierno y que el trono está por tanto vacante». El parlamento
escocés
pronunció un decreto de derrocamiento y deposición.
Como el título de la Corona depende
de un estatuto, particularmente el Acta Constitucional 1701, una Abdicación Real sólo
se puede efectuar mediante un Acta
del Parlamento.
Para dar efecto legal a la abdicación del Rey Eduardo
VIII del Reino Unido
se dictó el Acta de la Declaración de Abdicación
de Su Majestad de 1936.
Abdicaciones modernas
Históricamente, si un monarca
abdicaba ello se veía como profundo y chocante abandono del deber real. Como
resultado, las abdicaciones normalmente sólo ocurrían en las más extremas
circunstancias de tumulto político o violencia. Esto ha cambiado en un pequeño
número de países: los monarcas de Países Bajos, Luxemburgo, Camboya y Bélgica han abdicado como resultado
de su avanzada edad. El príncipe Hans-Adam
II de Liechtenstein
hizo a su hijo regente recientemente, en un acto
que equivalía a un abdicación de facto si no de ley.
En los Países
Bajos,
Guillermo
III
fue el último monarca que murió ocupando el trono en 1890, ya que las reinas Guillermina, Juliana y Beatriz abdicaron la corona a la
edad de 68, 71 y 75 años, respectivamente. En los tres casos retomaron el
título de princesa que utilizaban antes de ascender al trono.
En Bélgica, Leopoldo
III
abdicó por razones políticas en 1951. Su hijo Alberto
II
renunció en 2013 debido a su edad (79 años)
al cumplirse veinte años de su reinado.
En España, el rey Juan Carlos I
abdica en favor de su hijo Felipe VI el 2 de Junio de 2014, después de 39 años
de reinado.
Lista de abdicaciones importantes
Lista de abdicaciones importantes
Juan Cantacuzeno, emperador del
Este
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Ahmed III, Sultán otomano
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Carlos de Nápoles (al acceder al trono de España)
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José Bonaparte de
Nápoles
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Bernardo O'Higgins, Director Supremo de Chile
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Guillermo I de los Países Bajos
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Leopoldo II de Toscana
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Benedicto XVI
(renunció al papado).
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Juan Carlos I de Borbón y
Borbón-Dos Sicilias,
Rey de España (en favor de Felipe de Borbón y Grecia ).
(De Wikipedia y otras fuentes)
…
|
La noticia, aunque algo inesperada, no ha sorprendido.
A cualquiera que siga un poco la vida diaria y política
española no habrá dejado de llamarle la atención que el Rey Juan Carlos se haya
prodigado en lo que va de año en una activísima vida institucional, acudiendo a
muchos actos y viajando mucho, como por ejemplo, a los países del Golfo, en
unos periplos apenas espaciados.
Y mientras tanto, el Príncipe Felipe acudía a actos
“sin desgaste” y ofrecía una visión muy institucional, como representante de su
padre en diversas ceremonias de toma de posición de magnates
extranjeros.
Poco ha trascendido sobre el estado de salud actual del
Rey, pero no ha vuelto a tener aquel aspecto de persona atlética y activa, de
faz lozana, que antaño le distinguía y le hacía presumir de una posible “eterna
juventud”; como tampoco han transcendido (y dudo que lo hagan) las “otras”
razones de su abdicación, entre las que el pueblo no dejará de incluir que
tratándose un Borbón, alguna o algunas “faldas” podría haber por en medio… Y que a un padre rey le afectan las trapacerías del marido de su hija, una infanta...
Sea lo que fuere, la realidad es que no parece
inadecuada esa abdicación, porque en esta vida política española, cada vez más
irritante y pudibunda, parece ello significar un soplo de aire regenerador,
aunque solamente sea porque el nuevo Rey va a ser un muy bien formado Príncipe
en plena madurez.
Ahora se reabrirá el eterno debate de “monarquía sí, o monarquía no”, pero la realidad es que la decisión y el trance no parecen inadecuados, y al menos podrán propiciar un salto en modernidad y ágil eficacia en la vida española.
Seguro estoy que el Rey Felipe VI será “animoso”, como
llamaban a su antecesor Felipe V, y mucho más, pero especialmente será
prudente, moderado y generoso en las acciones de reinado, y tratará de
reimplantar en España el consenso y la armonía en la convivencia social y
política.
Amén. Que quiere decir, así sea…
“Sólo
cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos”.- José Ortega y Gasset (1883-1955)
Filósofo y ensayista español.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
NOTA ESPECIAL.- LA ENTRADA Nº 400
De no ser por la transcendencia de la noticia que precede, habríamos dedicado bastante más espacio a glosar y conmemorar que esta entrada o post constituyen el nº 400 de los publicados en este blog, es decir, muchos y durante bastantes años.
En breve, cuando la rabiosa actualidad lo permita, publicaremos un más amplio comentario y las estadísticas de lectores y países.
Por el momento, nuestro agradecimiento a seguidores y detractores, porque para todos ellos se elabora este blog, que en ellos mismos tiene su razón de ser.
S. de P. B.
NOTA ESPECIAL.- LA ENTRADA Nº 400
De no ser por la transcendencia de la noticia que precede, habríamos dedicado bastante más espacio a glosar y conmemorar que esta entrada o post constituyen el nº 400 de los publicados en este blog, es decir, muchos y durante bastantes años.
En breve, cuando la rabiosa actualidad lo permita, publicaremos un más amplio comentario y las estadísticas de lectores y países.
Por el momento, nuestro agradecimiento a seguidores y detractores, porque para todos ellos se elabora este blog, que en ellos mismos tiene su razón de ser.
S. de P. B.
Según la plaga de comentaristas aficionados y profesionales que mangonean los sucesos para que los efectos sean los que ellos desean, lo mejor será convocar un referndum para aprobar una nueva constitución que satisfaga a las nuevas generaciones. Para ello será necesario que solo la puedan votar los menores de 50 años. Esta deberá incluir un articulo que deje claro que la constitución que se apruebe tendrá una duración máxima de 10 años y solo la votarán los menores de 45 años, y así hasta llegar a constituciones de 6 mese de validez y votable solo por menores de 20 años. Para poco antes ya se habrán eliminado todas las escuelas y centros de educación de forma que el presupuesto nacional podrá ser empleado en el reparto de porros (¡Ojo no confundir con mamporros!). La España será tan plural que solo existirá como nombre propio para personas que quieran ser inscritos en registro voluntario de clientes del estado. Muchas más idioteces pueden escribirse a este respecto pero habrá que dejar algo para los medios de confusión general.
ResponderEliminarSaludos
Querido Manolo: Es de agradecer tu ironía, pero discrepo de lo que pueda tener de alarmista, porque todavía queda en España una mayoría de ciudadanos sensatos y honrados, que aunque no hacen demasiado ruido, sí que sirven de moderación a tanta tontería y destarifo como los que proliferan en los últimos tiempos, en los que un grupito llamado "podemos" demuestra que se debería cambiar la "p" por la "j", que sería más correcto.
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