“Cuanto más altos estamos,
más debemos bajarnos hacia nuestros inferiores” .- Marco Tulio Cicerón
(106 AC-43 AC). Escritor, orador
y político romano)
“EEUU vuelve a confiar en Obama
(De “El Mundo”, 7/11/2012, María Ramírez/Eduardo Suárez (Enviados especiales))
Con menos sueños y más modestia, Barack Obama
fue reelegido este martes presidente de Estados Unidos. Su victoria no fue tan
apabullante como hace cuatro años, pero el candidato demócrata se impuso
con claridad a Mitt Romney
incluso en estados donde el republicano esperaba ganar.
Romney ha tardado más de dos horas
en reconocer su derrota. Lo hacía a través de una llamada
telefónica privada a Obama.
Por su parte, el presidente envió un correo electrónico a sus seguidores
agradeciéndoles su respaldo en la carrera electoral. "Quiero que sepáis
que esto no es el fruto del destino y que no fue un accidente. Vosotros hicisteis que ocurriera. Vosotros os organizasteis manzana por manzana. Asumisteis la
propiedad de esta campaña de cinco en cinco y de diez en diez dólares. (...)
Pasará el resto de mi presidencia haciendo bueno vuestro apoyo y haciendo lo
que pueda para terminar lo que empezamos. La jornada de hoy es la prueba más
clara de que las personas corrientes pueden superar a los intereses poderosos.
Hay mucho trabajo que hacer. Pero por ahora gracias.
Después de más de un año de campaña
multimillonaria en un país polarizado, el presidente seguirá en la Casa Blanca.
Poco convencidos por la alternativa y admirados por la actuación de Obama
durante el
huracán 'Sandy', los estadounidenses acudieron masivamente
a las urnas y dieron una segunda oportunidad al candidato demócrata. El
presidente es el primero en ser reelegido con un paro por encima del 7% desde Franklin
Roosevelt.
Los tiempos imponen más modestia. En
2008, Obama celebró su victoria ante 240.000 personas en el Grant Park, un
bello e histórico parque en el centro de Chicago. Este martes, daba su discurso
en un desconchado y oscuro pabellón de un centro de congresos a las afueras ante unos 10.000 fieles escogidos. La mayoría eran los voluntarios más abnegados, entre ellos los de
la oficina del barrio de Obama, premiados por su entusiasmo y sus viajes a
Wisconsin, Iowa o Indiana para registrar votantes.
El recuento estaba más
ajustado que en 2008, pero Obama ganó con claridad en Ohio,
Wisconsin y Iowa y también en algunos estados donde Romney tenía esperanzas
como New
Hampshire, Pensilvania o Michigan. El Medio Oeste aseguró
la victoria del presidente, que se ha beneficiado del apoyo actual al rescate de la industria del
automóvil de Detroit.
Obama perdió por unos 17 puntos entre los miembros de la clase obrera blanca en
todo el país, pero sólo por dos en el estado industrial de Ohio, según las
encuestas a pie de urna.
Enderezar la economía del país y
contener la crisis de la zona euro
serán los principales retos de Obama. Pero dos tercios de quienes votaron este
martes aseguraron que se vieron influidos por la imagen de consenso del
presidente durante la resaca del huracán 'Sandy'.
Las elecciones llegaron con una
mezcla de alivio y de emoción para los candidatos después de la campaña más
cara de la historia de Estados Unidos. Se estima que demócratas y republicanos se han gastado en la carrera
presidencial 2.600 millones de dólares: unos 2.000 millones de euros al cambio actual. Un dinero
concentrado sobre todo en el bombardeo de anuncios y en las operaciones para
movilizar a los más fieles, que consumían este martes las energías de millones
de voluntarios en todo el país.
Rituales supersticiosos
Romney hizo campaña en Ohio y Pensilvania hasta el mismo martes y dio varias entrevistas a medios de estados decisivos. "No puedo imaginar que estas elecciones se ganen o se pierdan por unos cientos de votos y yo haya pasado el día sentado sin hacer nada", explicó el aspirante republicano a una radio de Virginia.
Romney hizo campaña en Ohio y Pensilvania hasta el mismo martes y dio varias entrevistas a medios de estados decisivos. "No puedo imaginar que estas elecciones se ganen o se pierdan por unos cientos de votos y yo haya pasado el día sentado sin hacer nada", explicó el aspirante republicano a una radio de Virginia.
Obama siguió las últimas horas del
recuento en Chicago, lo más parecido a un hogar después de una agitada vida que
lo ha llevado a vivir en Honolulu, Yakarta, Cambridge y Nueva York. Aparte de
alguna entrevista, el presidente trató de mantener los viejos rituales con su
supersticioso equipo de campaña, entre ellos jugar al
baloncesto en la jornada electoral. Los suyos achacaron la derrota en las primarias demócratas de New
Hampshire hace cuatro años al hecho de que no jugaron el tradicional partido y
por eso ahora no se lo pierden. Los asesores del presidente también se dejaron
barba como parte de su peculiar fórmula para la victoria.
Para Obama, estas elecciones eran
especiales, casi una despedida en su segunda carrera por la Casa Blanca. Él
mismo recuerda que ya nunca se volverá a presentar a un cargo público. El lunes
eligió para su último mitin el estado de Iowa, un lugar decisivo en las
elecciones del martes y donde el candidato despegó en 2008 al ganar los
'caucus' demócratas contra Hillary Clinton. Obama quiso terminar en Iowa para
subrayar que, pese a las decepciones, él sigue siendo la misma persona
que hizo llorar de emoción hasta a sus rivales.
"Es muy emotivo... Es el último
evento de la última campaña de mi marido. Es la última vez que vamos a estar
juntos en el escenario de un mitin de campaña", dijo Michelle en su
introducción. El presidente subió al escenario y la pareja se abrazó. Ella
susurró: "Estoy orgullosa de ti".”
…
“De nuevo pudo Obama
El espíritu del 'Yes we can'
permanece. Así lo ha visto el electorado norteamericano que ha renovado su
confianza en el presidente Barack Obama otorgándole la confianza para un
segundo mandato. Se preveía un recuento más ajustado, pero al final el
presidente tenía una base más solida que su adversario y ha logrado movilizar
con la misma intensidad a su electorado más fiel y a muchos hombres y mujeres,
minorías y segmentos sociales – mujeres, jóvenes y mayores – que han visto en
la estabilidad la garantía para continuar el camino de recuperación que la
economía americana muestra desde hace varios meses.
Estas elecciones dejan tres lecciones. La primera es que si bien el Tea
Party fue determinante para decidir quién debía ser el candidato republicano,
la compañía de este colectivo y su alargada sombra tras Romney le ha supuesto
un duro castigo del electorado más moderado o centrista. La loca y exagerada
radicalidad que exhiben y el minúsculo discurso de personajes como Sara Pallin
y otros muchos que han crecido al albor de una insólita "rebelión
social" contra Obama, ha terminado por empujar al viejo partido
republicano a cuatro años más de oposición. Para ser más precisos, las
terribles y enfermizas declaraciones de senadores republicanos atribuyendo a
Dios y a su voluntad las violaciones de mujeres y sus consecuencias, han puesto
enfrente de su partido a una inmensa mayoría de norteamericanos sensatos, que
además han expulsado de las cámaras a los autores de tales declaraciones
La segunda es que no están los tiempos para aventuras confusas. El programa
de Romney ha terminado por asustar más que convencer y ha empujado a la
sociedad americana – aún convulsionada por el efecto desgarrador del huracán
Sandy- a luchar por el modelo básico de estado que defiende el demócrata Obama
y su partido.
La tercera es que Estados Unidos es un gran país cada vez más diverso. Las
llamadas minorías se incorporan al voto tanto como a la política, la economía y
a otros muchos sectores profesionales dibujando con su presencia y
participación un nuevo escenario que no se puede interpretar con el viejo
recetario de siempre. Por no hablar del cambio generacional asociado a una
nueva forma de comunicación y relación asociada a un mundo tecnológico
diferente.
Pronto tendremos ocasión de conocer los planes de Obama y el modelo
verdadero de relación que quiere con sus aliados europeos. España debe ver con
optimismo esta reelección pues en las palabras recientes de Obama, y en otras
declaraciones anteriores, hemos podido escuchar con claridad su deseo de evitar
el hundimiento de nuestro país y la necesidad de sostener al euro con la
dimensión que tiene en este momento, sin exclusiones penalizadoras.
Cabe confiar en que su apuesta por el crecimiento sea un muro de contención
a la estrategia de Merkel que tanto daño nos está haciendo.
Obama ya es presidente, de nuevo. Puede presumir de ser el primer
presidente de la zona cero de la crisis que es reelegido para un nuevo mandato.”
(Editorial de “La Estrella Digital”, 7/11/2012)
…
Repasando los
distintos comentarios que se han publicado sobre el triunfo de Barack Obama en
las elecciones presidenciales de EE.UU., no deja uno de experimentar cierta sorpresa
ante las variopintas conclusiones a las que llegan los periodistas y exégetas,
sobre un hecho tan simple y tan relevante al mismo tiempo como el haber
triunfado en las complejas elecciones del país norteamericano.
Unos, por una
parte, se sienten reconfortados porque –dicen— Obama es progresista, y así parará
los pies al conservadurismo europeo de Merkel. Otros, por el contrario,
consideran que Obama ha vuelto a triunfar precisamente porque ha moderado su
discurso y ya no ha aparecido como aquel posible héroe liberador de las clases
menos pudientes.
Hay que conocer
algo la realidad social, política y económica de Norteamérica para concluir que
es inadecuado analizar su devenir político y social a la luz de los parámetros
por los que se rige la Europa de siempre.
Allí, en el país
de las barras y las estrellas, impera la “primariedad” (neologismo que me saco
del teclado del ordenador), en el sentido de que todo es mucho más elemental y
menos sofisticado que en esta nuestra Europa de los miles de años de historia,
cultura y civilización.
Así, el
maniqueísmo impera siempre en la realidad social del país de las Montañas
Rocosas, de manera que sigue habiendo “buenos-buenos” y “malos-malos”, y “ricos-ricos”
y “pobres-pobres”, etcétera.
Desde esa
perspectiva, el aluvión de masas de gentes de raza negra y de etnia latina
tiempo ha que viene acentuando su predominio en la vida estadounidense, y por
ello tenía que llegar un presidente de color, como había de ocurrir la reelección
del mismo, frente al puritanismo de los ortodoxos blancos,abroquelados en sus caducas tradiciones.
Pero, no se
engañe nadie, ni Obama es tan progresista ni los republicanos son tan puristas.
En una nación
que vive tanto de su propio orgullo y de su convencimiento de que está llamada
a ser la rectora del orden mundial, en la que el patriotismo en ocasiones eufórico, la propia exposición a los riesgos y a los
ataques exteriores han venido forzando un estricto puritanismo autoproteccionista en lo político y
en lo social y convivencial, hasta tal punto que los sectores aparentemente más
avanzados quedarían situados en Europa muy a la derecha.
Claro, que en
USA parece revolucionario que se quiera instaurar la sanidad pública y cuasi-universal
(ésa a la que en Europa no estamos teniendo más remedio que ir renunciando
poco a poco), como también lo semeja que se pretenda amparar un poco, solo un
poco, a las clases menos favorecidas, frente al dominio atroz y desalmado del
capitalismo de alta riqueza y sin alma. Avaricia usurera, añado.
Y que se trate
de evitar que cualquier persona que no sea de raza originariamente blanca y
británica, ya resulte sospechosa y pueda ser detenida por los Sheriffs (ejemplo del estado de Arizona) parece
un acto de heroísmo progresista, cuando es algo tan elemental en la defensa de
los derechos humanos de los latinos y gentes de color.
Porque los
Estados Unidos se han ido convirtiendo poco a poco en un país de “aluviones”,
con gentes de las más distintas procedencias, que han sido admitidas muy a
regañadientes, no por un humanitarismo ejemplar, sino por el egoísmo de las
clases privilegiadas para contar con subordinados que desempeñen las tareas
menos dignas a los más bajos costes.
Por eso, Obama
ha sido reelegido, ya que, aunque no ha hecho milagros –imposibles por otra
parte— en materia económica, al menos ha transmitido un poco más de frescura y
de humanidad que el otrora engolado Romney, que apesta a “tea party”, es decir,
a fundamentalismo ultraderechista, y a esencias de pasados siglos.
Sin embargo,
repárese que a Obama los electores le han ajustado el “cordón sanitario” de una
Cámara de Representantes de signo republicano, como si hubiesen querido
forzarle a ser más pactista y menos autoritario, y como si, pese a todo, no
hubieran querido dar un poder omnímodo a quien, no obstante, es casi
todopoderoso.
No tratemos,
pues, de “aplicarnos el cuento” de los EE.UU., porque ni somos tan primarios
como los ciudadanos de allí, ni los ricos de aquí son tan ricos y prepotentes
como los del otro lado del Atlántico, ni la dialéctica buenos-malos está
tan vigente en Europa.
Y menos en esta
España nuestra, en la que parece valer solamente aquello de “tanto vales cuanto
tanto más bienestar me propicias”.
O tempora! O mores!, como ya dijo Cicerón en las Catilinarias.
“Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, sólo puede ser
elegido uno”.- Noel Clarasó (1905-1985) Escritor español.
SALVADOR DE
PEDRO BUENDÍA
Eres formeidable, no han pasado ni 24 horas y ya has lanzado un extenso y bien informado artículo de nuestro buen Obama.
ResponderEliminarUn abrazo y sigue con tu ánima sobre la actualidad tan rotunda que realizas.
Tu buen amigo J.B
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