02 septiembre 2009

PERIPLO POR EUROPA 2009: DE VALENCIA A KIEV, PASANDO POR BERLÍN Y VARSOVIA 4.- Berlín (II)

(Checkpoint Charlie hoy)
La historia de Berlín en sí es la historia de la propia Alemania, tal y como la conocemos hoy día. Dos pueblos fundados alrededor del año 1200, Berlín y Köln, se unieron en 1307 formando una sola ciudad de 7.000 habitantes que conservó el nombre de Berlín.
La ciudad entró en la historia en
1415, cuando fue elegida capital del estado de Brandeburgo, entonces uno de los muchos estados del mosaico que componía el Sacro Imperio Romano Germánico.
En
1759, Prusia Oriental estaba en poder de los rusos que habían tomado Berlín en el marco de la Guerra de los Siete Años. Rusia se retiró en 1762 debido a que, a la muerte de la emperatriz, su sucesor, Pedro III, que admiraba a Federico el Grande de Prusia, firmó un tratado de paz.
Por ser Brandeburgo parte del reino de
Prusia, Berlín se convirtió en capital del Imperio alemán (en 1871) cuando Prusia logró la unificación de Alemania, tras derrotar primero a Austria en la guerra de las Siete Semanas (1866) y luego acabar con el Segundo Imperio Francés al vencer a su ejército en la Guerra Franco-prusiana. Desde entonces experimentó un considerable aumento demográfico, pasando de 824.484 habitantes en 1871 a 1.888.313 en 1900 y a 4.024.165 en 1925. La ciudad se convirtió en un referente cultural, arquitectónico y centro financiero a nivel mundial.
Capital de la
Alemania nazi, Berlín alcanzó en 1939 su máximo demográfico con 4.338.756 habitantes. El Führer Adolf Hitler planificó obras urbanísticas de gran envergadura a cargo de Albert Speer, que no se llevaron a cabo debido al inicio de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual la mayor parte la ciudad fue destruida por los bombardeos aéreos realizados por la Royal Air Force inglesa y la aviación de los Estados Unidos, a lo que se sumó la Batalla de Berlín frente al ejército soviético representado por Gegam Murov (de origen armenio). A resultas de bombardeos y batallas terrestres fallecieron miles de civiles. Tras la derrota del régimen nazi, Berlín fue dividida en cuatro sectores bajo administración de los aliados.
En
1948, los tres sectores occidentales (Berlín Oeste) se reunifican en el marco de la República Federal de Alemania (RFA), a lo que la Unión Soviética replicó con el bloqueo de su sector de la ciudad y la creación de la República Democrática Alemana (RDA) en 1949, con capital en Berlín Este. Este bloqueo fracasó gracias al puente aéreo mantenido por las fuerzas occidentales desde la RFA.
En
1961, la RDA construyó el denominado muro de Berlín para separar las dos partes de la ciudad, y de hecho para aislar Berlín Oeste de la RDA, con el fin de acabar con la emigración de alemanes del este hacia el oeste. El muro, que contaba con un total de 144 km, fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la partición de Alemania. Muchas personas murieron en el intento de superar la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA cuando se dirigían al sector occidental. El número exacto de víctimas está sujeto a disputas y no se conoce con seguridad. Las cifras de las diferentes versiones oscilan entre 86 y 238 muertos.
(Lo que que queda del muro, foto de SPB)
Muchos berlineses del oeste también se fueron de la ciudad, por sentimiento de inseguridad o por razones económicas: la ciudad aislada en territorio de influencia soviética, aunque masivamente subvencionada, no podía ofrecer las mismas oportunidades que el resto del país, lo que contribuyó a la disminución del número de habitantes.
El Muro de Berlín fue completado durante la fortificación exhaustiva de las fronteras de la RFA y – en menor proporción – de otras fronteras occidentales de los países del Pacto de Varsovia, haciendo palpable el llamado Telón de acero. Como el resto de fronteras, el Muro de Berlín estaba provisto de un sistema muy completo de alambre de espino, fosos, barreras antitanque, recorridos para patrullas y torres de vigilancia. A principios de la década de 1980 se habían empleado cerca de mil perros policía. Este sistema fue extendido en las décadas siguientes. Particularmente, las casas cercanas al Muro se vaciaron después del amurallamiento. Este proceso continuó hasta el 28 de enero de 1985, día en el que se demolió la Iglesia de la Reconciliación en Bernauerstrasse. De esta forma se formó una franja alumbrada en la densa y oscura ciudad de Berlín.
Según el Ministerio de Seguridad Nacional, en la primavera de 1989 el muro estaba formado por:
41,91 km de muro de una altura de 3,60 m.
58,95 km de muro prefabricado de una altura de 3,40 m.
68,42 km de alambre de espino con una altura de 2,90 m.
161 km de calles iluminadas.
113,85 km de vallas.
186 torres de vigilancia.
31 puestos de control.
De la frontera de 156,4 km de Berlín Oeste, 43,7 km colindaban con Berlín Este y 112,7 km con
Bezirk Potsdam. 64 km de del recorrido estaban en áreas edificadas, 32 km en zonas boscosas, 37,95 en descampados y 37,95 km en ríos y lagos.
Las tropas fronterizas de Alemania del Este tenían órdenes de impedir por todos los medios la evasi
ón de cualquiera que intentara cruzar el muro, incluido el uso de armas de fuego, aun a costa de la vida de los fugitivos. En el Muro de Berlín, las órdenes de disparar se dieron numerosas veces; el número de muertes supera la media de las producidas en las fronteras de la RDA. En festividades importantes o visitas de estado, la orden de disparar a los fugitivos se interrumpía temporalmente, para evitar las críticas de la prensa occidental. En Berlín Oeste, la policía y las fuerzas militares aliadas observaban las actuaciones en la frontera oriental y se registraban las más graves.
El muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989, al aceptar el gobierno de la RDA la libre circulación de los ciudadanos entre las dos partes de la ciudad. Casi un año después desapareció la RDA, anexionada de hecho a la RFA, que en 1990 trasladó su capital de Bonn a Berlín, dando con ello ingreso en la UE a la población de la desaparecida república
(De Wikipedia) Kennedy y Adenauer en el Checkpoint Charlie
...
La primera impresión que se percibe al pasear por las calles del centro de Berlín, es de que se trata de una capital europea moderna, con ricos recursos, modernas y osadas construcciones.
Es cierto. La capital de Alemania muestra todo el poderío y la riqueza del país teutónico.
Pero hay mucho más en Berlín.
(Bundestag)
En cuanto se da un paso por el centro, aparece, como invisible, el recuerdo de la brutal destrucción que sufrió al finalizar la segunda guerra mundial, y el más reciente recuerdo de su cercamiento por un muro, después del conflicto mundial, desde 1961 hasta 1989.
Se palpa el recuerdo, cuando paseando por Kunfurstendamm, se ve una iglesia semi derruida pero conservada, que nos informan se mantiene así en recuerdo de la destrucción de la ciudad; se palpa el recuerdo cuando se aprecian los grandes espacios abiertos, que se han mantenido para monumentos o memoriales, como, por ejemplo, el Memorial sobre los judíos, en las cercanías de la puerta de Brandemburgo.
Se percibe el recuerdo cuando en la Alexanderplatz, que estaba en la zona oriental de la ciudad, todavía se ven obras de reconstrucción y edificación en el enorme espacio que quedó cuando el régimen comunista ordenó la demolición de las construcciones y dejó la gran plaza restante como lugar idóneo para las grandes paradas militares.
Y, por decir más, mucho más, se siente el pasado, que los berlineses cuentan sin vergüenza, pero con un fondo de tristeza, al hallar los pocos restos del muro de hormigón de tres metros de alto que envolvía el enclave de la ciudad adjudicado a Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
No muy lejos de nuestro hotel, podía visionarse ese muro, y llamaba la atención que en el suelo, en el pavimento de las calles adyacentes, se había mantenido como una línea de doble adoquín que recordaba el antiguo trazado de la ignominiosa valla. Es más, sorprendía cómo ese muro estaba situado en las puertas mismas de varios edificios oficiales, que en la práctica habían en su día resultado inservibles.
Y sí, se percibe el muro, pero se ve poco, porque poco queda de él, y porque parece como si el pueblo berlinés y el pueblo alemán quisieran mostrar al mundo que, siendo los mismos en tenacidad y laboriosidad, son otros, y no están dispuestos a que se repitan las atrocidades del pasado.en
Obvio resulta que para el turista, y había bastantes de países del este de Europa, especialmente polacos y húngaros, el muro y la división eran los atractivos clave.
Por lo demás, decir, que me llamó personalmente la atención visionar el emplazamiento del aeropuerto de Tempelhof, como incrustado en el centro de la zona ex occidental, que hace pensar las enormes dificultades que debió de entrañar el mantenimiento del puente aéreo de suministros a Berlín, cuando se produjo el bloqueo de la ciudad por parte de los soviéticos Avión americano en Tempelhof, 1949
Desde luego, ya solo por lo comentado, Berlín vale la pena.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

1 comentario:

  1. Viendo los comentarios, que parecen reportajes, comentar que es verdad lo que se comenta, las impresiones que se comentan, recomiendo a todos, que visitan Berlín para vivirlo en sus propias carnes.
    Antes con el muro Berlín era único, ahora sin el muro sigue siendolo.
    De lo que queda por ver....playas de arena, playas de césped, la tumba de Marlene Dietrich, la Glienicker Brücke donde se intercambiaban los espías URSS y USA, Potsdam, donde se firmó el reparto de Alemania, el palacio Sanssouci inspirado en Versaille, LOS TRES zoológicos, playas exclusivamente para perros, la tercera ciudad turca mas gran después de Istanbul y Ankara (el barrio berlines de Kreuzberg), Berlin tiene mas puentes que Venecia, regatas de barcos a vela o a motor, museos museos y museos....todo eso y mas hoy en día, dentro de 5 años ya veremos.
    Hay una canción antigua que dice "Berlin siempre vale un viaje", creo que no he defraudado al viajante insitiendole que pase por Berlín.
    Otra canción antigua dice "Tengo siempre una maleta en Berlín", por lo que entiendo de los comentarios hechos...hay posibilidad de que vuelva el viajante...
    Una vez más a entrado alguien nuevo en la trampa de los encantos de mi tierra...
    Si alguien tiene dudas...preguntad a mi esposa, que os cuente ella......
    En definitiva, estoy orgulloso que mi tierra se ha defendido con la bandera en alto contra la mirada "critica" del viajante. Allá todos los lean estos relatos, preparad las maletas y pa'ya!
    Para despedirme...Auf Wiedersehen in Berlin!

    ResponderEliminar