29 junio 2009

¿Qué busca "el primer caballero" de Argentina?

“Los resultados preliminares de las elecciones legislativas de Argentina celebradas el domingo reflejan una derrota sin precedentes para el oficialismo, que pierde la mayoría parlamentaria tras obtener resultados adversos en los más importantes distritos electorales del país. Con el 90 por ciento de las mesas escrutadas, el candidato de la opositora Unión-PRO Francisco de Narváez gana con el 34,51 por ciento de los sufragios en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, mientras que el ex presidente Néstor Kirchner le sigue con el 32,16 por ciento” (De “Estrella digital”, 29/06/09)

Me llamó la atención tiempo atrás, e inclusive seguí con interés, una serie televisiva titulada “Señora presidenta”, que trataba de contar, con cierta contención, o sea, sin ese patrioterismo exagerado que caracteriza las películas y los telefilms norteamericanos, el día a día de una Presidenta de los Estados Unidos, que accede a la primera magistratura desde la Vicepresidencia, por fallecimiento del anterior primer mandatario.
Y como la Presidenta está casada, pues…su marido, por cierto, consejero del anterior presidente, ha de dimitir de su “empleo” para desempeñar el de “primer caballero”, denominación equivalente a la más conocida y usual de primera dama.
Explicado así por qué utilizo en el título la expresión “primer caballero” de Argentina, añadiré que me refiero al esposo de la actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner (por algo su marido se llama Néstor Kirchner), cuyo “primer caballero” fue antes presidente de la república.
Debo de estar siendo invadido por cierta ateroesclerosis mental ya que me he sorprendido (¿a estar alturas de la vida?) de que un expresidente haya osado presentarse de nuevo a parlamentario mientras su esposa está siendo la presidenta del país.
Lo tengo claro, aunque no me gustaría que así fuera: Realmente, el hoy “primer caballero” nunca se conformó con dejar el poder(¿lo dejó de veras alguna vez?); utilizó a su esposa –que ignoro si en el ámbito doméstico es muy mandona, pero que desde luego en la República Argentina es la “manda más”— y por eso ha decidido volver a estar presente en el acontecer político de la querida nación argentina, que él, su esposa y otros muchos pillastrones han contribuido a esquilmar.
No tengo la autoridad de ser ciudadano argentino –si bien como español y como ciudadano del mundo nadie puede prohibirme opinar— pero me parece que Argentina sigue necesitando que se escriba otra ópera como “Evita”, en la que se glose que no llore más Argentina, que no hace falta llorar más, que los problemas han tenido solución…
Porque por ahora, con una crisis económica que es tan vieja como que ya pocos ser acuerdan del “corralito”, que ha dejado las arcas de la nación tan menguadas que no dan para nada, el anuncio de que el expresidente vuelve a la política mientras su amada cónyuge es la presidenta, no augura nada bueno, ni de lo hasta ahora acontecido ni de lo que está por venir.
Excepto para los Kirchner, claro, que seguro estoy no practican el precepto evangélico de que “no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha” y menos lo de que”en caso de duda la más dura…”
Como dice el refrán español, en todas partes son “los mismos perros con diferentes collares”
“Nada se parece más a un hombre honesto que un pícaro que conoce su oficio”
George Sand (1804-1876) Escritora francesa
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA.
P.S. Con mis saludos a Cristina Serediak y a Camila, asiduas lectoras de este blog desde la Argentina, la Patagonia, con mi deseo de que ellas siempre hayan de lidiar con “los mismos perros con los mismos (y no con distintos) collares”…


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