Es tan difícil decir la verdad como ocultarla (Baltasar Gracián)
“MADRID.- Por enésimo mes, los precios mantienen su fuerte escalada impulsados por el encarecimiento del petróleo y de los alimentos. La tasa interanual se dispara cuatro décimas respecto al dato de mayo y se sitúa en el 5%, el nivel más alto desde junio de 1995, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
…
El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, ha reconocido, en una rueda de prensa extraordinaria en el Palacio de La Moncloa, que el dato "no es positivo" y ha justificado la subida por el incremento del petróleo que, según sus datos, aumentó un 86% en el último año, y de los alimentos. En este punto, Solbes ha achacado el repunte a la huelga de transportes que paralizó durante casi una semana al país.”
(De “EL MUNDO DIGITAL”, 11/07/08)
…
Bueno, bueno, bueno…
¡Cuánto ha costado a nuestros gobernantes admitir el hecho incontrovertible de la crisis que se nos ha venido encima hace varios meses!
Primero, antes de las elecciones generales, el candidato Zapatero, a quien se pilla en sus embustes antes que a un cojo (Ya se sabe el refrán de que “se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”) nos engañó –si es que aún le creíamos- diciéndonos que teníamos suficientes reservas en caso de algún problema económico.
Después el mismo "trolero”, siendo ya presidente del gobierno, habló solamente de “una cierta recesión”, cuando ya todos estábamos experimentando en nuestros bolsillos el incremento de precios, y se agudizaba la caída del empleo.
Más tarde comenzó a admitir que se avecinaban tiempos difíciles y de “desaceleración”; y la semana pasada, hasta llegó a decir en una entrevista ante las cámaras de Antena 3tv que había “una cierta crisis”.
Su acólito, el melifluo, doctrinal y siempre ocultista vicepresidente económico, que ni parece alicantino por la carencia de ingenio que le acompaña, el esotérico Pedro Solbes, llega por fin a admitir que hay problemas.
¡Vaya que si hay problemas!
La inflación supera el 5%; el desempleo llega a cotas de 1996; la evolución económica es prácticamente cero…
Ahora bien, el excelso grupo de mangantes a quienes está encomendada la dirección del país no se alarma y, lo peor, ni planificaron, ni planifican, ni planificarán, medida alguna para paliar el aluvión que se nos ha venido encima.
Su fórmula es mirar para otro lado y distraer al estúpido (por tonto) ciudadano, con la liberalización del aborto, o con las igualdades entre homosexuales, o con mil inventos que distraigan la opinión pública de lo esencial.
Y la oposición, cada vez menos opuesta a nada, sigue enfrascada en pelearse todos contra todos en cualquier lugar y por cualquier cosa…
¡Bonito panorama nos aguarda!
Yo pienso que como los causantes de la inflación, según Solbes, son los camioneros, hay que castigarles a trabajar sin cobrar hasta que devuelvan todos los perjuicios que según el ministro han causado. Así, transporte de mercancías gratis, precios baratos, salarios que nos ahorraremos y familias que aceptarán con resignación que sus cabezas, los camioneros, fueron malos, malísimos, y merecen el castigo del bueno, buenísimo Zapatero y del vicebueno, vicebuenísimo Solbes.
Y si el coste del petróleo es otro culpable, lo mejor es castigar a las gasolineras que lo expenden y a los directivos de sus compañías, poniéndoles a despachar gasóleo personalmente y con la obligación de dar un beso en la mejilla a cualquier consumidor, y los otros carburantes, con un 20% de descuento, y los directivos expendedores sin cobrar…
Y como los alimentos son también culpables de la inflación, pues se eliminan los alimentos, y empezamos todos a vivir del aire, o de los escaparates, como Carpanta.
Claro, que a nadie se le ha ocurrido pensar que el más del 60 por 100 del coste de los carburantes lo representan los impuestos que se engulle la administración tributaria que capitanea Solbes.
Con ese dineral, se crean nuevos ministerios, se premia a nuevas “miembras”, como la “A-ida”, y se fomenta más aún la estulticia ciudadana.
¡Qué gran razón tenía Baltasar Gracián, con su sentencia al principio incluida!
¡Qué gran razón tenemos todos los españoles para renegar de todos los ministros, de los políticos y de los embusteros, y mandarles a todos, no solamente a “escardar cebollinos”, sino especialmente, mandarles…¡a paseo!
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
“MADRID.- Por enésimo mes, los precios mantienen su fuerte escalada impulsados por el encarecimiento del petróleo y de los alimentos. La tasa interanual se dispara cuatro décimas respecto al dato de mayo y se sitúa en el 5%, el nivel más alto desde junio de 1995, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
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El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, ha reconocido, en una rueda de prensa extraordinaria en el Palacio de La Moncloa, que el dato "no es positivo" y ha justificado la subida por el incremento del petróleo que, según sus datos, aumentó un 86% en el último año, y de los alimentos. En este punto, Solbes ha achacado el repunte a la huelga de transportes que paralizó durante casi una semana al país.”
(De “EL MUNDO DIGITAL”, 11/07/08)
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Bueno, bueno, bueno…
¡Cuánto ha costado a nuestros gobernantes admitir el hecho incontrovertible de la crisis que se nos ha venido encima hace varios meses!
Primero, antes de las elecciones generales, el candidato Zapatero, a quien se pilla en sus embustes antes que a un cojo (Ya se sabe el refrán de que “se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”) nos engañó –si es que aún le creíamos- diciéndonos que teníamos suficientes reservas en caso de algún problema económico.
Después el mismo "trolero”, siendo ya presidente del gobierno, habló solamente de “una cierta recesión”, cuando ya todos estábamos experimentando en nuestros bolsillos el incremento de precios, y se agudizaba la caída del empleo.
Más tarde comenzó a admitir que se avecinaban tiempos difíciles y de “desaceleración”; y la semana pasada, hasta llegó a decir en una entrevista ante las cámaras de Antena 3tv que había “una cierta crisis”.
Su acólito, el melifluo, doctrinal y siempre ocultista vicepresidente económico, que ni parece alicantino por la carencia de ingenio que le acompaña, el esotérico Pedro Solbes, llega por fin a admitir que hay problemas.
¡Vaya que si hay problemas!
La inflación supera el 5%; el desempleo llega a cotas de 1996; la evolución económica es prácticamente cero…
Ahora bien, el excelso grupo de mangantes a quienes está encomendada la dirección del país no se alarma y, lo peor, ni planificaron, ni planifican, ni planificarán, medida alguna para paliar el aluvión que se nos ha venido encima.
Su fórmula es mirar para otro lado y distraer al estúpido (por tonto) ciudadano, con la liberalización del aborto, o con las igualdades entre homosexuales, o con mil inventos que distraigan la opinión pública de lo esencial.
Y la oposición, cada vez menos opuesta a nada, sigue enfrascada en pelearse todos contra todos en cualquier lugar y por cualquier cosa…
¡Bonito panorama nos aguarda!
Yo pienso que como los causantes de la inflación, según Solbes, son los camioneros, hay que castigarles a trabajar sin cobrar hasta que devuelvan todos los perjuicios que según el ministro han causado. Así, transporte de mercancías gratis, precios baratos, salarios que nos ahorraremos y familias que aceptarán con resignación que sus cabezas, los camioneros, fueron malos, malísimos, y merecen el castigo del bueno, buenísimo Zapatero y del vicebueno, vicebuenísimo Solbes.
Y si el coste del petróleo es otro culpable, lo mejor es castigar a las gasolineras que lo expenden y a los directivos de sus compañías, poniéndoles a despachar gasóleo personalmente y con la obligación de dar un beso en la mejilla a cualquier consumidor, y los otros carburantes, con un 20% de descuento, y los directivos expendedores sin cobrar…
Y como los alimentos son también culpables de la inflación, pues se eliminan los alimentos, y empezamos todos a vivir del aire, o de los escaparates, como Carpanta.
Claro, que a nadie se le ha ocurrido pensar que el más del 60 por 100 del coste de los carburantes lo representan los impuestos que se engulle la administración tributaria que capitanea Solbes.
Con ese dineral, se crean nuevos ministerios, se premia a nuevas “miembras”, como la “A-ida”, y se fomenta más aún la estulticia ciudadana.
¡Qué gran razón tenía Baltasar Gracián, con su sentencia al principio incluida!
¡Qué gran razón tenemos todos los españoles para renegar de todos los ministros, de los políticos y de los embusteros, y mandarles a todos, no solamente a “escardar cebollinos”, sino especialmente, mandarles…¡a paseo!
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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