10 abril 2008

UCRANIA Y LA OTAN: EL SÉSAMO NO SE ABRIÓ

BUCAREST, (Reuters).- Los aliados de la OTAN no alcanzaron un acuerdo en la cumbre celebrada en Bucarest –que durará hasta el viernes- para incorporar a la alianza atlántica a las ex repúblicas soviéticas Georgia y Ucrania, informó un funcionario de la Organización.
(Ukranews, 03/04/08)
En otros tiempos, si un país se movía dentro del ámbito de los Estados Unidos de América, podía tener garantizados la protección y el apoyo del gigante americano en los distintos foros internacionales, especialmente del mundo occidental, aún a riesgo de una dependencia servilista del país norteamericano.
En los últimos tiempos, especialmente desde que USA viene liderada por ese desastre de presidente y estadista que es Bush, estar cerca de los Estados Unidos de América puede acarrear lo contrario: el aislamiento frente a otras naciones de la órbita occidental.
No otra cosa le ha ocurrido a Ucrania respecto de su posible ingreso en la OTAN, ya que el ferviente e incondicional apoyo de George Bush jr (¿sabe el lector que “bush” en inglés significa “arbusto”?) solamente ha servido, por una parte, para irritar a Rusia y provocarle a lanzar amenazas contra Ucrania y Georgia; y por otra para determinar a los países de Europa Occidental, especialmente Alemania, Italia y Francia, para decidir que “ no es ahora el momento” de dicha incorporación.
Lo acontecido debería incitar a la reflexión a los dirigentes y gobernantes ucranianos que decidieron de forma no demasiado reflexiva su integración en la Alianza Atlántica, ya que debieron ponderar no solamente el mantenimiento de relaciones “adecuadas” con el vecino ruso, sino la evitación de tensiones internas con la población y los partidos “pro-rusos”, a más, y especialmente, de contar con el entendimiento y comprensión de los países de Europa Occidental y Unión Europea implicados en la OTAN, que bajo ningún concepto quieren abrir confrontaciones políticas con el nuevo zar Putin.
Paréceme que en Ucrania se ha buscado a toda costa alguna integración, de cualquier clase y a cualquier costa, en lo que parecía menos complejo, como la OTAN, ya que lo de la Unión Europea se antoja inalcanzable por el momento, al requerir enormes y especiales cambios estructurales e ideológicos en uCRANIA.
Pero no por más rápida entrada en una organización multinacional que incorpore naciones de régimen más o menos democráticos del mundo occidental, se va a producir en Ucrania, ni una avalancha de dinero ni un apoyo comercial especial ni una evolución fuera de lo razonable.
La auténtica integración de Ucrania en el mundo y en la cultura occidental (que nunca debe olvidar las peculiaridades de la vinculación histórica y tradicional al mundo de la esencia histórica eslava y rusa) debe basarse en la propia auto-reforma, estableciendo un régimen democrático basado en la economía de mercado –de gradual implantación, no con el brutal consumismo ahora imperante— en la progresión hacia la mejora del producto interior bruto, en la instauración de medidas de ayuda para la población más pobre y necesitada, la democratización de las fuerzas armadas, la modernización de las fuerzas policiales, etcétera.
Todo ello en el marco de la erradicación del fraude y la corrupción, de la lucha contra los clanes y mafias internos, y de una mayor sensibilización social.
Ciertamente, Ucrania, nuestra querida Ucrania, está lejos de todo lo deseado, así que tal vez los países de Europa occidental le han hecho un favor a la presidencia y al gobierno, aplazando la decisión sobre la entrada en la OTAN.
Como dijo George Bernard Shaw: “Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él.”
Eso es lo que debe hacerse en Ucrania: Construir adecuadamente los cimientos.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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