Fue, y sigue siendo, un golpe seco y duro, porque, de
la noche a la mañana, de visitarle en la cama del hospital para acompañarle y
darle ánimos, se ha pasado, pasé, y sigo pasando, a la sensación de vacío
irremediable que supone saber que esa parte de mi vida ya no comparte conmigo y
con los míos, en esta existencia actual.
Hay lágrimas que fluyen y abundan en los ojos y hay
otras que emanan desde el fondo del alma, envolviendo la cotidianeidad de gran
tristeza.
Ángel Juan nos permitió el consuelo de acompañarle
hasta la última morada terrenal y comprobar cómo todos sus hermanos, sus
familiares y sus amigos, rendían tributo a su sencillez y bondad intrínseca, al
tiempo de compartir la tierra en el panteón familiar de su querido pueblo de Alcalalí,
en el corazón del alicantino valle de Pop, entre las montañas que son
estribaciones de la sierra Mariola y junto a las aguas casi siempre imaginadas
del río Gorgos.
Dos meses han transcurrido y desde la triste
serenidad que envuelve el recuerdo del ser perdido, el espíritu se serena y se
consuela sabiendo y recordando cómo Ángel Juan es añorado y querido por todos sus
hermanos, familiares y amigos.
Estoy seguro de que Ángel Juan está gozando de la
gloria que bien mereció, con sus ángeles particulares, sus protectores, y desde
allí nos regala día a día su mensaje de sencillo cariño y espontánea sencillez,
y, como humanos que somos, recurrimos a él para que desde ese cielo que sin duda
ganó, siga siendo guía de nuestra vidas y afectos, ahora que ya es “nuestro”
para siempre.
Desde la serenidad que nos da la aceptación de su
ausencia física entre nosotros, además de elevar al buen Dios (al Cristo de la
Salud, de Alcalalí, que él tanto adoraba) una oración por el eterno descanso de
su alma noble, también le pedimos que sea nuestro “ángel guardián” desde esas
estrellas en las que se habrá reunido, seguro, con su madre.
Si el buen Jesús valoró a Natanael, como aquél “verdadero
israelita en quien no hay doblez ni mentira”, aquí y ahora honramos la memoria de
este Ángel Juan que ha sido en vida el ejemplo de un verdadero ser, ajeno a la
doblez y a la mentira.
Descanse en paz y que nos siga regalando con su
recuerdo imborrable.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
Tere i jo ens unim amb sentiment al vostre pesar, per la pèrdua -temporal- del vostre fill Àngel Juan. Una abraçada amb la fe compartida que ens manté ferms. Marc.
ResponderEliminarHoy hace dos meses que te fuiste y te echaremos de menos siempre,pero ya estás con todos los ángeles y junto a la mamá.
ResponderEliminarSiempre me acordaré de ti por tu generosidad,sencillez y lo buena persona que has sido siempre.No te olvidamos y como tu siempre decías querías estar junto a la mamá, ahora ya podéis estar juntos.
Cómo dice tu nombre eres nuestro Ángel de la guarda.
No te olvidamos y siempre estarás en mi recuerdo.
Tu hermana Paula.
Increíble las palabras e increíble la sinceridad que contienen. Un compañero de viaje de pocas palabras pero que cuando lo hacía era claro y directo. Expresaba sus sentimientos a través de la mirada y con eso sabías que necesitaba. Me quedo con sus tiernas manos y con ese saber estar que tenía. Descansa en paz mi mensajero de la paz. No te olvido porque conseguiste ser inmortal.
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