13 julio 2011

Espejo de los días: ¿Solvencia o crisis?

La esperanza es el sueño del hombre despierto.- Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego. 

Ramón Tamames: “En España hace falta un diseño de país” 

El economista Ramón Tamames ha sostenido que en España "hace falta un diseño de país" durante la presentación de su nuevo libro “¿Cuándo y cómo acabará la crisis?” en el Círculo Financiero Génova, donde le han arropado el presidente de CEIM Confederación Empresarial de Madrid-CEOE, Arturo Fernández, el diputado por el PSOE a la Asamblea de Madrid, Antonio Miguel Carmona, el portavoz económica del PP en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, el presidente de Vidaplus Células Madre, José Luis Mazuelas y el director editorial de Turpial, Javier Barbero.

El economista Ramón Tamames ha presentado su nuevo libro “¿Cuándo y cómo acabará la crisis?” en el Círculo Financiero Génova, donde le han arropado el presidente de CEIM Confederación Empresarial de Madrid-CEOE, Arturo Fernández, el diputado por el PSOE a la Asamblea de Madrid, Antonio Miguel Carmona, el portavoz económica del PP en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, el presidente de Vidaplus Células Madre, José Luis Mazuelas y el director editorial de Turpial, Javier Barbero.

El autor del libro ha reiterado en varias ocasiones que en España “no tenemos un diseño de país”, por lo que no existe un sector que tome el relevo de la construcción como motor económico de España. En ese sentido, ha señalado que es “muy grave” que se esté relegando la agricultura al exterior y que la economía española se esté desindustrializando.
A la pregunta de “¿Cuándo y cómo acabará la crisis?”, a la sazón título del libro, Tamames respondió citando su propia obra: “La crisis acabará cuando Dios quiera”.
Durante la presentación se han citado varios fragmentos del libro, en el que se recoge el fragmento de una conversación con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en los momentos iniciales de la crisis económica. Zapatero aseguró a Tamames que la crisis pasaría de largo de España, algo que para el economista fue un “craso error”. “Había una esperanza de que la crisis se iba a resolver con la tracción internacional”. Pero no fue así. En vez de ello, a juicio del economista, se debía “cambiar de modelo” en España, a la manera de lo que se hizo con los Pactos de la Moncloa, en los que participó el propio Tamames. “Suarez dijo que de ahí no salíamos sin un acuerdo”, relató.
Por su parte, el presidente de CEIM, Arturo Fernández, resaltó que “llevamos ocho meses diciendo que tenemos que cambiar las cosas”, algo que no está ocurriendo. Por ello, reclamó al presidente del gobierno que emprenda “medidas impopulares” y que se “inmole” en un paso adelante para la economía sin pensar en los votos como, explicó, suelen hacer los políticos. En este sentido, Ramón Tamames se posicionó a favor de un contrato único de 20 días de indemnización por año trabajado para “todos y desde ahora”. Afirmó que esto “no esquilma” a los trabajadores. “Lo antiobrero es vivir de las rentas”, sentenció.
El portavoz económico del PP, Vicente Martínez Pujalte, afirmó que “no está escrito el futuro de la crisis”, como afirma el propio libro, pero que la salida de la crisis “depende de la política que se haga”.
Por su parte, el diputado socialista en Madrid y economista, Antonio Miguel Carmona, resaltó que en España “tenemos la tendencia de echarnos la culpa los unos a los otros” y afirmó que “todos tenemos la responsabilidad de la crisis”, y por tanto, debemos aportar el empuje para salir de ella.
El pantanoso contexto internacional
Uno de los asuntos más inquietantes para el autor del libro es la salida de la crisis en el terreno internacional. En este sentido resaltó que a su juicio China va a entrar en una grave crisis y que cree que existe “demasiado optimismo” respecto a EEUU. “En EEUU existe el señoreaje del dólar y vive de ese señoreaje: imprime papeles y paga sus deudas pero eso se está acabando ya”. Se mostró halagüeño con los BRICS (Brasil, Rusia, India y China), que a su juicio sí tienen un modelo de país, y a pesar de que en su libro señala al euro como uno de los orígenes de la crisis, afirmó que la moneda única es un “paso formidable después de Bretton Woods para ir hacia una moneda global mundial”.
(El Imparcial, 12/07/2011)
Estados Unidos no puede consentir que el euro sustituya al dólar como moneda internacional. El amago de Ahmadineyad y del caudillo Chávez para fijar el precio del petróleo en euros causó general alarma en las turbinas económicas de Norteamérica. Hasta ahí se podía llegar. Ciertamente la crisis económica ha sido real y ha zarandeado a todos. Pero un porcentaje no desdeñable de la crisis se puede explicar por las maniobras norteamericanas para salvar el dólar. Washington ha desplegado todas sus baterías en la defensa de su moneda internacional.
Las agencias de calificación de solvencia, con Moody’s, Standard Poor’s y Fitch a la cabeza, han contribuido a la erosión de Irlanda, Portugal y Grecia, fragilizando la estabilidad del euro y sobre todo la confianza que en los cinco continentes se había depositado en la moneda europea. La embestida contra España, también contra Italia, lleva el mismo camino. Las corrientes subterráneas que encauzan la política económica norteamericana se han hecho especialmente tempestuosas. Estados Unidos no solo tiene abierto el frente de China que le disputa ya la supremacía mundial, tras superar a Alemania y a Japón. También la Europa del euro le ha clavado un par de banderillas en todo lo alto. Hoy, por ejemplo, en cualquier hotel de Iberoamérica se puede pagar indistintamente en la moneda local, en dólares o en euros. Hace diez años solo en la moneda local o en dólares. Las espadas están en alto y las autoridades europeas han hecho muy bien en denunciar la parcialidad de las agencias de calificación de solvencia, que están al servicio de los intereses de Washington.
Luis María ANSON de la Real Academia Española ( El Imparcial, 12/07/2011)

Los siete pecados capitales que condenan a Europa al infierno
(S. McCoy en “Cotizalia”,   12/07/2011)
Lo que está sucediendo en los últimos días en el seno de la Unión Europea es la traca final del conjunto de despropósitos que ha caracterizado su gestión de esta crisis desde sus inicios. La incapacidad de elevar la mirada, de comprender globalmente el problema, de establecer las medidas adecuadas para garantizar la estabilidad financiera de los estados miembros; la voluntad de contemporizar a la espera de que escampe, de nadar y guardar la ropa con objeto de no desairar a los fuertes, de pedir irrealmente al débil lo imposible, no en forma sino en plazo; la ausencia de un mensaje único que oriente, de una posición uniforme que se defienda, de una postura común que no confunda están en la génesis de la más que delicada situación actual. Se ha hablado hasta la saciedad de la responsabilidad individual de los estados más castigados y de la de los mercados financieros o las agencias de rating. Es hora de volver la mirada al papel jugado por las instituciones del sueño que ahora se desvanece de una Europa todos a una como en Fuenteovejuna.
Son siete los pecados capitales que amenazan con condenar a la Eurozona al infierno de su destrucción si no se toman, de una vez por todas, medidas radicales que actúen como tabla última de salvación y que iremos desgranando a lo largo de este post. Seguro que ustedes añaden más, espero sus comentarios.
1. Ausencia de liderazgo. Europa necesita un líder. El sistema actual con un Presidente de la UE, un Presidente de la Comisión Europea y un Presidente rotatorio cada seis meses es absurdo. La creación de la primera figura pretendía suplir tal carencia pero quedó desvirtuada desde el momento en que se eligió una figura de tan poco carisma y capacidad de persuasión como Van Rumpuy. Prueba de tal vacío es el papel que se han ido arrogando sucesivamente Sarkozy y Merkel, hasta que el coste electoral en sus respectivas naciones les ha hecho replegarse a sus cuarteles. ¿Saben a quién le toca el marrón de impulsar las reformas que permitan a la región salir del hoyo en que se encuentra? Piensen, piensen… Sí, yo también lo he tenido que mirar: Polonia. Sin un liderazgo claro y uniforme, Europa seguirá siendo el reino de la confusión.
2.Desafección ciudadana. La convergencia en términos monetarios, ahora también cuestionada, no ha ido acompañada por una traslación del sentimiento nacional, o incluso local o regional, al europeo. Europa es, para la gran mayoría de sus ciudadanos y más allá del euro, una entelequia que sirve para aparcar políticos, crear organismos inútiles, poner trabas, condicionar decisiones y castigar por tanto los bolsillos. Poco importa que su acción esté muy alejada de dicha percepción, es ésta la que prima. Más allá de su absurda configuración, la indiferencia y/o la renuncia a la hora de votar y/o aceptar una Carta Magna supranacional por parte de los ciudadanos comunitarios debería haber servido de toque de atención sobre los pilares de barro que soportan la estructura de Bruselas. Solo una acción política eficaz, exterior e interior, que reconcilie a la UE con su población podría cambiar tal idea consolidada. Cuestión de, mucho, tiempo.
3. Construcción monetaria errónea. La experiencia ha puesto de manifiesto los graves errores que se cometieron a lo largo de la creación de la moneda única europea. Fallos de integración de economías que no estaban preparadas para formar parte de esa visión colectiva que pretendía ser fuente de estabilidad y oportunidades, caso de Grecia; fallos en el establecimiento de paridades que se alejaban mucho de la competitividad real de los estados miembros, que habría que revisar pues se fijaron sobre la base de un esfuerzo de convergencia que se extrapoló como permanente en el tiempo, por ejemplo España; fallos, por último y sobre todo, de no dotar las herramientas fiscales supranacionales que permitieran supervisar la permanencia temporal de unos Criterios de Maastricht que garantizaban una cierta homogeneidad entre los estados. Entramos de este modo en el siguiente punto.
¡Que no falte la alegría...!
4. Carencia de un Tesoro Único  y de mecanismos colectivos de financiación. El sistema de control presupuestario recientemente aprobado queda muy lejos de las necesidades actuales de integración de la UE. Pero, ¿quién es el guapo que renuncia a su soberanía fiscal, herramienta fundamental de conquista del voto? A nadar se aprende andando y a día de hoy es evidente la necesidad de un Tesoro Único Europeo con capacidad propia de captación de fondos a través de la emisión de eurobonos. A grandes males, grandes remedios. Una figura que planifique, ejecute, controle y que mantenga una visión agregada del riesgo individual y colectivo de los estados miembros. No hay que olvidar que buena parte de los problemas de la Eurozona se derivan de la exposición cruzada de sus integrantes.
5. Renuncia a la estrategia a favor del tacticismo. Desde el inicio de la crisis los dirigentes de la Eurozona  han renunciado, consciente o inconscientemente, a abordar de manera radical el problema último al que se enfrenta una parte de la periferia europea: sin estabilidad financiera es imposible abordar de manera efectiva las reformas estructurales y perentorias necesarias. El miedo a actuar de forma sistémica ha provocado que siempre se haya ido por detrás del mercado que ha sido el que ha marcado la agenda, planes de rescate y ajustes imposibles. De este modo el proceso se ha descontrolado hasta un punto que siempre hay una siguiente ficha de dominó de mayor tamaño que amenaza con caer. La Unión ha demostrado una manifiesta incapacidad para comprender su propia realidad. Algo que aún se puede corregir poniendo en marcha los mecanismos ya aprobados sin esperar a 2013.
Estatura y competencia parejas...
6.El terrible papel del Banco Central Europeo. Trichet, guardián de la ortodoxia, ha demostrado que cuando se sale de su discreto papel y trata de adoptar el de superhéroe, recuerda más al Superlópez de los comics nacionales que a los grandes personajes de las factorías americanas. Los errores de bulto cometidos desde el inicio de la crisis, en su deseo de contemporizar, le ha situado en el punto de mira tanto por el riesgo que acumula en su balance, como por el riesgo cruzado que acumulan sus bancos centrales o el riesgo de deuda soberana que acumulan sus supervisados gracias a la barra libre de liquidez al 1% primero, y al 1,5% ahora, ofrecida por él (la reiteración de sustantivo y verbo es consciente). Ha hecho un pan como unas tortas, dedicándose a tapar vías de agua antes que afrontar que el buque necesitaba un calafateado completo que cubriera de una vez por todas las grietas del sistema. El riesgo sistémico no ha desaparecido. Al contrario, parece haberse agudizado.
7. Cuestionamiento de la transparencia y la credibilidad. Dos elementos fundamentales para la recuperación de la confianza que se encuentran en tela de juicio. El rol jugado por el Eurostat como agencia estadística europea ha sido patético, con una constante revisión al alza de los agujeros en naciones como Grecia o Portugal. No ayudan tampoco las sospechas sobre la situación de algunas regiones españolas e incluso alemanas. O la tolerancia colectiva en algunas naciones a la economía informal, muestra de descontento sobre el papel que juega el Estado. Lo mismo se puede decir de los stress tests, actualmente en manos de la European Banking Association. Que un año después de los primeros sigamos en las mismas, eso sí con la banca irlandesa quebrada tras aprobar en 2010, indica bien a las claras la escasa voluntad de resolver el problema de una vez por todas con objeto, precisamente, de defender las entidades de las naciones más fuertes. La experiencia ha demostrado que el goteo de malas noticias es criminal; la acción radical efectiva. Que tomen nota.
La tragedia que actualmente vive Europa, y que sin duda afecta a sus cimientos, es resultado de una falta de convicción conjunta en el sueño europeo más allá de la moneda común, de la ausencia de los mecanismos preventivos necesarios para evitar la aparición de fenómenos como los que ahora se están produciendo, de una falta de una firmeza en su resolución que pase por encima de los problemas individuales para afrontar los colectivos, de la inexistencia de referencias únicas, consolidadas y creíbles a las que remitirse. No es difícil concluir que, cuando ha bajado la marea, Europa se ha descubierto a sí misma en pelota picada y, lejos de correr a la orilla a coger la ropa para cubrirse, ha preferido seguir nadando mar adentro intentando cubrir sus vergüenzas. El riesgo de ahogo es palmario porque a ella, no hay quien la rescate. Es hora de grandeza o de muerte. Esperemos que, a quienes les corresponde, elijan lo primero.”
“Las agencias de calificación, manipuladas”
Que Irlanda, Grecia, Portugal, Italia y España llevan varios años gastando por encima de lo que podían, está claro. Que se imponen medidas de austeridad para recortar el déficit público y disminuir la deuda soberana de todos esos países, también. Pero Estados Unidos está haciendo una maniobra subterránea para fragilizar el euro y robustecer el dólar como moneda internacional. Cada vez está más clara para los analistas internacionales la política norteamericana en este sentido.
Las tres grandes agencias de calificación, las que establecen la prima de riesgo, son norteamericanas. Esa es la cruda realidad. Y son muchos los que piensan que están manipuladas. Exagerando los datos reales, Moody’s, Standard Poor’s y Fitch, acosan de forma tenaz al euro con denuncias oportunistas que han sido ya denunciadas por algunos dirigentes europeos. Las tres grandes agencias norteamericanas están siendo manipuladas por la Casa Blanca y los organismos responsables de la economía de Estados Unidos.
Europa debe reaccionar cuanto antes. Hay que denunciar la manipulación de las agencias de calificación. Es necesario crear una nueva agencia europea, dotada con todos los medios, que diga la verdad y que coloque a Estados Unidos en su sitio. No podemos seguir manejados por unas agencias manipuladas que pretenden erosionar el euro y robustecer el dólar.
(Luis María Anson, de la Real Academia Española, en  El Imparcial, 13/07/2011)
 …
¡Vaya días que están teniendo las autoridades económicas y monetarias de Europa! Incluyendo especialmente a los responsables de nuestro gobierno y de la política financiera.
Y todo porque esta Europa de los veintisiete semeja un gigante, pero tiene los pies de frágil barro, ya que varias de las naciones incorporadas a última hora están quebradas en su economía y solamente aportan problemas, y especialmente porque los países de la zona Euro están demostrando una debilidad anunciada ha mucho tiempo por los expertos.
Es muy bonito y útil estar en la zona Euro, pero ello acarrea una enorme serie de problemas, especialmente porque una moneda única sin una política financiera y monetaria única está abocada al fracaso.
Y sí, en efecto, el Euro es único, pero no deja de ser una utopía mientras la fiscalidad de cada miembro vaya por sus propios derroteros, sin especial coordinación.
Si a ello se une que la crisis desencadenada en USA, desde el caso “Lehman brothers”, ha ido contagiando los países de Europa, y que en nuestro continente unas naciones , especialmente Francia y Alemania quieren resucitar a Napoleón y al Kaiser en materia económica; y otras naciones juegan a la “pillería”, como Grecia, que
ha venido ocultando sus datos negativos, la corrupción imperante; y otras, como Portugal e Irlanda han sido alegres “a lo socialista”; y en España éste que se llama presidente del gobierno dice que toma medidas, pero por ninguna parte se ven, y se echa de menos la eficacia de las decisiones, pues, al final, se origina el casi caos que estos días ha asaltado el “mercado de la deuda” y los módulos de riesgo, y todo ese entramado complejo y oscuro de la especulación internacional.
Así, Europa está purgando sus errores –léanse los comentarios recopilados más arriba-- ; y entre los castigos se halla soportar las manipulaciones oscuras de los sectores poderosos de la economía norteamericana (¿tendrán algo que ver ahí los capitales judíos?).
Y en nuestra España, un gobierno que ni gobierna ni se le espera. Una oposición que se guarda las medidas y soluciones para cuando, si acaso, llegue al poder, y un  pueblo sufrido, absorto en esa apariencia de estado de bienestar que tuvo y que se ha trocado en la más total desesperanza.
O sea, que además de estar hambrientos hemos de cubrir nuestras vergüenzas.
“Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos”.- Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino. 
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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