21 febrero 2014

Ucrania: ¿De veras ha “estallado” la paz? La fábula del escorpión y la rana, o “de los escarmentados nacen los avisados”



Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, necesito cruzar el río. ¿Podrías llevarme en tu espalda? —No. Si te llevo en mi espalda, me picarás y me matarás. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión— si te picase, me hundiría contigo y me ahogaría. Ante esta respuesta, la rana accedió. El escorpión se colocó sobre la espalda de la rana y empezaron a cruzar el río. Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, el escorpión picó a la rana. La rana, al sentir picotazo y darse cuenta que iba a morir, le preguntó al escorpión: —¿Por qué me has picado, escorpión? ¿No te das cuenta de que tú también vas a morir? A lo que el escorpión respondió: - Rana... mi amiga, no lo pude evitar, porque es mi naturaleza.

La presidencia de Ucrania ha afirmado este viernes, a través de un comunicado, haber alcanzado un acuerdo con la oposición tras las negociaciones desarrolladas a lo largo de la noche con la mediación de la Unión Europea. Posteriormente, Víctor Yanukóvich ha anunciado que convocará elecciones presidenciales anticipadas, una reforma
para regresar a la arquitectura constitucional de 2004 -que prevé menores poderes para el presidente- e impulsar un gobierno de unidad nacional.

La oposición, de momento, no ha confirmado el pacto anunciado por la presidencia. Una fuente diplomática europea, citada por la agencia Reuters, sostiene que los líderes opositores buscan algunos cambios en el principio de acuerdo, pero están propensos a sellar un pacto ante la preocupación por la escalada de la violencia en Ucrania.

Tres ministros de Exteriores de la UE —Laurent Fabius de Francia, Radoslaw Sikorski, de Polonia, y Frank-Walter Steinmeyer de Alemania— llegaron a Kiev el jueves para tratar de desactivar la espiral de violencia que está azotando a Ucrania.

Fabius afirmó que no hay "nada definitivo". El dirigente francés explicó que los líderes de la oposición estaban consultando sus bases sobre los términos del compromiso en declaraciones a la radio Europe La fuente diplomática, citada por Reuters, informó de que esperaban de que un "acuerdo temporal" fuese firmado este viernes.

"Tras unas negociaciones que han durado toda la noche, el diálogo ha terminado a las 7.20h", indicó en un tweet Sikorski, sin precisar el resultado del mismo. Posteriormente, su ministerio indicó que las negociaciones se reanudarían más adelante en la mañana, sugiriendo que el pacto no está cerrado todavía.

De confirmarse, el acuerdo llegaría tras una sangrienta jornada de enfrentamientos que elevó el total hasta al menos 75 el número de víctimas mortales desde el pasado día 18. Frente a la extremada violencia del jueves, las calles de Kiev amanecieron sin enfrentamientos este viernes. Sin embargo, tras una noche y unas primeras horas de la mañana tranquila, volvieron a producirse
algunos tiroteos, según informa la policía. Las fuerzas de seguridad sostienen que respondieron a fuego abierto desde las filas de los manifestantes.

En un síntoma de reactivación del diálogo político, informa Pilar Bonet, 360 diputados —sobre un total de 450— participaban en la sesión matutina del Parlamento de Kiev, que el jueves fue desalojado por la presión de grupos manifestantes que trataron de hacerse con el control del edificio.”

(De “El País”, 21/02/2014)


“Kiev - El Maidán de Kiev, que hace apenas unas horas contaba por decenas los muertos y por centenares los heridos en la jornada más violenta de la historia contemporánea de Ucrania, llora hoy a sus héroes en un ambiente de apacibilidad que en nada recuerda la tragedia de ayer.

Luce un sol radiante en la capital ucraniana y muchos manifestantes -aún ataviados con cascos, bates de béisbol y barras de hierro- pasean o charlan tranquilamente en la plaza de la Independencia, conocida como el Maidán, y en las calles que ayer arrebataron a los
antidisturbios.

Incluso en las barricadas de la calle Institútskaya, donde la policía repelía ayer con fusiles de asalto Kaláshnikov el avance de los manifestantes y los francotiradores disparaban desde lo alto del hotel Ucrania, reina hoy la tranquilidad y el buen ánimo.

Tras dos enormes barricadas se levanta otra aún más alta, última línea de defensa de la plaza en ese flanco, donde las llamadas autodefensas del Maidán incluso bromean con los periodistas, aunque advierten que más allá de su posición siguen actuando algunos francotiradores.

"Disparan indiscriminadamente", dice un manifestante, mientras que otro se congratula de que la noche haya sido muy tranquila.

Aunque las noticias políticas apuntaban a esas horas a un acuerdo para poner fin no sólo a la violencia sino a la crisis que vive Ucrania desde hace tres meses, en el Maidán se conforman con la retirada de los antidisturbios y de los "titushki", como se conoce a los
provocadores profesionales supuestamente a sueldo de los oficialistas para organizar desórdenes e intimidar a los opositores.

"Los titushki se han ido y la policía ha desbloqueado los accesos a Kiev. La ciudad ha sido liberada", dice Vasili, que, sin embargo, no cree que el conflicto esté a punto de terminar.

Los políticos llevan semanas hablando de negociaciones y de acuerdos, "pero Yanukóvich sigue donde está", se quejan al unísono los compañeros de Vasili.

"Ya es hora de volver a casa, pero parece que Yanukóvich tiene miedo de irse. Aquí la gente cree que alguien le da órdenes", afirma otro, insinuando que la mano negra de Moscú está detrás de las acciones del presidente.

En las barricadas de la calle Grushevski, otro de los accesos a la zona ocupada por los manifestantes, mucho más amplia que la propia plaza de la Independencia, los autodefensas impiden el paso a la última barricada a la gente que va sin casco.

"Todavía es peligroso. Tememos nuevas provocaciones", comenta Ígor, mientras a sus espaldas se puede ver una desierta cuesta que sube hacia el edificio de la Rada Suprema (Parlamento), donde siguen reunidos los diputados para buscar una salida definitiva a una crisis que ya pocos recuerdan cómo empezó.

Desde el Maidán ha marchado hasta aquí una columna de jóvenes perfectamente organizados y pertrechados, protegidos con cascos color caqui y armados sobre todo con bates de béisbol, que forman al grito de "¡firmes!" a dos metros de la barricada.

"¡Estamos aquí para evitar las provocaciones de los titushki!", les ordena su comandante, apenas unos años mayor que estos chicos que en el mejor de los casos acaban de superar la adolescencia, y que tras darles la orden de dispersarse, les conmina a no correr para no exaltar los ánimos.

En el Maidán, a primera hora de la mañana y aún con el húmedo frío matutino del invierno kievano calando hasta los huesos, miles de personas atienden una misa por las decenas de personas -al menos 80 según datos oficiales- fallecidas en los violentos disturbios que empezaron el pasado martes.

Instantes después, los manifestantes cantan el himno de Ucrania, con gesto solemne, muchos de ellos con la mano derecha en el corazón.

Precisamente hoy se cumplen tres meses de protestas antigubernamentales, que estallaron el pasado 21 de noviembre tras la decisión del Gobierno ucraniano de suspender la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.”

(De “El nuevo día”, 21/02/2014)
...



¿Para qué tanta lucha?

¿Para qué tanta violencia?

¿Para qué el baño de sangre?

Si tan sencillo era, ¿por qué Yanukóvich no adoptó la decisión de pactar desde el primer momento?

Estos y otros muchos interrogantes se plantea el observador imparcial de este estallido de violencia y represión contra los gritos de libertad de un pueblo harto de abusos, sumisiones y vejaciones por los poderosos.

Siempre he mantenido que el pueblo ucraniano  se caracteriza por su cultura, capacidad de reflexión y pacífica hospitalidad, pero ahora he de añadir que se caracteriza también por su enorme capacidad de sufrimiento y por su indomable espíritu de reivindicación en pos de las causas que estima justas.

En efecto, la enorme ansia de libertad del pueblo ucraniano ha comenzado a quebrar por enésima vez las artimañas y las malvadas intenciones y decisiones de esa marioneta del poder de Rusia que es el criminal y poco leído Yanukóvich.

El sátrapa pensó que como contaba con el apoyo de Putin, podría controlar a golpe de antidisturbios y tiros de francotiradores a un núcleo de ciudadanos entre los que se entremezclaron bastantes extremistas, que se rebelaban contra su doblez y mentira, negociando con la Unión Europea para acabar en brazos de Rusia.

No es que el pueblo ucraniano quiera integrarse en la Unión Europea,
que ni sabe demasiado bien qué es eso y ni sabe si le conviene, sino que el pueblo de Ucrania quiere vida democrática, sin oligarcas que le esclavicen, sin corruptos que le arruinen, sin desalmados que le mantengan en la pobreza.

Y sobre todo, el pueblo ucraniano no ha tolerado por enésima vez el engaño de prometer una cosa para hacer la contraria.

Se anuncia un acuerdo que puede conducir al fin de los enfrentamientos, y bienvenido sea, porque todos deseamos la paz y no la guerra, pero mucho me temo que esa paz forzada hasta la extenuación por la Unión Europea y Rusia (Yanukóvich ha tratado de salvar a su familia, a su persona y a la fortuna robada que previamente ya ha situado a buen recaudo), no sea más que un respiro en la ardua tarea de construir un país democrático y libre.

¡Pues no faltan tiempos y acciones para alcanzar esa meta!

Por eso parafraseo el título de un libró que fue famoso en España en la década de los sesenta, que era “Ha estallado la paz”.

San Miguel, patrón de Kiev
Sí, porque esa paz no ha llegado mansa y fluidamente, sino que ha aparecido de súbito en medio de un mar de luchas y sangre, y esa paz, por tanto, puede esfumarse tan de repente como ha aparecido.

¿O acaso se piensa que hasta unas posibles elecciones democráticas, que se dice se convocarán para el próximo diciembre, todo será plácido y calmado?

¿Cuándo se irá Yanukovich, si es que se va?

¿Cómo se integrará ese gobierno de unidad nacional?

¿Acatarán los pro-rusos ese gobierno no autoritario y que no les permitirá seguir con sus manejos y abusos?

Me temo que hay que acordarse de la fábula de la rana y el escorpión, porque en cuanto se suavicen las presiones y el control de los ministros europeos y el delegado ruso, los de Yanukóvich, los mafiosos y corruptos tratarán de volver por sus fueros, y de secuestrar de nuevo en su provecho los deseos de democracia y libertad.

Ojalá que al final el escorpión de la oligarquía no aguijonee y mate a la población ucraniana, en ocasiones tan bisoña y poco desconfiada.

¡Que Dios proteja a Ucrania!


“No hay camino para la paz, la paz es el camino”.- Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.



SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA


3 comentarios:

  1. Una gran verdad, conozco la realidad del país, estoy casado con una ucraniana y es tal como lo dices

    ResponderEliminar
  2. El sátrapa está a buen recaudo, fuera del país ¡ Golpe de Estado! Increible.

    ResponderEliminar
  3. No puede afirmarse que el ex-presidente esté fuera del país, porque solamente se conoce que en Donetsk se impidió el despegue de su avión por falta de autorización para el vuelo. Lo presumible es que tratara de escapar, porque siendo tan falso como era, después de decir que se quedaría en el país para defender la unidad, lo normal es que huyese. Hay que esperar. Una vez más repito. ¡Ha "estallado" la paz...!

    ResponderEliminar