11 julio 2013

Cuando todos andan perdiendo los papeles: ¿Cómo poner orden en tamaño descontrol?


“Perder los papeles” significa, según el Diccionario de la Real Academia Española, en expresión coloquial, “perder el dominio de sí mismo”
"Debemos asumir que el Barcenato es la norma en todos los partidos que tocan BOE"

Por Fernando Díaz Villanueva (La Gaceta), 11 de julio de 2013



“A veces se nos olvida que si Bárcenas se lo llevaba crudo lo hacía en nombre del PP, con la aquiescencia del PP y para beneficio del PP. Luis Bárcenas, alias Luis el cabrón, no era un particular que pasaba por allí, sino el tesorero del partido, alguien de máxima confianza que había pasado media vida en Génova 13 haciendo números. Era tan de la casa que hasta le metieron en una lista, gracias a la cual salió elegido para ocupar un escaño en el Senado. Bárcenas no era un cualquiera, era el mismo PP rajoyante, arriolante y montorante que hoy se pasea con chulería por los ministerios, las covachas autonómicas y los ayuntamientos. Esa es la pura verdad mal que le pese a Rajoy.


Quedan, pues, varias incógnitas por despejar. La primera y fundamental es de quién es el dinero de Suiza, esos casi 50 kilos que el tesorero llegó a acumular en unas cuentas ya no tan secretas que sirvieron de espoleta para el escándalo. ¿Es suyo el dinero o simplemente se limitaba a custodiar lo de otros? 50 millones de euros es mucha pasta, suficiente para repartir mucho entre muchos, un golpe de primera que, por la cantidad, me recuerda al que dos ladrones de guante blanco dieron en una exclusiva joyería del distinguido barrio londinense de Mayfair en 2009. Dos individuos de los que nunca más se supo entraron en la tienda vestidos de un modo impecable, realizaron un disparo al aire y, acto seguido, se llevaron por la cara golosinas por valor de 46 millones de euros. Perpetrado el atraco salieron por la puerta y se fueron tranquilamente calle abajo. Unos artistas, ni un mal rasguño, ni un grito, ojalá todos los robos fueran así de limpios y desprovistos de violencia.
Los asaltos de la política sobre los negocios privados tampoco implican demasiada violencia física. Es un "tu me das ahora y yo te daré más tarde con el dinero de los demás". Cuando a los políticos, pura gentuza, lo peor de cada casa, lo más miserable y abyecto de la especie, se les entrega tanto poder lo normal es que pasen estas cosas. Debemos asumir que el Barcenato es la norma en todos los partidos que tocan BOE. ¿O qué se pensaba que fue aquel gatuperio de Filesa del que los socialistas salieron inexplicablemente ilesos? La mayor parte de casos de corrupción vienen por esto mismo. Esta chusma ve en la política la herramienta ideal para transformar el mundo a la medida de sus prejuicios y, ya que están metidos en tan innoble tarea, se hacen millonarios a costa del contribuyente.
Para acabar con esto no hay ley que valga, no hay rajoyía ni sorayamen, no hay regeneración posible. La política es una enfermedad que en los países libres y ricos tienen bajo control y en los esclavos y pobres ha hecho metástasis. ¿De verdad que nunca se ha planteado por qué hay menos corrupción en Liechtenstein que en Venezuela? Los argumentos culturales sólo explican una parte. La otra está en la concepción misma del mundo. En el diminuto Principado alpino aborrecen del politiqueo y de todas sus pompas mientras que en la república bolivariana lo aman con auténtica entrega.”
En todas partes cuecen habas, y en mi casa a calderadas”, reza el dicho popular.
Y no le falta razón.
Como en esta España nuestra no hay organización política capaz de soportar un normal análisis de rectitud y moralidad, y la que no anda coja está manca, y la que no puede hacer otra cosa es “zurda de las dos manos” (con perdón de los zurdos, a quienes no debe afectar la mención), pues se aprovecha la técnica del francotirador oportunista para disparar a todo lo que se mueve o huele a raro o corrupto de los otros adversarios políticos.
Parece una pelea de patio de colegio, aquellos partidos de fútbol con pelota de trapo, en los que se decía “todos contra todos”, porque, claro está, como no hay nadie “limpio de pecado”, todos quieren “tirar la primera piedra”.
Si vamos de sur a norte, de Andalucía hay que salir corriendo para no caer desfallecidos del tóxico vapor maloliente que despiden los fraudes de los expedientes de empleo, que están llevando al banquillo de los acusados a un montón de “figuras” del “trinqui”, y especialmente para no contemplar más esas toscas estrategias
vestidas de moralina mediante las cuales se abandona el poder ante el miedo a una más que probable imputación, aunque dejando en el “trono” a una bien adicta y sumisa sucesora.
Si se continúa por el este de la España nuestra, ahí es nada la convulsión que supone la acusación contra políticos de la Comunidad Valenciana por tejemanejes del inacabable “caso Gürtel”…
Y un poquito más arriba, superada la “frontera” del insensato Mas, están los robos, fraudes, estafas y no sé qué más, de los convergentes que se unen a los otros que nunca pintan nada aunque son los aprovechados de un poder que no es suyo, al socaire de unas pretensiones independentistas que parecen “el loco sueño de una loca noche de verano”.
Politesse, finure...
Sígase hacia al norte y se reparará que en Euskadi, otro el País Vasco, los nacionalistas –que siempre fueron conservadores y de derechas— flirtean con los independentistas, que aún son terroristas camuflados.
Y en llegando al centro de la península, y al poder central, hay un Bárcenas que afanó todo lo que pudo y más, bajo la complacencia o lenidad de un partido que lo que deseaba (y necesitaba) era dinero, y en connivencia silente con sus oponentes socialistas, que lo que no “trincaron” lo despilfarraron…
¡Se han perdido los papeles!
El Gobierno, su presidente y su partido, callan por aquella sabia máxima de Don Quijote de que “peor es meneallo”.
Sus opositores socialistas hacen ruido de zambomba y pandereta, diciendo que apoyan la transparencia, pero dejan las comisiones legislativas para adoptarla, en guiños falsarios para que no se descubra su enorme debilidad y falta de cohesión interna.
Los comunistas, que ahora van de “Izquierda Unida”, atizan cuando pueden pero siempre en plan iconoclasta, ocultando su inevitable tendencia reaccionaria y su ansia de poder, ya que cuando alcanzan éste (véase Andalucía) se tornan en ciegos acompañantes del gobierno de turno.
No es previsible lo que acontecerá en vía judicial con los “papeles de Bárcenas”, pero sí está claro lo que ya ha ocurrido en el diario devenir, en los afanes de cada día.
Que además de ser pobres y estar en crisis aparecemos como una pandilla inadmisible de “mangantes” y buscalíos…

Es de esperar que los famosos papeles que un día eran falsos y ahora son verídicos, y que un pillastrón director de diario presenta al juez para maniobrar no se sabe por qué contra el poder, sirvan para al menos “empapelar” a todos aquellos que solamente medran para su enriquecimiento social y personal.

Mientras tanto, quien pueda que vaya preparándose para irse de vacaciones, y así tal vez a su regreso los papeles se hayan convertido en barrotes y los aprovechados en condenados.
¡Que Dios reparta suerte!, como dicen los toreros, porque si no es el Todopoderoso, de ésta poco o nada puede salvarnos…

“Los abusos, aun en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan”.- Joseph Sanial-Dubay (1754-1817) Escritor francés. 

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

1 comentario:

  1. Muy bien, sigue dándoles y a ver si devuelven TODOS lo que han rapiñado, pues seguro que hasta podrían subir las pensiones.
    J.B.

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