21 enero 2013

En Enero, la “cuesta” no soportamos llevarla “a cuestas”.- ¿Tienen nuestras zozobras remedio?



“La verdad es difícil de encontrar y sorprendente
(Por Joaquín Vila, Director de “El Confidencial”, 20-01-2013)

Vivimos envueltos en una niebla de cansancio social, político, económico. El último trallazo que sufrimos viene como un hierro ardiente de las entrañas del PP. Ya nadie sabe si es verdad o no que ciertos dirigentes cobraron dinero negro a hurtadillas. La acusación lanza la piedra y esconde la mano. Porque si es así, ¿qué pruebas hay? ¿Quiénes cobraron ese dinero? ¿Cuánto? ¿Es una falsa venganza de Bárcenas? ¿Fue Cascos el que inventó el sistema corrupto de pagar así a sus adeptos como insinúan algunos? ¿Es todo mentira?

La verdad es difícil de encontrar. La única verdad es que la política española apesta. Si es cierto que la corruptela de los sobres se extendió como la pólvora, el PP tiene un problema grave. Si es falso, el daño está hecho y ahora empezará la caza de brujas dentro del partido del Gobierno. En cualquier caso, la credibilidad política se encuentra en el límite, allí abajo.

Rajoy, ahora, no sólo tiene que luchar a brazo partido con los secesionistas catalanes y vascos, con los agitadores de los sindicatos, con los socialistas desmadejados y, sobre todo, con la maldita crisis. Ahora tiene que revolver los papeles del pasado y hasta del presente en busca de sobres, de dineros negros, de corruptos en su propia casa. Mientras, el desempleo inunda España y Europa nos mira estupefacta. Porque sea verdad o no, la imagen de nuestro país en el mundo anda por los suelos.
El presidente del Gobierno sale a la palestra y, en lugar de animar a los españoles con el presunto éxito de sus medidas, se ve obligado a dar explicaciones sobre los sobrecitos de marras. Cospedal no para de dar ruedas de Prensa para asegurar que su partido está más limpio que un espejo. Y cualquier miembro del Gobierno que asome el pescuezo tiene que enseñar la cartera para demostrar que no lleva sobres. ¿Y la crisis? ¿Qué crisis?

Mientras, también supuestamente, los Pujol se llevan los billetes de 500 euros en baúles a Andorra o a Suiza, algunos alcaldes recalifican terrenos para llevarse suculentas comisiones…Con la Historia de la corrupción política española, de todos y cada uno de los partidos que han tenido el poder aquí o allá, se puede escribir una enciclopedia.

Y todo por algunos políticos, muchos aunque sean minoría, que o tiran la piedra y esconden la mano o se lo llevan crudo. Decía Heráclito que “si buscas la verdad, prepárate para lo inesperado, pues es difícil de encontrar y sorprendente cuando la encuentras”. O “la contradicción está en el origen de todas las cosas”. La contradicción entre la verdad de los apestosos sobres y la mentira. Que vuelva el sabio griego y nos descubra la verdad o, al menos, nos anime.”


¡Vaya temporada que llevamos en España y en el mundo!

Al conflicto-masacre ya crónico de Siria, al terrorismo islamista en Pakistán y Afganistán, a la represión soterrada en Rusia, al brote terrorista en África –especialmente en Mali--, a la inestabilidad en Egipto y Libia, a la confrontación permanente palestino/israelí, se han unido los zozobras económicas de unos EE.UU al borde del “abismo financiero”, una Venezuela que corre por Iberoamérica cual pollo descabezado a falta de su Chávez, de unas Bolivia y Perú manipuladas por demagogias populistas, etcétera.

Y una España sumida en las carencias económicas y en el alboroto político, desde las imágenes de corrupción.

Parece como si el año 2013 se hubiera mantenido agazapado y sin dar señales de vida, hasta que ha explotado lanzándonos tanta problemática y tanta preocupación.

En esta España nuestra, ya no se sabe si la corrupción (que como se dice en Galicia de las meigas, “habela, hayla”) aflora o se insufla y potencia desde unos a otros sectores políticos, ya que si se van desvelando abusos y excesos fraudulentos en Cataluña y en sus dirigentes nacionalistas, de repente brota otro incendio con las rebeldías de los socialistas respecto de su Rubalcaba incombustible, y especialmente aparecen como por ensalmo esos millones en Suiza de quien era el tesorero del partido hoy en el poder.

¡Vaya asco de país éste, el nuestro! Pero no tenemos otro… Y tampoco se trata de que en este ambiente túrpido y maloliente no se puedan alimentar las lógicas esperanzas de resurgimiento. Que de peores salimos…

Y, como en el “cuentan de un sabio que un día…”, volveremos la vista y hallaremos que otros están igual o peor: Repásese, si no, el cúmulo de situaciones conflictivas al principio relacionadas.  Y las que falta por llegar.

Yo creo que lo mejor que podríamos hacer es crear factorías nacionales de papel higiénico y de perfumes desinfectantes, más tapones para las fosas nasales y los oídos, y gafas distorsionadoras de la visión, que tanta falta nos hacen aquí, porque además podríamos exportar esos productos con indudable éxito y demanda al mundo que nos rodea, y así, tal vez se acabara la crisis económica fruto de las corrupciones y avaricias, y las guerras se transformarían en conferencias de paz, y los dictadores se harían “padrecitos” misioneros…Además de que el mundo luciría más perfumado.

Vanos intentos e infundados sueños, probablemente. Pero ya que si nos dedicamos a contemplar lo que nos rodea solamente percibimos el hedor de la porquería, de la ambición y de la confrontación, tal vez sea bueno que nos apliquemos a algo productivo, como trabajar algo, dialogar más y rechazar del todo esos sobres con dineros extra, más negros que el sobaco de una mona, para que se pueda llegar a una mínima armonía personal, familiar, regional, nacional, internacional.

Aunque “los sueños, sueños son”, que escribió Don Pedro Calderón de la Barca.



“Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.


Quejoso de mi fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?
Piadoso me has respondido.
Pues, volviendo a mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido.”


(Calderón de la Barca, en “La vida es sueño”)

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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