26 noviembre 2012

Elecciones autonómicas en Cataluña: Hay aventuras que resultan caras. Artur Mas fue a por lana y salió trasquilado



"Ir por lana y volver trasquilado" se aplica a aquellas situaciones de las que uno espera obtener un gran beneficio y sin embargo acaban con pérdidas, y en general a todas aquellas cosas que salen al revés de lo previsto, normalmente de forma inesperada y catastrófica.
Aunque hoy en día se siga utilizando habitualmente, es una expresión muy antigua, que ya aparece en el "Poema de Fernán González".
Su origen podría estar en el castigo medieval de trasquilar a cruces a los blasfemos y herejes, es decir, pelarles con grandes tijeretazos cruzados, tal como se hace con las ovejas.
Esta pena o humillación pública viene recogida en los textos jurídicos desde tiempos remotos; ya aparece en el IV Concilio de Toledo con el nombre de "turpiter decalvare" y el Fuero Juzgo la llama "esquilar laidamientre".
Sin embargo, existe otra explicación menos enrevesada para el origen de esta frase, también recogida por fuentes antiguas, y que aludiría simplemente al carnero que se mete en rebaño ajeno y vuelve al suyo trasquilado, o sea, sin ganancia alguna para su dueño que ha perdido así su lana.

"La sonrisa de la avispa
Fracaso cantado

Sin ánimo de ponerme medallas y pidiendo perdón por auto-citarme, que es muy feo, he de decir que un servidor predijo el resultado de las elecciones catalanas hace dos meses, en un artículo que titulé "Mas como Ibarretxe". Concretamente, el 25 de septiembre del año en curso.
En aquel momento, Artur Mas había ido a Madrid en busca de su Pacto Fiscal y yo dije que, en realidad, lo que llevaba escrito en la frente era su fecha de caducidad. Como cuando llegó Juan José Ibarrexte con su Plan en tiempos del Olvidable ZP. El catalán no podía ganar como no ganó el vasco. Es más, en ambos casos, negociar en Madrid la independencia de Cataluña o del País Vasco era un suicidio, consecuencia de dos jugadas maestras del separatismo más radical de ambas comunidades. Una trampa saducea. En ambos casos, los dos presidentes autonómicos querían salvar su gestión económica y se echaron, irresponsablemente, en brazos de separatistas que les prometieron el paraíso. Mentira. De hecho, tras aquellos días, de Ibarretxe nunca más se supo. Y me temo que la caída de Mas, desgraciadamente, era cuestión de tiempo. De poco tiempo.
La corrupción en CDC era ya una metástasis que se extendía por todos sus órganos directivos y sólo desde la mayoría absoluta se podría mantener tapada
Dije también, en aquel artículo, que Artur Mas concitó demasiadas esperanzas en conseguir la independencia para Cataluña con una brutal campaña de marketing que sólo favorecía a los separatistas y que, cuando se enfriase el calentón, le sacrificarían con toda la displicencia del mundo. Incluso, le acusarían de incompetente. Era el tonto útil, una figura prescindible en un juego político cruel.
Y no voy a copiar más de aquel artículo porque lo tienen en el archivo. Pero es que a la Cataluña poderosa, económicamente, que sostiene a Convergencia no le gustan estas cosas y trataría de provocar su rápida caída, por si se le volvía a ocurrir jugar con fuego. Como le ocurrió a Ibarretxe con los ricos de Neguri.
Pero siguiendo con las medallas que podría ponerme porque, desgraciadamente, no tengo abuela. Este fracaso de Mas también lo vaticiné el viernes 9 de noviembre, recién empezada la campaña electoral en un artículo que titulé "Campaña electoral del miedo".
En este artículo defendí la teoría de que el miedo lo iba a condicionar todo. El miedo a que CiU consiguiese mayoría absoluta y siguiese con su dislate separatista y el miedo de la propia CiU a no conseguirla. Especialmente, en este último supuesto. Porque la coalición nacionalista intentaría poner una cortina de humo independentista para cubrir las acusaciones de corrupción que amenazaban con complicar la vida del partido y de sus dirigentes.
El fracaso de Mas y de CiU ha sido portentoso
Y es que la corrupción en CDC era ya una metástasis que se extendía por todos sus órganos directivos y sólo, desde la mayoría absoluta, se podría mantener tapada. Y, ante esa necesidad de seguir mandando, temían que la campaña fuese sucia y aparecieran en ella los nombres de Alavedra, Prenafeta, Millet, Montull, Torrent, Padrol, Gordo, Osácar, Pujol I, II e, incluso, III... Pero, al final, no pudo ser. Y el escándalo Palau lo envolvió todo.
El fracaso de Mas y de CiU ha sido portentoso. Tan tremendo que, en esta noche electoral, no me arriesgo a vaticinar nada porque puede pasar de todo. Incluso, que Artur Mas dimita. Había convertido las elecciones en un plebiscito y ha perdido.
En cualquier caso, CiU me empieza a recordar al PSOE tras el Olvidable.”
(La Avispa-Estrella Digital, 26/11/2012)
ARTURO MAS, TRAS SU ESTREPITOSO FRACASO, DEBE DIMITIR
Arturo Mas adelantó las elecciones autonómicas y desencadenó la tormenta secesionista con el fin de ganar por mayoría absoluta. No lo ha conseguido. Su posición fundamentalista ha quedado ampliamente derrotada. Ante el rotundo retroceso de su partido, Arturo Mas no tiene otra decisión éticamente aceptable que la dimisión, dando paso, con otro presidente de Convergencia, a un posible Gobierno en alianza de nuevo con el PP.
El buen sentido del pueblo catalán ha prevalecido sobre los aspavientos y las piruetas. Y aunque el panorama político de Cataluña queda confuso, los políticos deberán dedicarse ahora a resolver los problemas gravísimos que padecen los ciudadanos en lugar de perder el tiempo en quimeras y despropósitos.
La opinión pública española sabe que Arturo Mas, para tapar el agujero de cerca de 50.000 millones de euros que entre el tripartito, primero, y Convergencia, después, han generado, amenazó a Mariano Rajoy. Quería obtener un dinero fácil y saldar la deuda. El presidente del Gobierno se negó a complacerle, entre otras razones porque no disponía de ese dinero para taponar los despilfarros de la clase política catalana. Mas respondió a la negativa de Rajoy desencadenando el vendaval secesionista que, en muy poco tiempo, dejó de controlar.
Ahora sabemos que, además del dinero para salir del agujero de la deuda, Arturo Mas ha aireado el secesionismo porque un sector relevante de dirigentes catalanes están aterrados ante la maquinaria de la Justicia que se ha puesto en marcha desvelando una corrupción galopante, con horizonte de condenas y cárcel.
A pesar de la manipulación que Arturo Mas ha hecho de las denuncias, el pueblo catalán le ha puesto en su sitio y ha despejado el camino para que se sosiegue, si se produce la dimisión del presidente, la vida política de una comunidad autónoma a la que los españoles, en su inmensa mayoría, no conciben fuera de España.
Conviene añadir, finalmente, que no todo el electorado de CiU es secesionista, lo que cuestiona esa mayoría soberanista a la que se refieren algunos comentaristas interesados en mantener una quimera cuando el pueblo catalán padece un paro galopante y una situación económica agriamente crítica. Un Gobierno de CiU con Esquerra Republicana, que es posible, no solo no resolvería los problemas que aquejan a los catalanes sino que los acentuaría.”
(Luis María ANSON, de la Real Academia Española, en “El Imparcial, 26/11/2012)
¡Vaya batacazo el sufrido por ese Moisés de vía estrecha, adalid de independentismos imposibles y lenguaraz “vendedor” de utopías políticas, que han de sufrir en Cataluña, y que se llama Artur Mas!
Nunca un “Mas” llegó a menos. Porque después de llenarse la boca diciendo que nada ni nadie impediría el camino hacia la independencia de esa región española, desafiando a tirios y troyanos, provocando a todos los que no comulgaran con su irracional propuesta, la realidad le ha llevado a darse un trompazo morrocotudo, que debía significar su eliminación política, de no ser porque el partido que lidera (Convergencia i Unió) está en peligro de ser devorado por corrupciones cada vez más desveladas.
Ahí es nada; gozando de una mayoría parlamentaria de 64 escaños (la absoluta eran 68 escaños), emprender la aventura amazónica y a terrenos desconocidos e imposibles, de convocar nuevas elecciones –“quien esté bien que no se mueva”, reza el refrán– y especialmente con base en una propuesta exótica y ajena al tradicional conservadurismo burgués de su partido: la independencia de Cataluña.
Así se fue la “oveja” de Mas en busca del rebaño de la mayoría absoluta, mientras los lobos (Esquerra Republicana, Iniciativa per Cataluña y otro partidito de los antisistema que ni merece ser nombrado) se regodeaban por anticipado, olfateando ya las provechosas entrañas de la derrota de Mas, de la derrota de su “oveja” independentista, que, según el dicho popular incluido al principio de esta entrada, salió a por la “lana” del triunfo grandioso y volvió tan trasquilada como que perdió doce escaños y potenció que los verdaderamente independentistas llegaran a doblar sus escaños.
Era todo un poema ver la cara de Artur Mas mientras en la noche electoral trataba de poner paños calientes a su estrepitoso fracaso, pues el Mas venido a menos esbozaba una sonrisa de frustración y derrota, mientras toda la capillita que estaba junto a él mostraba una cara de honda caída y gran tristeza.
Decía el santo de Loyola que “en tiempos de tribulación, no se haga mudanza”, o algo así, pero el inefable Mas, queriendo emular a Napoleón, o a Dios sabe qué líder histórico, tal vez al Kaiser que desencadenó la Primera Gran Guerra, olvidó la máxima ignaciana y se lanzó a la vorágine de obtener lo imposible, mientras en los tribunales y fuera de ellos están flotando las heces de los casos de corrupción, de financiación ilegal de su partido, de evasiones de capital de alguno de su familia.
Pero no hay que cebarse únicamente con Artur Mas, principal responsable de tan esperpéntica acción, como renunciar a lo mejor por lo peor, sino con la suerte de acólitos, probablemente estómagos agradecidos, que secundaron su paranoica aventura y han dejado a Cataluña, además de con una mala fama difícilmente recuperable, en manos de toda esa “troupe” de fanáticos que rozan lo descerebrado, como son los de la Esquerra Republicana o los comunista de la Iniciativa per Cataluña.

No quiero meterme ahora a cavilar sobre qué hará el “iluminado” para gobernar Cataluña de aquí en adelante, pero me temo que, empecinado él, seguirá buscando cómo ocultar sus partes pudendas, es decir, todo aquello de sucio que sus huestes sembraron en la política.
Piensa uno aquello del enfermo que visitaba el santuario de Lourdes: “Virgencita, Virgencita, ¡que me quede como estoy!”.
Que además en España ya no podemos casi conseguir “lana”, por lo que si se nos trasquila, será a costa de quitarnos hasta la piel…

“Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos”.- Fiodor Dostoievski (1821-1881) Novelista ruso.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

1 comentario:

  1. Estas elecciones han sido un fracaso personal..., pero la polemica sigue en vigor - nou estat de la EU - y practicamente con más peligro que antes... una coalición de los independistas...y con mayoría absoluta.
    Da igual si comparten ideas politicas de recortes...etc..a ver si se ponen de acuerdo por lo de la independencia...
    Desde ayer MAS en menos, pero al final a ver si no se convierte en mucho MAS...

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