11 junio 2012

La crisis económica y España: De mal en peor. “Los sueños, sueños son”


“¡Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción!”.- François Mauriac (1905-1970) Escritor francés.

La explicación de Rajoy
(“La Estrella Digital”, 10/06/2012)
¿Lobo o cordero?
Finalmente, Rajoy compareció hoy unos minutos después de las 12 en la Moncloa para dar cuenta del rescate a la banca española que ayer decidió el Eurogrupo en reunión extraordinaria mantenida por videoconferencia. En esa reunión, De Guindos informó de que España solicitaba un “préstamo” de 100.000 millones de euros para recapitalizar el sistema financiero español. Esa misma mañana, el FMI había adelantado un informe en el que afirmaba que el 30% de la banca española necesitaba urgentemente un plan de saneamiento.
Hoy, cuando el “préstamo” que se superponía al “rescate” se ha convertido ya en “línea de crédito”, Rajoy ha definido está decisión como una victoria del euro, de Europa y de España para que vuelva a fluir el crédito y, por tanto, que se produzca de nuevo el crecimiento que es la base de la creación de empleo. No deja de ser inquietante, como decíamos, que  el nuevo eufemismo elegido haya sido en esta ocasión el de la línea de crédito para la banca española.
Para Rajoy lo importante es tener una visión de conjunto y no perderse en “vericuetos”, y circunscribió la decisión a consolidar uno de los pilares que definió en su discurso de investidura, en el que habló del control de la deuda y del déficit, las reformas estructurales y el saneamiento del sistema financiero. Y puntualizó que tras esta decisión no existe condicionalidad macroeconómica sino que la responsabilidad se circunscribe exclusivamente a los bancos.
En los próximos días veremos el alcance real de la situación, pero en cualquier caso el presidente del gobierno asumió la responsabilidad de enfrentarse a la ciudadanía dando la explicación pertinente sobre algo que, hoy más que nunca, mantiene confundidos a los españoles. Las sombras de Grecia, Irlanda y Portugal planean sobre la economía y la sociedad española.
¿Línea de crédito?
Ahora, toca ver el verdadero alcance de la decisión y descubrir, desvelando el contenido profundo de la llamada “línea de crédito”, el significado que tendrá para nuestra economía y si además de recapitalizar el sistema bancario supone, como afirma el presidente del gobierno, el flujo de crédito para empresas y familias. Su insistencia en manifestar satisfacción y en que no ha estado sujeto a presiones, pone en solfa todos los rumores y las inquietudes de estas semanas, que se han traducido en el crecimiento galopante de la prima de riesgo o en las caídas de las bolsas.
¿Por qué no se tomó esta decisión antes?
Rajoy se repitió en voz alta la pregunta formulada por un periodista. Y todos nos preguntamos cuál es la  verdadera respuesta. Nuestro sistema financiero vive en un drama sin precedentes y a todos nos inquieta ver la dimensión cierta de cada una de las afirmaciones vertidas este fin de semana, ya que son, guste o no, completamente contradictorias con las declaraciones de toda la semana pasada, los contactos con dirigentes europeos, del FMI y del gobierno americano.
En cualquier caso, Rajoy quiso asociar esta decisión con su proyecto expresado en el discurso de investidura hace cinco meses, y contextualizó en él la necesidad de dar estos pasos para terminar favoreciendo el crecimiento económico y la recuperación del empleo.
 
“Crisis económica y calidad democrática: razones para un rescate
(Jesús Cacho en “Vozpopuli”, 10/06/2012) (09-06-2012)
Hasta que llegó su hora. A pesar de los desmentidos del Gobierno del viernes, la hora de España llegó ayer sábado, con la reunión del Eurogrupo en la que el Ejecutivo se vio obligado a pedir formalmente el rescate para el sistema financiero español. Ni los bancos podían pedir prestado a unos mercados mayoristas cerrados para ellos a cal y canto, ni el Tesoro podía hacerlo en su nombre emitiendo deuda a tipos de interés asumibles. No quedaba más remedio que aceptar el fracaso colectivo que como nación supone reconocer la bancarrota y pedir ayuda a Bruselas. Fiasco sin paliativos, que cierra de la peor forma el ciclo iniciado tras la muerte de Franco y nos emplaza ante la obligación ineludible de interrogarnos sobre nuestro futuro.
Inquietante futuro. Muchos españoles, empezando por los más prominentes, parecen haber perdido la chaveta, aparentemente ajenos al drama del momento. Es el caso de Rodrigo Rato, que el mismo día, lunes 7 de mayo, en que por fin aceptó tirar la toalla (“Te tienes que ir, Rodrigo, no queda más remedio; el Gobierno ha decidido inyectar dinero público para rescatar Bankia y un hombre como tú no puede seguir en la presidencia, porque sería un escándalo…”, le había dicho Luis de Guindos tres días antes, viernes 4, en su despacho de Economía, instantes después de despedir a Fainé, Botín y González, los reyes magos de la banca a quienes acababa de pedir consejo) para dejar paso a Goirigolzarri, ese mismo lunes, digo, el asturiano tiró de teléfono para pedir hora a dos presidentes de sendas corporaciones españolas. Resulta que el señorito se ha pedido tres Consejos de Administración tres, y parece que el primero está al caer, sí, lo han adivinado, se trata de la Endesa que preside Borja Prado, ahora de propiedad italiana, y hay quien asegura que el propio De Guindos ha mediado para que el puesto que él mismo ocupaba en la eléctrica antes de ser nombrado ministro le sea adjudicado al asturiano.
Así fue el rescate a Bankia
Guindos, país de locos, no ha tenido tiempo de poner firme a Goiri, pero ya ha filtrado su intención de meterle un buen tajo a los 19.000 millones que el de Bilbao se ha sacado de la manga para, a lo Alfredo Sáenz en el caso Banesto, ser recordado un día como el banquero milagro que logró rescatar Bankia del averno. “¿Alguien me ha oído decir que los 19.000 me parecen bien, que estoy de acuerdo con esa cifra…? ¿Alguien sabe si Economía o el Gobierno han dado su visto bueno a esa cifra? Pues eso…” Y parece que el ministro quiere dejar la suma en la mitad, y entonces vuelan campanas y voltean la especie de que Goiri está dispuesto a irse a su casa si Guindos le toca o retoca su cifra mágica, que ya decían en mi pueblo que “a un burro le hacían obispo y lloraba”.
Hablamos de cifras astronómicas con el desparpajo de Bernanke mientras montones de jóvenes ignoran cómo abordar su futuro camino de la treintena
Pariente peligrosa
Hemos perdido el sentido de la proporción. Hablamos de cifras astronómicas con el desparpajo del responsable de la Reserva Federal yanqui, y mientras montones de jóvenes ignoran cómo abordar su futuro camino de la treintena, un puñado de notables ha decidido, decidió en los años del boom, forrarse literalmente con cargo al presupuesto, público o privado. Ahora cuentan que Fernández Ordóñez, el subgobernador y algún otro alto cargo más del BdE saldrán de la casona de Cibeles con el riñón bien forrado, dicen que con varios milloncetes per cápita. Nuestras elites político-empresariales decidieron por su cuenta protegerse frente a la intemperie en estos tiempos de crisis, mientras a millones de españoles no les queda otro camino que el paro o la ayuda de Cáritas. Es ese sentido de clase, son esos responsables de Cajas que se han llevado millones de indemnización tras hundir las entidades, es esa avaricia, tan ligada a la corrupción de las instituciones, la que tiene escandalizados a los alemanes, convencidos de que los españoles, empezando por su clase dirigente, no tienen remedio. Es la corrupción, responsable en última instancia de la crisis de nuestro sistema financiero y, en definitiva, de la postración española. La culpable de nuestra decadencia.
País arruinado que se resiste a aceptar su quiebra
Se contentó a sí mismo...
Lo decía esta semana el diario alemán Die Welt, al comentar el último informe de Transparencia Internacional (TI), organización no gubernamental dedicada a combatir la corrupción a escala global: “La relación entre la corrupción y la crisis financiera en curso en los países del sur de Europa no debe ser ignorada por más tiempo”. El diario recordaba una verdad vieja como el mundo, según la cual “los países con medidas más débiles contra la corrupción son ahora los que tienen mayores problemas con la deuda”. Vale cambiar “medidas más débiles” por “democracias de peor calidad” y tenemos resuelto el enigma español. Esta no es una crisis financiera, o no lo es sólo, ni procede en exclusiva de la burbuja inmobiliaria: es una crisis cuyo origen hay que buscar en la corrupción del modelo político que nos dimos a la muerte de Franco, y en la perversión de las instituciones surgidas de la Constitución del 78.
Y por eso los alemanes, que nos tienen calados, se muestran tan renuentes a abrir la mano con España, Grecia et altri. Si la  corrupción no se ataca en origen, y no parece que Gobierno y oposición estén muy preocupados por el asunto, ¿para qué seguir inyectando dinero? Eso lo piensan en Alemania y en Bollullos del Condado. En Collado Villalba, una localidad madrileña que debe 125 millones, el alcalde ha creado una empresa municipal para que se encargue de organizar los festejos municipales. Ahora hemos sabido que en junio de 2007 se inauguró en el Puerto de Santa María, Cádiz, la primera cárcel con piscina climatizada y TV de plasma en cada celda, entre otros privilegios. Desde entonces estas comodidades se han instalado en otras muchas prisiones. Aeropuertos, autopistas, universidades, edificios singulares vacíos, ociosos. Corrupción, desmesura, locura de país arruinado que se resiste a aceptar la quiebra. Son esos mismos españoles que se cabrean porque alguien, en Der Spiegel, asegura que “no quieren ser rescatados; son demasiado orgullosos; se trata de una fatal arrogancia”, y sienten su patriotismo herido. El patriotismo de los canallas.
Europa se dispone a actuar sobre la crisis económica pero, ¿quién se ocupará de recuperar el prestigio de nuestras instituciones?
Cuentan que quien se ha mostrado muy preocupado con la situación  durante su reciente viaje a Brasil y Chile ha sido S.M. el Rey, “cariñosísimo con todo el mundo, incluso con ese Botín disfrazado de escarabajo rojo de la patata… Muy proactivo, como queriendo ayudar a todos; la verdad es que los empresarios han vuelto encantados”, señala el entorno de uno de los capos. El Rey ha dicho que con la austeridad no se va a ninguna parte. Si lo sabrá él. Ahora resulta que su yerno, Urdangarín, se hace llamar mister Liebaert. País de locos. Aseguran que, tras el accidente del elefante, se ha sometido al ejercicio de humildad de conocer sin tapujos lo que el español de la calle, vía redes sociales, piensa de la Monarquía, en general, y de su conducta, en particular. Y se ha quedado de piedra. Consecuencia del susto es su intención de retomar sus labores, aumentando sus apariciones públicas, sus viajes al exterior, etc. Recuperar imagen. À la recherche du temps perdu. Alguno de los viajeros a Latam ha dicho, sin embargo, que la depresión provocada por el “caso elefante” le ha hecho acariciar por primera vez la idea de la abdicación. Le retiene su desconfianza en la sucesión, el recelo sobre el matrimonio de su hijo. Carlos IV redivivo. En caso de salida, el lugar de retiro está claro: Marruecos.  
Meter en vereda a los levantiscos españoles   
Decadencia. Corrupción. Esa corrupción que primero arrambló con los valores, después cimentó la impunidad ante la Justicia, y finalmente terminó por llevarse la pasta a casa, dejando a las entidades quebradas y a los españoles en bolas, y que hoy se ofrece como paradigma de la gran crisis política por la que atraviesa la nación. La semana se despide con el reconocimiento ante Bruselas del gran fiasco hispano. La operación rescate estaba ya decidida hace tiempo, y los grandes banqueros andaban avisados. Por desgracia, ese rescate vendrá acompañado de una serie de obligaciones que el Gobierno tendrá que cumplir en materia de IVA, pensiones y seguro de desempleo, entre otros. ¿Ajuste? ¿Intervención? Llámenlo hache. Se trata de meter en vereda a los levantiscos españoles, en particular a su clase dirigente, a la que tal vez sería necesario jubilar y enviar al exilio.
Merece la pena incidir, como hace TI, en la relación entre crisis económica y calidad democrática, una ecuación capaz de marcar el destino de los pueblos hacia la prosperidad o la pobreza. Una relación no sólo cierta, sino cuantificable. Por las fallas del edificio democrático español se cuela a borbotones la corrupción que hoy afecta desde la primera magistratura del Estado hasta la última de las instituciones, y que se mide en rémora para el crecimiento, ventajas para unos pocos y pérdida de oportunidades para el resto. Paro a mansalva. Europa se dispone a actuar manu militari sobre la mitad de la ecuación española, la crisis económica. ¿Qué pasará con la otra? ¿Quién se ocupará de recuperar el prestigio de nuestras instituciones y mejorar la calidad de nuestra democracia? No parece que vaya a ser la clase política ni las elites económico-financieras, que desde hace tiempo sólo piensan en su bolsillo. Tendrá que ser el pueblo español quien lo haga, y sería bueno que lo hiciera de forma pacífica. Sin que en la calle salten chispas.”
¡Qué le vamos a hacer!
Primero, unos gobernantes (los que lo fueron hasta diciembre del pasado año) contaron tantas “trolas” sobre la economía, que, aun sospechándose un desastre, resultó peor todavía.
Después, sus sucesores, bisoños al pensar que la crisis la salvaban como antaño hicieron, se dedicaron a reformar  y cortar “vía quirúrgica”, para ir colocando a la sociedad, al pueblo, frente a la realidad.
Pero mientras tanto los responsables de las altas finanzas y especialmente de la política bancaria “pastelearon” uniendo cajas de ahorro en quiebra, y esperando que por vía de milagro, la unión de dos arruinados generara solvencia.
Para entonces la Unión Europea ya había detectado claramente la trapacería de las soluciones, y los mercados y las agencias de rentabilidad y las naciones saneadas en lo económico, ya habían determinado que un tercio del sector financiero español estaba gravemente enfermo y precisaba de urgentes soluciones.
Por ello, se nos haya vendido como se nos haya vendido (ciertamente el gobierno español no se distingue por su capacidad florentina para informar al pueblo), la realidad es que la ayuda al sector financiero –llámesele rescate, o préstamo, o inyección, o intervención, que lo mismo da— viene a ser la que parece única solución a nuestro problema.
Si de una vez por todas las entidades financieras mantuvieran su línea de flotación sin riesgos alarmantes, podría comenzarse a construir el “despertar” de nuestra economía, ahora en estado comatoso.
Para ello hará falta, no solamente que las fuerzas políticas aúnen esfuerzos (parece ser que por el momento el partido en el poder y el mayoritario en la oposición sintonizan bastante), sino que las otras fuerzas “vivas” (lo de "vivas" lo pongo por la pillería con la que se atracan de ayudas estatales y subvenciones), los sindicatos y la patronal, dejen de ser simplemente reivindicativas y confluyan en un a modo de gran pacto nacional.
Nada fácil. Y poco esperable, porque para culminar el lío están las autonomías, endeudadas hasta los ojales de las chaquetas, que quieren sobre todo dinero para cubrir el que han dilapidado, si no es que pretenden coger el dinero y además obtener una “semi-independencia”.
Arduo problema el que tiene el gobierno. Pero bien pudo saberlo cuando accedió al poder. Y más complicado para el pueblo llano, el que de veras sufre paciente tantos recortes y tanto empobrecimiento, que difícilmente podrá dispensar a unos y a otros políticos de tamaños errores y tamañas informaciones manipuladas.
Mientras tanto, los especuladores nacionales e internacionales aprovechan, como siempre, para castigar nuestra economía bajando los valores bursátiles de las compañías importantes, para ir poco a poco adquiriéndolas en plan barato. ¡Siempre el capitalismo! Véase el buitre poco más arriba...
Pero no hay otra. Por muchas ingeniosidades que vayan divulgando los progres de vía estrecha, esos que se muestran indignados solamente cuando las barbaridades no provienen de la izquierda más ácrata, la verdad es que “con estos bueyes hay que arar”, y no parece haber por el momento otra salida.Ni mejores bueyes y desde luego ningún tractor...
Atrás quedaron los bellos años de viviendas, chalets, viajes, coches y tantas cosas compradas con dinero “regalado” por la banca, que con el tiempo han ido dejándonos. Atrás quedó el empleo que, más o menos precario, aún consolaba a las familias. Atrás quedó el “orgullo” de ser (según se dijo) de los más ricos del mundo.
Ahora somos tierra yerma, casi erial, en la que ni siquiera la profunda labranza de los recortes y austeridad consiguen que germine un poquito de esperanza.
Que “los sueños (los pasados, claro, porque ahora ni podemos dormir), sueños son”.

“Soñar en teoría, es vivir un poco, pero vivir soñando es no existir”.- Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

1 comentario:

  1. Estou a ler este magnífico artigo escrito em espanhol, por um distinto cidadão espanhol e eu, português, fico com a sensação de que já há muito que conheço o seu conteúdo. Só me admira é a aparente "admiração" dos meus amigos espanhóis.
    Sancho Gomes

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