27 junio 2012

España y las “ayudas” de la Unión Europea: Al final nos han subido el vino…


¡Qué poco dura la alegría en casa del pobre! Es una locución interjectiva que se usa para referirse a cualquier beneficio que dura menos tiempo del deseado o una expectativa que se ve rápidamente frustrada.
“Era de esperar, por mucho que no se quiera hacer. Otra vez, a un fin de semana marcado por el optimismo le ha seguido un lunes negro. Pese al acuerdo de Roma y la apuesta firme por el euro y las medidas para reactivar la economía, no sólo la española sino también la europea, los mercados siguen a la suya y hoy la Bolsa ha sufrido la segunda mayor baja del año, a lo que hay que añadir la subida de la prima de riesgo. Mientras, el presidente del Gobierno ha anunciado la aprobación de más medidas “difíciles” después del verano y el Ejecutivo no descarta una subida del IVA reducido del ocho al 18 por ciento, la tarifa normal.
Ya vale cualquier argumento, según los analistas políticos consultados por este diario, hasta el popular de si la abuela fuma”, en un escenario en el que “poca dura la alegría del pobre”. El de hoy, es de la falta de detalles sobre la petición oficial de ayuda que el Gobierno español ha hecho al Eurogrupo para tener acceso a los 100.000 millones de euros previstos sanear la banca española. Concreción que se conocerá el 9 de julio y donde definitivamente se sabrán tanto el tipo de interés y el plazo de pago de la cantidad que finalmente se pedirá a la UE, y que el presidente del Gobierno ha cifrado en una cantidad muy inferior a los 62.000 millones de euros que las auditorías independientes a lo que estiman serían necesarios en el peor de los escenarios.
Para remate, ha llegado la agencia de calificación, “que otra vez ha vuelto a echar una mano”, según señalan irónicamente los mismos medios. “Cuando todo parece ir un pelín mejor, llegan los cerebros de los mercados y echan otro jarro de agua fría, al anunciar una nueva bajada en la calificación de la calidad de nuestra deuda” afirman, para a continuación preguntarse si “esto no raya ya a niveles de ataques a la seguridad nacional”.
Bien es cierto, por otra parte, que las declaraciones de los políticos no ayudan a mejorar el escenario. De la euforia, a dibujar otra vez un panorama “en exceso complicado, que será el que es, pero que al final provoca que los ciudadanos de a pie no sepan a qué atenerse”, señalan las mismas fuentes. Empezando por Angela Merkel, que después del acuerdo de Roma por el que se destinarán 130.000 millones de euros al crecimiento económico ha vuelto a su mensaje habitual de que lo más importante es la contención y la disciplina presupuestaria y fiscal. Y siguiendo por Mariano Rajoy y su Gobierno, que “por una parte se felicitan de los logros conseguidos a nivel europeo, con la implicación de la UE en una defensa cerrada del euro, pero que a la vez, siguen lanzando mensajes sobre la adopción de más medidas “difíciles” e impopulares.
El jefe del Ejecutivo durante una comparecencia en la sede de la CEOE tras la asamblea general que ha celebrado la patronal ha anunciado que después del verano y antes de que acabe el año se aprobarán más medidas “duras, con el objetivo de crecer y crear empleo”.
Esto ocurría por la mañana, casi al mismo tiempo en el que el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Economía, el socialista Joaquín Almunia, aseguraba que España va tener que subir “obligatoriamente” el IVA. A los analistas consultados por este diario les ha sorprendido “sobremanera” la afirmación de Almunia en el sentido de que percibe en la sociedad española “cierta sensación de rehuir de la realidad sobre la crisis”. Una declaración que un país con cinco millones de parados, con indicadores como más que de un millón de familias tiene a todos sus miembros en el desempleo, llama al asombro, “a no ser el comisario europeo haya querido lanzar un dardo al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien apuesta por dejar medianamente de lado las políticas de contención del déficit y apostar decididamente por el crecimiento”, en momento, por cierto, en que la labor del ex vicepresidente del Gobierno al frente de los socialistas está en cuestión dentro del partido.
Y todavía más allá. Si Almunia hablaba de esas tentaciones, desde el Gobierno, fuentes del Ministerio de Hacienda y Administraciones Pública, aseguraban esta tarde que el Ejecutivo está analizando una subida del IVA a productos que se benefician del tipo superreducido del cuatro por ciento y del reducido del ocho, al normal del 18 por ciento.
El IVA superreducido se aplica a productos de primera necesidad, como el pan, la leche, los huevos; de tipo de cultural, libros revistas, periódicos; compra de vivienda habitual; e instrumentos como las prótesis o las sillas de ruedas. El tipo del ocho se referencia a productos como los alimentos no considerados de primera necesidad, transportes, teatros, cines, conciertos y otros servicios culturales o recreativos, con excepción de los juegos de azar.
(Luis Castro en “El Imparcial”, 26-06-2012)
¿Quién se está beneficiando de la crisis de deuda en España?
España paga rentabilidades de países que necesitan un rescate financiero. Durante esta semana, el Tesoro se ha visto obligado a ofrecer un 5% por la deuda a doce meses, mientras que el bono a cinco años se colocó al interés récord del 6,19% y el de dos años tuvo que duplicar su rentabilidad hasta el 4,7%. Es decir, precios inéditos desde la entrada en el euro de la economía española, a pesar de la alta demanda que ha acudido a comprar estos títulos. ¿Quién acude a estas suculentas emisiones de renta fija?  
“Las subastas siempre se colocan a los precios del mercado”, asegura Nicolás López, director de análisis de MG Valores, “en este sentido no hubo ninguna sorpresa”. Lo que sí resultó sorprendente, y una buena noticia, fue la alta demanda, según este analista.  
La alta demanda denota que se trata de una buena inversión, que está remunerada muy por encima de la inflación. “Ha salido bien, con una demanda muy por encima de la prevista por el Tesoro”, explica Javier Barnuevo, operador de renta fija y analista financiero de GVC Gaesco, “lo que demuestra que el papel del Gobierno español tiene colocación, aunque pagando una prima”. Un situación que, según Barnuevo, no puede extenderse durante mucho tiempo ya que “lo que se ahorra en recortes se está pagando en rentabilidades de la deuda”.  
Sin embargo, no todo el mundo está acudiendo a comprar la deuda con el mismo entusiasmo. “Los extranjeros no están comprando nada de deuda española”, asegura Nicolás López, que confirma que son los bancos españoles los que están acudiendo a la compra de los bonos españoles. “Con el dinero del BCE”, especifica, refiriéndose a las inyecciones de liquidez practicadas por el Banco Central.  
Desde GVC Gaesco afirman que al menos los llamados ’creadores de mercado’ extranjeros sí han de acudir a estas subastas con un porcentaje mínimo, “porque no les queda más remedio” si quieren seguir siendo considerados por el Tesoro como tales, y en este sentido, se refieren a grandes entidades como Deutsche Bank o JP Morgan. Lo que sí confirma Barnuevo, de la operadora financiera, es que en los últimos meses las entidades no residentes en España se han deshecho de parte de sus inversiones en deuda soberana española.  
En opinión de Nicolás López, las emisiones a largo plazo serán más problemáticas. “Cuando los bancos españoles dejen de acudir a comprar títulos españoles se necesitará un rescate”, asegura el bróker, que subraya que por eso es tan importante restablecer la confianza sobre la economía española. Por tanto, en caso de que se llegara a un rescate de los bancos, ello posibilitaría que pudieran seguir comprando la deuda soberana española.  
Las deudas del Tesoro con el exterior
Son las entidades financieras no residentes en España las que acumulan una mayor cantidad de deuda española, más de la mitad del total, al menos según figura en los últimos datos publicados en el informe anual 'Mercado de deuda pública del Banco de España. En el documento se especifica que el 45% de las letras (corto plazo) y el 51,6% de los bonos y obligaciones (largo plazo) están en manos extranjeras. En total, y contando con la deuda autonómica, acumulaban un montante total de 472.000 millones de títulos soberanos españoles.  
A pesar de que el Banco de España no hace públicas cuáles son las cantidades que posee cada entidad en concreto, sí hace públicos cuáles son sus clientes. Entre las entidades no residentes se encuentran los grandes bancos internacionales como JP Morgan, Citigroup, Merrill Lynch, Morgan Stanley, Société Général o Barclays.  
Por tanto, los grandes bancos internacionales son los menos interesados en que se produzca una situación de impago o de quita de la deuda, tal y como ocurrió en Grecia.
(De “El Imparcial”, 26/07/2012)
No puede ser.
Al igual que cada día tiene su afán, en los últimos tiempos cada día tiene un nuevo y mayor susto para la economía española.
No creo nada en la famosa y cacareada “Ley de Murphy”, pero sí compruebo que en España, en nuestra casa, que va empobreciéndose a pasos agigantados; poco viene durando la alegría.
Pues, señor (comienzo como en los cuentos de antaño), parecía que a las cada vez mayores exigencias de la Unión Europea, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Central Europeo, del Ecofin, y de no sé cuántas más instituciones, habíamos correspondido muy bien, con reformas laborales, con reformas fiscales, con recortes presupuestarios; en fin, apretándonos bastante el cinturón, cuando apareció la “bicha” oculta, que no era ni más ni menos que la crisis bancaria, generada en unas fusiones de cajas de ahorros que, por lo que se dice, no las inventaría ni quien asó la manteca, pero que se propiciaron desde el Banco de España por ese personaje tan extraño e inclasificable como MAFO (o sea, Fernández Ordóñez, el recientemente cesado gobernador).
Y esa crisis bancaria se aumentó cuando se destaparon abusos y más abusos de los dirigentes de las citadas entidades de crédito, asegurándose sueldos millonarios y blindándose con indemnizaciones escandalosas en caso de cese.
Doña Cristina nos quiere gobernar...
Como los políticos no acabaron de conformarse con la pérdida de poder en esas cajas, ya convertidas en bancos, pues cacarearon todo lo que pudieron y discutieron más, de manera que brindaron a la Unión Europea, que nos venía “teniendo ganas” con el liderazgo de Alemania, la excusa de que había que racionalizar el sistema financiero español, provisionando contra los “activos tóxicos” (que no son otra cosa que las cargas económicas derivadas de una nefasta gestión crediticia sobre inmuebles), para evitar la crisis.
El gobierno español, a quien le crecen los problemas en proporción geométrica, volvió a ser noble(¿) y crédulo con las instituciones europeas y se creyó aquello de que se le ayudaría generosamente a resolver la crisis financiera, y por eso proclamó a los cuatro vientos que con esas ayudas, solamente unos cien mil millones de euros (una nadería para unas vacaciones), todo se resolvería, y proclamó por doquier que eso era la solución final de los problemas y que pronto comenzaría el despegue económico.
Mas no fue así, no ha sido así, porque ni a los mercados ni a los inversores les conviene, movidos por la mano oculta que especula y manipula la economía mundial, y sirviendo a los intereses de quienes más beneficios obtienen de esa crisis (¿qué tienen Alemania y "frau" Merkel que decir a esto?), siguieron pidiendo –mejor, exigiendo a la Unión Europea— más y más recortes.
Porque Europa, la comunitaria, liderada con austeridad luterana por esa casi ascética “frau” Merkel, siguió pensando que si Alemania había tenido que hacer grandes sacrificios pocos años atrás, los españolitos no debían de librarse ellos, ya que en opinión de tan estricta gobernanta, en España había un estado de bienestar desmesurado y una falta notable de rigor económico. Que algo de razón tiene, hemos de reconocer.
Doña Quijote de Berlín
Y así, ahora se insinúa aumentos en el IVA, mayores recortes en lo social, aumento de costes sanitarios, y un sinfín de estrecheces más, como condiciones indispensables para que el dinero que se decía llegaría en seguida, arribe a España –si es que lo hace— en septiembre, como muy pronto.
Pues la verdad, para poco nos ha servido tanta “historia” de estrecheces, si todavía nos quedan tantos deberes por hacer, y las arcas del estado español cada vez están más vacías y el dinero que se obtiene cada vez está más caro.
¿Qué males tiene España que no aquejen, por ejemplo, a Italia?
Aparte de la burbuja inmobiliaria, la verdad es que podríamos ir de la mano de nuestros congéneres de los Dolomitas, pero ellos se están moviendo con habilidades más florentinas y van eludiendo sus problemas, bajo el escudo de una España que sigue estando en la primera línea de los ataques.
¿Quién mueve los hilos de tamaños ataques a la economía española?
Dícese que los “mercados internacionales”, y eso es lo mismo que no decir nada, porque en ellos hay unos intereses predominantes del gran capital y del gran inversor, que, aun sabiendo que España no llegará a quebrar (porque nunca la Unión Europea lo podrá permitir) aprovechan especulativamente los altísimos intereses, para atiborrase de la llamada deuda soberana, y no solo de la española, también de la italiana.
Mientras tanto, aquí, en nuestros lares, los socialistas recién defenestrados aun no se han adaptado el síndrome de abstinencia de poder que implica la oposición y van dando bandazos entre apoyar tímidamente al gobierno y criticar acciones de gobierno necesarias y que tal vez ellos mismos debieron de haber adoptado cuando hace poco gobernaban, pero con el temor de que se les acuse una y otra vez de la “herencia recibida”.
Y también los del Partido Popular, que tanta hambre de poder pasaron, son víctimas del otro síndrome grave, el de la mayoría parlamentaria absoluta, y de esa forma, mientras se discute si son galgos o son podencos, como en la fábula de Samaniego, vamos dando imagen de pintureros, de festeros, de mal trabajadores, de poco disciplinados, y de unas cuantas cosas más.
Desde luego, no se trata de que formemos de a nueve en fondo, como en los tiempos del canciller Bismarck, a las órdenes de “frau” Merkel, y con las veleidades de un Hollande (que no sabe ni lo que quiere) o de una Cristine Lagarde, dueña del FMI, que lo único que sabe es aplicar aceite de ricino a todo problema económico.
Pero sí, al menos deberíamos de llegar a un gran pacto nacional que incluyera hasta los descerebrados esos que en el parlamento se inclinan por romper España y en la calle proclaman unas extrañas doctrinas libertarias, para que en el exterior se apreciara algo de unión en nuestro país.
Eso es casi una utopía, porque ¿quién renuncia a la cuota de poder que dan diecisiete autonomías? ¿Quién ha reducido drásticamente sus costes? ¡Si casi todo son operaciones cosméticas!
Así va quedando...
Así que el veranito se anuncia caliente, el otoño será lleno de alternativas, y el invierno nos traerá congelaciones de todo tipo, congelaciones que desde luego no comprenderán los impuestos, que cada vez irán más y más arriba; que en Europa no pueden admitir que los tengamos más bajos y además…tengamos buen sol, buenas playas y buen vino…
A propósito del vino, como decía el borracho cuando le anunciaron medidas  para la mejora en el servicio de vinos y licores, está claro que “al final nos subirán el vino”…
¡Ay de los españolitos de a pie, acostumbrados a las vacaciones en agosto, el coche a la puerta, el apartamento en la playa, la casa en propiedad!
Todo eso está esfumándose más que deprisa, porque por muchos parches que pongamos, ahora estamos comprobando que lo de la Unión Europea no era solamente recibir inversiones, sino que es también depender de quienes tienen “los dineros”.
Así que poco ha durado la alegría en nuestra casa, en la casa del pobre, porque cada vez nos cuesta todo más y cada vez es más difícil tener algo con lo que sobrevivir.

“Si cada uno barriera delante de su puerta, ¡qué limpia estaría la ciudad!”.- Proverbio ruso

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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