10 noviembre 2011

El rapto de Europa: la economía del viejo continente se resquebraja y “sale más caro el pan que el perro”

“Aconsejar economía a los pobres es a la vez grotesco e insultante. Es como aconsejar que coma menos al que se está muriendo de hambre”.- Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés. 
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El rapto de Europa, de Tiziano
En la mitología griega, Europa (en griego antiguo Ερώπη Eúr) era una mujer fenicia de Tiro que terminaría dando su nombre al continente europeo. Hay dos mitos diferentes sobre cómo llegó Europa al mundo griego: en la más familiar fue seducida por el dios Zeus transformado en toro, quien la llevó a Creta a lomos, pero en el otro cuenta Heródoto que fue secuestrada por los minoicos, quienes la llevaron igualmente a Creta. Europa no puede ser separada de la mitología del toro sagrado, que había sido adorado en el Levante. La etimología de su nombre (ευρυ- ‘ancho’ o ‘amplio’ + οπ- ‘ojo(s)’ o ‘cara’) se ha comparado con el epíteto γλαυκώπις glaukopis atribuido a Atenea.

Europa en la mitología

Según la leyenda, Zeus estaba enamorado de Europa y decidió seducirla o violarla, siendo ambas versiones casi equivalentes en la mitología griega. Se transformó en un toro blanco y se mezcló con las manadas de su padre. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, comprobando que era manso, terminó por subir a su lomo. Zeus aprovechó esa oportunidad y corrió al mar, nadando con ella a su espalda hasta la isla de Creta. Entonces reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de Creta. El acto amoroso tuvo lugar bajo un plátano, árbol que, según la mitología, debe el que sus hojas sean perennes a este acontecimiento.
Zeus le dio tres regalos: Talos, un autómata de bronce; Laelaps, un perro que nunca soltaba a su presa; y una jabalina que nunca erraba. Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación Tauro. Algunas leyendas cuentan que este mismo toro fue con el que se topó Heracles, y que finalmente engendró al Minotauro.
Familia
Las fuentes difieren en los detalles acerca de su familia pero coinciden en que es fenicia, y de un linaje que descendía de Ío, la mítica princesa que fue transformada en una ternera. Más comúnmente se dice que era la hija del rey fenicio Agénor y la reina Telefasa de Tiro.
Europa sobre el toro, de Moreau
Otras fuentes, como la Ilíada, afirman que era la hija del hijo de Agenor, Fénix. Se suele estar de acuerdo en que tenía dos hermanos, Cadmo, quien llevó el alfabeto al continente griego, y Cílix, quien dio nombre a la región de Cilicia (actual Armenia).
Tras llegar a Creta, Europa tuvo tres hijos, engendrados por Zeus: Minos, Radamantis y Sarpedón. Asterión, rey de Creta, se casó con ella y adoptó a sus hijos.

Europa en la literatura

El poeta Ovidio escribió la siguiente descripción de la seducción de Zeus:
Y poco a poco, el miedo quitado,
ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palme,
ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas.
Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba,
 en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral,
insensiblemente, las falsas plantas de sus pies
a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos,
y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín.
Se asusta ella y,
arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos,
y con la diestra un cuerno tiene,
la otra al dorso impuesta está;
trémulas ondulan con la brisa sus ropas.
Los pintorescos detalles pertenecen a la anécdota y la fábula: en todas las representaciones, ya sea montando el toro a horcajadas, como en las pinturas de vasijas arcaicas o en el destrozado fragmento de metopa de Sición, o graciosamente sentada de lado en un mosaico del norte de África, Europa no muestra el menor miedo. Con frecuencia Europa se apacigua a sí misma tocando uno de los cuernos del toro, condescendiente.
Heródoto
Según Heródoto, Europa fue secuestrada por los minoicos, quienes buscaban vengar el secuestro de Ío, una princesa de Argos. Esta variante de la historia puede haber sido un intento de racionalizar el mito anterior.

Europa es uno de los continentes que forman el supercontinente euroasiático, situado entre los paralelos 37º y 70º de latitud norte, que de forma convencional y por motivos históricos es considerada un continente. Se extiende en la mitad oriental del Hemisferio Norte, desde el océano Glacial Ártico por el norte hasta el mar Mediterráneo por el sur. Por el oeste, llega hasta el océano Atlántico; por el este, limita con Asia, de la que la separan los montes Urales, el río Ural, el mar Caspio y la cordillera del Cáucaso.
Europa es el segundo continente más pequeño en términos de superficie, que abarca alrededor de 11.100.000 km. cuadrados o el 2% de la superficie del planeta Tierra y alrededor de 6,8% del total de las tierras emergidas. Alberga un gran número de estados soberanos, cuyo número exacto depende de la definición de la frontera de Europa, así como de la exclusión o inclusión de estados parcialmente reconocidos. De todos los países europeos, Rusia es el mayor en superficie, mientras que el Vaticano es el más pequeño, no sólo de Europa, sino también del mundo. Estos países son también el más y menos poblado de Europa respectivamente. Europa es el cuarto continente más poblado después de Asia, África y América con una población de 735.000.000 o alrededor del 11% de la población mundial.
Según proyección de población de la Organización de las Naciones Unidas (variante media), la cuota de Europa se reducirá al 7% en 2050. Sin embargo, las fronteras de Europa y la población son objeto de controversia, ya que el término continente puede referirse a un bien cultural y político o a distinciones fisiográficas.
Europa es la cuna de la cultura occidental. Las naciones europeas desempeñan un papel preponderante en los asuntos mundiales desde el siglo XVI en adelante, especialmente después del comienzo de la colonización. En los siglos XVII y XVIII, las naciones europeas controlaron la mayor parte de África, América, y gran parte de Asia. La Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial condujeron a una disminución en el dominio de Europa en los asuntos mundiales cuando los Estados Unidos y la Unión Soviética tomaron la preeminencia. La Guerra Fría entre las dos superpotencias dividió Europa a lo largo del Telón de Acero. La integración europea dio lugar a la formación del Consejo de Europa y la Unión Europea en Europa occidental, las cuales se han expandido hacia el este desde la caída de la Unión Soviética en 1991.

Etimología

Tradicionalmente se asocia el origen del topónimo Europa con un personaje mitológico. En efecto, Europa (Ευρώπη en griego) era hija de Agénor y de Telefasa, hermana de Cadmo, una princesa fenicia. Cuando estaba divirtiéndose con sus compañeras en la playa, Zeus la observó y acabó enamorándose de ella. Zeus se transformó en un toro blanco, tan manso, que Europa se acercó a él, puso flores sobre su cuello y finalmente se atrevió a montarlo; entonces, Zeus se levantó y cruzó el mar, llevándola a la isla de Creta, donde Europa dio a luz a Minos y a Sarpedón, con el cual regresó al Asia. Del nombre de esta mujer provendría el del continente.
El rapto de Europa en Nerja, España
El análisis más extendido de esta palabra lo considera como una composición de las palabras griegas ερος (“ancho”) y ψ (“vista, ojo”), pero se trata sin duda de una etimología popular. Muchos lingüistas piensan que Europa proviene de la raíz semítica 'rb, que significa “ponerse el sol” (Occidente); irib en asirio, ereb en arameo, habiéndose propuesto la forma *'urūbā como la denominación original de las "tierras occidentales". Desde una perspectiva asiática o medio-oriental, el sol se pone efectivamente en Europa, la tierra al oeste.
La mayor parte de las lenguas utilizan palabras derivadas de Europa para referirse al continente. En chino, por ejemplo, se emplea Ōuzhōu (歐洲), que es una abreviatura del nombre transliterado; Ōuluóbā zhōu (歐羅巴洲). Sin embargo, en algunas lenguas turcas se utiliza el término Frangistán (Tierra de los Francos) de manera coloquial, aunque el nombre "oficial" del continente sea Avrupa o Evropa.
 (De Wikipedia y otras fuentes)
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"Mientras Roma arde, la Eurozona pierde el tiempo"
Soledad en la arcada de Athalos
Entre los Merkozy que amagan pero no rematan la faena, el inexistente liderazgo de la Unión Europea y los Papasconi, el euro y los mercados han entrado en erupción. Un Silvio Berlusconi sin credibilidad arrastra a su país e Italia arrastra lo demás. La deuda italiana alcanzó ayer los 600 puntos, la zona roja que forzó el rescate de Irlanda, Grecia y Portugal. El Corriere della Sera exige decisiones urgentes. The Guardian habla de "crisis fuera de control".
Berlusconi promete dimitir "en unos días" (al parecer este fin de semana), cuando se apruebe el paquete de reformas exigido en la cumbre de Bruselas de finales de octubre. En la Grecia pospapandreu siguen sin ponerse de acuerdo con el nuevo Gobierno. Socialistas y Nueva Democracia chocan en el nombre del primer ministro. Ni Evagelios Venizelos ni el conservador Antonis Samaras, un hombre que ha hecho carrera con un mensaje populista y xenófono, ceden en sus aspiraciones.
Business Insider informa de que Angela Merkel y Nicolas Sarzoky quieren impulsar una Eurozona de dos velocidades: una con ellos y los países serios y otra con los demás. ¿Quién decide? ¡Merzozy! 
La Repubblica recoge ocho viñetas de la prensa mundial sobre Berlusconi. La mejor y más informativa es esta de Steve Bell. El diario en que publica Bell, The Guardian, ofrece hoy diez razones para tener miedo a la crisis. Y The Economist no está seguro de que la obra haya llegado a su final: Finito? El Telegraph titula apunta a la indecisión de los líderes: "Mientras Roma arde, la Eurozona pierde el tiempo". The Independent anuncia que un equipo de la UE viaja a Roma en busca de soluciones y ofrece una lista de los países en riesgo y su porcentaje. Después de Italia, España.
The Wall Street Journal emite un vídeo en su web con tres especialistas en el que explican la crisis con humor y datos sobre su profundidad y riesgos. ¿Spaguetti saga? ¿Caneloni crash? ¿Calamari catástrofe? Roberto Begnini habla ante el EuroParlamento; fue uno de los momentos más serios de la Legislatura”
(Por Ramón Lobo, en “El País”, 10 de noviembre de 2011)
¡La que se ha armado!
Mientras la canciller alemana y el presidente francés, tratando de emular a Bismark y a Napoleón, vienen intentando poner a Europa bajo su control, los “chiquillos” díscolos de otros países no les hacen ni caso y siguen con trapisondas de las suyas.
Por una parte, “Gigi l’Amoroso”, perdón, Berlusconi, dice que todo lo tiene controlado en su país, pero en Italia le creen tan poco –en Europa ocurre lo mismo— que ni le votan ni le apoyan y así los especuladores “semiterroristas” de las agencias de riesgo americanas (bien inspiradas en las directrices del capitalismo tan arraigado en los Estados Unidos de América) van incrementando su presión mediante elevar las malhadadas “primas de riesgo”, que van asfixiando la economía italiana , y de rechazo a otras que le siguen, en progresión lenta e insensible, pero constante, hasta el punto de hacer recordar aquella canción de “eres como una espinita... “ y “suave que me estás matando...”.
Pues bien, Berlusconi, entre golfería y golfería con féminas y con negocios pestilentes, promete irse en cuanto arregle algo de la economía italiana, pero como no se sabe qué es lo que hay que arreglar, no se vislumbra cuándo dejará libre el paso a quien le pueda sustituir con un mínimo de eficacia y de honradez.
Y el ínclito Papandreu, ¡otro que tal!, después de amenazar con un referéndum que retiró al poco de anunciarlo, ha tenido que marcharse del poder, saliendo bien escaldado y como un falso, para admitir en su país un gobierno de unidad o de coalición que ponga el cilicio de una economía austera a un pueblo acostumbrado a vivir de la historia y de las “historias”, vulgo, cuento.
Irlanda y Portugal, bastante mal lo están pasando ya, con unos ajustes terroríficos y una economía en trance de convertirse en horca para los sufridos ciudadanos.
Y aquí, en esta España nuestra, ni siquiera en período electoral hemos sabido despertarnos de esa “santa siesta” que cantaban los versos de poetas, y vamos cada vez peor, sin creación de empleo, sin empuje económico e incrementando de manera espantosa el número de desarrapados sin trabajo ni esperanza. Pero eso sí, todos los candidatos tienen la "piedra filosofal" para remediar nuestros males...
Pensaba yo mientras esto escribía que es algo así como el conocido “rapto de Europa”, pues nuestra Europa se echó en manos del bienestar, de la modernidad, del lujo, y ese “dios Zeus” de la mitología ha resultado ser un toro sibilino y avieso, y que, después de violarnos instalandonos aparentemente en el progreso y en el hedonismo, nos ha dejado abandonados a las miserias de tanto lujo aparente, tanto bienestar ficticio, tanto derroche sin causa, tanto materialismo en definitiva.
¿Qué ha pasado? ¿Se ha acabado el dinero?
Pues sí; se ha acabado el dinero y, lo que es peor, se ha acabado el crédito y la "capacidad de endeudamiento" porque los desalmados especuladores se han cansado de que tantos y tantos ciudadanos europeos (algunos de países “convidados” a una Unión Europa que ni comprenden ni merecen) vayan gozando de los equilibrios de la economía, cuando realmente en las cajas de los ahorros solamente hay telarañas.
Lo decía mi abuela: “Quien no guarda cuando tiene, no gasta cuando quiere”.
Prudente consejo que ni las más sencillas gentes han sabido tener presente…y por eso nos “sale más caro el pan que el perro”, es decir, teníamos algo que parecía que costaba poco, pero con todo lo que necesitamos para tenerlo, mantenerlo, instalarlo, nos sale incluso más caro que lo principalmente pretendido, porque todos los gastos que implica no compensan.
“Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos”.- Sigmund Freud (1856-1939) Médico austriaco.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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