09 diciembre 2010

Caos aéreo y estado de alarma: Las “cosas” de un gobierno exangüe

Exangüe. (Del latín, ex-sanguis): 1. adjetivo. Desangrado, falto de sangre; 2. adjetivo. Sin ninguna fuerza, aniquilado; 3. adjetivo. muerto (sin vida)
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Constitución Española de 1978, Artículo 116.
1. Una Ley orgánica regulará los estados de alarma, de excepción y de sitio y las competencias y limitaciones correspondientes.
2. El estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo. El decreto determinará el ámbito territorial a que se extienden los efectos de la declaración.
3. El estado de excepción …
4. El estado de sitio …
5. No podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artículo, quedando automáticamente convocadas las Cámaras si no estuvieren en período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás poderes constitucionales del Estado, no podrán interrumpirse durante la vigencia de estos estados.
Disuelto el Congreso o expirado su mandato, si se produjere alguna de las situaciones que dan lugar a cualquiera de dichos estados, las competencias del Congreso serán asumidas por su Diputación Permanente.
6. La declaración de los estados de alarma, de excepción y de sitio no modificará el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes reconocidos en la Constitución y en las Leyes.”

El "generalísimo" y su valido

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“Vaya por delante que, una vez escuchadas y/o leídas las opiniones de los más prestigiosos especialistas en la materia, tengo dudas respecto a la legalidad de la decisión del Gobierno de decretar el estado de alarma, porque no se ha cumplido uno de los requisitos establecidos por el artículo 116.2 de la Constitución,que establece nítidamente del que, una vez decidido por decreto  en Consejo de Ministros, por un plazo máximo de quince días, debe darse cuenta al Congreso "reunido inmediatamente al efecto, y sin cuya autorización no puede ser prorrogado dicho plazo". Y, que yo sepa, consultados el María Moliner y el sentido común, el adverbio "inmediatamente" quiere decir de modo inmediato, es decir, sin nada intermedio o sin intervalo de tiempo o de espacio. Y el Congreso por ahora se está enterando por la prensa hasta que esta mañana, ¡¡¡seis días después de firmado el Real Decreto!!!, comparezca el presidente del Gobierno. Estas cosas tienen su importancia en democracia, amigos. Aunque este Gobierno no parece que tenga mucho interés en el respeto a las formas, en un Estado de Derecho hay que atenerse a la ley, porque si no al final una resolución judicial terminará dando la razón a quien no la tiene en el fondo, es decir, en este caso, a los controladores.
Además, efectuadas las consultas mencionadas, no me cabe duda de que la movilización de los controladores, su militarización y su sometimiento a la legislación militar es contraria al espíritu y a la letra de la Constitución. La jurisdicción militar es de aplicación exclusivamente en el ámbito castrense y en situaciones de estado de sitio. Y, por escrito, las autoridades militares les comunicaron a los controladores que quedaban "sometidos a las leyes penales y disciplinarias militares".
Según la Constitución, en situación de estado de alarma la autoridad competente es la civil no la militar, y, por lo tanto, decretar la movilización militar y el completo sometimiento a las leyes penales militares de los controladores no tiene encaje en la Carta Magna.
Por si no fuera suficiente, el propio Real Decreto firmado el sábado se remite tácitamente en lo que atañe a la movilización de los controladores a la Ley Básica de Movilización Nacional, texto legal de más que dudosa aplicabilidad debido a que, por un lado, es preconstitucional, asunto no baladí, y por otro, de ser aplicable, fue redactado pensando en la defensa de la Nación frente a situaciones de conflicto armado, y tampoco es el caso.
Aunque no lo parezca, ZP es el presidente
Fijada mi opinión respecto a lo formal, en lo político el caso en general, y el Real Decreto de marras en particular, me parece que pasarán a la historia. Cuando por primera vez en democracia se aplica un artículo tan excepcional de nuestra Constitución, resulta que el documento, que entró en vigor en el mismo instante de su publicación en el BOE, estaba dado por el Rey desde la Embajada española en Buenos Aires y lo firmaba el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui Atondo. No digo que no sea legal, pero me pregunto, como tanta gente, si un texto legal tan excepcional y de tanta trascendencia no debiera haberlo firmado José Luis Rodríguez Zapatero, que aunque no lo parezca, porque no ha abierto aún la boca, es el presidente del Gobierno.
Veremos qué dice esta mañana en el Congreso, pero el Ejecutivo tiene ahora un problema que resolver, que es el fondo de la cuestión, el nudo gordiano del conflicto, que no se va a arreglar prorrogando esta situación excepcional de estado de alarma. A saber: la inexcusable reforma de un sector crucial para sectores estratégicos de nuestra economía que permita lograr la estabilidad a largo plazo.
La cuestión clave no es otra que la formación de los controladores y el severo control de la llave de acceso a la profesión que han tenido ellos mismos, lo cual ha supuesto un suculento negocio
Es cierto que el ministro de Fomento, José Blanco, ha dado los primeros pasos, pero queda mucho por hacer. Y en este punto se ha hablado poco de la cuestión clave, que no es otra que la formación de los controladores y el severo control de la llave de acceso a la profesión que han tenido ellos mismos, lo cual ha supuesto hasta la fecha un suculento negocio. Porque han sido ellos, los controladores, quienes han manejado la escuela por la que hay que pasar para acceder al ejercicio de la profesión; porque una vez superadas las pruebas tienen un periodo de habilitación durante el cual han de tener a su lado a otro profesional durante semanas mientras operan; porque ello supone unos ingresos interesantes; porque han tenido la llave para evitar que entrara el número de controladores necesario para operar el espacio aéreo, de modo que eran imprescindibles unas cantidades ingentes de horas extras, y ahí estaba la madre del cordero de los sueldazos que tenían; porque esto les posibilitaba utilizar como medida de presión la negativa a hacer horas extras, supuesto en el que no había personal suficiente y sin necesidad de convocar una huelga con todas las bendiciones legales colapsaban el país; porque gracias a este sistema de formación y acceso a la profesión han colocado a numerosos familiares, lo cual puede comprobarse atendiendo a un listado por orden alfabético de los controladores en ejercicio.
El ministro Blanco rompió en parte en febrero con este sistema, y AENA tiene en marcha una segunda escuela, pero hasta que las nuevas promociones estén en condiciones de trabajar seguimos teniendo el problema de una plantilla insuficiente.
Lástima que poca gente le eche un pulso al Estado
La "casa" de los controladores
No cabe duda alguna de que la responsabilidad de todo lo sucedido la tiene una casta de controladores acostumbrados a disponer de la posibilidad de chantajear al Estado por la vía de utilizar de rehenes a los ciudadanos. Es verdad que el Gobierno estaba obligado a gestionar un caos excepcional en una coyuntura de crisis económica casi inédita y que sabía que iba a tener de su lado inicialmente a los ciudadanos si actuaba. Pero no es menos cierto que Rodríguez Zapatero y sus compañeros de Gobierno han de afrontar ahora la crítica política legítima y necesaria y lo que creían que era una victoria sin paliativos puede terminar siendo la puntilla para este Ejecutivo. Porque a estas alturas del partido parece evidente que el Gobierno debió haber previsto lo que iba a suceder, y más aún teniendo indicios más que suficientes para hacerlo.
Falta de previsión, un mal endémico que ha acompañado al presidente desde el primer día. Qué paradoja que haya sido Rodríguez Zapatero, el progresista de izquierda más exquisito, el primer presidente en recurrir al Ejército para resolver un conflicto con unos trabajadores que dura ya muchos años. El presidente ha faltado gravemente a sus obligaciones al no comparecer en medio de esta crisis, y ahora ha de afrontar su responsabilidad política, y explicar algunas cosas. Por ejemplo, contarnos con detalle qué noticias tenía su Gobierno respecto a los planes "sedicentes" de los controladores; si es por ello que suspendió su viaje a la Cumbre Iberoamericana de Buenos Aires; por qué decidió que se aprobara el decreto que prendió la mecha en el Consejo de Ministros del viernes, y no lo hizo antes o lo dejó para después de unas fechas críticas para sectores estratégicos de nuestra economía como el transporte y el turismo; por qué si sabían lo que podía pasar no se adoptaron medidas previamente que no hicieran necesario recurrir a un precepto ¿legal? excepcional, y algunas cosas más.

Los "sufridores" esperando una solución
que llegó tarde y de forma "rara"
Y qué decir del ínclito súper ministro y portavoz gubernamental Alfredo Pérez Rubalcaba, asegurando, muy ufano, que "quien le echa un pulso al Estado, pierde". ¿Qué es esto, ministro? En democracia cualquiera está legitimado para echarle un pulso legal al Estado, solo faltaría. Una cosa es que los controladores lleven años excediéndose y comportándose de modo inadmisible y probablemente ilegal y otra muy diferente tratar de aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid y, aferrándose a un asunto en el que la opinión pública puede ponerse de su lado, buscar el camino para limitar aún más la posibilidad de los ciudadanos de plantar cara a los excesos de quienes dentro del Estado tienen la responsabilidad de administrar la cosa pública. Por supuesto que es legítimo echarle un pulso al Estado por los cauces legales. ¿O es que ahora este Gobierno le va a coger el gusto a esto de movilizar al personal y pretende vestirnos a todos de soldados para imponernos la obediencia debida? La lástima es que cada día haya menos gente dispuesta a echarle pulsos al Estado y al Gobierno para modificar el status quo, poner en un brete al stablishment, afrontar reformas profundas del sistema y construir un mundo mejor. Igual si hubiera muchos las cosas serían de otro modo. Parafraseando al profesor y maestro Jorge de Esteban, son la Constitución española y el sistema quienes de verdad están en estado de alarma. Pero esa es otra cuestión. Por ahora, que los campeones del talante, el progresismo y el izquierdismo nos vayan aclarando cómo van a salir de este atolladero, y que asuman su responsabilidad política por haber ido en este asunto siempre por detrás de los acontecimientos. ¡¡Ar!!”
(Melchor Miralles, en “El Confidencial”, 9/12/2010)
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Confieso que me apeteció desde el primer instante ponerme a escribir sobre el lamentable evento protagonizado en España y desde España por ese grupito de profesionales criado al socaire de la incompetencia de sucesivos gobiernos, que son los controladores aéreos civiles.
Pero como los acontecimientos se sucedían a ritmo creciente, pareció más aconsejable esperar a ver qué pasaba y qué decisiones y soluciones se iban adoptando.
Vaya por delante que ni mucho menos puedo estar de acuerdo con la bárbara e insensata decisión de los controladores aéreos civiles españoles de abandonar sus puestos de trabajo sin excusa ni responsabilidad alguna, destrozando la posibilidad de navegación aérea precisamente en uno de los más señalados "puentes" vacacionales de nuestro país.
Fueron unos irresponsables y opino que su decisión se les fue más lejos de lo previsible, porque el Ministerio de Fomento y AENA, que estaban a la espera de la provocación, procedieron --y creo que correctamente-- al ciererr del espacio aéreo español,  creandose unos efectos que ni los mismos controladores debieron desear.
España, sin tráfico aéreo
Por eso, me parece muy bien que el gobierno "diga" (ya veremos si lo hace) que va aplicar mano dura y a buscar al mismo tiempo la solución oportuna.
Pero me asalta la enorme duda de que ese caos llegara al gobierno de forma inopinada, como se ha querido dar a entender, o si el gobierno, sabiendo que podía producirse (casi conociendo que necesariamente iba a ocurrir) aprovechó la circunstancia para aparentar mano firme y capacidad de soluciones.
Mucho me llama la atención que el cada vez más errático Zapatero desechara acudir a la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata --a la que sí asistió el Rey, que poco podía imaginerse lo que estaba por acontecer-- con la excusa de que debería atender asuntos preferentes sobre la coyuntura económica, y precisamente su "providencial" estancia en La Moncloa coincidiera con el lío de los controladores.
Si no estuviera rondando por ahí el co-presidente Rubalcaba (no sé si llamarle "rasputín" o "falsario estratega" o "urdidor de soluciones") aún me creería lo de la providencial casualidad, pero si el "vicepresidente químico" estaba "al pie del cañón", me huele que se sabía lo que iba a ocurrir, porque probablemente lo había potenciado.
Y de no ser así, mucho más me asusta que en vísperas de ese "puente" vacacional el gobierno fuera tan osadamente insensato de publicar un decreto limitativo de los derechos de los controladores que podía ser toda una provocación.

Haciendo click sobre la imagen tal vez parezca más simpática...
con los "cuatro jinetes del aerocontrol"...

¿Puede alguien comprender que se "hile" de manera tan "fina" y generosa respecto de Marruecos, evitando cualquier palabra, gesto, indicación, comentario, que pudiera sonar a crítica al régimen gobernante al otro lado del estrecho de Gibraltar, y en cambio se "ataque" sin mesura ni prudencia a un colectivo que puede crear, como lo hizo, tamaño "agujero" ?
¡Mal huele todo eso!
Y para colmo, se instaura un estado de alarma dudosamente procedente y en aparente desproporción con el problema que pretendía resolverse, al decir de los entendidos.
Y, bueno, como lo importante es no crearse impopularidades, el principal partido de la oposición, dice "amén" al gobierno y se pliega, por ahora, a las decisiones adoptadas desde el poder, buscando más "salvar la cara" que ayudar a resolver los problemas de esta España nuestra, a la que ni su "santa siesta" se le ha permitido en el "puente de la Constitución (¿respetada mediante la declaración de alarma?)", por mor de un gobierno exangüe, escondido, sin ideas, timorato.
Como quien lo preside: Zapatero. ¡Que en toda la crisis ni siquiera se dignó comparecer ante la opinión pública!
¿Aún habremos de esperar año y medio antes de las próximas elecciones generales? ¡Dios nos proteja!
“No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”.- Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

2 comentarios:

  1. Aquesta és la carta, Àngel, que he enviat als diaris, sense massa esperança de que la publquen,clar:

    "LLÀSTIMA DE RESOLUCIÓ

    Llàstima de resolució, la del govern central ara en l’affaire dels controladors, que no ha sabut –o no ha volgut o no ha pogut- aplicar en situacions de més alarma encara que la del col•lapse dels aeroports: la crisi econòmica. Perquè la “milionada” d’aturats, el tancament de nombroses empreses, el desassossec i la misèria en què es troben tantíssimes famílies, la negra perspectiva de futur de tants titulats i la desconfiança generalitzada de la ciutadania, són prou més greus que l’episodi de les vacances frustrades del “pont” de la Constitució, ni que siga de milers de viatgers, doncs la crisi econòmica ha afectat al 100% de la població i el col•lapse aeri no.
    Per això una resolució contundent del govern contra els responsables –inversors mafiosos i delinqüents i entitats financeres i bancàries còmplices- d’una tal “debacle” haguera estat encara més aplaudida pels ciutadans. Però no: lluny d’això els bancs han estat els mimats de les mesures governamentals de xoc (¿) amb subvencions milionàries i les beneficiàries directes les grans fortunes, que s’han estalviat de contribuir a superar la crisi, mentre que és sobre les espatlles i les butxaques exhaustes de la classe treballadora i dels pensionistes –com sempre en capitalisme- que es carrega la recuperació econòmica.
    Contundència, doncs, segons i cóm, pel què es veu."

    Marc Ant. Adell

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  2. "LLÀSTIMA DE RESOLUCIÓ
    Llàstima de resolució, la del govern central ara en l’affaire dels controladors, que no ha sabut –o no ha volgut o no ha pogut- aplicar en situacions de més alarma encara que la del col•lapse dels aeroports: la crisi econòmica. Perquè la “milionada” d’aturats, el tancament de nombroses empreses, el desassossec i la misèria en què es troben tantíssimes famílies, la negra perspectiva de futur de tants titulats i la desconfiança generalitzada de la ciutadania, són prou més greus que l’episodi de les vacances frustrades del “pont” de la Constitució, ni que siga de milers de viatgers, doncs la crisi econòmica ha afectat al 100% de la població i el col•lapse aeri no.
    Per això una resolució contundent del govern contra els responsables –inversors mafiosos i delinqüents i entitats financeres i bancàries còmplices- d’una tal “debacle” haguera estat encara més aplaudida pels ciutadans. Però no: lluny d’això els bancs han estat els mimats de les mesures governamentals de xoc (¿) amb subvencions milionàries i les beneficiàries directes les grans fortunes, que s’han estalviat de contribuir a superar la crisi, mentre que és sobre les espatlles i les butxaques exhaustes de la classe treballadora i dels pensionistes –com sempre en capitalisme- que es carrega la recuperació econòmica.
    Contundència, doncs, segons i cóm, pel què es veu."
    MAAC
    NOTA DEL ADMINISTRADOR DEL BLOG.- En este blog se admite todo tipo de comentarios, en cualquiera de las lenguas oficiales de España, y sea la que sea su tendencia y sentido, siempre que se respeten los elementales principios de corrección y ortodoxia expositiva y de respeto democrático a las personas e instituciones.

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