25 octubre 2010

Tras la remodelación del gobierno español: ¿Queda una pizca de esperanza?

“Mi querida más fiel fue la esperanza, que me suele engañar y no me deja”.- Ramón de Campoamor (1817-1901) Poeta español
Andaba yo visionando la televisión el pasado viernes, con motivo de la retransmisión desde Oviedo del acto de entrega de los premios “Príncipe de Asturias”, (cuyo ceremonial algunos tachan de obsoleto aunque a mí me parece todo lo sobrio y digno que la ocasión merece, pues estos premios son algo así como los “Nobel” españoles) cuando me llamó la atención la presencia en el acto, en lugar destacado del escenario, de tres ministras del recién remodelado gobierno de España: Cristina Garmendia, de Ciencia e Innovación; Ángeles González-Sinde, de Cultura; y Leire Pajín, de Sanidad y Asuntos Sociales.
Me llamó la atención, primeramente, la indumentaria de las ministras, porque dos de ellas, Garmendia y González-Sinde, presentaban vestimentas bastante adecuadas, pero Leire Pajín “lucía” (es un decir) unos pantalones anchos a los que sobreponía un blusón grisáceo. Todo, menos elegante, aunque en los últimos tiempos las féminas que se significan en la vida pública y política no se distinguen precisamente por su acierto en la elección de la indumentaria.
No es que la, en mi opinión, inadecuada ropa de la ministra Pajín no me suscitara otros comentarios más burdos, pero para ello ya ha hablado el alcalde de Valladolid, calificando en público con formas nada adecuadas, a esta muchachita crecida al socaire del puño y la rosa y de su protector, el “Zapatero” que a todos nos viene ajustando los zapatos; pero sí me hizo reflexionar sobre qué podían “pintar” las tres ministras en el acto.
Se trataba de una ceremonia en la que el Heredero de la Corona de España entregaba los premios de ya rancia solera de la Fundación que lleva su nombre, a destacadísimas personalidades de la literatura, de las artes, de la investigación científica, de la acción social, del deporte… ¡Y solamente había ministras de alguna de esas actividades premiadas, todas ministras de segundo rango, faltando alguien de la “cabeza” del Ejecutivo, que a su vez tiene asumidas las competencias en materia deportiva!
Fuera por cuestiones de agenda o por cualesquiera otras razones, el acto semejaba que estaba bastante dejado de lado por parte del gobierno de la nación, como si a la progresía socialista le causara pudor aparecer junto y con la Corona de España.
Los "nuevos" con su "jefe"
Y ello me hizo cavilar sobre el rumbo que está tomando nuestro país (la nación española, no una de sus “secciones”, como pretenden los separatistas e independentistas), del que se “despacha” sin explicaciones a un Ministro como Moratinos, que ha cometido bastantes “desatinos”, pero más profesional y capacitado para Asuntos Exteriores que la “princesita” Trinidad (mimada después de satisfacer el capricho de su “presi” luchando por la presidencia de la Comunidad de Madrid, en cuya elección recibió padrino y ahijada recibieron un sonoro varapalo); se elimina a la ”vice” Fernández “Telapega”, muy sectarista por cierto, para reemplazarla por un pluriempleado Ministro de Interior, ese “rasputín” de ancianas raíces y tan “largo recorrido” como Rubalcaba (a quien un amigo mío le llama “te-la-clava”); o se eleva a la dignidad “cardenalicia” del Ministerio de Sanidad a la Pajín, de cuya cualificación profesional nada sabemos y de cuya “peligrosidad” en el partido socialista hemos tenido bastantes pruebas en sus tiempos como secretaria de organización del PSOE, ni más ni menos que alentando el transfuguismo de concejales socialistas para derribar alcaldes con mayoría absoluta…; o ese Ministro de Trabajo, sindicalista del “donde digo digo, digo diego”, que es el mejor ejemplo de la falta de seriedad (algunos dirán que falta de vergüenza) que caracteriza al por ahora líder del socialismo español.
Y estaba en estas reflexiones cuando el domingo pude ver cómo el ministro Blanco (que además de la cartera de “Fomento” fomenta la intoxicación social a la gallega, especialmente contra sus adversarios, los populares), se dedicaba a hablar del “florero” o del “plumero” del líder del PP, para después rectificar y suavizar esta expresión, con el “donde dije digo…”
Y llegué a una conclusión en mis adentros: ¿Para qué el cambio sustancial del esquema de gobierno? ¿Qué medidas concretas para paliar el desempleo y mejorar la economía se han anunciado como consecuencia de la remodelación? ¿Cómo es posible que la única área no remodelada haya sido la económica, que es en la que está la mayor problemática, y en la que permanece la “obediente” títere de su incombustible titular?
Muchos han escrito y mucho se ha escrito respecto de la remodelación ministerial, y sobre los “beneficiados” de ella. Pero poco se ha dicho sobre que la ciudadanía cada vez mira más para otro lado que no sea el del gobierno y se tapa las narices para paliar el hedor que la corrupción económica y social difunde.
Rubalcaba, a quien algunos han llamado el "rasputin" español
Reza el dicho popular del borracho ante los cambios, que “al final nos subirán el vino”, y la verdad es que al final lo único que nos sube es la indeferencia y el desinterés ante un presidente del gobierno que hasta presume de haber mentido negando crisis ministeriales cuando ya las tenía decididas, y ante un líder de la oposición que critica mucho, y hace bien, pero que no presenta –por miedo a ser valorado negativamente— sus propuestas de contramedidas para resolver los problemas del país. Tal vez porque como en la fábula de la zorra y las uvas, como no puede alcanzar éstas, prefiere excusarse en que todavía están verdes.
Larra ya dijo “Miquelarena, qué país”.
Yo quiero expresar otra cosa: ¿Queda en España una pizca de esperanza?
“Desconfía de la persona que lo ve todo bien, y de aquel que lo ve todo mal”.- Johann Kaspar Lavater (1741-1801) Filósofo, poeta y teólogo suizo
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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