16 septiembre 2010

JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ GEY, “MI CAPITÁN”…(Exaltación emocionada en su nonagésimo primer aniversario)

"¿Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?".- Marco Tulio Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
Sí, estimado lector, mi entrañable amigo, el patriarca gaditano José Manuel Sánchez Gey, un hombre ilustre que ha sabido conjugar en su vida la pluma y la espada, siendo militar egregio, profesor destacado en la milicia y en la vida civil, escritor, padre de familia… cumple el próximo 17 de Septiembre, la privilegiada edad de noventa y un años.
(Sánchez Gey y el autor 
del post, paseando 
por El Puerto de Santa María, 
en marzo pasado)  
Y alcanza esa edad en plenitud de mente y de sentimientos, con una envidiable entereza física, viviendo en su Cádiz natal rodeado de su egregia prole; de sus hijas Dolores y Juana, la una profesora y la otra filósofa y catedrática; de sus hijos Salvador, José Manuel, Ramón, Eduardo, Ernesto, militares, funcionarios, médico… y de un montón de nietos y bisnietos.
Desde la atalaya de su actual existencia, José Manuel Sánchez Gey es consejero preciado, amigo experto, patriarca emérito.
(En la terraza del domicilio
 de Sánchez Gey, en Cádiz,
con privilegiada vista sobre
el castillo de Santa Catalina.-
Marzo 2010)
Y quien esto escribe no puede menos que exaltar con emoción ese nonagésimo primer cumpleaños de quien fue su capitán en aquellos (¡Fabio, ay dolor!) lejanos tiempos de la Milicia Universitaria, en Montejaque-Ronda; con quien después de cuarenta y seis años de silencio por los avatares de la vida, se ha recuperado asiduo contacto, que se plasma en una relación personal, epistolar y telefónica, casi cotidiana, lo que no deja de ser un grato estimulo entre dos personas que tiempo ha peinan canas.
José Manuel Sánchez Gey fue en su día para el firmante, su capitán en la milicia, y ha venido siendo para muchos profesor y educador ilustre, pero hoy es por encima de todo, “Capitán General” de su Cádiz natal, de su familia repartida por España, y de este humilde oficial de complemento que fue, en la antesala de su graduación universitaria y trabajo profesional, y que tuvo el honor de recibir durante seis meses sus enseñanzas vitales y castrenses, que no otra cosa eran sus órdenes.
No son éstas, mi querido y admirado José Manuel, palabras de halago sin más…
Ojalá que de la abundancia de lo que siente el corazón fuera capaz de hablar más y mejor la boca…
¡Felicidades, José Manuel!,¡Un gran abrazo, mi capitán!
"¿Qué importa saber lo que es una recta si no se sabe lo que es la rectitud?".- Lucio Anneo Séneca (2 AC-65) Filósofo latino
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
P.S.- Sobre el tema de este post, puede leerse en este mismo blog: “Lo que me han traído los Reyes Magos: Una magnífica sorpresa…”

2 comentarios:

  1. María Sánchez - Gey25 de enero de 2012, 3:04

    ¡Qué hermosas palabras transmite usted hacia un señor tan entrañable!
    Yo soy muy joven para haber vivido las adanduras que tanto usted como el señor José Manuel han experimentado en sus propias carnes. Al igual que desconozco en qué momento clave, la vida os unió. Pero celebro saber que no soy la única que admira con infinito cariño a un señor tan lleno de humanidad y sabiduría como es mi querido abuelo José Manuel. ¡Y AHÍ SIGUE CON SUS 92 AÑOS!
    Muchas gracias por tan bellas palabras cargadas de afecto y fascinación.

    P.D.: Perdón por entrometerme, y por su puesto que reitero el hermoso gesto que ha tenido hacia mi abuelito, pero hay un pequeño fallo. Mi tío no se llama "Eduardo" sino ERNESTO.
    Aún así, muchísimas gracias por tan estupendo homenaje.

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  2. Estimada María:
    Las palabras serán más o menos bellas y las frases más o menos elogiosas, pero lo importante es la carga de verdad que manifiestan.Y estoy seguro de que me quedo muy corto cuando pongo de manifiesto los valores personales de tu abuelo.
    Agradezco de veras tu complacencia por lo que has leído y me siento muy honrado de que una de las --muchas-- nietas de mi admirado José Manuel ponga en público el cariño por su abuelo, que éste por supuesto merece con creces
    Perdón, María, por el "lapsus calami" de llamar Eduardo a tu tío Ernesto, pero en una familia tan numerosa como la vuestra, un error respecto del nombre d euno de vosotros no es nada importante.
    Te invito a seguir leyendo este blog y a revisar otras entradas del mismo en las que también se hace mención a tu abuelo.
    Con todo mi afecto,

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