01 septiembre 2009

PERIPLO POR EUROPA 2009: DE VALENCIA A KIEV, PASANDO POR BERLÍN Y VARSOVIA 3.- Excursión por el Rin

El río Rin (en alemán, Rhein; en francés, Rhin; en neerlandés, Rijn; en retorrománico, Rain) es la vía fluvial más utilizada de la Unión Europea (UE). Con una longitud de 1.320 km, el Rin es navegable en un tramo de 883 km entre Basilea (Suiza) y su delta en el mar del Norte.
El nombre Rin es de origen
celta y significa 'fluir' (como en griego antiguo rheīn = 'fluir'). Junto con el Danubio, el Rin constituía la mayor parte de la frontera septentrional (el limes) del Imperio Romano. Los romanos lo denominaban Rhenus.
Nace en los
Alpes suizos (Cantón de los Grisones), donde se juntan el Rin Anterior (que viene del macizo de San Gotardo/Oberalp) y el Rin Posterior (que proviene del macizo de Albula [Rheinwaldhorn]). Tras abandonar los Grisones, el Rin fluye hacia el norte a lo largo de la frontera entre Suiza y Liechtenstein, y Austria, desaguando en el lago de Constanza, en un vertiginoso descenso desde el Cuerno del Rin (Rheinhorn) a 3.402 m hasta los relativamente deprimidos 395 del lago. A continuación, pasa por Basilea, sirve de frontera entre Francia y Alemania, se adentra en la región industrial del Ruhr y gira hacia los Países Bajos, donde se divide en dos brazos, (Waal y Lek), para desembocar en el mar del Norte, formando un delta común con el río Mosa. Los principales puertos del Rin son Rotterdam, Duisburgo, Mannheim, Ludwigshafen, Estrasburgo y Basilea.
La cuenca del río Rin es una de las más densamente pobladas e intensamente industrializadas del mundo. Es la arteria fluvial más importante del mundo por la densidad de su tráfico de navegación.
Desde la
Convención de Mannheim de 1868, el Rin está considerado una región de "aguas internacionales" desde el último puente de Basilea hasta el mar del Norte, asegurando a Suiza un acceso libre al mar. La sede de la Comisión Central para la Navegación del Rin (CCNR) está en Estrasburgo. Fundada en 1815 durante el Congreso de Viena, es la organización internacional más antigua.
(De Wikipedia)
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Si el viajero se halla en Frankfurt, es muy recomendable que se desplace hacia el oeste, hasta la localidad de Rüdesheim, prácticamente capitalidad de la zona de viñedos y vino denominada Rheinweingau, no solamente para degustar el vino bastante afrutado de los enclaves junto al río Rin, sino para hacer una excursión de unas tres horas de ida (y lógicamente otras tantas de vuelta), a través de las zonas más estrechas del gran río de Alemania.
Hay varias compañías que ofrecen la excursión a precios bastante razonables, y es un placer subirse a la terraza superior del barco y comenzar a contemplar a izquierda y derecha, las bellas villas tan cuidadas, casi todas ellas con su castillito en lo alto, y rodeadas de viñedos enclavados en pendientes y costeras que parecen inaccesibles por lo empinadas.
Así, una tras otra, van recreando la vista esos pueblecitos que parecen extraídos de cuentos o de leyendas, mientras en el río un incesante paso de barcos cargueros recuerda que el transporte fluvial es muy importante entre Suiza y Holanda a través de esta vía (y existen conexiones con el Danubio, por lo que parece que hasta sería posible ir en barco desde el Mar del Norte hasta el Mar Negro, en la desembocadura del Danubio entre Ucrania y Rumanía).
El barco más dedicado a los turistas llega hasta St. Goar o St Goarhausen, enfrente, y allí el viajero puede bajarse a dar un paseo, hacer sus fotos y degustar las buenas cervezas alemanas o el buen vino del lugar (si es que no lo ha hecho antes en el barco, en el que existe un servicio de bar-restaurante bastante aseado).
Y, a la vuelta, otra vez a gozar de los estrechos, y de la roca Loreley, en la que la leyenda sitúa la sirena que con sus cánticos hacía estrellarse los barcos, o el castillo del gato, o el castillo en medio del río –no recuerdo ahora su nombre--, o el monumento a Germania, en lo alto de una colina, rodeada de viñedos, junto a Rüdesheim.
Al terminar la excursión fluvial, de regreso a Frankfurt, es interesante darse una vuelta por la cordillera Taunus y sus estribaciones (una de las más altas, siendo baja, del centro de Alemania) para visitar bonitas localidades, como Königstein, o Oberursel, o la ya mayor ciudad de Bad Homburg, en la que los monumentos de su bello parque rememoran las estancias de los zares de Rusia o los emperadores de Prusia y de otra naciones, que acudían a tomar sus baños.
Si se ha efectuado el recorrido descrito, el día habrá valido la pena.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

1 comentario:

  1. Hola Don Salvador: que lindo viaje que esta haciendo! Cuantos dias le va a dedicar? Leyendo sus comentarios compartimos un poquito este viaje con su familia. Lo seguimos disfrutando!!!! Un gran saludo Cristina Serediak

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