15 octubre 2008

LA SITUACIÓN MUNDIAL Y LA PROBLEMÁTICA DE UCRANIA: UN MALDITO EMBROLLO

“Un maldito embrollo (1959)Título Original: Un maledetto imbroglio (Italia)Director: Pietro Germi
Intérpretes: Pietro Germi, Claudia Cardinale, Eleonora Rossi Drago, Claudio Gora, Franco Fabrizi, Nino Castelnuovo, Cristina Gaioni, Saro Urzì, Ildebrando Santafe, Gianni Musi, Toni Ucci, Peppino De Martino, Rosol

Argumento: Una mujer es asesinada. Al iniciar las investigaciones, el comisario encargado del caso descubre una serie de irregularidades en la vida de los que rodeaban a la víctima. En primer lugar, su marido no se llevaba bien con ella y se ausentó sospechosamente el día del crimen. Por otro lado, el médico que la atendía de una extraña dolencia resulta ser un vividor, cuyos ingresos los obtiene de mujeres de escasa moralidad.”
(De mis archivos de Filmografía)


Recuerdo esta interesante película de principios de los años sesenta (que es cuando se visionó en España) y aún pasan por mi mente las sensaciones de perplejidad que experimenté cuando visionaba el film.
Precisamente el buen hacer de su director, el italiano Pietro Germi, un excelente artesano cinematográfico, conseguía ir urdiendo una trama argumental que narraba con oficio y que mantenía al espectador en ascuas e intrigado hasta el mismo final.
Bueno, pues estamos viviendo de otra manera un embrollo mucho más maldito, que es esta crisis que según nuestros gobernantes no existía, y que hoy es como una bomba de gas lacrimógeno que no solamente nos impide una visión clara del futuro, sino que nos hace lagrimear del temor que nos infunde la “inexistente” pero real crisis, la enorme recesión, que azota al mundo civilizado.
Realmente, el estado del bienestar ha sido asesinado por unos especuladores sin freno, inspirados por ambiciosos capitalistas, que han buscado solamente llenar sus arcas, cual marido –el del film— que no cuadraba con el bienestar general. Pero además, los médicos del problema, cual el galeno de la película, en vez de sanar al doliente, se revelan como unos desalmados busca fortunas.
Y el problema es que en la situación actual no hay un director de film que, cual Pietro Germi, al final, deshaga el embrollo.
Bush solamente ha servido para, en su ineptitud dirigida por turbios intereses capitalistas, crear una situación de endeudamiento y pánico.
Los dirigentes de la Unión Europea, aterrados por la que se les ha venido encima, solamente saben decir que salvan la solvencia de sus bancos (que bien podían haber vigilado antes), olvidando que ello es servir al capital y aliviar el terror especulativo de los inversores, pero no resuelve el día a día de los ciudadanos, que van cayendo en el paro como las olivas desde el árbol cuando maduran.
Y en esta maravillosa España, en la que nunca pasa nada, y en la que hasta hace poco ni había crisis, se insulta nuestra inteligencia desde el gobierno diciéndonos que como se han garantizado los depósitos en los bancos, los ciudadanos ya estamos salvados, con cínico olvido de que la gente necesita ir a la compra cada día, y que si va al desempleo, si las empresas cierran, si la inflación no merma, el hambre se incrementa.
¡Vaya maldito embrollo!
Al que contribuye también esa oposición que tilda de órgano sexual femenino (eludo mencionar, por repetida, la interjección usada por Rajoy) una manifestación patriótica, que ha sido toreada cual becerrillo por las habilidades del tahúr en que se nos ha convertido nuestro Mr. Bean español. (¿Adivinan quién es?, ¿Necesitan zapatos para imaginarlo?)
Ahora bien, el que no se consuela es porque no quiere, ya que si oteamos el panorama ucraniano, hallamos que el Presidente de aquel país disolvió el parlamento y convocó elecciones legislativas, pero la primera ministra (¡cuántas veces le llamé terrorista política! ¡y qué suave es la expresión refiriéndose a ella!) se buscó –y tal vez compró— un Juez que anuló la convocatoria de elecciones, en una decisión que parece a simple vista más propia de un Tribunal constitucional.
Pero, como en el patio de un colegio, en el que el “te ajunto, te desajunto” es lo normal, el Presidente, pues… destituyó al Juez.
Y entonces la primera ministra, la dulce y encantadora damisela de la “naranja” ucraniana, pues decide no convocar reunión del Gabinete de Ministros y no dotar fondos para las elecciones convocadas por el Presidente.
Y como la crisis del dinero también galopa en Ucrania, pues el Banco de Ucrania prohíbe devolver anticipadamente los depósitos que los ciudadanos habían efectuado, ya que más de tres mil millones de dólares habían sido previamente retirados por la gente.
Y como no puede prohibirse sacar dinero de las cuentas, pues se ha limitado el importe a obtener…
¡Qué lío! ¡Qué maldito embrollo!
Nos han salido tramposos y sospechosos los políticos de aquí y de allá, y los banqueros, y… ¡todos!.
Porque la culpa es solamente nuestra, porque trabajamos, porque ganamos dinero, porque intentamos ahorrarlo, para que ahora los dilapidadores y malgastadores de nuestros políticos se dediquen a salvar sus espaldas y las de sus capitalistas amigos, a costa de nuestros sustos…y nuestros "cuartos".
Mejor es no investigar más, ni en América, ni en Europa, ni en Ucrania, y marcharnos al limbo, que ahora nos dice la religión que no existe, por lo que no gozaremos del bien; pero ¡tampoco del mal!
¡Váyanse a paseo, señores políticos! ¡Váyanse a paseo, señores especuladores!
Que nosotros, los ciudadanitos de a pie, seguiremos intentando deshacer este “maldito embrollo”.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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