05 marzo 2008

¿Nuevo "viejo" gobierno para Ucrania?: Apuntes sobre el futuro político

Con el recuento electoral prácticamente concluido, sin perspectivas de impugnaciones importantes (el partido de Yanukovich no guardaría el silencio que mantiene), leo en la agencia oficial de noticias ucraniana que el Presidente Yúschenko ha encargado al partido de Yulia Tymoshenko las conversaciones preliminares para sondear la posible formación de gobierno en Ucrania.
La noticia parece normal, pero entraña varios significados, como que Yúschenko no desea encargar a Yanukovich la formación de gobierno; que el poder de Yulia ha salido fortalecido tras los comicios; y que Yulia y Yúschenko “están condenados” a entenderse.
Ahora bien, en Ucrania las recientes elecciones pueden producir mayores efectos:
1.- El posible relevo de Yanukovich por Volodymyr Lytvin al frente del “clan de Donetsk”, ya que el segundo es más diplomático, más político, menos duro que el actual Premier en funciones.
2.- Que los políticos tomen buena nota de que el pueblo no ha olvidado ni olvidará lo que significó la “revolución naranja”, en cuanto supuso devolver a la gente la ilusión en su país y en los políticos ajenos a la órbita pro-rusa, y la esperanza de integrarse y ser definitivamente europeos.
3.- Que el pueblo “castiga” a quien no cumple con los mínimos dictados de honestidad y coherencia política, además de demandar eficacia en la gestión.
Solamente así se comprende el práctico estancamiento del Partido de las Regiones (los azules de Yanukovich), la mengua del Partido Nasha Ukraina (con el Presidente Yúschenko apoyándole) y el enorme aumento del Bloque Yulia Tymoshenko.
¿Acaso Yulia es el “hada madrina” que resolverá los problemas de Ucrania siendo la Primer Ministro?
Nada más lejos de la realidad, porque esta populista y demagógica “ninfa” no es sino una capitalista, que ha especulado cuanto le ha venido en gana para hacer sus millones y que encabeza el “clan de Dnipropetrovsk”, a cuyos dictados ha de plegarse en una u otra medida.
¿Cómo será la aparente “reconciliación” entre el Presidente y Yulia?
Tras los propósitos de enmienda, fruto de la euforia post-electoral, la realidad cotidiana conducirá a situaciones similares a las que propiciaron la ruptura en la anterior legislatura.
Pese a todo, algo positivo está ocurriendo en Ucrania. La mayoría del pueblo se ha decantado por la identidad propia de su nación, al margen del gigante ruso y acercándose a la apetitosa (en la ilusión) Europa.
De los acontecimientos en los próximos meses dependerá que en el futuro la Unión Europea instaure también el ucraniano como uno de los idiomas de la Unión.
Al estilo ucraniano, hago votos para que “Dios lo permita”.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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