05 marzo 2008

¡No me lo puedo creer...!

(“Nuestra Ucrania - Autodefensa Popular y BYuT formalizan el acuerdo para la formación de coalición parlamentaria en la Rada Suprema, en la sexta legislatura. “(De la Agencia UKRANEWS, 17/10/2007)
“12 leyes preliminares están incluidas en el acuerdo. Serán preparadas conjuntamente antes de nominar al primer ministro. Entre estas leyes se encuentran las siguientes: ley preliminar para la cancelación de la inmunidad de los diputados, ley para la cancelación de privilegios de los diputados, ley del Gabinete de Ministros, ley sobre los mandatos, paquete de documentos, acerca de elecciones anticipadas para alcalde de Kyiv, ley preliminar de administraciones estatales locales y autonomía local, leyes preliminares de órganos ejecutivos centrales de la energía y de las fuerzas armadas internas de Ucrania, entre otras.”)
Querido amigo Igor:
He transcrito arriba la noticia.
Es una noticia importante, positiva, prometedora.
Según ella, los partidos de Yulia Tymoshenko y Lutsenko (Yúschenko) ya van practicando el entendimiento, el consenso.
Si a ello se agregan las recientes declaraciones de Yanukovich en el sentido de que su partido está dispuesto a desempeñar el papel que le pudiera corresponder en la oposición, incluyendo un llamamiento para que se superen las fracciones naranja y azul, la noticia resulta más grata todavía.
Cuando el pasado agosto estuve en Ucrania –como es habitual en mí desde hace siete años— pude hablar con políticos, conocidos, amigos y gente que estaba más o menos al corriente del devenir político de la nación.
Llegamos a tener varias reuniones y cenas informales en las que discutimos –en el sentido anglosajón de to discuss, tratar de, comentar—sobre el futuro de Ucrania después de las elecciones de septiembre de 2007.
Casi todos me anticiparon que los comicios iban a significar, en cualquier caso, el fin de la deplorable e inestable quinta legislatura, que se cerraba precisamente con las elecciones.
Me brindaron información y argumentos de peso, razones económicas, posicionamiento de grupos de presión, etcétera, y me vaticinaron –yo era incrédulo y aún me resta algo de ello—que de las elecciones resultaría una Ucrania diferente.
Es cierto que aún no se ha cerrado el proceso electoral, porque aún no se han proclamado oficial y definitivamente los resultados (quedan impugnaciones “sentimentales”, como las de los socialistas de Moroz, y algún “francotirador” comunista), pero, por lo que se va viendo y publicando, parece que los tres principales partidos se han convencido, de una vez, que están “condenados” a entenderse.
Así sea, porque eso es lo que necesita el país.
Como escribía en una de mis anteriores “Cartas…”, “Si Ucrania vota –y ha votado, y al parecer bien y correctamente— Ucrania gana…”
Parece que se va camino de ello.
Pero permítaseme la expresión inicial, no exenta de cierta ironía, porque asemeja que no era tan difícil resolver el galimatías anterior…
Algún día se valorará la transcendente actuación del Presidente Yúschenko.
Mientras tanto, y por ahora, ¡NO ME LO PUEDO CREER…!

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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