05 marzo 2008

Más vale tarde que nunca...: La designación de Yulia Tymnoshenko, primera ministra, vista desde el refranero español

El procedimiento de votación finalizó. Por la candidatura de Yulia Timoshenko votaron 226 diputados.
La fracción BYUT votó íntegramente por la designación de Yulia Timoshenko al puesto de primer ministro de Ucrania.
Según informó el corresponsal de UNIAN cada uno de los 156 diputados de la fracción personalmente levantó la mano y confirmó que votaba por la designación de Y.Timoshenko.
Los diputados aplaudieron, cuando el líder BYUT realizó su voto.
Por Timoshenko han votado 70 de los 72 miembros de la fracción el NU-MA. En particular, no votó Iván Spodarenko, que se encuentra hospìtalizado en cuidados intensivos, e Iván Pliusch se abstuvo.
Después de que votaran las dos fracciones, BYUT y NU-MA, ninguna de las otras fracciones, el Partido de las regiones, el bloque Litvin y el partido Comunista de Ucrania han expresado el deseo de votar.
(Fuente: UNIAN )
El refranero español, tan rico, contiene muchos dichos que podrían usarse con motivo de esta noticia.
El primero, “Más vale tarde que nunca”, pone de manifiesto (ahora especialmente) que por fin se ha conseguido un pacto entre los partidarios de Yúschenko y de Timoshenko; que por fin se ha comprendido que ésta era la única alternativa a un nuevo gobierno del Partido de las Regiones de Yanukovich (para quien pese a todo no era fácil la alianza con los otros dos bloques, salvo que “comprara” algún traidor); que por fin, en el Parlamento de Ucrania se han acabado las gamberradas o incivismos de los parlamentarios que sabían que iban a perder el gobierno…
El segundo: “Nunca segundas partes fueron buenas”. En efecto, si el acuerdo de colación ahora alcanzado y plasmado para el nuevo gobierno viene a ser repetición del que se adoptó al comienzo de la anterior legislatura, y que “duró menos que pastel a la puerta de una escuela”, todos coincidiremos en que esa segunda parte está abocada al fracaso, como la anterior.
Pero si “de los escarmentados nacen los avisados” (tercer refrán) se aplica, los negros augurios de repetición de fracasos y de desencuentros se disiparán. Algo así parece haber anunciado Yulia cuando ha declarado que ya aprendió la pasada lección y que espera no repetir errores anteriores.
Como “en el país de los ciegos el tuerto es el rey” (cuarto refrán) cabe esperar que, en medio de tanta medianía y mezquindad política como la que impera en Ucrania, Yulia (de la mano de Yúschenko) separa dirigir el país hacia derroteros de menos corrupción, mayor bienestar y mejor estabilidad política, social y económica.
Si así no se hiciere, no cabe olvidar que “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar” (quinto refrán), porque viendo cómo se las gasta la “democrática” trayectoria del “nuevo zar” de Rusia, que es a la vez nuevo emperador, presidente, primer ministro y sátrapa en el vecino país, se correría el riesgo de caer en manos de partidos pro-rusos y quién sabe si también “pro absolutistas”.
Todo ello teniendo en cuenta que “no por mucho madrugar amanece más temprano” (sexto refrán), y que tampoco puede pretenderse ahora que en dos o tres meses, Yulia y sus muchachos puedan hacer la obra que se perdió en la noche de las disputas fratricidas hace casi tres años.
Sin embargo, “bien está lo que bien acaba” (refrán séptimo) y por el momento la elección de Yulia es bien positiva, más que por ser ella la elegida, porque se ha abortado la repetición de Yanukóvich, que se anunciaba dramática e inmovilista para el país.
Ahora, si “el ojo del amo guarda la viña” (octavo refrán, referido a Yúschenko) se pone de manifiesto, y desaparece la sensación de que el Presidente flota acomodado en las blanduras de su jefatura del estado, y si los parlamentarios que apoyan la coalición pro-gubernamental practican la fidelidad, ya que “la mujer del César no solamente ha de ser honesta, sino parecerlo”, esperemos celebrar por mucho tiempo, en bien de Ucrania, el nombramiento de Yulia.
Cierto es que cuando esto escribo, solamente conozco rumores sobre la composición del nuevo gobierno (que no me disgustan), por lo que el “dime con quién andas y te diré quién eres” (décimo refrán) habrá que demorarlo un poco hasta la confirmación de los nuevos ministros.
Que sea por fin una elección efectiva, son mis votos fervientes en pro de la nación ucraniana.
Será muy triste que “las cañas se tornen lanzas”.
Acabo: “¿Y quién es Fuenteovejuna? Todos a una”. Ojalá ello acontezca a partir de ahora en Ucrania.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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